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ARGUMENTACIÓN Y

RAZONAMIENTO JURÍDICO

LICENCIATURA EN DERECHO

CATEDRÁTICO: LICENCIADO JAVIER ARTURO HARO OTEO


Tipo Conector Función Ejemplo
Causa Porque, pues, puesto que, como, consecuencia de, a Señala el motivo, la razón Llegué tarde porque no me
causa de que, en vista de, etc. de, o que precede levanté temprano

Consecuencia Luego, sí que, de ahí que, de manera que, entonces, Anuncia lo que sigue Hoy habrá mantenimiento,
en conclusión, por esto, por tanto, de tal suerte, por por esta razón no habrá luz
lo tanto, etc.
Contraste u Mas, pero, sino, por el contrario, sin embargo, no Señalan relaciones de Llegaron tarde, sin embargo,
oposición obstante, mas bien, antes bien, en cambio, etc. posición. pusieron mucho empeño.

Concesión Aunque, a pesar de que, aun cuando, si bien, etc. No es una negación A pesar del cambio de
absoluta, sino parcial. estación, hace frío.

Adición Mas aún, además, así mismo, inclusive, aparte de Generalmente tienen un uso Todo está muy tranquilo,
ello, también, no solo, etc. parecido a la conjunción “y” inclusive de noche.

Equivalencia En otras palabras, en otros términos, es decir, o sea, Se anuncia lo mismo en Fueron muy leales en todo, es
vale decir, en suma, etc. términos más simples o decir, como verdaderos
técnicos amigos.
Evidencia Obviamente, naturalmente, por supuesto, sin lugar a Se refuerza un punto obvio. Todos participarán, como es
dudas, etc. obvio también ustedes

Orden Primero, en primer lugar, en segundo lugar, antes, Se usan para enumerar una En primer lugar se atenderá a
después, finalmente, por último, a continuación, etc. serie de puntos. los niños, después a los
ancianos.
Secuencia Después, luego, en seguida, etc. Se usan para indicar una Estudia para el examen, luego
sucesión de ideas piensa en tu graduación.
1.- El argumento y su relación con el razonamiento
Con información de
Creonte le increpa a Antígona al no acatar ésta la Edwin Figueroa Gutarra
prohibición de sepultar a su hermano Polinices por Doctor en Derecho
considerársele un traidor a los principios de la
ciudad:” ¿Y has osado, a pesar de ello,
desobedecer mis órdenes?”, Y ésta le
responde: “Sí, porque no es Zeus quien ha
promulgado para mí esta prohibición, ni tampoco
Niké, compañera de los dioses subterráneos, la
que ha promulgado semejantes leyes a los
hombres; y he creído que tus decretos, como
mortal que eres, puedan tener primacía sobre las
leyes no escritas, inmutables de los dioses. No son
de hoy ni ayer esas leyes; existen desde siempre
y nadie sabe a qué tiempos se remontan. No
tenía, pues, por qué yo, que no temo la voluntad
de ningún hombre, temer que los dioses me
castigasen por haber infringido tus órdenes.”.
1.- El argumento y su relación con el razonamiento
En la cita de la tragedia griega citada supra apreciamos
un razonamiento para desobedecer la ley, inspirado en
principios de humanidad y en definitiva, 2 escenarios
se enfrentan: la obediencia a la ley, como regla, y la
prevalencia de los principios, entendido en este caso
como un acto de piedad. El razonamiento jurídico hoy
suele confrontar mucho de reglas y principios.

Si es cierto el aforismo de antigua data que


refiere: “Caminante, no hay camino; camino se hace al
andar”, figurativamente podemos usar el mismo símil
para referir que no hay razonamiento perfecto,
absoluto o de entera sofisticación, y que el arte-
ciencia de razonar es un continuo ejercicio por
construir razones, por edificar permanentemente el
respeto por las reglas de la lógica y por lograr una
pretensión de corrección que finalmente persuada.
1.- El argumento y su relación con el razonamiento
Esbozar las líneas principales del razonamiento lógico y sus bases conceptuales
vincula 3 conceptos centrales: el ordenamiento jurídico, los contextos de
descubrimiento y justificación, así como las ideas de justificación interna y externa.
La idea es destacar estas ideas centrales en la disciplina del razonamiento lógico.

