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CAP. III . - Deriva Continental
CAP. III . - Deriva Continental
DERIVA CONTINENTAL
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PANGEA Y LA DERIVA CONTINETAL 250
MA
EVOLUCION……….
DERIVA CONTINETAL…..
LA DERIVA CONTINENTAL
Se llama así al fenómeno por el cual las placas
que sustentan los continentes se desplazan a lo
largo de millones de años en la historia
geológica de la Tierra.
Pruebas morfológicas
Coincidencia entre las costas de
continentes hoy en día separados
Ejemplo: África y Sudamérica
LA DERIVA CONTINENTAL
PRUEBAS DE LA DERIVA CONTINENTAL
Pruebas geológicas
Muchas Estructuras Geológicas iguales en continentes
separados.
Por un lado, el ajuste de los bordes de la plataforma
continental entre los continentes africano y
sudamericano, esto es, que encajaban el uno con el
otro. Por otro lado, la continuación de las cadenas
montañosas en el continente sudamericano y en el
africano, hoy en día separadas por el océano Atlántico.
Y por último, la continuación de las cadenas montañosas
europeas y norteamericanas. Actualmente separadas
por el océano Atlántico.
PRUEBAS DE LA DERIVA CONTINENTAL
Pruebas paleoclimáticas
Rocas indicadoras de climas iguales en zonas a
distinta latitud en la actualidad.
La presencia de un mismo modelo erosivo en
distintos continentes, da a pensar, que todos
ellos permanecieron en el pasado unidos ya que
poseían el mismo clima. Por ejemplo, los
mismos depósitos morrénicos en Sudáfrica,
Sudamérica, India y Australia.
Ejemplo: depósitos glaciares de la misma época
en la Patagonia y la India.
PRUEBAS DE LA DERIVA CONTINENTAL
Pruebas Geomagnéticas
La prueba definitiva de la deriva continental fue aportada por los
geofísicos, a los que también debemos la comprensión de los
mecanismos que la permiten. Los argumentos más sólidos en favor
de la teoría provienen del estudio del magnetismo natural que
tienen las rocas y que es una consecuencia del campo magnético
terrestre.
Se puede saber cuál era la posición de los continentes con respecto
a los polos, atendiendo al magnetismo procedente de la
composición de sus rocas. De esta forma, observando los trazados
magnéticos se llego a la conclusión de que hubo con anterioridad
una conglomeración de los continentes actuales.
Minerales magnéticos en rocas de igual edad en distinto continente
indican dos polos norte. Trasladando los continentes, apuntan a un
único polo.
POLOS MAGNETICOS Y GEOGRAFICOS
PRUEBAS DE LA DERIVA CONTINENTAL
Distribución actual de los seres vivos
Después de la fragmentación de los continentes, se han
encontrado especies que poseen características iguales, en
determinados continentes, con la única diferencia de que éstas
han ido evolucionando según su nuevo entorno. Por ejemplo, el
caracol de jardín encontrado tanto en Norteamérica como en
Eurasia.
Las cadenas montañosas submarinas eran muy largas y continuas. La cordillera del Atlántico era además casi
paralela a los contornos de los continentes que bordean ese océano.
Por la cresta de todas las cordilleras oceánicas corrían fallas geológicas continuas que indicaban que los lados
de la cordillera se estaban separando.
El flujo de calor del interior de la Tierra a la superficie es muy elevado en las cordilleras oceánicas.
En los continentes se han encontrado restos fósiles de hasta 4000 millones de años de antigüedad (las
primeras bacterias), pero en los océanos la antigüedad máxima de los fósiles no rebasa los 180 millones de
años.
Además, las capas de sedimento del lecho oceánico corresponden a una antigüedad de no más de 200
millones de años, más o menos.
Ésta es la hipótesis de Hess, que explica todos los resultados anteriores como efectos de una sola causa: las
cordilleras submarinas son centros de creación y expansión del lecho oceánico. Las fosas marinas son zonas
de subducción (hundimiento). El suelo continental se conserva, pero la corteza oceánica se recicla, y nunca
dura más de 200 millones de años.
El rompecabezas geológico estaba casi completo, pero faltaba demostrar que la hipótesis de Hess era correcta.
Confirmación de la Hipótesis de Hess
Lo que ha ocurrido, por lo menos, una vez, puede volver a ocurrir y ocurrirá. El
movimiento de las placas que forman la corteza terrestre deslizándose sobre
una capa viscosa, sometida a fuertes tensiones, no puede detenerse.
Recordemos que los continentes no son más que las tierras emergidas de
algunas placas y, de buen seguro, en el futuro cambiarán de forma y posición
muchas veces, como lo hicieron en el pasado.
PANGEA ES SÓLO UN PASO
Antes de la deriva de Pangea se sabe que hubo periodos de deriva anteriores. Pangea
sólo había durado unos pocos cientos de millones de años y se había formado
inicialmente a partir de la unión de un conjunto de masas de tierra distintas de los
continentes actuales, que eran a su vez fragmentos de otro supercontinente. Por lo que
parece, la rotura, dispersión y reunión de supercontinentes es un proceso continuo.
