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ABUSO SEXUAL

DETECCIÓN Y ABORDAJE
DEFINICIONES
IMPORTANTES
MALTRATO INFANTIL
El maltrato infantil es definido por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) como los abusos y la
desatención del cual son objeto los niños y niñas
menores de 18 años, incluyendo el maltrato físico,
psicológico, negligencia, explotación, abuso sexual o
cualquier evento que pueda causar algún daño a la
salud, desarrollo y dignidad de los niños y niñas,
poniendo en peligro su supervivencia, en el contexto
de una relación de responsabilidad, confianza o poder.
(OMS, 2009)
VIOLENCIA SEXUAL

La Organización Mundial de la Salud (OMS)


define la violencia sexual como: “todo acto
sexual, la tentativa de consumar un acto sexual,
los comentarios o insinuaciones sexuales no
deseados, o las acciones para comercializar o
utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de
una persona mediante coacción por otra
persona, independientemente de la relación de
esta con la víctima, en cualquier ámbito,
incluidos el hogar y el lugar de trabajo”.
ABUSO SEXUAL

Entendemos como abuso sexual a los contactos e


interacciones entre una persona adulta con una menor
de 18 años con la finalidad de obtener gratificación
sexual y/o estimularse sexualmente él mismo o a otra
persona. El abuso sexual también puede ser cometido
por una persona menor de edad, siempre y cuando
medie una situación de abuso de poder por razón de
edad, sexo, clase social, coerción, amenazas entre otros.
(Concepto adaptado de National Center of Child Abuse
and Neglect-1985.)
ABUSO SEXUAL INFANTIL- ASI
Según la definición otorgada por la UNICEF, el
corresponde a toda acción que involucre a un niño o
niña en actividades de índole sexual o erotizada, que no
comprende o que no está preparado para realizar ni
consentir libremente. En una situación de abuso, el
adulto utiliza estrategias de seducción, chantaje,
manipulación psicológica y/o utilización de fuerza física,
con la finalidad de satisfacer sus necesidades sexuales,
exponiendo o sometiendo a un menor de edad a
tocamientos, frotaciones, besos, exposición a
pornografía, masturbación, penetración vaginal, anal o
bucal, entre otras.
(Vicaría para la Educación, 2012)
MITOS SOBRE EL ABUSO
SEXUAL
• “Creer que no existen o que son poco frecuentes”
Los abusos sexuales son mucho más frecuentes de lo que se piensa. Una de
cada 4 niñas y uno de cada 6 u 8 niños ha sido abusado sexualmente.
• “Sólo lo sufren las niñas”
Si bien sigue siendo el sector que sufre el mayor porcentaje de abusos,
cada vez son más frecuentes los abusos en los niños.
• “El agresor es así porque sufrió de abuso sexual en su infancia”
Si esta afirmación fuera verdad, se esperaría que las mujeres abusarían
más sexualmente, toda vez que son ellas las que con mayor frecuencia son
víctimas del abuso. Sin embargo, los estudios nos indican que es un asunto
principalmente de varones.
• “Si sucede en la propia familia se notará de inmediato”
No siempre sucede así. En la mayoría de las ocasiones el abuso puede ocurrir en la
familia de manera “Silenciosa”
Incluso el abusador suele no despertar ningún tipo de sospecha y mantener
amenazada a la víctima para que no lo denuncie.
• “Si sucede en la familia, es producto de un desequilibrio mental”
Si se cree que los abusos se originan porque una persona de la familia lo cometió a
partir de un “desequilibrio mental”
Se corre el riesgo de absolver al agresor de la responsabilidad de sus actos abusivos
al considerarlo enfermo mental.
• “Solo se dan en condiciones asociadas a la pobreza”
El abuso sexual ocurre en todas las clases socioeconómicas. En las ciudades se
observa el mayor número de casos registrados, ya que en el campo la cultura del
silencio está más arraigada y la cultura de la denuncia es prácticamente inexistente.
• “Los niños(as) no dicen la verdad”
Este es un obstáculo frecuente. Tiene su origen en que se piensa que los niños y
niñas son fantasiosos en todo tipo de experiencias. Sin embargo, si nos basamos
en el interés superior del niño(a), en el artículo 12 de la Convención dice: “Los
Estados asegurarán a la niña y niño que sean capaces de formar sus propios
puntos de vista, el derecho a expresarlos en libertad en todos los asuntos que les
afecten, dándoseles la debida importancia de acuerdo a su edad y madurez”. Es
necesario siempre tomar en cuenta seriamente cuando un niño o niña reportan
maltrato.
• “El agresor es totalmente desconocido”
No necesariamente. El agresor puede ser en muchas ocasiones miembro de la
propia familia, como el padre, abuelo o tío cercano, etc.
• “Los abusos sexuales se realizan con violencia física”
En realidad los abusos sexuales rara vez se realizan con violencia física,
generalmente hay un juego de afecto y valoración con la víctima.
TIPOS DE ABUSO SEXUAL
INFANTIL
Generalmente se asocia el abuso sexual únicamente con la violación sexual, esto no es correcto ya que existen
muchas modalidades de abuso sexual. Se pueden clasificar en abusos con contacto físico y sin contacto físico.

