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5/03/2022

Navarro Campos Abraham


2DPI
Biografía de escritores
LEO Y E
Carlos Urbina Hernández

Historias Memorables
 Índice

1.-Portada
2.-Indice
3.-Víctor Hugo
5.-J.K. Rowling
7.-Julio Verne
9.-Homero
11.-Antonie de Saint-  Exupéry
13.-Miguel de Cervantes Saavedra
15.-Stephenie Meyer
17.-Fernández de Lizardi
19.-Charles Perrault
21.-Referencias
Víctor Hugo
Poeta, dramaturgo y novelista francés considerado el máximo exponente del Romanticismo en su país. La infancia de Victor
Hugo transcurrió en Besançon, salvo dos años (1811-1812) en que residió con su familia en Madrid, donde su padre había sido
nombrado comandante general.

En 1819 destacó en los Juegos Florales de Toulouse y fundó la revista Le Conservateur littéraire, junto con sus hermanos Abel y
Eugène, pero su verdadera introducción en el mundo literario se produjo en 1822, con su primera obra poética: Odas y poesías
diversas. En el prefacio de su drama Cromwell (1827) rechazó las reglas del teatro neoclásico, proclamó el principio de la
«libertad en el arte» y definió su tiempo a partir del conflicto entre la tendencia espiritual y el apresamiento en lo carnal del
hombre; considerado el manifiesto fundacional del teatro romántico, el texto situó a Victor Hugo como cabeza del movimiento,
y su casa se convirtió en la sede del cenáculo romántico.
Desde esa nueva posición de jefe de filas del Romanticismo, y secundado por figuras como Alphonse de Lamartine, 
Alfred de Musset, Charles Nodier o Alfred de Vigny, el virtuosismo poético de Victor Hugo se puso de manifiesto en Las
Orientales (1829), que satisfizo el gusto de sus contemporáneos por el exotismo oriental. La censura de su drama en cinco
actos Marion Delorme retrasó su aparición en la escena teatral hasta el estreno de Hernani (1830), obra maestra que triunfó en
la Comédie Française. La representación de este drama constituyó un auténtico escándalo, pero significó también la victoria de
la joven guardia romántica sobre el viejo clasicismo y marcó un hito en la literatura por su ruptura con las rígidas normas de la
tragedia francesa.
En 1852 se instaló, con su familia, en Jersey (Reino Unido), de donde pasó en 1856 a Guernesey. Allí permaneció, en su
propiedad de Hauteville-House, hasta 1870. Republicano convencido, denunció sin tregua los vicios del régimen conservador de
su país y en 1859 rechazó la amnistía que le ofrecía Napoleón III.
De este exilio de veinte años nacieron Los castigos, brillante sarta de poesías satíricas; la trilogía de El fin de Satán, Dios y La
leyenda de los siglos, ejemplo de poesía filosófica en la que traza el camino de la humanidad hacia la verdad y el bien desde la
época bíblica hasta su tiempo; y su novela Los miserables, denuncia de la situación de las clases más humildes.
Los Miserables
Los miserables comienza con la historia de Juan Valjean, un ex convicto que es encarcelado por robar un pan. Tras su liberación, nota que lo tratan como un paria donde quiera
que vaya, hasta que el obispo Myriel lo ayuda a rehacer su vida. Valjean adopta el nombre de Señor Magdalena y se convierte en un exitoso dueño de una fábrica. Sin embargo,
es perseguido por el tenaz oficial de policía Javert, quien cree que ningún criminal puede reformarse.
Fantina es una muchacha pobre y hermosa que se enamora de un joven estudiante presuntuoso, quien la abandona poco después de que ella da a luz a su hija. Fantina nombra
a esta niña Cosette y la deja al cuidado de los Thenardier para poder buscar trabajo. Los Thenardier tratan a Cosette con crueldad y le exigen a Fantina grandes sumas de dinero
por el cuidado de su hija. Después de que se descubre que su hija es ilegítima, Fantina pierde su trabajo en la fábrica de Valjean y se ve obligada a dedicarse a la prostitución.0
El oficial Javert detiene a Fantina después de que ella agrede a un joven que le ha arrojado una bola de nieve en la blusa. Valjean interviene y lleva a Fantina a un hospital;
después del incidente de la bola de nieve ella ha enfermado gravemente. Valjean le promete a Fantina que se hará cargo de su hija Cosette, pero luego se entera de que un
hombre llamado Champmathieu ha sido erróneamente identificado como él y lo han sentenciado a cadena perpetua por ser un criminal reincidente. Después de reflexionar
mucho al respecto, Valjean decide testificar ante el tribunal y aclarar que en realidad él es Valjean. Fantina muere y Valjean vuelve a ser encarcelado.
