Concepciones y representaciones del espacio en la geografía y las ciencias sociales.

Las concepciones relacionales de espacio en el humanismo geográfico:

I. La prehistoria de la experiencia geográfica y la

imaginación geográfica con Wright.
II. Las geografías humanísticas propiamente dichas.

Gabriel ÁLVAREZ
Lo vivido, la experiencia y lo imaginado
como fuente de conocimiento geográfico
de las personas y de lxs geógrafxs.
Geografía humana y geografía humanística
¿son lo mismo?

La geografía humana podría pensarse como un campo y perspectiva geográfica

no naturalista que correspondería a la geografía emergente del siglo XIX en
adelante…cuya centralidad está en la acción humana y/o en la voluntad
humana. Mientras que la geografía humanística es una perspectiva
particular dentro de la geografía humana que prioriza la dimensión subjetiva
de la espacialidad / la subjetividad espacial de las personas en relación con
las sociedades y los territorios. Esta última debería concebirse, más allá de
sus probables o no vinculaciones con el vidalismo, derivada de las
posiciones antipositivistas emergentes de la geografía y estructuradas de
allí en adelante por la fenomenología y el existencialismo…
 ¿El regreso del antirracionalismo y el historicismo ahora renovados? ¿El
ideografismo de otro modo? ¿El regreso de Vidal de la Blache? ¿En qué
sentido se conserva/renueva las concepciones sobre el poder para estas
geografías?
A partir del movimiento radical se fueron clarificando posturas y alternativas muy heterogéneas,
desde un positivismo humanista reformista que postulaba solamente un cambio de temática
(Smith, Morilí), hasta posiciones idealistas como las de Guelke, o fenomenológicas
representadas por los trabajos de Vi Fu Tuan o A. Buttimer, incluyendo también la corriente
anarco-marxista que ocupó un puesto hegemónico en las filas de la geografía radical (Peet,
1981, 1977, 1978; Hurst, 1979, Capel, 1981; García Ramón, 1977 y Frutos, 1980). (Estebanez
La geografía humanística ha de verse como una crítica y una alternativa a lo que se consideró la
«dictadura intelectual del enfoque cuantitativo en Geografía» (A. L. Sanguin, 1981, p. 561).
En todo momento se esfuerza por introducir en el estudio todo lo referente a la condición humana, y
así como el Renacimiento amplió los estrechos márgenes de la escolástica medieval, el
humanismo del siglo xx «busca luchar contra las estrechas limitaciones del positivismo lógico
de la ciencia e incluir cuestiones referentes a la estética, literatura, lingúística, el legado y la
reconstrucción histórica. (O. Ley y M. Samuels, 1978, p. 5).
Esta corriente humanista se apoya como es lógico, en las filosofías, fenomenológica y existencial,
así como en algunos escritos de Marx y en los neomarxistas Lukacs y Marcuse. El enfoque
humanista influyó en la sociología (Alfred Shutz y Karl Mannhein), en los economistas
ortodoxos y heterodoxos…
La filmina presente y la siguiente fueron elaboradas a partir de Estébanez Álvarez, J. (1982). La Geografía Humanística. Anales De Geografía
De La Universidad Complutense, 2, 11. Recuperado a partir de Revistas.ucm.es/index.php/AGUC/article/view/AGUC8282110011A :
Las obras de D. Ley Guelke, Harris, en el campo idealista, y los numerosos trabajos de E. Relph,
Buttimer, Yi Fu Tuan y Mercel y Powell desde un enfoque fenomenológico existencial, pueden
considerarse como la base de este movimiento que tiene un cierto auge en la década de los años
70 y continúa en nuestros días, aunque con un claro carácter minoritario dentro de la Geografía
actual.
El positivismo lógico va a producir una «geografía humana sin hombres», por lo tanto, abstracta,
estrecha, pues no tiene presente las intenciones, ni los valores, individuales o de grupos. Este
reduccionismo es muy peligroso, pues como dice A. Schutz: «La salvaguarda del enfoque subjetivo
es la única garantía de que el mundo de la realidad social no sea sustituido por un mundo ficticio
construido por el observador científico» (Ley, 1980, p. 12).
La Geografía humanística propugna como postulado básico que el «espacio vivido es el mundo de la
experiencia inmediatamente anterior al de las ideas científicas». (A. L. Sanguin, 1981, p. 561), y
por ello, la geografía humanística estudia el mundo en el que los hombres viven y actúan, en lugar
de considerar mundos hipotéticos habitados por seres omniscentes.
La Geografía humanista es contraria al enfoque radical marxista tal y como lo exponen D. Harvey o M.
Castells, puesto que estos autores elaboran un mundo mecanicista, en la que todo está previsto y
en donde el papel del hombre es nulo. Ley insiste en que los geógrafos marxistas, a pesar de su
crítica total al positivismo, no escapan de un enfoque del mundo esencialmente económico y
racionalista y así, desear que en la ciudad no se cumpla el modelo de Von Thunen-Alonso, no
quiere decir que se prescinda de las categorías económicas del modelo, pues como señala Jean
Baudrillard: «El materialismo histórico de Marx... es demasiado conservador y está muy enraizado
en los supuestos de la economía política, y es demasiado dependiente del sistema de ideas que
intenta superar» (A. Ley, 1980, p. 11).
Los dos rasgos esenciales del nuevo enfoque son por una parte, hacer una geografía humana con
hombres, tal y como intentó Vidal de la Blache, si bien «no podamos seguirlo literalmente »,
puesto que «el mundo existencial de Vidal no es el nuestro», una geografía antropocéntrica
apoyada en el existencialismo y en la fenomenología que son los enfoques más acordes con los
fines descritos, ya que en términos sociales el espacio se convierte en lugar, la idea abstracta de
La prehistoria de la geografía humanística y la
imaginación geográfica en particular.
El caso de John Wright.
En esta perspectiva, los pensamientos de Wright aún nos invitan a sentir curiosidad por los espacios que
nos rodean: una actitud básica que parece una perspectiva adecuada para una reconsideración de la
geografía como disciplina que puede ayudarnos a comprender nuestro entorno y empujarnos hacia la "
conquista "de lo que aún no hemos experimentado directamente con nuestros propios sentidos:" En el
curso del trabajo de campo o en unas vacaciones de verano, todos hemos escalado una montaña y
contemplado un país habitado y desconocido. Detrás de nosotros yace el valle del que hemos venido,
la granja o rancho donde hemos residido. Ante nosotros se ha extendido, si no una tierra desconocida
para el Servicio Geológico de los Estados Unidos, al menos una tierra personal de incógnita propia ”(p.
2). En esta perspectiva, la invitación de Wright también es reafirmar la centralidad del trabajo de
campo en la enseñanza de la geografía: es importante llevar a los estudiantes a una inmersión
sensorial en el entorno, para que puedan experimentar directamente el reconocimiento de las tierras
cognitivas (o supuestamenta conocidas) y la fascinación de los terrae incognitae constantemente
móviles y que están por conocerse. La sugerencia implícita en el ensayo de Wright es que un
renovado interés en la geografía puede ser provocado por la posibilidad de volver a sentir un "sentido
placentero de lo misterioso" (p.2). Su deseo para todos los profesores y estudiantes de geografía
podría interpretarse como la posibilidad de "escuchar las voces de las sirenas" (p. 2). Teniendo en
cuenta que "las sirenas, por supuesto, cantan diferentes cosas a diferentes personas" (p. 2). Al final, si
creemos, junto con John Kirtland Wright, que el ámbito de las geografías personales y colectivas es la
nueva frontera de terrae incognitae, todavía tenemos ante nosotros la conciencia desafiante de que lo
que hemos explorado hasta ahora es un " charco de luz en medio de una sombra ”(1947, p. 1).
El caso de John Wright
El lugar de la imaginación en la geografía