• Besos.
• Caricias.
1. Con Contacto • Masturbación.
Físico Directo • Penetración Oral, anal o vaginal
(violación).
• Froteurismo (frotar los genitales).
• Prostitución.
En la legislación peruana, los actos en los cuales no ha habido penetración ni
lesiones extra - genitales se denominan actos contra el pudor y también tienen
pena de cárcel. Se detallan los tipos penales:
TIPOS DE ABUSO SEXUAL
INFANTIL

• Espiar al menor cuando se viste.


2. Sin Contacto • Masturbación frente a la víctima.
• Utilizarle para Pornografía. (filmar,
Físico Directo fotografiar, internet)
• Incitar por mensaje o llamadas
telefónicas.
• Incitar a que toque sus genitales.
Esto último está tipificado como delito en el artículo 183 del Código
Penal:
OTROS TIPOS DE ABUSO SEXUAL
INFANTIL
El psiquiatra chileno Jorge Barudy (1999), experto en maltrato infantil y resiliencia, da cuenta de la
existencia de 3 tipos de “ASI”:

 Abuso sexual Intrafamiliar: Agresión sexual cometida por


un miembro de la familia, también conocida como incesto. Este es
un tipo de abuso muy dañino por diversas razones. Por un lado, al
ser la o el abusador un familiar cercano, puede cometer el abuso
por largo tiempo y de diferentes formas, ocasionando que se
rompa la confianza que el niño, niña o adolescente tiene en esa
persona de su familia, generando un estado de confusión o
contradicción que se instala en él o ella impidiéndole registrar el
abuso como tal -sobre todo si el abuso empieza a una corta edad-
por lo cual puede durar mucho tiempo sin ser develado.
A diferencia de una violación por un extraño, en este tipo de
abuso existen pocas probabilidades de distinguir cuando
comienza el abuso, por cuanto éste no sucede en un día, sino
puede irse preparando por largo tiempo. Suele comenzar con
caricias, abrazos y besos que se confunden, para el niño o niña,
con expresiones de cariño familiar y pasado el tiempo culminan
en el acto sexual, aprovechando la inexperiencia y
desconocimiento del o la menor de edad.

El niño, la niña o adolescente varón o mujer suelen sentir


confusión ante las respuestas que da su cuerpo frente a
los estímulos que aplica la persona abusadora, muchas
veces no sabe si eso es bueno o es malo, si le hará daño
o no, porque no cuenta con información que le permita
comprender el funcionamiento de su cuerpo ni
diferenciar las caricias sexuales y de las que no lo son.
 Abuso sexual extra familiar por un conocido:
Agresión Sexual ejercida por un adulto que forma parte
del círculo social de la víctima, es decir es conocido de la
familia. La relación se da por cercanía física, social o por
ejercicio del rol de poder que posee el agresor:
profesor, monitor, amigo de la familia, etc. El abuso se
ejerce generalmente mediante la seducción, persuasión o
coacción no violenta.

