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Fundamentos psicoanalíticos para la clínica

Eje 2- Los caminos del deseo


Tema: SEXUALIDAD Y CUERPO ERÓGENO

Asist. Lic. Franco Santana


CENUR Litoral Norte
2023.
Contexto

Autores de la época abocados a la
elaboración de manuales descriptivos que
dieran cuenta de las distintas prácticas y
“aberraciones” sexuales.

Desarrollo de la sexología o “ciencia de lo
sexual” a finales del S XIX tenía como
objetivo estudiar el comportamiento sexual
humano.

Importancia de buscar la diferencia entre lo
normal y lo desviado (o patológico).
Giro epistemológico

Freud, rompe con las nociones


manejadas por la sexología de la época,
la entiende como disposición psíquica
universal, despegada de su
fundamento biológico-genital.
Giro epistemológico


Noción ampliada de la sexualidad
diferenciada de la concepción habitual
relacionada a la diferencia de los sexos,
a la función reproductiva y a lo genital.

Introduce entonces una dimensión
psíquica a la sexualidad que va más allá
de lo fisiológico.
Giro epistemológico

Es “moldeable”, alejada de una noción
instintiva de la sexualidad, por lo tanto
no viene de la herencia biológica sino
que viene del “otro”.

Gran variación del impulso sexual en la
búsqueda del objeto de satisfacción

Está presente desde el inicio de la vida
del sujeto, no se circunscribe al mundo
adulto.
Abandono de la teoría del trauma
(1897)

En un primer momento, Freud atribuía a la


histeria una causa sexual traumática, como
resultado de la seducción de parte de un adulto
en un momento de la infancia.
En la carta 69 a Fliess (1897) dirá su célebre
frase:
“ya no creo en mi neurótica”.
Abandono de la teoría del trauma
(1897)
Lo que se reprime no es un trauma, porque no
se trata de algo que haya ocurrido en el plano
de la realidad efectiva o material, sino que trata
de algo del orden de las mociones sexuales.
Freud asume que no supo distinguir en su
momento “los espejismos mnémicos de los
histéricos acerca de su infancia y las huellas de
los hechos reales”
Abandono de la teoría del trauma
(1897)
Los fenómenos histéricos ya no aparecen
entonces como “retoños directos de los
recuerdos reprimidos de vivencias sexuales
infantiles, sino que entre los síntomas y las
impresiones infantiles se intercalaban las
fantasías (invención de recuerdos) de los
enfermos, casi siempre producidas en los años
de la pubertad.” La sexualidad en la etiología de la
neurosis.
La sexualidad en la etiología
de la neurosis (1905/1906)
Dice Freud: "cayó por tierra la insistencia del
elemento traumático; quedó en pie la siguiente
intelección: la práctica sexual infantil (sea
espontánea o provocada) marca la dirección
que seguirá la vida sexual tras la madurez."
La sexualidad en la etiología
de la neurosis (1905/1906)
Freud observa que las vivencias sexuales
infantiles ocurren tanto en quienes padecen
neurosis como en quienes no, por tanto
concluye que no depende tanto de dicha
vivencia como de la reacción frente a la misma,
resultado del conflicto entre la represión sexual
(reclamos de la vida real) y la libido.
La sexualidad en la etiología
de la neurosis (1905/1906)

Refuerza la idea de que existe sexualidad en
la infancia.

Desestima la importancia de la herencia en
pos de dar lugar a la relevancia que tiene la
sexualidad infantil para la sexualidad en la
vida adulta

Importancia etiológica del factor sexual para
el desarrollo de la neurosis
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Primer ensayo (o Parte I):

Se dedica a describir diferentes “aberraciones
sexuales”. Incluye en éstas la zoofilia, la
homosexualidad y la pedofilia.

A pesar de que, como hombre de su época
incluye a la homosexualidad entre los “desvíos”,
introduce preguntas y posibles respuestas que
dan un giro a la visión que había en la época
(homosexualidad como una constitución innata
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Segundo ensayo (o Parte II): la sexualidad
infantil


Establece que hay una sexualidad infantil


El “descuido de lo infantil” ¿con qué tendrá que
ver?
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Segundo ensayo (o Parte II): la sexualidad infantil

Con la idea, errónea pero extendida culturalemente,
de que la pulsión sexual está ausente en la infancia
y “solo despierta en el período de la vida llamado
pubertad.”

La “amnesia infantil” que en la mayoría cubre los
primeros años de la infancia (idea ya trabajada más
arriba).
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Segundo ensayo (o Parte II): la sexualidad infantil
En relación a la amnesia infantil no se trata de una
desaparición real de las impresiones infantiles.
En palabras de Freud: “esas mismas impresiones que
hemos olvidado dejaron, no obstante, las más
profundas huellas en nuestra vida anímica y pasaron a
ser determinantes para todo nuestro desarrollo
posterior.”
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Segundo ensayo (o Parte II): la sexualidad infantil
Se podría decir que hay un esfuerzo para que estas
impresiones no tengan acceso a la consciencia, y se
mantengan alejadas de esta.
La persona entierra aquellos recuerdos de la infancia
como si fuese un período “prehistórico” que le oculta
los comienzos de su propia vida sexual.
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Segundo ensayo (o Parte II): la sexualidad infantil

Zona erógena: “un sector de piel o de mucosa en el
que estimulaciones de cierta clase provocan una
sensación placentera de determinada cualidad.”