Estas tareas exigen una revisión previa de las bases conceptuales del razonamiento
lógico, también denominado razonamiento jurídico. La disciplina del razonamiento
jurídico, más comúnmente denominada Argumentación Jurídica en el ámbito
académico comparado, traduce una inquietud fundamental: que la construcción
de decisiones vaya siempre acompañada de:

1) los estándares de la lógica y

2) la adecuada justificación de argumentos.


1.- El argumento y su relación con el razonamiento
La lógica en el razonamiento judicial resulta mucho más importante que su
presentación teórica de modus ponens y modus tollens, como se le conoce en
el ámbito científico, y en realidad, trasunta una importancia mayúscula: la
necesidad de que las decisiones judiciales sigan una secuencia de congruencia
entre la premisa mayor, la premisa menor y la conclusión.

Ésta última, asumimos con veracidad, no puede contradecir a los


razonamientos de las premisas mayor y menor; y a su vez, la congruencia de
análisis de la premisa menor- usualmente una cuestión fáctica- no puede ser
manifiestamente opuesta a la premisa mayor pues solo en caso de adecuación
de las circunstancias de hecho- premisa menor- a las condiciones normativas
de la regla- premisa mayor- se podrá identificar una secuencia que permita una
conclusión valedera.
1.- El argumento y su relación con el razonamiento
En la idea propuesta, si el artículo 106 del Código Penal
determina la pena de homicidio- premisa mayor- y Juan
matara a Pedro- premisa menor- se dan las condiciones
adecuadas para aplicarle una pena a Juan, en razón del
homicidio de Pedro. Y no obstante lo afirmado, en el
mismo caso anterior, ¿qué sucedería si Juan hubiere
efectivamente matado a Pedro pero en legítima defensa?
Si fuera así, no habría subsunción del hecho en el artículo
106 del Código Penal. En este caso, ya no podemos
sostener la validez del razonamiento y en rigor, la lógica
ya no garantiza la solidez del razonamiento jurídico.
Debemos advertir que la lógica solo nos garantiza la
validez formal de las premisas pero no garantiza la verdad
material de las mismas en tanto solo nos informa una
verdad formal, basada únicamente en el sentido de
afirmación, no de constatación, de las premisas.
1.- El argumento y su relación con el razonamiento
El razonamiento jurídico demanda pues una adecuada
secuencia de la construcción del razonamiento
judicial, y este aspecto nos conduce a una segunda
cuestión: la adecuada justificación de las decisiones,
la cual se expresa a través de argumentos.
Por tanto, veamos que la argumentación no es una
tarea sencilla de exponer razonamientos silogísticos  y
no más. Y tampoco es valedero el razonamiento de
Protágoras, bajo caracteres de relativismo
particularista en el sentido de que el hombre es solo
la medida de todas las cosas, acaso conduciéndonos a
que no se puedan fijar criterios de razonamiento
universal. La argumentación es en realidad mucho
más y es tarea de los intérpretes satisfacer las
exigencias de justificación y construir
permanentemente buenas razones.
2.- Los argumentos jurídicos como argumentos Interpretativos.
Se expresa el Diccionario jurídico, sobre Argumento
interpretativo, en voz escrita por Julio César
Vázquez-Mellado García, en los siguientes
términos: Platón concibió a la interpretación a partir
de distinguir entre los objetos que no suscitan
problema para la inteligencia y aquellos que, en
cambio, representaban un problema, ya que afectan
el sentido con impresiones opuestas entre sí.