 Abuso sexual extra familiar por desconocidos:


Agresión sexual ejercida por un desconocido que no tiene
vínculo de cercanía con la víctima, y ocupa la fuerza y el
terror para acceder a ella. Comúnmente es una
experiencia única, puede ser violenta y es sufrida
mayoritariamente por adolescentes.
CONSECUENCIAS DEL ABUSO SEXUAL
INFANTIL
A CORTO PLAZO

 Pesadillas y problemas de sueño


Físicas  Cambios de hábitos de comida
 Pérdida de control de esfínteres

 Consumo de drogas y alcohol


 Fugas
Conductuales  Conductas auto lesivas o suicidas
 Hiperactividad
 Bajo del rendimiento escolar
A CORTO PLAZO

Sexuales
Emocionales Sociales
 Conocimiento sexual precoz
 Miedo generalizado e impropio a su edad  Déficit en habilidades
 Agresividad  Masturbación compulsiva sociales
 Exhibicionismo  Retraimiento social
 Culpa y vergüenza
 Problemas de identidad  Conductas antisociales.
 Aislamiento
 Ansiedad sexual
 Depresión
 Baja estima,
 Rechazo al propio cuerpo
A LARGO PLAZO

 Dolores crónicos generales


 Hipocondría o trastornos
psicosomáticos
Físicas  Alteraciones del sueño y pesadillas
constantes
 Problemas gastrointestinales
 Desorden alimentario

 Intento de suicidio.
Conductuales  Consumo de drogas y alcohol.
 Trastorno de identidad
A LARGO PLAZO

Emocionales Sexuales Sociales

 Fobias sexuales  Problemas de relación


 Depresión  Disfunciones sexuales interpersonal
 Ansiedad  Aislamiento
 Falta de satisfacción o incapacidad
 Baja estima  Dificultades de vinculación
para el orgasmo
 Dificultad para expresar  Alteraciones de la motivación afectiva con los hijos
sentimientos
sexual
 Mayor probabilidad de ingresar en
la prostitución
 Dificultad para establecer
relaciones sexuales.
CONSECUENCIAS A NIVEL
ESCOLAR
FACTORES DE RIESGO EN EL
ABUSO SEXUAL
Si bien cualquier niño, niña o adolescente varón o mujer puede ser víctima de abuso sexual, la
probabilidad es más alta cuando existen factores de riesgo que sobrepasan a los factores protectores.

1. A nivel personal:
Factores de riesgo que corresponden a las víctimas
• Falta de información sobre la sexualidad en general y sobre el abuso sexual en
particular, lo cual le impide identificar el riesgo.
• El niño o niña sufre maltrato, o vive situaciones de carencia afectiva por lo cual
acepta e incluso busca contactos afectivos que pueden desembocar en abuso
sexual.
• El niño, niña o adolescente, vive bajo estilos autoritarios de crianza que generan
pobre autoestima y le colocan en posición de sumisión frente a las personas
adultas, dejándole impotente para decir no, defenderse e incluso, para denunciar
las situaciones abusivas.
• También por este mismo motivo, se trata de niños o niñas con actitud pasiva, con
dificultades en la asertividad, con poca capacidad para la toma de decisiones, con
características de timidez y retraimiento.
• Niños, niñas o adolescentes con discapacidad física y/o psíquica.
• Puede tratarse también de niños, niñas o adolescentes en aislamiento o que viven
en instituciones.
Factores de riesgo que corresponden a las y los abusadores

• En su infancia han vivido experiencias negativas en relación con la sexualidad.


