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La Pedagogía de Santo Tomás de

Aquino
21 de marzo de 2015
Alejandro Romero Alamilla
• Resulta difícil hablar de una pedagogía de
Santo Tomás, porque en realidad él nunca
escribió un tratado de pedagogía como tal. Por
tanto, lo que se presenta a continuación, son
algunos elementos inferidos o rescatados de
las obras de Santo Tomás de Aquino, en
particular por Enrique Martínez en la Revista
Electrónica Virtual Santo Tomás, de Enero de
2003, Año 1 Número 1.
• En principio debemos tener presente que, el
pensamiento de Santo Tomás de Aquino se
encuentra influenciado directamente por
Aristóteles. Por tal razón, resulta complicado
separar al uno del otro con plena certeza de
una independencia plena de Santo Tomás de
Aquino.
Enseñar a los hijos lo que está en el corazón

• Las palabras que yo te mando estarán en tu


corazón, y esto corresponde al aprendizaje, ya
que el discípulo debe aplicar el corazón a lo
que se le enseña. Por otra parte, a la
enseñanza pertenece lo que sigue: Y las
comentarás a tus hijos.
Educar implica:
• “promoción de la prole hasta el perfecto
estado del hombre en cuanto hombre, que es
el estado de virtud”.
• ¿Cuál es el estado perfecto?
El estado de virtud.
• ¿Qué es la virtud?
Los hábitos que tienden al bien.
Antes de avanzar
• En la actualidad ¿Para qué se educa al niño, al
adolescente y al joven?
Piensa, ¿Qué respuesta darías a ello?
Contradicción en el modelo actual de
educación
• Y si dirigimos nuestra mirada a la pedagogía
actual nos encontramos ante un rechazo
generalizado a cualquier fundamentación
filosófica y teológica, cuyo resultado ha sido la
pérdida del fin que pretende la educación, que
es la virtud, (sobre todo la moral) así como la
observación interminable de su objeto
material, del niño que debe ser educado.
Cuestión fundamental
• ¿Qué sentido tiene una educación sin
virtudes?
Finalidad de la educación en la línea de la
pedagogía Tomista
• “la primera finalidad de la educación es, ante
todo, ayudar [...] al hombre a formarse a sí
mismo como hombre”
Definición de educación para Santo Tomás

• Educar es “promover a la prole hasta el estado


perfecto del hombre en cuanto hombre, que es el
estado de virtud”.
De esto surge una cuestión:
• ¿Cuál es el estado perfecto del hombre en cuanto
hombre?
Ser tal como Dios lo hizo.
• Tenemos así identificado el fundamento de toda
educación: la naturaleza humana.
Podríamos, en Santo Tomás, no obstante,
identificar tres estados perfectos del
hombre en
cuanto tal:
• 1. El estado de perfección esencial, que le sobreviene
(al hombre) al ser engendrado;
• 2. El estado de felicidad, que se alcanza con la
operación perfecta; y
• 3. El estado de virtud, que proporciona al hombre una
“segunda naturaleza” y, a su vez, lo dispone a la
felicidad.
Pregunta clave
• ¿Cuál de los tres estados de Perfección
pretende la acción educativa?
Santo Tomás indica que es: “el estado de
virtud”.

Y ello se debe a que:


No es el primer estado el que interesa a la
educación porque…
• El primer estado es el que le sobreviene al hombre al
ser engendrado. Antes de ser sujeto de la educación, el
hijo ya es. Su ser sustancial en una naturaleza racional
le ha sido dado gracias a la procreación. Por ésta los
padres, colaboradores de Dios en la labor creadora…
Nota: En este punto a educación no interviene, pues esta
perfección le viene dada al hombre en su ser, sólo por
ser lo que es: Hombre. Ejemplo: el hombre posee razón
no por educación, sino porque es su ser. La razón es
facultad del ser y no producto de un aprendizaje.
Tampoco es el segundo estado el que le
interesa a la educación porque:
• “todo lo engendrado, antes de perfeccionarse, es
imperfecto”. Esto requiere un nuevo tipo de perfección
que no sea ya sustancial sino accidental, que no sea el esse
(ser), sino el bene esse (bien ser).
• este bene esse puede entenderse como la operación
perfecta, que es la felicidad, ʺperfección última del
hombreʺ.
• En esa línea la Felicidad es el estado último. Lo que se
quiere alcanzar. Es la plenitud. Así, lo que le interesaría a la
educación no es directamente el estado último, sino
aquello que te puede llevar al estado último.
Se educaría no para saber qué es la felicidad,
sino cómo la puedes alcanzar
• De lo anterior se desprende que el estado que
le interesa a la educación es el tercero, que es
un estado intermedio entre el estado de
perfección del ser engendrado y el estado de
perfección por operación perfecta (la
felicidad), es decir, que la educación le
interesa el estado de virtud. Porque es la
virtud la que lleva a la felicidad.
• Si la virtud lleva a la felicidad, entonces, lo que la
educación procura, en realidad, es que el hombre
alcance la virtud, por ende, la felicidad.
• La educación tiene por tanto, como fin, la virtud, es
decir, enseñar al hombre a ser virtuoso.
• ʺcomo el padre te engendró corporalmente, así el
maestro te engendró espiritualmenteʺ.
• En este sentido, la educación da lo que no viene dado
en el ser: la virtud. Se educa para que el hombre llegue
a ser bueno, justo, prudente.
• Sólo educando en la virtud, el hombre llegará al
estado de felicidad.
• Se educa para que el hombre adquiera hábitos
buenos, es decir, virtudes.
• “Por el bien de la prole se entiende no
solamente su procreación, por la que la prole
recibe el ser, sino también la crianza y la
instrucción, por las que de los padres se reciben
el alimento y la doctrina”.
Tipos de virtudes
• A) Intelectuales Especulativas: la ciencia, que perfecciona
el raciocinio que discurre a partir de principios universales
en tal o cual género de seres cognoscibles, y la sabiduría,
que lo hace a partir de los principios universales últimos
Requieren de estudiosidad (auténtico deseo de saber, que
se opondría al vicio de la mera curiosidad.)
Nota: Sabiduría sólo hay una, pues el objeto último en el
que fundamenta su raciocinio es uno solo, Dios; mientras
que podemos identificar tantas ciencias cuantos géneros
haya.
• El educador que pretenda dirigir a su discípulo
por las sendas de la ciencia y la sabiduría
deberá, por consiguiente, acondicionar el
camino haciendo del educando alguien
estudioso, esto es, deseoso, dócil y atento a la
verdad.
• Intelectuales prácticas: La prudencia y el arte.
• B) Virtudes Morales. las virtudes morales que
rectifican los apetitos sensitivos y sus actos,
las pasiones, en su relación con la razón. Las
principales virtudes morales de la sensibilidad
son la fortaleza y la templanza… pero la más
cercana a la razón porque regula los apetitos
es la justicia.
• En fin, lo que importa es que la educación para Santo
Tomás tiene como fin principal la virtud, en cierto modo,
hacer al hombre virtuoso, es decir, crear en él (por eso la
educación engendra) hábitos buenos.
• Y es que, en realidad, en el hombre los hábitos buenos no
le vienen dados en su ser (como en otros seres, que ya
están acabados en su ser) pues este no está acabado, por
ello es que el padre y el maestro habrán de crear en él lo
que no viene dado. Y ese sería el fin principal de la
educación y el papel de la pedagogía de Santo Tomás de
Aquino.

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