Pero será Aristóteles quien establezca el concepto


más próximo al moderno, al indicar que la lengua es
intérprete de los pensamientos, debido a que los
expresa externamente; entonces, la interpretación
puede ser conceptualizada como la labor del
intelecto dirigida a eliminar las contradicciones que
se presentan en un objeto o idea.
2.- Los argumentos jurídicos como argumentos Interpretativos.
Además, en la interpretación el intérprete tiene un papel preponderante, pues es quien
aclara, quien explica, quien hace accesible lo que no se entiende; en suma, pone en
conocimiento de los demás (generalmente en lenguaje común) el significado que se
atribuye a ciertos objetos, ideas o acontecimientos. Así, interpretar permite dar significado,
mediante un lenguaje significativo, a ciertas ideas, objetos, signos, fórmulas o
acontecimientos; de ahí que interpretar consista en un acto de significación; es decir, un
acto por el cual se asigna un significado específico a ciertos hechos, signos o palabras —
expresado siempre en un lenguaje—; siendo común considerar que interpretar consiste en
establecer o declarar el significado de un texto.
Por lo tanto, en términos generales se puede concebir al argumento interpretativo como el
enunciado por medio del cual se presenta y justifica una interpretación escogida por el
intérprete. No obstante, en un contexto procesal —y siguiendo a Franco Modugno— podría
definirse al argumento interpretativo como un esquema discursivo, utilizado, primero que
nada, por los intérpretes dotados de autoridad (en la interpretación oficial y en la judicial)
para motivar sus decisiones y explícitamente las atribuciones de significado a los
documentos normativos.
2.- Los argumentos jurídicos como argumentos Interpretativos.
En consecuencia, en un contexto jurídico-procesal un argumento interpretativo nos
permitiría: i) asignar un significado jurídico a ciertos hechos (por ejemplo,
comportamientos humanos), los cuales se constituyen en “hechos jurídicos”, en la
medida en que son jurídicamente interpretados, o ii) dar un significado jurídico
(técnico) a objetos determinados ya como jurídicos. Y esto es posible debido a que —
como advierte José Ramón Capella— todo derecho tiene como condición de
existencia la de ser formulable en un lenguaje.
Pero, al ser el argumento interpretativo parte de un proceso de interpretación, y ante
la posibilidad de multiplicidad de interpretaciones, su finalidad consiste en establecer
la interpretación correcta. Esta idea de que pueda existir una interpretación correcta
se funda en considerar que la interpretación correcta es la interpretación racional.
Así, para establecer —señala Rolando Tamayo y Salmorán— cuándo una
interpretación es racional y, por ende, correcta, ésta debe tener como base un
argumento interpretativo que supere el test de racionalidad (algo así como la
falsabilidad en Karl Popper).
2.- Los argumentos jurídicos como argumentos Interpretativos.
Así pues, siguiendo el paradigma racional,
un argumento interpretativo puede ser
considerado como correcto siempre y
cuando sea verificable y susceptible de ser
calificado como verdadero; teniendo
presente que la “verdad” es residual, pues
algo es verdadero porque no puede ser
vencido. En el teorema “la suma de los
ángulos interiores de un triángulo es igual a
180 grados” encontramos que
analíticamente es verdadero, ya que
mientras no se demuestre que la suma de
dichos ángulos da como resultado un
número diverso a los 180 grados, deberá
tenerse como verdadero.
2.- Los argumentos jurídicos como argumentos Interpretativos.
Ahora bien, en el ámbito jurídico-procesal el argumento interpretativo puede ubicarse en
alguna de las tres concepciones básicas de la interpretación —descritas por Juan Antonio
García Amado—:

a) lingüística, en la cual los enunciados legales poseen una dimensión sintáctica, semántica
y pragmática, del mismo modo que cualquier otro enunciado del lenguaje que a diario
utilizamos; por tanto, la actividad interpretativa es establecimiento de su significado;

b) intencionalita, donde los enunciados legales son considerados expresión de voluntad o


intenciones, e interpretar implica averiguar y resaltar el contenido de tal intención (de la
persona o personas que emitieron la norma), y

c) axiológica o material; en esta concepción los enunciados legales se interpretan con la


