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Un grupo de perros hambrientos descubrió unas pieles sumergidas en un arroyo, pero no podían alcanzarlas debido al nivel del agua. El perro más viejo propuso que todos bebieran para bajar el nivel del agua, pero aunque bebieron hasta reventar, no lograron alcanzar las pieles ni saciar su hambre. La moraleja es que a veces se toman decisiones precipitadas por el hambre o la sed sin pensar en las consecuencias.
Un grupo de perros hambrientos descubrió unas pieles sumergidas en un arroyo, pero no podían alcanzarlas debido al nivel del agua. El perro más viejo propuso que todos bebieran para bajar el nivel del agua, pero aunque bebieron hasta reventar, no lograron alcanzar las pieles ni saciar su hambre. La moraleja es que a veces se toman decisiones precipitadas por el hambre o la sed sin pensar en las consecuencias.
Un grupo de perros hambrientos descubrió unas pieles sumergidas en un arroyo, pero no podían alcanzarlas debido al nivel del agua. El perro más viejo propuso que todos bebieran para bajar el nivel del agua, pero aunque bebieron hasta reventar, no lograron alcanzar las pieles ni saciar su hambre. La moraleja es que a veces se toman decisiones precipitadas por el hambre o la sed sin pensar en las consecuencias.
Sebastián Yabar Una jauría, de perros hambrientos, recorría la comarca en busca de alimento y, cuando pasaron junto a un arroyo, uno de ellos dijo: -¡Miren allá abajo! ¡Hay unas pieles que se remojan en el fondo del foso! Efectivamente, en lo profundo de unas aguas cristalinas, se veían unas pieles sumergidas para el remojo. Los perros buscaban la manera de apoderarse de ellas, pero no las alcanzaban por la cantidad de agua Entonces el más viejo del grupo propuso: _Si todos bebemos, disminuirá el líquido elemento y podremos alcanzar cómodamente las pieles. Sin pensarlo dos veces se abalanzaron sobre el agua y bebieron tanto hasta reventar, sin alcanzar el objetivo codiciado. MORALEJA: