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Antecedentes

• La gravedad es una señal ambiental única ya que está


presente continuamente, es unidireccional y tiene
esencialmente una intensidad constante. Las plantas
han desarrollado mecanismos que utilizan a este
indicador constante de su ambiente para guiar su
dirección de crecimiento y proveer acceso óptimo a
recursos esenciales. Este tropismo asegura que las
raíces crezcan hacia abajo en el suelo donde pueden
tomar agua y minerales (gravitropismo positivo),
mientras que los tallos crecen hacia arriba en el aire,
donde pueden fotosintetizar, reproducirse y dispersar
sus semillas (gravitropismo negativo) (Perrin et al.,
2010).
• La existencia del vector gravedad
es un factor físico básico y
permanente en nuestro planeta,
que ha estado presente en toda la
evolución biológica y que si se
simula con la fuerza centrípeta, es
decir si se hace girar una rueda no
demasiado rápido ni lento, se
puede proporcionar una gravedad
simulada (Cruz et al., 2013 ).
• El crecimiento de las plantas depende de su orientación respecto de
la gravedad, mediante un mecanismo llamado geotropismo. Las raíces
se vuelven en parte geotrópicas negativas, en parte ageotrópicas
(Boas, 1938)

• Las auxinas son consideradas como las hormonas que activan el


crecimiento en las raíces y tallos, además que son las responsables
del geotropismo, que es el crecimiento en dirección de la gravedad
(Jordán y Casaretto, 2006).
• La ausencia de geotropismo desencadena una respuesta celular, cuyo
conocimiento es necesario para conseguir la supervivencia de
organismos terrestres en condiciones distintas de las de la Tierra
(Araujo y Velásquez, 2015).
• Es más que evidente que Newton atribuye a la fuerza centrípeta una
mayor importancia que a toda otra fuerza, y es esto lo que permitirá
más adelante que Newton establezca la ley de Gravitación Universal
(Rivera et al., 2020).

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