pretensión de explicitar y concretar los contenidos valorativos objetivos que poseen los
enunciados.
3.- Los argumentos lógicos y su clasificación.
En un texto expositivo-argumentativo se ofrece una
OPINIÓN o una SOLUCIÓN al problema planteado en
el discurso. La tesis del texto debe ser apoyada por
o surgir de una serie de argumentos.
La argumentación puede ir dirigida a:
-verificar razonadamente la idea del autor (la idea A,
la idea B, la idea C…, muestran que yo tengo razón).
-refutar ideas o enfoques contrarios al autor, para
mostrar su falsedad (lo que dice F sobre el tema X es
falso porque…,/ tal y como demuestra el hecho
que…,/ por…).
Los argumentos pueden aparecer distribuidos por
todo el texto (la introducción puede partir de un
argumento ejemplificador, de experiencia personal,
una cita de una autoridad, etc.), aunque en la
mayoría de los casos se concentran desarrollo.
3.- Los argumentos lógicos y su clasificación.
Distinguimos entre:
a.- argumentos RACIONALES.- Son aquellos
que utilizan contenidos verificables (datos,
hechos históricos, citas de autores…).
Cuantos más argumentos de este tipo
encontremos en un texto, su apariencia de
objetividad será mayor.

b.- argumentos EMOCIONALES.- Son aquellos


que se basan en lo afectivo (ejemplos de
experiencia personal, de tradición cultural…).
Este tipo de argumentación no puede
aparecer en un texto científico, pero sí en los
textos que nos ocupan.
3.- Los argumentos lógicos y su clasificación.
TIPOS DE ARGUMENTOS
1.- Estadísticos y de datos.- Supuestamente son datos objetivos (aunque sabemos que los datos pueden
ser manipulados o interpretados de manera sesgada y partidista). Dotan al texto de objetividad. Son
referencias a estudios y estadísticas realizados por entidades de prestigio.
Ej.- El paro afecta ya al 26% de la población activa

2.- De autoridad/ de cita.- se muestra como modelos a grandes personalidades o instituciones


prestigiosas en un determinado campo, con conocimiento y solvencia. Sus opiniones pueden ser
asumidas o rechazadas. La referencia a una persona que ocupa un cargo público no es un argumento de
autoridad. A veces se produce la reproducción literal del pensamiento de un autor de reconocido
prestigio en un campo de investigación (cita). Esta idea sirve de refuerzo o escudo al pensamiento que el
autor nos ofrece. (ej.- citar un pensamiento de Descartes para apoyar una idea es un argumento de
autoridad, señalar lo que ha dicho el Ministro de Educación en una reunión con las AMPAS es
simplemente hacerse eco de unas declaraciones).
Ej.- Calderón apuntó con gran acierto que “la vida es sueño/ y los sueños, sueños son”.
Ej.- Aristóteles estableció el carácter mimético de la obra literaria; la literatura moderna nos lleva a
replantear el concepto aristotélico de mímesis.
3.- Los argumentos lógicos y su clasificación.
3.- Máximas, refranes y tópicos culturales.- sirven de apoyo a razonamientos y
comportamientos o explican ciertas actitudes. En realidad pertenecen a las generalizaciones
indiscutibles pues surgen de la experiencia de una comunidad.
Ej.- Vamos acabando nuestro discurso, pues ya se sabe que lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Ej.- Cualquier tiempo pasado fue mejor.
4.- Analogías o comparaciones.- Se establece un paralelismo entre dos actividades o
fenómenos: si se acepta uno, se debe aceptar el otro. Muchas veces se realiza una reducción al
absurdo y se muestran como paralelas dos situaciones que no son equivalentes. Este tipo de
razonamientos es muy discutible y puede ser rebatido fácilmente en el apartado de la opinión
personal:
ej.- Las compañías telefónicas realizan campañas muy agresivas de captación de clientes. Los
centros de llamadas trabajan constantemente y no es extraño recibir una de estas llamadas a la
hora de la siesta o a las 10 de la noche. ¿Qué pensaríamos si a la hora de la cena se presentara
el carpintero de la esquina para ofrecernos unas celosías a mitad de precio?
3.- Los argumentos lógicos y su clasificación.
5.- De ejemplificación.- los ejemplos ilustran la
idea que el autor nos ofrece:
ej.- Los periódicos cuentan hoy la historia de la
penúltima víctima de la violencia doméstica.
Como ella, muchas jóvenes de entre 15 y 30
años, se ven inmersas en una espiral de miedo,
violencia y desesperación.