• Las experiencias familiares inadecuadas en la infancia, impidieron el
establecimiento de vínculos afectivos sólidos y no permitieron el desarrollo de la
empatía.
• Falta de desarrollo de mecanismos de autocontrol de los impulsos.
• Inmadurez en su desarrollo afectivo y sexual.
• Necesidad de sentir que tienen el control afectivo sobre otros (y necesidad de
afecto).
• Sexualización de sus vínculos.
• Las condiciones de vida actuales que privan a las personas de canales adecuados
de apoyo afectivo y social y la falta de recursos y servicios para la resolución de
sus conflictos emocionales.
2. A nivel familiar:
• Madre negligente, ausente o deprimida que no brinda cuidado y supervisión.
• Madres subordinadas, víctimas de violencia familiar.
• Familias reconstituidas con historias de abandono o rupturas.
• Presencia de padrastro o hijastros.
• Hacinamiento y colecho (comparte la cama con otros adultos)
• Ausencia de personas adultas en los cuales la o el menor de edad pueda confiar.
• Padres y madres autoritarios.
• No se habla sobre el abuso sexual.
• Padres y madres que consideran que sus hijos e hijas son su propiedad.
• Presencia de alcoholismo, drogadicción y otras adicciones en la familia.
• Las personas adultas colocan a los niños o niñas en roles adultos (atender al
conyugue o pareja) desde donde la función de pareja sexual se desliza con
mayor facilidad.
• Familias con modelos sexuales inapropiados, que además exponen a las y los
menores de edad a situación de estimulación sexual.
• Familias aisladas que no se relacionan con vecinos u otros padres y madres de
familia.
• Familias con “funcionamiento abierto caótico”, con fronteras demasiado abiertas en
sus intercambios con el medio externo. (Viviendas donde están entrando y saliendo
familiares, personas conocidas o poco conocidas sin evaluar la pertinencia ni
establecer reglas claras en torno a la convivencia y límites.)
• Frecuentes cambios de domicilio que impiden establecer vínculos sociales que
pueden constituir factores protectores frente al abuso.
• Priorización inadecuada de distracciones y ocupaciones por ambos progenitores en
desmedro del tiempo de convivencia con los hijos e hijas, lo cual deja a niños y niñas
carentes de afecto, compañía y supervisión adulta.
• Padres y madres que desconocen las tecnologías de las redes sociales (Facebook,
twitter, etc.) por lo que no pueden supervisar la interacción de sus hijos e hijas en
ellos.
3. A nivel comunitario:
• Ausencia de mecanismos de detección del abuso en las instituciones educativas y
otros entornos habituales de los niños y niñas.
• Ausencia de servicios o falta de recursos para el desarrollo adecuado de sus
funciones.
• Servicios que no funcionan articuladamente.
• Barrio inseguro, delincuencia, percepción de falta de orden y reglas.
• Espacios comunitarios que favorecen el consumo de alcohol y el uso de drogas.
• Comunidad que estigmatiza al o la menor de edad que ha sufrido abuso sexual.
4. A nivel social:
• La socialización de género que promueve diferencias para varones y mujeres. Así, la
cultura postula la idea de que las necesidades de contacto sexual son irreprimibles
en los varones y la existencia de características de agresividad y dominio a la
identidad masculina y de pasividad y sumisión a la identidad femenina.
• La utilización comercial de la sexualidad.
• La utilización comercial del cuerpo de las mujeres y de las niñas.
• La aceptación de la utilización de las niñas en comerciales y actividades artísticas en
las que adoptan características adultas y “erotizadas” (bailes, concursos de belleza).
• La aceptación cultural del sometimiento de los y las menores de edad a la autoridad
adulta.
• Las condiciones y ritmo de vida de la sociedad actual que favorecen la
desintegración familiar y el resquebrajamiento de vínculos afectivos entre los
miembros de las familias.
• Procedimientos legales que revictimizan y dificultan el acceso a la justicia.
DETECCIÓN DEL
ABUSO SEXUAL
Según Save The Children (2001) el abordaje de un problema como el abuso sexual ha de ser integral. Por
ello, a la hora de detectar los casos, los profesionales no han de fijarse sólo en las “familias en riesgo” o en
aquellos factores que pueden llevar a hacer sospechar, sino en la interrelación de los factores de protección
y de riesgo entre sí, haciendo una evaluación individualizada y, a ser posible, multidisciplinar