Valjean escapa de la prisión después de caer de una cuerda y rescata a Cosette de los malvados Thenardier. Juntos comienzan una nueva vida en París, aunque pronto es
interrumpida por Javert, quien descubre que Valjean logró escapar de la prisión con vida. Los dos se refugian en el convento del pequeño Picpus y Cosette crece hasta
convertirse en una joven.
Mario es un joven adinerado que adora a su abuelo Gillenormand. Sin embargo, Gillenormand ha separado a Mario de su padre, Jorge Pontmercy, porque los dos hombres
tienen diferencias políticas irreconciliables. Mario pensaba que su padre lo había abandonado, pero el amable celador Mabeuf le cuenta la verdad, y Mario comienza a idolatrar
a su padre (que ya ha muerto). Esto deriva en una pelea entre Mario y su abuelo Gillenormand, y Mario comienza una nueva vida. Se hace amigo de la revolucionaria Sociedad
ABC y se enamora de una hermosa joven que ve en un jardín de Luxemburgo (Cosette). Mario no puede volver a encontrar a esta joven y se desespera.
Valjean y Cosette intentan llevar una vida tranquila, lejos de los problemas del pasado. Sin embargo, no lo consiguen: los Thenardier intentan extorsionar a Valjean
secuestrándolo, pero Mario interviene y lo salva. La hija mayor de los Thenardier, Eponina, se ha enamorado de él. Mario solo tiene ojos para Cosette, y los dos establecen una
relación cuando Mario deja un cuaderno de cartas de amor en el jardín de ella. Su romance se interrumpe cuando Valjean decide que él y Cosette deben dejar Francia y
mudarse a Inglaterra, debido a la agitación social.
Desesperado, Mario se une a un levantamiento contra el gobierno. Encuentra a sus amigos de la Sociedad ABC en una barricada, donde están luchando contra la policía y el
ejército. Javert ha intentado infiltrarse en sus filas como espía, pero ha sido descubierto y atado a un poste. Eponina muere protegiendo a Mario en la barricada.
Valjean, que ha descubierto el amor de Mario por Cosette, se une al grupo en la barricada. Se ofrece como voluntario para ejecutar a Javert, pero luego lo deja ir, para gran
desconcierto del propio Javert. Valjean regresa justo cuando el ejército está asediando la barricada. Valjean toma a Mario, que está gravemente herido, y escapan por las
alcantarillas. Javert está esperando a Valjean en la salida, pero en lugar de arrestarlo, muestra misericordia y permite que Valjean lleve al herido Mario a un lugar seguro (Mario
nunca se entera de la identidad del hombre que lo salvó). Disgustado y horrorizado por su incumplimiento del deber, Javert se suicida.
Mario se recupera de sus heridas y, con la bendición de Gillenormand y Valjean, se casa con Cosette. Valjean le ha confesado su pasado criminal a Mario, quien no puede creer
que el hombre haya sido un delincuente. En la medida en que Valjean y Cosette toman distancia entre sí, Mario y Cosette consolidan su unión. La vida de Valjean pierde sentido
sin Cosette y su salud se desvanece. Sin embargo, el heroísmo de Valjean sale a la luz para Mario cuando el señor Thenardier, sin saberlo, le revela que fue Valjean quien lo salvó
la noche en que cayó la barricada. Mario y Cosette llegan a tiempo para consolar a Valjean en su lecho de muerte, y el anciano muere en paz, con la satisfacción de haber vivido
una buena vida.
J.K Rowling
La persona que hizo posible que muchos niños y adolescentes prefiriesen leer un libro a pasar las horas muertas delante del televisor es
una tímida británica que se propuso escribir siete entregas de la serie, que equivalen a los cursos que el protagonista debe superar en la
escuela de magia y hechicería a la que asiste cuando se escapa de la horrible realidad cotidiana en casa de sus mezquinos tíos.