Los ejemplos pueden ser de tipo histórico (una


figura histórica se ofrece como ejemplo de un
determinado comportamiento), literario, de
experiencia personal, figuras que pertenecen
al mundo contemporáneo (cantantes, actores,
políticos…) pueden servir para establecer una
analogía con el mundo real.
3.- Los argumentos lógicos y su clasificación.
6.- Generalizaciones indiscutibles.- Son verdades evidentes y de sentido común. Son saberes y
valores que la sociedad admite como validos. Pueden ser de varios tipos:

-De sentido común (ej.- si no comes, te mueres).


-Predomina la opinión de la mayoría. (ej.- cuando tantas personas salen a la calle, los políticos
deben escuchar).
-Predomina la opinión de las élites (o de los especialistas), pues han recibido mejor educación y
saben más sobre un determinado tema. (ej.- la población debe escuchar a sus representantes
políticos y no a advenedizos que no entienden los entresijos del sistema).
-es preferible el progreso y la ganancia económica al inmovilismo o lo que no genera beneficios.
(ej.- modificar el estatuto de los trabajadores creará más empleo y actividad económica).
-La tradición es preferible a la improvisación y a la innovación (siempre lo hemos hecho así).
-Predomina la opinión del superior jerárquico (el jefe sobre el subordinado).
-La ética debe predominar sobre cualquier otra consideración (debemos hacer lo que es justo,
no lo que convenga).
-Se valora lo bueno y lo selecto. -se valora lo práctico y lo útil.
-Es bueno lo que es sano.
3.- Los argumentos lógicos y su clasificación.
7.- Ad hominem.- se argumenta con las mismas
palabras que el contrario utilizó en alguna ocasión
(ej.- ahora no me vengas con que no te gusta Pablo
porque siempre has dicho que era estupendo).
8.- Falacias.- son argumentos falsos o insuficientes,
que no prueban la conclusión. Son siempre de tipo
subjetivo y fácilmente rebatibles. Hay varios tipos:
-“Y tú más”: ¿Qué yo soy pesada? ¡Pues anda que tú
eres peor!
-La razón de la fuerza: Porque sí.
-Prestigio o fama: esta es la crema que usa Madonna.
Tiene que ser estupenda.
-El ataque personal: ¿esto es lo que sugiere Pepito?
¡Pero si no sabe nada sobre este tema!
3.1.- Argumentos concluyentes.
Los argumentos
concluyentes o
necesarios son la
demostración y la
prueba.

Su conclusión se
infiere de manera
necesaria o cierta.
3.2.- Argumentos probables.

Los argumentos probables, se


basan en razones u opiniones
generalmente aceptadas, son en
todo caso, la congruencia y la
hipótesis; son conceptualmente
teóricos, y responden a la
concatenación de toda una tesis
o teoría.
Los argumentos probables,
desde una perspectiva lógica
aplicada al derecho son por
congruencia y por hipótesis.
3.2.- Argumentos probables.
A) Por congruencia:
El argumento por congruencia se funda en la conveniencia de una
proposición cuya verdad ha sido demostrada concluyentemente con otras
proposiciones conocidas con seguridad como verdaderas, con objeto de
patentizar con mayor claridad la verdad ya establecida. Es además
congruente con otras verdades evidentes, con las cuales mantiene una
positiva armonía.
B) Por hipótesis
Siendo la hipótesis la proposición cuya verdad no podemos demostrar,
pero que la suponemos verdadera porque mediante ella se pueden
explicar ciertos fenómenos, por ello el argumento por hipótesis trata de
colocar un fundamento debajo de ciertos fenómenos para que le sirva de
explicación, y sin que por ello la proposición hipotética llegue a alcanzar
la certeza.
3.3.- Argumentos comparativos.