Los profesionales que trabajan en los ámbitos de más fácil detección


(educación, salud o servicios sociales, entre otros) han de tener información
sobre:
 Los indicadores físicos y conductuales que han de hacer sospechar sobre
un posible abuso sexual.
 Las características del abusador y de los miembros de la familia.
 Los factores de riesgo y de protección.
 Las consecuencias a corto y largo plazo que una vivencia de abuso sexual
tiene en el desarrollo evolutivo del niño.
El niño como fuente de información
• Indicadores históricos: El relato del niño es una fuente de
información fundamental y el análisis del relato y proceso de
evaluación del mismo se desarrollaran en el apartado de
evaluación.
• Indicadores físicos: Son las secuelas corporales del abuso.
• Indicadores comportamentales: De entre ellos, cabe destacar la
sexualización traumática, la transmisión intergeneracional, los
menores agresores sexuales, la impotencia y sentimientos de
abandono y la estigmatización social. Se ha de recordar
igualmente que hay niños que pueden permanecer asintomáticos
aunque estén viviendo un abuso sexual.
• Dificultad para andar caminar o sentarse.
• Ropa interior rasgada, manchada o ensangrentada.
• Lesiones genitales o anales recientes, externas o
internas, en ausencia de una explicación accidental
adecuada.
• Irritación o Hemorragia genital o rectal.
Indicadores • Infecciones en zonas genitales y urinarias.
Físicos • Enfermedades de transmisión sexual.
• Presencia de semen en piel, boca, genitales, ano o
ropa.
• Hematomas por succión en cuello y/o mamas.
• Embarazo, especialmente al inicio de la
adolescencia y no dice quien es el padre.
• Dificultades manifiestas en la defecación.
• Enuresis o encopresis.
• Cambios bruscos en el rendimiento escolar.
• Relata que un padre, un familiar, un cuidador o un
desconocido le ha enseñado sus genitales, le ha mostrado
material de contenido explícito sexual, le ha tocado el
cuerpo o los genitales o ha abusado sexualmente.
• Problemas con figuras de autoridad.
• Excesiva sumisión frente al adulto.
Indicadores • Muestra temor y ansiedad ante el hecho de cambiarse de
Comportamentales ropa delante de otras personas.
• Área sexual: Conductas sexuales impropias de la edad:
masturbación compulsiva, caricias bucogenitales, conductas
sexualmente seductoras, exhibe un comportamiento de
seducción o "erótico" con adultos ("comportamiento
pseudomaduro"), agresiones sexuales a otros niños más
pequeños o iguales, conocimientos sexuales impropios de su
edad, afirmaciones sexuales claras e inapropiadas, expone
evidencias sexuales en sus dibujos o fantasías
• Psicosomáticos: Trastornos del sueño y alimentación
diversos: dolores abdominales, cefaleas, trastornos
neurológicos, respiratorios, de esfinter, etc., que originan
intenso consumo médico sin aclarar las causas.
• Problemas emocionales: depresión, ansiedad,
aislamiento, fantasías excesivas, conductas regresivas
Indicadores (enuresis), falta de control emocional, fobias repetidas y
Comportamentales variadas (a personas y sitios concretos), problemas
psicosomáticos o labilidad afectiva, culpa o vergüenza
extremas.
• Problemas de conducta: fugas, fracasos escolares y
profesionales, Violencia.
• Problemas en el desarrollo cognitivo: retrasos en el
habla, problemas de atención, fracaso escolar,
retraimiento, disminución del rendimiento, retrasos del
crecimiento no orgánicos, accidentes frecuentes,
psicomotricidad lenta o hiperactividad.
Dificultades en la Detección
Según Save the Children (2001) existe barreras en
nuestra sociedad que contribuyen a que el fenómeno siga
oculto y dificultan la detección.

• Los miedos de la sociedad ante este tema, que generan


actitudes defensivas, de rechazo y ocultamiento.

• La vergüenza y la imposibilidad de comprender que


algo así suceda conllevan un aislamiento aún mayor
de los niños y niñas víctimas de abuso sexual
infantil, a quienes se les deja a menudo solos ante el
problema.
Podríamos decir que las actitudes sociales defensivas más frecuentes son:

• Negar o ocultar el problema,


• Dudar de la veracidad del relato del niño o niña,
• Considerarlo una fantasía de éste,
• Minimizar o banalizar sus consecuencias,
• Alarmarse y afrontar de modo catastrofista las
consecuencias de la comunicación del hecho.
• Por parte de los profesionales son habituales el
silencio profesional, caracterizado por la falta de
detección, y la inhibición en la comunicación y
denuncia
ABORDAJE DEL ABUSO SEXUAL
La asistencia a niñas, niños y adolescentes que han podido sufrir un abuso sexual infantil,
aparte de la conculcación de sus derechos es un problema de abordaje multidisciplinar.

