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La desaparición de una persona del lugar de su domicilio real, sin que se tengan noticias de ella y sin que
haya dejado apoderado que se ocupe de administrar sus bienes, da lugar a la declaración de ausencia
simple, por la cual se le nombra un curador al ausente a fin de asegurar la conservación de sus bienes. La
función del curador terminara si el ausente se presenta, si el ausente fallece o si se declara su
fallecimiento presunto
Requisitos
Legitimados
Pueden pedir la declaración de ausencia, el Ministerio Publico, y toda persona que tenga interés legitimo
respecto de los bienes del ausente.
Es competente el juez del domicilio del ausente. Si este no lo tuvo en el país, o no es conocido, es
competente el juez del lugar en donde existan bienes cuyo cuidado es necesario, si existen bienes en
distintas jurisdicciones, el que haya prevenido.
Procedimiento
Una vez iniciado el proceso judicial de ausencia simple, el presunto ausente debe ser citado por edictos
durante cinco días y si vencido el plazo no comparece, se debe dar intervención al defensor oficial, o en su
defecto, nombrarse defensor del ausente. El ministerio público es parte necesaria en el juicio. Si antes de la
declaración de ausencia se promueven acciones contra el ausente, debe representarlo el defensor. En caso de
urgencia el juez puede designar un administrador provisional o adoptar las medidas que las
circunstancias aconsejan
Una vez oído el defensor, y si concurren los extremos legales, se declara la ausencia y se nombra un
curador. El curador solo puede realizar los actos de conservación y administración ordinaria de los
bienes (como por ejemplo, pagar deudas, impuestos, etc.). Todo acto que exceda la administración
ordinaria (como por ejemplo, la venta de un bien) debe ser autorizado por un juez: La autorización debe
ser otorgada solo en caso de necesidad evidente e impostergable. Los frutos de los bienes administrados
deben ser utilizados para el sostenimiento de los descendientes, cónyuge, conviviente y ascendientes del
ausente.
Conclusión de la curatela