Los argumentos comparativos, son


los argumentos analógicos, que
como bien sabemos no alcanzan a
manifestar con certeza la verdad de
las preposiciones sobre las que
versan, sino que solamente las
manifiestan como probable.
4.- Argumentos analógicos.
El argumento analógico consiste en observar ciertas características semejantes
entre dos o más objetos, para después inferir, sobre esa base, una propiedad que
desconocemos en uno de ellos, no pueden clasificarse como los deductivos
("válidos" o "inválidos"), se pretende con ellos una conclusión que tenga una
cierta probabilidad.

La estructura del argumento analógico es la siguiente:


•  Los individuos A, B, C y D tienen todos las propiedades P y Q
•  Los individuos A, B y C tienen todos la propiedad R
- Probablemente D tiene la propiedad R

Pongámosle contenido a la estructura anterior:


•  "Berenice", "El gato negro", "Los anteojos" y "La caída de la casa de Usher" son
cuentos de Edgar Allan Poe
•  "Berenice", "El gato negro" y "Los anteojos" me han gustado mucho
- Probablemente "La caída de la casa Usher" también me gustará mucho.
Como podemos observar, la analogía lógica consiste en trasladar las propiedades
de un objeto ya conocido a otro que es semejante y tratamos de conocer.
5.- Argumentos autónomos.

Los argumentos jurídicos metodológicos se consideran propios de la


tarea que ejercen los jueces y magistrados al dictar sus decisiones.
Esto es así ya que le sirven para su organización interna, tanto en el
aspecto de la fundamentación como de la motivación de sus
sentencias.
El Doctor Germán Cisneros Farías al respecto señala que: «Funcionan
como razonamiento deductivo, por lo que no aparecen de manera
específica en el cuerpo de su resolución, pero forman parte de su
razonamiento metodológico mental»
Añade que mientras el razonamiento puede quedar retenido en la
mente del sujeto, pensante, sin trascender, el argumento en general,
por el contrario, trasciende de la mente de quien lo formula, ya que
debido a su propia naturaleza se dirige siempre a otros sujetos para los
cuales se argumenta.
5.- Argumentos autónomos.
Sobre lo anterior explica el autor en referencia
que el razonamiento deductivo es interno, ya
que sólo en la mente del juzgador, por lo que
en las resoluciones judiciales, sólo se verá de
manera lógica, objetiva y contundente el
razonamiento.
En su obra sobre Derecho Sistemático, señala
que el juzgador, al organizar su sentencia,
puede otorgar como motivos de su decisión,
algunos argumentos aceptados por el
derecho, en concordancia con sus bases
filosóficas, con los principios de la lógica y con
la metodología.
Argumentos estos que por no estar
conectados directamente con la lógica, son
denominados, argumentos autónomos.
6.- Argumentos lógico-sistemáticos.
El término sistemático supone el ordenamiento de los
conocimientos procedentes de una ciencia, un “todo” organizado.

Para Kelsen una pluralidad de normas forma una unidad; un


sistema, un orden, cuando su validez puede ser atribuida a una
norma única como fundamento último de esa validez.

En ese mismo orden de ideas se pronuncia Ulises Schmill: “La


ciencia del derecho tiene como una de sus tareas la de establecer y
determinar los principios o reglas conforme a las cuales un conjunto
de normas forman un orden o sistema, el derecho se presenta no
como una norma aislada, sino constituyendo
pluralidades, conjuntos específicos”.
6.- Argumentos lógico-sistemáticos.
En atención a ello, la interpretación sistemática es
aquélla que intenta a un enunciado de comprensión
dudosa, dotarlo de un significado sugerido, o no
impedido, por el sistema jurídico del que forma parte.
Por esta razón, el concepto de argumento sistemático
reenvía automáticamente a los conceptos de
sistema, metodología, lógica y filosofía. En suma, el
argumento sistemático se apoya en la fuerza interna
del mismo sistema. Se le denomina argumento lógico-
sistemático porque la perspectiva de la verdad lógica
irradia con esa perspectiva a todo el orden jurídico.
Los argumentos lógicos-sistemáticos consisten en
interpretar la ley no buscando descifrar lo que quiso
decir el legislador sino más bien "lo que debió decir".
De tal suerte, que la interpretación consistirá, en
buscar lo que racionalmente hubiera debido querer
asentar en la ley.
6.- Argumentos lógico-sistemáticos.
A través de este método, se pretende encontrar
el sentido de la ley, esto es, interpretarla,
atendiendo al ambiente ideológico en que se
desarrolló la norma que se pretende interpretar.
Para interpretar la ley se requiere conocer las
características de la sociedad de la época,
su ideología, sus expectativas frente a la ley.

