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Todo el que se agolpa en el monitor para supervisar las fotos piensa exactamente lo mismo: es él. El
Starboy, el responsable de la música más sexy que lidera las listas de éxitos, el verdadero vencedor de la
última edición de la Super Bowl. El que se relaciona con algunas de las mujeres más deseadas del
mundo, el chico etíope con un falsete insuperable que cambió el R&B y que nunca ha mostrado su
verdadera cara. También la estrella del pop que fue nominado a un galardón en un show infantil después
de cantar sobre lo que supone perder la sensación en la cara por una bolsa de coca. Estamos seguros de
que el Harvard House ha visto cosas, al igual que Abel Tesfaye (a.k.a. The Weeknd)
El Starboy, el responsable de la música más sexy que lidera las listas de éxitos.
El día antes de la sesión de fotos, me encontré con él en el estudio de grabación de Century City. Llevaba
una sudadera negra de Online Ceramics y unos pantalones de chándal que primaban más la comodidad
que el estilo. Ni siquiera me acuerdo de los zapatos que calzaba, pero puedo asegurar que no tenían
tacones cubanos. Una mochila colgaba de su hombro, repleta de todo lo que iba a necesitar en un día de
ir de un sitio para otro. No lucía gafas de sol y su melena no estaba iluminada. Se suponía que debíamos
encontrarnos a las 6 de la tarde y me pidió perdón en repetidas ocasiones por llegar tarde. Se presentó a
las 6:07.
Está claro que los rumores son reales: Abel y The Weeknd son dos personas diferentes. The Weeknd
puede presumir de la canción de un artista en solitario que más tiempo ha permanecido en la listas de
éxitos de la historia, así como de miles de millones de reproducciones en todo el mundo. The Weeknd
pasó la pandemia lamiendo ranas untadas en LSD. Abel, mientras, se dedicaba a ver The X-Files en bucle
(“Todo el mundo les ha copiado”, me dice. “Todo el mundo”). Abel habla sobre el placer de dormir bien
una noche de la misma manera que otros hablan del buen MDMA. También ha estado redescubriendo
Los Ángeles: el año pasado, cuando las calles se vaciaron, se dedicó a caminar. Su nivel de educación sólo
lo vas a encontrar en el lugar más educado del mundo (Ontario, Canadá). The Weeknd es el tipo que
destroza la suite del Caesars Palace a lo ¿Qué pasó ayer?, pero Abel es el modosito al que los
protagonistas pierden en los primeros 30 minutos de la película y luego se pasan el resto del tiempo
intentando encontrarle.
¿Cuál es la diferencia entre Abel y
The Weeknd?
Las líneas estaban algo borrosas al principio,
pero conforme mi carrera avanzaba y yo me
formaba como persona, se hizo más claro que
Abel era con quien me iba a casa cada noche.
Y The Weeknd es con quien voy al trabajo.
Es una locura, ¿verdad? Creo que tiene que ver con separar a The Weeknd de Abel.
Creo que mucha gente piensa que tengo tendencias suicidas, pero se trata de sacar a
The Weeknd de la ecuación, aunque luego vuelva a encontrar el camino de vuelta.
Siempre vuelve, y obviamente Blinding Lights no va a contribuir a que desaparezca a
corto plazo.
Sí, me siento culpable. Desde luego. Por eso… intento no hacerlo mucho. Intento
también no atraer la atención sobre mí. Me encanta poder vivir situaciones normales,
es una sensación grandiosa poder salir a caminar por la calle en lugar de ir en un
todoterreno.
¿Bebes?
¿Fumas hierba?
Sí.
¿Consumes otras drogas?
No. Las drogas fueron una carga. Era yo el que creía que las necesitaba y no hacía el esfuerzo
por darme cuenta de que no las necesitaba. Me he dado cuenta de ello en los últimos años y
doy gracias a Dios por no necesitarlas. Sé que para mucha gente es complicado llegar a ese
punto, pero yo supe que no las quería.
Es complicado tener una vida larga cuando las drogas están presentes.
Sí, y yo quiero formar una familia. Y sé que dije que no quería, pero ahora sé que sí: quiero
tener hijos.
Probablemente. Puede que lo dijese porque me gustaba la trayectoria que estaba tomando
mi carrera, pero ahora también creo que tener hijos sería una buena influencia y me
inspiraría más.