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Recuerdo con agrado la dicha de el tiempo los momentos que pasamos juntos; desde niño me cuidaste y protegiste, me escuchabas, y

también me consolaste… y me tuviste paciencia, fuiste cómplice de mis travesuras, me corregiste cuando fue necesario, pero siempre
me diste amor, siempre guardaré en mi corazón la calidez de tu regazo y el calor de tus abrazos, la hermosura de tu sonrisa y el
temple de tu carácter, tu fuiste y serás uno de los pilares de mi vida, es por eso que siempre recordaré y con gran amor y cariño; tu
legado y enseñanzas siempre permanecerán en mi…
Gracias abuelita, por estar siempre en mi corazón, y haber estado siempre cuando te necesité…
Me queda la esperanza de que mas allá de la vida esperaré encontrarnos, mas allá del tiempo, en la eternidad…

Abuelita Lulú

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