Esta forma de interpretación no es tan subjetiva


como lo es la exegética (que busca descubrir la
voluntad del legislador desde el punto de vista
del intérprete), sino desde una perspectiva más
objetiva, del deber ser de la ley en aquella época
y en el medio social en donde fue expedida.
7.- Argumentos indirectos.

Argumentos
Deductivos

Axiomáticos Hipotéticos Indirectos

En los argumentos Indirectos se supone como premisa la negación de lo que se quiere


demostrar.
Haciendo esto debemos llegar en la deducción al establecimiento de una contradicción. 
Como todo lo que genera una contradicción es falso, podemos considerar como falsa a la
premisa de la que hemos partido en la deducción y afirmar lo contrario.
El argumento Indirecto suele ir asociado a las reglas del negador del cálculo, con el
nombre de Reducción al absurdo.
8.- Argumentos erísticos.
Erístico es lo perteneciente o relativo a la escuela socrática establecida en Mégara, la
cual se caracterizaba por el abuso del procedimiento dialéctico hasta el punto de
convertirlo en una vana disputa.
La erística, a partir de la antigua palabra griega Eris que significa "disputa" o "conflictos"
y techne, arte, procedimiento es el arte del conflicto y del debate. A menudo se refiere
a un tipo de argumentación que se centra en terminar con la disputa con éxito de un
argumento en lugar de acercarse a una realidad dada.
Los argumentos erísticos, son una forma de sofística, es decir, de criterios discursivos
banales y triviales, son aquellos en que se trata de defender algo falso y confundir de
manera consciente al adversario. Es el típico argumento aparente.
Aristóteles fue el primero en elaborar una clasificación de este tipo de
pseudoargumentos y se caracterizan por su ambigüedad, equivocación y equivocidad.
Las pseudoconclusiones se observan en los sofismas y en los paralogismos, la primera
—los sofismas— es una refutación falsa, con consciencia de su falsedad y para
confundir al contrario y el paralogismo es una refutación falsa sin consciencia de su
falsedad, es, en todo caso, una falacia.
8.1.- Paralogismos.
El Diccionario de la Real Academia Española nos ofrece la siguiente definición:
paralogismo.  (Del lat. paralogismus, y este del gr. παραλογισμός). 1. m. Razonamiento falso.

Es un argumento o razonamiento inválido, que se plantea sin una voluntad de engaño, y que
tiene la forma de un silogismo o más frecuentemente de un entimema. A diferencia de un
sofisma (un argumento falso o erróneo, pero aparentemente correcto) el paralogismo no
depende de una confusión malintencionada en los términos, sino de un error de
razonamiento.

Razonamiento formalmente erróneo que, a diferencia del sofisma o de la falacia no requiere


voluntariedad de engañar. Su apariencia de validez induce a error. Según Kant, la razón
humana se ve inducida por su propia naturaleza a cometer determinados paralogismos, que
llama trascendentales (ver texto), razonando engañosamente acerca de determinados temas.
El principal de estos engaños forzosos, fuente de todos los demás, está en confundir la
necesidad lógica de suponer un «yo pienso» que ha de dar unidad a toda la vida mental con la
existencia de un yo personal, o un alma sustancia simple.
8.1.- Paralogismos.
Un paralogismo es un argumento o razonamiento
falso, que se plantea sin una voluntad de engaño, y
que tiene la forma de un silogismo o, más
frecuentemente de un entimema. A diferencia de un
sofisma, un argumento con el que se pretende
demostrar algo que es falso, el paralogismo no
depende de una confusión malintencionada en los
términos, sino de un error del razonamiento.
 
