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El hada Alba se detuvo para ayudar a unos niños asustados mientras se dirigía a una fiesta del hada reina. Se quedó con los niños hasta que regresaron sus padres, pero llegó tarde a la fiesta y olvidó su varita mágica. El hada reina se enojó con Alba por llegar tarde y olvidar su varita, pero otra hada explicó lo que hizo Alba por los niños. Como agradecimiento, el hada reina le dio a Alba una pequeña rata blanca para que cuidara de
El hada Alba se detuvo para ayudar a unos niños asustados mientras se dirigía a una fiesta del hada reina. Se quedó con los niños hasta que regresaron sus padres, pero llegó tarde a la fiesta y olvidó su varita mágica. El hada reina se enojó con Alba por llegar tarde y olvidar su varita, pero otra hada explicó lo que hizo Alba por los niños. Como agradecimiento, el hada reina le dio a Alba una pequeña rata blanca para que cuidara de
El hada Alba se detuvo para ayudar a unos niños asustados mientras se dirigía a una fiesta del hada reina. Se quedó con los niños hasta que regresaron sus padres, pero llegó tarde a la fiesta y olvidó su varita mágica. El hada reina se enojó con Alba por llegar tarde y olvidar su varita, pero otra hada explicó lo que hizo Alba por los niños. Como agradecimiento, el hada reina le dio a Alba una pequeña rata blanca para que cuidara de
invitó un día a todas las hadas de las nieves a una fiesta en su castillo. Todas fueron vestidas This Photo by Unknown Author is licensed under CC BY-NC de elegantes capas y en sus carrozas de invierno. Un hada llamada Alba, al oír llorar a unos niños que vivían en una solitaria cabaña, se detuvo en el camino. El hada entró en la pobre casa y encendió la chimenea. Los niños, calentándose junto al fuego le contaron que sus padres hablan ido a trabajar a la ciudad y ellos tenían frío y miedo. “Me quedaré con ustedes hasta que sus papás regresen”, les prometió. Y así lo hizo, pero a la hora de irse, nerviosa por el castigo que podía imponerle el hada reina por llegar tarde, olvidó la varita mágica dentro de la cabaña. El hada de la montaña miró con enojo a Alba. – “No solo llegas tarde, sino que tambien olvidaste tu varita? ¡Mereces un buen castigo!”. Pero una de sus amigas hadas, le contó a la reina que Alba había cuidado a los niños de la cabaña. Entonces el hada reina, para agradecer el buen corazón de Alba, le regaló una pequeña ratita blanca, que cuidaría de la varita de Alba para que no la olvidara otra vez.