Según algunos críticos literarios, la autora logró crear en sus novelas una inquietante atmósfera atractiva a los ojos de lectores de muy
diversa condición y edad, a partir de influencias reconocibles en los libros de escritores británicos como Enid Blyton, Richmal Crompton o 
Roald Dahl. Pero, paradójicamente, ella misma afirmaba que nunca pretendió escribir fantasía y que la idea le surgió a partir de sus
propios recuerdos de la infancia. Prácticamente desconocida y con problemas económicos en la primera mitad de la década de los
noventa, cuando vivía de una modesta pensión como desempleada, J. K. Rowling se convirtió en una mujer rica y popular en Europa y
sobre todo en Estados Unidos, donde multitudes de niños acompañados por sus padres soportarían largas colas en las librerías para
hacerse con las últimas aventuras del pequeño mago.
Tras este breve período de formación empezó a trabajar como secretaria, pero pronto descubrió que el orden y la rutina no iban con ella.
Varias experiencias frustrantes en diferentes empresas, unidas a la triste desaparición de su madre, enferma de esclerosis múltiple, la
llevaron a dejarlo todo a los veintiséis años y a abandonar el país con la intención de enseñar inglés en el extranjero.
En Lisboa disfrutó enseñando su lengua materna a alumnos portugueses y tuvo bastante tiempo para escribir, su verdadera vocación. Allí
conoció y se enamoró de Jorge Arantes, un periodista de la televisión portuguesa con el que contrajo matrimonio en octubre de 1992 y
con quien, un año más tarde, tuvo una hija a la que llamó Jessica «en honor a una brigadista británica que había luchado en la guerra civil
española», según afirmó en una entrevista. Pese al feliz acontecimiento, el matrimonio no prosperó y pronto acabó en divorcio.
Madre de una niña pequeña y sola en un país extranjero, en 1996 Joanne decidió regresar a Gran Bretaña y se instaló en la ciudad
escocesa de Edimburgo, cerca de su hermana Dianne, donde llegó con la firme intención de acabar y publicar una novela sobre un tal
Harry Potter, personaje infantil con poderes mágicos, cuyas andanzas había imaginado bastante tiempo atrás durante un interminable
viaje en tren entre Manchester y Londres.
La publicación de su primer libro -firmado con las iniciales J. K. por consejo de los editores, recelosos de que los niños no quisieran leer un
libro sobre un chico escrito por una mujer- supuso un giro mágico en su vida. La realidad del extraordinario éxito superó ampliamente
todas las expectativas de las editoriales británica y estadounidense que lo habían publicado. Las posteriores ediciones de los siguientes
libros de la serie (Harry Potter y la cámara secreta y El prisionero de Azkabán) reafirmaron el éxito inicial y dieron lugar a un fenómeno
literario, al que la prensa denominó «Potter manía».
Condecorada con el título de Oficial del Imperio Británico y convertida en la persona que ocupa el tercer lugar por volumen de ganancias
en su país, según un listado de la prestigiosa revista Forbes, Joanne trató de mantener contra viento y marea su discreto estilo de vida.
Todas las mañanas siguió llevando a su hija al colegio siempre que las giras promocionales de sus novelas se lo permitían, y procuró
escribir los restantes libros de Harry Potter en otros cafés de Edimburgo, lejos del acoso de los periodistas .
Harry Potter y la piedra
filosofal
Harry Potter y la piedra filosofal, es el primer libro de la serie literaria Harry Potter, que fue escrito por la autora británica J. K. Rowling, en el año 1997 y que supuso
además, el debut de Rowling como una autora profesional.
La novela, exhibe a Harry Potter, como un niño huérfano que es criado por sus tíos, quien revela en su cumpleaños undécimo, que es un mago. En esta novela, son
narrados sus primeros pasos dentro de la comunidad mágica, así como su ingreso en el Colegio Hogwarts, y la forma donde comienza a realizar amigos, con los que se
asistencia para batallar a lord Voldemort, brujo tenebroso que mató a sus padres, y que busca un anticuado objeto legendario, que se conoce como la piedra filosofal.
Harry Potter, crece en la vivienda de sus tíos, los Dursley, quienes no le dicen su verídica historia familiar. Cuando Harry cumple once años de edad, empiezan a
llegarle, las cartas de remitente inidentificable, que incrementan en número, mientras sus tíos no admiten que las abra.
Las mismas, traen la noticia que el niño fue aprobado en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, dado que tiene poderes mágicos. El Colegio Hogwarts, es el
escencial ámbito donde suceden los hechos cerca de Harry Potter.
Se revela entonces, que los Potter no fallecieron en un hecho de coche, como se le dijo a Harry, sino que los asesinados durante Halloween, por el accionar de un
hechicero tenebroso habitual como lord Voldemort, quien aterrorizó a la comunidad mágica británica años atrás.