En tal sentido los Protocolos,


Como docentes no estamos ajenos a esta
problemática, ya que la atención de la violencia ofrecen procedimientos para
contra niños, niñas y adolescentes tiene por una atención oportuna de las
objeto intervenir de forma oportuna, efectiva y situaciones de violencia,
reparadora sobre los hechos de violencia que tienen un carácter
suceden o son detectados en el entorno escolar.
orientador y deben ser
tomados como crtiterios de
actuación.

El cumplimiento de los protocolos siempre es liderado por el director de la


I.E. Junto con el (la) Psicólogo (a), docente responsable de la convivencia
escolar del comité de tutoría y orientación educativa, siendo muy
importante el apoyo de los tutores, plana docente, familiares y estudiantes
Es prioridad en la intervención la atención a los (as) estudiantes que son
víctimas de violencia y se encuentran en situación de vulnerabilidad por
pobreza, origen étnico, género, discapacidad, edad, riesgo social o de
cualquier otra índole.

• Protección de las y los estudiantes.


• Confiabilidad.
Principios de • Participación de las y los estudiantes.
aplicación de los • Intervención Sistémica.
protocolos
• Respeto y valoración de la diversidad.
• Intervención eficaz y oportuna.
TRATAMIENTO PSICOLÓGICO DEL ABUSO SEXUAL
La víctima no siempre requiere de un tratamiento psicológico directo. En
ocasiones, la edad de la víctima o sus características y recursos psicológicos
dificultan e incluso impiden la intervención psicológica con la propia víctima.

El objetivo inicial es garantizar la seguridad de la víctima,


 INTERVENCIÓN CON LA
evitando se produzca una revictimización. Por ello, la familia
FAMILIA
debe adoptar estrategias de afrontamiento, especialmente
en lo que se refiere a los contactos con los Servicios Sociales
o con el sistema policial y/o legal (denuncias, declaraciones,
juicios, etcétera). El grado de confusionismo al respecto (la
repetición de las declaraciones o la lentitud y falta de
claridad del proceso), suscitado a veces por los propios
profesionales, puede afectar muy negativamente al estado
psicológico de los familiares del menor
(Echeburúa y Guerricaechevarría, 2000).
TRATAMIENTO PSICOLÓGICO DEL
ABUSO SEXUAL
Es informar a los familiares acerca de las posibles
consecuencias psicológicas del maltrato en el menor
(síntomas clínicos o conductas anómalas), con el objetivo  Asesoramiento psicoeducativo
de detectarlas de forma temprana, amortiguar su
impacto con un apoyo emocional adecuado y buscar
ayuda profesional en los casos precisos. Conviene
también indicarles la necesidad de una escucha activa y
respetuosa ante las confidencias habidas (dar crédito a lo
sucedido) y señalarles el tipo de conductas apropiadas con
el menor para facilitar su recuperación emocional. El
objetivo fundamental en esta fase es la normalización de
la vida del menor y el restablecimiento de las pautas
habituales de conducta en la vida cotidiana, que es uno
de los mejores predictores de mejoría.
Se dotará de estrategias adecuadas para evitar posibles
nuevas situaciones de agresión, fortalecer las habilidades
necesarias para informar de su ocurrencia.
Asegurar, por parte de los cuidadores de la víctima, la
determinación de protegerlo en adelante.
Capacitar a la víctima para informar de manera  INTERVENCIÓN TERAPEÚTICA
inmediata de ulteriores episodios de abuso.
Enseñar a la víctima a identificar y comprender su propia
sexualidad y la del adulto de una forma sencilla y
objetiva.
Darle pistas claras e inequívocas de cuándo un
acercamiento de un adulto tiene una intencionalidad
erótica.
Adiestrar al menor en técnicas de evitación de
situaciones que suponen un claro riesgo de abusos
sexuales, según las experiencias pasadas.
Enseñar a la víctima modos eficaces de asertividad para
rechazar peticiones no deseadas en el ámbito erótico.

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