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EXPRESIÓN ORAL

PERSUASIÓN GERENTES

Diciembre 14 de 2022

Carlos Salcedo Pérez

Tutor
EXPRESIÓN ORAL

• La expresión oral es fundamental para la labor


gerencial
• Al perfeccionar nuestras capacidades de expresión
oral podremos:

• Comunicar mejor nuestras ideas


• Ganar credibilidad
• Ser más efectivos en nuestra labor gerencial
COMUNICACIONES
• Las haremos por medio del correo electrónico de
la plataforma.

• Cada grupo puede solicitar tutorías personalizadas


si lo considera necesario (de lunes a viernes). Estas
se deben solicitar por medio del correo electrónico
de la plataforma, indicando diferentes
posibilidades de día/hora para las mismas.

• Las tutorías se deben solicitar con 48 horas de


anticipación.
ENTREGAS

• ENTREGA 1: plazo máximo el martes 17 de enero


de 2023 a las 23:55 (150 puntos)

• ENTREGA 2: plazo máximo el martes 31 de enero


de 2023 a las 23:55 (150 puntos)

• ENTREGA 3: presentación a realizarse el día del


cuarto encuentro sincrónico (200 puntos).
ENTREGAS

• ENTREGA 1: documento escrito en Word

• ENTREGA 2: presentación en PowerPoint o en la


herramienta que el grupo elija

• ENTREGA 3: presentación oral (en este caso no hay


que subir nada a la plataforma; el día que se
programe el grupo realiza la presentación de 10
minutos).
PRESENTACIÓN FINAL

Presentación de 10 minutos

Se debe utilizar la plantilla de


la presentación que se envíe
en la segunda entrega
CONDICIONES DE LAS ENTREGAS

IMPORTANTE TENER EN CUENTA

Solo un integrante del grupo sube el trabajo en la


plataforma.

Todos los integrantes del grupo deben revisar el


documento final antes de subirlo.
CONDICIONES DE LAS ENTREGAS
• Toda persona del grupo cuyo nombre aparezca
como autora en el documento se considerará
como tal (independientemente de si trabajó o
no en la misma).
• Si una persona del grupo no trabaja en una
entrega su nombre no debe ir como autora de
la misma.
• Si una persona del grupo no trabajó pero su
nombre aparece como autora en el documento,
esto se considera como autoría final y en dicho
caso no se tomarán en cuenta mensajes con
cambio de opinión al respecto.
CONDICIONES DE LAS ENTREGAS
• No se aceptarán documentos para calificar
enviados por el correo. Solo se aceptarán
aquellos que se suban de la forma indicada en
la plataforma.

• No se harán actividades para subir notas de las


entregas.

• Por favor revisen bien lo que suben a la


plataforma en las entregas. Se calificará lo que
se sube a la misma y no ningún otro
documento.
PARA EMPEZAR
Leamos:
las dos primeras páginas en el siguiente enlace:

http://www.secst.cl/upfiles/documentos/19072016_12
07am_578dc39115fe9.pdf
SIGAMOS
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel
Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre
lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte
casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas
diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y
enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que
muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que
señalarías con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia
de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un
grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos.
Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y
manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquiades, hizo una
truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava
maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa
arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que
los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las
maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando
de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo
aparecían por donde más se les había buscado, y se arrastraban en
desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades.”
(Garcia, 1967).
SIGAMOS
“«Las cosas, tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero acento-,
todo es cuestión de despertarles el ánima.» José Arcadio Buendía, cuya
desaforada imaginación iba siempre más lejos que el ingenio de la
naturaleza, y aun más allá del milagro y la magia, pensó que era posible
servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra.
Melquíades, que era un hombre honrado, le previno: «Para eso no sirve.»
Pero José Arcadio Buendía no creía en aquel tiempo en la honradez de los
gitanos, así que cambió su mulo y una partida de chivos por los dos
lingotes imantados. Úrsula Iguarán, su mujer, que contaba con aquellos
animales para ensanchar el desmedrado patrimonio doméstico, no
consiguió disuadirlo. «Muy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la
casa», replicó su marido. Durante varios meses se empeñó en demostrar
el acierto de sus conjeturas. Exploró palmo a palmo la región, inclusive el
fondo del río, arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz
alta el conjuro de Melquíades. Lo único que logró desenterrar fue una
armadura del siglo xv con todas sus partes soldadas por un cascote de
óxido, cuyo interior tenía la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno
de piedras. Cuando José Arcadio Buendía y los cuatro hombres de su
expedición lograron desarticular la armadura, encontraron dentro un
esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre
con un rizo de mujer.” (Garcia, 1967)
REFERENCIAS

Garcia, G. (1967). Cien años de soledad.

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