Algunas veces se expresan argumentos con plena
consciencia de la falencia lógica, pero también suele
incurrirse en ellos involuntariamente. Al respecto, es
usual la distinción terminológica entre el paralogismo,
que ocurre cuando alguien emite una falsa inferencia
obrando de buena fe – es decir sin la intención de
engañar a otro – y el sofisma o argucia, que es el
argumento incorrecto empleado con el deliberado
propósito de engañar a otro.
8.2.- Sofismas.
Se conoce como sofisma al argumento o raciocinio falso, formulado con la
finalidad de inducir al adversario en error.
En cuanto a su etimología, sofisma proviene de la palabra sofista, de origen
griego sophía que significa “sabiduría” y sophos que expresa “sabios”.
Sofisma puede designar a todo razonamiento erróneo pero en lógica, un
sofisma se refiere específicamente a los razonamientos que aparentan ser
correctos pero no lo son. Un ejemplo bastante común de sofisma es el
argumento: “Todas las mujeres conducen mal”.
El sofisma puede ser visto como un silogismo viciado, o sea, una exposición
de premisas falsas o verdaderas cuya conclusión no es adecuado que tiene
la finalidad de defender algo y confundir al interlocutor. Por ejemplo: Todos
los hombres son mortales / el gato es mortal / los hombres son gatos.
Los sinónimos de sofisma son: argucia, engaño, apariencia, falacia,
falsedad, entre otros.
8.2.- Sofismas.
Los sofismas tienen apariencia de estar correctos pero son lógicamente equívocos. Los sofismos están
en la esfera de la retórica y podemos encontrarlos comúnmente en ejemplos del día a día como se
describen a continuación.

Sofisma de accidente: pretende confundir lo accidental con lo esencial. Ejemplo: Ayer estudié mucho
por lo tanto sacaré una buena nota.
Sofisma ignorancia de la causa: la causa real no es definida como causa y se usa otra como causa.
Ejemplo: Ese accidente fue castigo de Dios.
Sofisma ignorancia de la cuestión: se ignora una proposición enfatizando en algo que no tiene
relación con el tema. Ejemplo: Tú no te preocupas por mí / Pero siempre te traigo regalos.
Sofisma petición de principio: se toma un argumento como principio y sin demostrarla se deducen
conclusiones. Ejemplo: Soy muy trabajador y por eso no tengo problemas de dinero.
Sofisma de círculo vicioso: una proposición es probada con otra, siendo la segunda probada con la
inicial. Ejemplo: Si no tienes dinero vende nuestros productos que están en promoción a 100 pesos.
Sofisma de inducción o de falsa generalización: se atribuye a un grupo lo que es propio de algunos
individuos. Ejemplo: Todos los americanos son ignorantes.
Sofisma de analogía: se concluye algunas semejanzas entre varias por conveniencia. Ejemplo: Todos
los hombres son machistas.
8.2.- Sofismas. El sofisma es una falacia intencional en que el individuo enuncia
una inferencia errónea o no válida para engañar al otro.
En el ámbito de la lógica, una falacia consiste en el acto de llegar a
una determinada conclusión errada a partir de proposiciones
falsas. En virtud de lo anterior, la filosofía de Aristóteles aborda la
falacia como un sofisma, un raciocinio errado para engañar a los
demás.
Sofista es la persona que argumenta con sofismas. Se dio el
nombre de sofistas a un grupo de maestros griegos de la retórica y
del arte de discutir.
Los sofistas aparecen por consecuencia de las condiciones
culturales y sociales de Grecia a principios del siglo V a.C.
En principio, los sofistas eran bien vistos, encargados de educar a
los habitantes, y de aconsejar los dirigentes. Sin embargo, en la
época de Platón y Aristóteles, fueron señalados como tramposos y
mentirosos, ya que, engañaban a los individuos a través de sus
discursos.
En base a lo anterior, los sofistas no fueron apoyados por los
filósofos Platón y Aristóteles, siendo los argumentos sofísticos
repudiados.

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