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EL TEMPLO Y SU DEDICACION

Salomón ejecutó sabiamente el plan de construir un templo para el Señor, como David lo había deseado durante
mucho tiempo. Durante siete años Jerusalén se vió llena de obreros activamente ocupados en nivelar el sitio
escogido.
Simultáneamente con la preparación de la madera y de las piedras a la cual muchos millares
dedicaban sus energías, progresaba constantemente la elaboración de los muebles para el templo,
bajo la dirección de Hiram de Tiro, "un hombre hábil y entendido, . . . el cual" sabía "trabajar en oro, y
plata, y metal, y hierro, en piedra y en madera, en púrpura y en cárdeno, en lino y en carmesí

Salomón ejecutó sabiamente el plan de erigir un templo para el Señor, como David lo había deseado durante mucho tiempo. Durante siete años Jerusalén se vió llena de obreros activamente ocupados en nivelar el sitio escogido, 

Señor, como David lo había deseado durante mucho tiempo. Durante siete años Jerusalén se vió llena de obreros activamente ocupados en nivelar el sitio escogido, r, como David lo había deseado durante mucho tiempo. Durante siete años Jerusalén se vió llena de obreros activamente ocupados en nivelar el sitio escogido, or, como David lo había deseado durante mucho tiempo. Durante Salomón ejecutó sabiamente el plan de erigir un templo para el Señor, como
Salomón ejecutó de “grandes piedras,
piedras de precio, ... piedras labradas” mado
El sitio en que se construyó el templo se venía considerando desde largo tiempo
atrás como lugar consagrado.
1.-Allí era donde Abrahán, padre de los fieles, se había demostrado dispuesto a
sacrificar a su hijo en obediencia a la orden de Jehová.
2.-Allí Dios había renovado con Abrahán el pacto de la bendición, que incluía la
gloriosa promesa mesiánica de que la familia humana sería liberada por el
sacrificio del Hijo del Altísimo.
3.- Allí era donde, por medio del fuego celestial, Dios había contestado a David
cuando éste ofreciera holocaustos y sacrificios pacíficos a fin de detener la

espada vengadora del ángel destructor.s bosques del Líbano y erigir el


Cuando llevó al templo el arca sagrada que contenía las dos tablas
de piedra sobre las cuales el dedo de Dios había escrito los
preceptos del Decálogo, Salomón siguió el ejemplo de su padre
David. A cada intervalo de seis pasos ofreció un sacrificio. Con
cantos, música y gran pompa, " los sacerdotes metieron el arca del
pacto de Jehová en su lugar, en el oratorio de la casa, en el lugar
santísimo
Y también al extranjero que no fuere de tu pueblo Israel, que hubiere
venido de lejanas tierras a causa de tu grande nombre, y de tu mano
fuerte, y de tu brazo extendido, si vinieren, y oraren en esta casa, tú oirás
desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y harás conforme a todas
las cosas por las cuales hubiere clamado a ti el extranjero; para que
todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, y te teman como tu
pueblo Israel, y sepan que tu nombre es invocado sobre esta casa que he
edificado yo. Si tu pueblo saliere a la guerra contra sus enemigos por el
camino que tú los enviares, y oraren a ti hacia esta ciudad que tú
elegiste, hacia la casa que he edificado a tu nombre, tú oirás desde los
cielos su oración y su ruego, y ampararás su derecho
El rey había hecho cuanto estaba en su poder por alentar al
pueblo a entregarse por completo a Dios y a su servicio y a
magnificar su santo nombre. Y nuevamente, como sucediera
en Gabaón al principio de su reinado, recibió el gobernante de
Israel una evidencia de la aceptación y la bendición divinas.
Si Salomón hubiese continuado sirviendo al Señor con humildad, todo
su reinado habría ejercido una poderosa influencia para el bien sobre las
naciones circundantes, que habían recibido una impresión tan favorable
del reinado de David su padre y de las sabias palabras y obras
magníficas realizadas durante los primeros años de su propio reinado.
Previendo las terribles tentaciones que acompañarían la prosperidad y
los honores mundanales, Dios dio a Salomón una advertencia contra el
mal de la apostasía, y predijo los espantosos resultados del pecado. Aun
el hermoso templo que acababa de dedicarse, declaró, llegaría a ser
"proverbio y fábula en todos los pueblos," si los israelitas dejaban "a
Jehová Dios de sus padres" (2 Crón. 7: 20, 22), y persistían en la
idolatría.
La verdadera reverencia hacia Dios nos es inspirada por un
sentido de su infinita grandeza y un reconocimiento de su
presencia. Este sentido del Invisible debe impresionar
profundamente todo corazón. La presencia de Dios hace que
tanto el lugar como la hora de la oración sean sagrados. Y al
manifestar reverencia por nuestra actitud y conducta, se
profundiza en nosotros el sentimiento que la inspira. "Santo
y temible es su nombre" (Sal. 111: 9, V.M.), declara el
salmista. Los ángeles se velan el rostro cuando pronuncian
ese nombre. ¡Con qué reverencia debieran pronunciarlo
nuestros labios, puesto que somos seres caídos y
pecaminosos!.
AMEN

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