0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
231 vistas2 páginas
El documento describe la historia de amor no correspondido entre dos personas. La persona narra cómo aprendió a amar en silencio a otra persona, reprimiendo sus sentimientos por miedo a lastimarla o lastimarse. Con el tiempo, sus sentimientos brotaron y se confesó a través de una canción, pero por un descuido no pudieron estar juntos, por lo que tuvo que seguir amando en silencio para protegerse.
El documento describe la historia de amor no correspondido entre dos personas. La persona narra cómo aprendió a amar en silencio a otra persona, reprimiendo sus sentimientos por miedo a lastimarla o lastimarse. Con el tiempo, sus sentimientos brotaron y se confesó a través de una canción, pero por un descuido no pudieron estar juntos, por lo que tuvo que seguir amando en silencio para protegerse.
El documento describe la historia de amor no correspondido entre dos personas. La persona narra cómo aprendió a amar en silencio a otra persona, reprimiendo sus sentimientos por miedo a lastimarla o lastimarse. Con el tiempo, sus sentimientos brotaron y se confesó a través de una canción, pero por un descuido no pudieron estar juntos, por lo que tuvo que seguir amando en silencio para protegerse.
Todavía recuerdo con claridad aquella noche en la que me
confesaste tu amor, recuerdo tu carita y manitos nerviosas, indecisa de si lo que ibas a ser era lo correcto, recuerdo la fuerza con la que latía mi corazón esperando las palabras que saldrían de esos dulces labios, si tan solo hubiera sabido que esas palabras iban a darle un giro inesperado a mi vida. Aún recuerdo aquella cajita que dejaste sobre mi pupitre, el vuelco que dio mi corazón al verla, en ese instante, como si nuestras almas estuvieran conectadas, pude sentirlo dentro de mí, sabía que eras tú, que eras tú la persona con la que quería comer aquellos dulces, dulces que adentro yacían añorantes por ver mi reacción ante tus etéreas palabras. La sangre que corría fuertemente por mis venas, esa sensación que en aquel momento pensé que era rechazo, en realidad era amor, esperanza, e incluso, miedo, miedo por lo que pudiera pasar, miedo de lastimarte, de lastimarme, de lastimarnos; Y en ese preciso momento dio lugar una pelea entre mi cerebro y mi corazón, y torpemente decidí callar a la fuerza a mi corazón que pedía a gritos correr hacia ti. Poco a poco, aprendí a amarte en silencio, aprende a reprimir mis sentimientos, aprendí a mirarte sin que una sonrisa se esbozara en mi rostro. Con el tiempo llegué a creer que mis sentimientos por ti al fin se estaban apaciguando, que tonta fui por no darme cuenta que en ese momento era cuando mis sentimientos más me pedían llegar a ti.
De un momento para otro mis sentimientos por ti brotaron de mi
pecho, como si una flecha de cupido hubiera atravesado el centro de mi corazón. Era una madrugada, yo solo esperaba que estuvieras despierta, es difícil de explicar, pero sentía que si no me expresaba a ti en ese momento te iba a perder para siempre, así que lo hice, te abrí mi corazón junto con una canción, sí, aquella canción que me habías dicho que era tu favorita, pero adjuntando las siguientes palabras “Lo sé, sé que es tu canción favorita, pero necesito que la escuches de nuevo, te la estoy dedicando”. Es una verdadera lastima que por un descuido nuestro lo hayamos echado todo a perder, por un descuido nuestro no podría tenerte en mis brazos de nuevo, por un descuido nuestro me prohibieron verte, y en ese momento entendí que tendría que seguir amándote en silencio para protegerte, para protegerme, para protegernos. Quiero agarrar un cuadro y retratar el momento en el que estuve en tu casa ayudándote a estudiar, cuando estabas recostada sobre mis piernas y nos miramos en silencio a los ojos, en ese instante la frase “una mirada vale más que mil palabras” tomo sentido para mí, y me odio, me odio por no haber tenido la valentía de tomarte por las mejillas y besarte, pero sabes que era obvio que quería hacerlo. Aprender a amarte en silencio fue lo más difícil y doloroso que haya hecho alguna vez, tener que fingir que no quería abrazarte, mimarte, tenerte en mis brazos, me estaba rompiendo por dentro, pero lo más doloroso era saber que yo no era la única que se sentía así.