De hecho, no son los continentes, sino el propio fondo oceánico el que se mueve y
arrastra de este modo los continentes. El proceso continúa, y los continentes siguen su
deriva, por lo general a razón de unos pocos centímetros al año. Por tanto, su actual
disposición no es permanente.
Allí se están analizando, por ejemplo, plegamientos de proteínas y de ácido ribonucleico en el caso de
la genómica; el avance del desierto y la intensidad y frecuencia de fenómenos como El Niño y La Niña
en el área medioambiental; la reducción de costos operativos y disminución de emisiones
contaminantes en la fusión y conversión del cobre; así como la posibilidad de acceder visualmente al
interior del cuerpo humano para observar sus funciones sin necesidad de efectuar una intervención
quirúrgica, en medicina.
Su aplicación sirve para ayudar a desentrañar problemas de gran complejidad y de alto alcance como
los anteriormente mencionados, pero también otros, que nos pueden parecer mucho más simples y
cotidianos, como averiguar a qué profundidad exacta se deben levantar los cimientos de un edificio o
a qué altura es preferible instalar un cable de electricidad.
A partir de diversas evidencias, renovó la idea de que todos los continentes estuvieron en un
momento dado unidos en una gran área de tierra que él llamo Pangea. Más tarde sostuvo que ese
supercontinente habría comenzado a dividirse hace aproximadamente 200 millones de años en dos
partes: una norte que él llamo Laurasia, y una sur llamada Gondwana por el geólogo austríaco
Eduard Suess.
Las teorías de Wegener, descritas en El origen de los continentes y de los océanos (1915), no fueron
corroboradas por los científicos hasta 1960, cuando la investigación oceanográfica reveló el
fenómeno conocido como expansión del fondo del mar, atribuida al geólogo norteamericano Harry
Hammond Hess. Wegener murió durante una expedición a Groenlandia.
Wegener descubrió que las placas continentales se rompen, se separan y chocan unas con otras.
Estas colisiones deforman los sedimentos geosinclinales creando las cordilleras de montañas
futuras. Los trabajos geofísicos sobre la densidad de la Tierra y las observaciones de los petrólogos
habían mostrado con anterioridad que la corteza terrestre se compone de los materiales bien
distintos: el sima, formado por silicio y magnesio, por lo general basáltica y característica de la
corteza oceánica; y el sial, de silicio y aluminio, por lo general granítica y característica de la corteza
continental.
Wegener creía que las placas continentales siálicas se deslizaban sobre la corteza oceánica
simática como hacen los icebergs en el océano. Este razonamiento era falaz, porque la temperatura
de fusión del sima es mayor que la del sial. Después los geólogos descubrieron la llamada
astenosfera, capa semisólida, situada en el manto terrestre debajo de la corteza, a profundidades
entre 50 y 150 km. Primero se conjeturó y luego se demostró sísmicamente que era un material
plástico que podía fluir despacio. Para Wegener, las causas de la deriva continental se podían deber
a diversas causas como: la fuerza centrifuga de la tierra, el efecto de las mareas y a la fuerza polar,
que hacía que los continentes se desplazaran desde los polos al Ecuador.
CONCLUSIÓN
A lo largo del siglo XX, las investigaciones de numerosos científicos de diferentes áreas,
permitieron que en la década de los 60, se enunciara una teoría globalizadora, que
explica los procesos geológicos que tienen lugar en la superficie de la Tierra: la tectónica
de placas.
Esta teoría permite entender la disposición actual de los continentes y cómo han ido
variando de forma, tamaño y situación a lo largo de la historia de la Tierra.
También explica la existencia de zonas sísmicas y de elevada actividad volcánica, la
formación de cordilleras y la localización de diferentes tipos de rocas y de yacimientos
minerales.
La teoría de la deriva continental fue propuesta originalmente por Alfred Wegener en
1912, quien la formuló basándose, entre otras cosas, en la manera en que parecen
encajar las formas de los continentes a cada lado del Océano Atlántico, como África y
Sudamérica (de lo que ya se habían percatado anteriormente Benjamin Franklin y otros).
También tuvo en cuenta el parecido de la fauna fósil de los continentes septentrionales y
ciertas formaciones geológicas. Más en general, Wegener conjeturó que el conjunto de
los continentes actuales estuvieron unidos en el pasado remoto de la Tierra, formando
un supercontinente, denominado Pangea. Este planteamiento fue inicialmente
descartado por la mayoría de sus colegas, ya que su teoría carecía de un mecanismo
para explicar la deriva de los continentes. En su tesis original, propuso que los
continentes se desplazaban sobre el manto de la Tierra de la misma forma en que uno
desplaza una alfombra sobre el piso de una habitación. Sin embargo, la enorme fuerza
de fricción implicada, motivó el rechazo de la explicación de Wegener, y la puesta en
suspenso, como hipótesis interesante pero no probada, de la idea del desplazamiento
continental. En síntesis, la deriva continental es el desplazamiento lento y continuo de
las masas continentales debido a las corrientes de convección. .
GRACIAS