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Santiago 5, 13-16
"¿Hay entre ustedes alguno desanimado? Que rece.
¿Está alguno alegre? Que cante himnos a Dios.
¿Hay alguno enfermo? Que llame a los ancianos de la Iglesia, que oren
por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor.
Reconozcan sus pecados unos ante otros y recen unos por otros para que
sean sanados. La súplica del justo tiene mucho poder con tal de que sea
perseverante:"
La unción de los enfermos es un sacramento
que la Iglesia celebra en situación de
enfermedad, con el fin de significar la oferta y la
presencia de Dios en el momento del dolor, y
para mostrar la solidaridad de la Iglesia con el
mismo enfermo, en un momento en que
realmente se necesita. Además de pedir, que
de acuerdo a la voluntad de Dios el enfermo se
restablezca y recobre plenamente la salud.
«Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la
Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que
los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la pasión y muerte de
Cristo; y contribuir, así, al bien del Pueblo de Dios».
¿por qué la enfermedad y la muerte?; si Dios está con los justos y
los ama, ¿por qué son estos los que muchas veces padecen,
mientras los injustos disfrutan de la vida?
El sufrimiento humano
suscita compasión,
suscita también respeto, y
a su manera atemoriza.
En efecto, en él está
contenida la grandeza de
un misterio específico.
LA UNCIÓN COMO SACRAMENTO
«Esta Unción santa de los enfermos fue instituida por Cristo nuestro
Señor como un sacramento del Nuevo Testamento, verdadero y
propiamente dicho, insinuado por Marcos (Mc.6, 13), y recomendado a
los fieles y promulgado por Santiago, apóstol y hermano del Señor
(Sant.5, 14-15; DS.1695.).» CIC 1511
Este sacramento se aplicó a lo largo de muchos años, a personas que estaban a
punto de morir, por tal motivo se asocia con la muerte, tanto así que hasta antes
del Concilio Vaticano II formaba parte de los “Ritos Finales”, y se le conocía como
“Extrema Unción”
De manera que la unción es para los enfermos y no solo para los moribundos. «El
Señor Jesucristo, médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos, que perdonó los
pecados al paralítico y le devolvió la salud del cuerpo, quiso que su Iglesia continuase,
con la fuerza del Espíritu Santo, su obra de curación y de salvación, incluso en sus
propios miembros. Esta es la finalidad de los dos sacramentos de curación: del
sacramento de la Penitencia y de la Unción de los enfermos.»
Quienes la pueden recibir:
● Enfermo con un padecimiento grave
● Las personas ancianas, aun estando con salud
● Mujeres que están prontas a dar a luz
«el sacramento de la unción de los enfermos tiene por fin conferir una gracia
especial al cristiano que experimenta las dificultades inherentes al estado de
enfermedad grave o de vejez.» CIC 1527
Requisitos para recibir la unción:
● Cumplir los requisitos anteriores ( embarazo, cirugía, tercera edad)
● Estar confesados (para quien aún puede confesarse, si no puede por
padecimiento se omite)
● Estar en estado de gracia
● Capacidad de pedirlo
● Capacidad de que la familia la pide.
● Por otro lado, es importante que se respete la libertad del enfermo y que no se
aproveche este momento para “forzarlo” a recibir el sacramento. Recordemos
que este sacramento por muchos años ha estado ligado a la muerte y esto causa
un rechazo del enfermo.
La Unción de los enfermos se debe recibir tan pronto se sepa que hay enfermedad
seria. Hay que explicar que este sacramento no es solo para pacientes
desahuciados. No es sólo para ayudar el bien morir. Al entregarnos en las manos de
Dios estamos abiertos a la curación o, si Dios lo permite, a llevar la cruz de la
enfermedad con gracia y para nuestro mayor bien.