En este sentido un sector determinado de piel o
mucosa puede prestar los servicios de una zona
erógena. Si bien hay algunas privilegiadas, cualquier
parte del cuerpo puede ser, potencialmente, una
zona erógena.
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Segundo ensayo (o Parte II): la sexualidad infantil


Exteriorizaciones de la sexualidad infantil: Chupeteo,
autoerotismo.
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
TRES CARACTERES ESENCIALES DE UNA
EXTERIORIZACION SEXUAL INFANTIL:
1) esta nace apuntalándose en una de las funciones
corporales importantes para la vida.
2) es autoerótica y por lo tanto no conoce objeto
sexual ajeno al propio cuerpo
3) su meta sexual está bajo el imperio de una zona
erógena.
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Segundo ensayo (o Parte II): la sexualidad infantil


Establece que los niños no sólo tienen sexualidad
sino que también piensan en ella.

Destaca las teorías sexuales infantiles como
relevantes para el desarrollo del pensamiento propio
en el niño.
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Organización del desarrollo sexual infantil en fases:


Primera fase canibálica:
 La actividad consiste en incorporar el objeto.
 La actividad sexual no se ha separado de la nutrición.
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Organización del desarrollo sexual infantil en fases:
El niño “conoce” es a través de la succión. En este
momento la meta biológica (o función biológica) no está
separada de la sexual:
La meta biológica es “incorporar” la leche y la meta
sexual también es “incorporar”. El chupeteo que queda
luego (el dedo, el chupete), tiene que ver con un “resto”
que queda de esta fase.
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Organización del desarrollo sexual infantil en fases:
En esta fase de la organización sexual toda está puesto
en la oralidad; después esto se resigna en pos de otras
fases; sin embargo, hay algo de la boca en relación a lo
sexual que va a permanecer
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Luego sigue la fase sádico anal:
Esta relacionada con otra situación vital que es la del
control de esfínteres.
Zona erógena de esta etapa es la mucosa del intestino
y el placer que el niño que se obtiene por la
retención/liberación de las heces
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Siguiente fase: anal.
Esta relacionada con otra situación vital que es la del
control de esfínteres.
“La activación de la zona anal, al igual que la de la
boca, sucede por el apuntalamiento de la pulsión sexual
en otra función corporal”.
Zona erógena de esta etapa es la mucosa del intestino
y el placer que el niño que se obtiene por la
retención/liberación de las heces.
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Siguiente fase: anal.
Esta relacionada con otra situación vital que es la del
control de esfínteres.
“La activación de la zona anal, al igual que la de la
boca, sucede por el apuntalamiento de la pulsión sexual
en otra función corporal”.
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Siguiente fase: anal.

Zona erógena de esta etapa: mucosa del intestino


vinculado al placer que el niño obtiene por la
retención/liberación de las heces.
Las heces a su vez son tratadas como parte del cuerpo
propio que representan el primer “regalo” por medio del
cual “el pequeño puede expresar su obediencia hacia el
medio circundante exteriorizándolo, y su desafío,
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Siguiente fase: fálica.

En un agregado de 1915, Freud introduce otra fase, que


es la fase fálica.
Se trata del momento donde la zona erógena que
predomina es la genital, pero de una forma distinta a la
del mundo adulto.
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Siguiente fase: fálica.

Aparecerá la masturbación en el niño como forma de


generarse placer en relación a sus genitales. (atender a
que, al igual que en las dos fases anteriores -oral, anal-),
el placer se obtiene de forma autoerótica.
La fase fálica está ligada al complejo de Edipo y a su
resolución.
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Latencia:

Posterior a la fase fálica, con el sepultamiento del complejo de


Edipo, que tiene como resultado la prohibición del incesto (esto
es, la entrada a la cultura) se ingresa en la latencia.
Importante: Estas mociones sexuales infantiles no desaparecen
sino subliman: la energía sexual se pone al servicio de fines
sociales y culturalmente más aceptables. Por ej. la disposición
al aprendizaje; suele ser la etapa en la que el niño ingresa a la
institución escolar (aunque no es por esto que se da la
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)

Luego de la latencia, se volvería a una zona erógena


donde la zona privilegiada sería la genital, como en la
fase fálica pero ahora en la pubertad, el placer ya no se
obtendría de modo autoerótico sino que se obtendría
con “otro”, en lo que sería la relación sexual y con una
finalidad reproductiva (sesgo epocal de Freud).
Tres ensayos de teoría
sexual (1905)
Tercer ensayo (o Parte III)

El tercer ensayo se dedica a un estudio de la


pubertad, por tanto, del paso de la sexualidad infantil
para la sexualidad adulta, a través del complejo de
Edipo y de la instauración de una elección de objeto
fundamentado, de un modo general, en la diferencia
entre los sexos. A esto se suma un capítulo sobre la
libido, redactado en varias etapas entre 1904 y 1924.

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