 Las sirenas de terrae incognitae

 Algunas variedades de terrae…
 La imaginación en geografía
 La imaginación estética
 Lo legítimo y lo deseable en la subjetividad estética impresiones
imaginativas prestadas
 Geografía y conocimiento humano
 Geografía histórica o la historia de la geografia
 Una aspiración
 Geografía Humanística. Aproximación desde las
concepciones relacionales de espacio.

Yi-Fu Tuan fue el primero en formalizar que la geografía humanista refiere a un campo de conocimientos y
discursos que da centralidad a la experiencia humana y el significado para la comprensión de la
relación de las personas con lugares y entornos geográficos. La perspectiva reconoce que la
participación humana con el mundo geográfico es compleja y multidimensional, los geógrafos
humanistas interpretan la acción y la conciencia humana, ya que ambas sostienen y se sustentan en
fenómenos geográficos como el espacio, el lugar, el hogar, la movilidad, el paisaje, la región, la
naturaleza y el hecho humano. La geografía humanista fue más prominente en los años setenta y
ochenta. Con el tiempo, fue reemplazado en gran medida por enfoques conceptuales que se cruzaron
tanto con perspectivas racionalistas del marxismo de variado signo con otras claramente historicistas,
según el esquema que vimos. De allí en adelante los cruces incluyen la geografía fenomenológica,
geografía existencial, geografía feminista, geografía pos-estructural, geografía crítica y geografía
relacional (sí es que esta última puede comprenderse por fuera de otras. Hoy en día, hay un renovado
interés en un enfoque humanista de los temas geográficos, aunque gran parte de este impulso surge de
la geografía de raíz fenomenológica de lo vivido y las vivencias de los espacios. (David Seamon)
https://www.academia.edu/7800688/Humanistic_Geography_encyclopedia_entry_2017_
El caso de Tuan (autoconstrucción de
una perspectiva)

¿Qué corrientes filosóficas caracterizan el pensamiento de Tuan?

¿Porqué situamos a Tuan en las concepciones relacionales de
espacio?
¿Qué conceptos organizan sus posicionamientos en la geografía?
¿Qué aportes considera que realizan los conceptos de Tuan a la
enseñanza de la geografía?
¿En qué medida los aportes de Tuan fortalece la formación reflexiva
y critica de los estudiantes de la escuela secundaria?
Fuente a consultar:
https://revistaifd.files.wordpress.com/2017/07/geografc3ada-hum
anista-yi-fu-tuan-n-sterla1.pdf