Pero, algo ocurrió esa noche: Voldemort logró matar al matrimonio Potter, pero no asesinó al bebé, porque perdió su cuerpo y dejó al niño, una cicatriz con fachada de
rayo en su frente.
Rubeus Hagrid, hace aparición para llevarse a Harry Potter, cuando los Dursley intentan evadir que vaya al colegio. El hombre, asiste para Harry a conseguir sus
materiales institucionales en el Callejón Diagon, y es allí donde declara que es muy habitual entre los magos, por subsistir al intento de homicidio.
Luego, el jóven se monta en el tren que lo transporta a Hogwarts, y allí conoce a Ronald Weasley, chico pelirrojo hijo de magos y a Hermione Granger, una muchacha
de origen muggle con muy altas metas académicas. Los tres, se hacen amigos y con el tiempo, se ven envueltos en un grupo de episodios que se relacionan con un
elemento escondido en lo más bajo del edificio: La piedra filosofal, electrónico que puede transmutar los metales en oro y producir un elixir para la vida eterna.
Ellos suponen que el instructor Severus Snape, quiere encontrar la piedra para dársela a Voldemort, con quien estaría confabulado.
Después de comprobar que el espíritu de este brujo ronda el castillo y que la piedra está en peligro, tanto Harry, como Ron y Hermione alertan a los instructores, pero
éstos niegan en esa ocasión dado que el objeto está protegido por trampas en una cámara subterránea.
Los tres niños, entonces, pasan por la puerta trampa que sigue custodiada por un cancerbero y estándo sometidos a otras pruebas, llegan a la recámara donde se
encontraba la piedra. Harry, sabe que el instructor Quirinus Quirrell es quien anhelaba robarla desde el comienzo porque Voldemort, que se ubicaba como un parásito
en la nuca del instructor, se lo ordenó.
Harry, consigue la piedra y Quirrel busca asesinarlo, pero no sobrevivr al contacto con el jóven y fallece cuando Voldemort deja su cuerpo. Harry vuelve a estar con sus
amigos, tras conversar con el director y se va de regreso a la vivienda de sus tios.
Julio Verne
La vida de Julio Verne es aparentemente una sucesión de decisiones sensatas: estudió derecho siguiendo la tradición familiar, contrajo
matrimonio con una viuda rica, logró una posición acomodada y sólo cuando su arrollador éxito se lo permitió se dedicó en exclusiva a
la literatura.
Esta acomodación burguesa, sin embargo, no fue fruto espontáneo de un carácter dócil. A los once años, enamorado de una prima
suya, se embarcó en un barco que partía a las Indias con la romántica idea de traerle un collar de coral. La aventura fue abortada en el
último segundo por su padre, que le propinó una paliza; ello y el posterior desdén de la prima alimentó al parecer la misoginia de
Verne y una secreta rebeldía que, incapaz de manifestarse en la sociedad bienpensante, hallaría un cauce de expresión en la
desbordada fantasía de su literatura.
A los ocho años ingresó con su hermano Paul en el seminario Saint-Donatien. Más tarde estudió filosofía y retórica en el liceo de
Nantes y viajó a París para seguir la carrera de leyes, cumpliendo con ello los deseos de su padre, el abogado Pierre Verne. En 1848
comenzó a escribir algunos sonetos y textos de teatro, y dos años más tarde aprobó su tesis doctoral de derecho y optó por la carrera
de letras.
Sus inicios literarios fueron difíciles; sus piezas de teatro no tuvieron una divulgación importante, y recurrió a la docencia para
sobrevivir. Desde 1852 hasta 1854 trabajó como secretario de E. Seveste en el Théâtre Lyrique, y publicó algunos relatos en Le musée
des familles, como Martín Paz (1852). En 1857 se convirtió en agente de bolsa y empezó a viajar; visitó Inglaterra, Escocia, Noruega y
Escandinavia, y continuó sus escritos. En 1859 contrajo un matrimonio que no cabe juzgar sino como de conveniencia; Verne mantuvo
su misoginia más allá del mismo, igual que la relación con su padre (opuesto a su veleidades literarias) fue y seguiría siendo siempre
conflictiva: alcanzada la independencia económica, jamás volvió a poner los pies en el hogar paterno.
Posteriormente conoció al editor Hetzel, quien se interesó por sus textos y le publicó Cinco semanas en globo (1863), obra que lo lanzó
al éxito y lo estimuló a proseguir con la temática de la novela de aventuras y fantasía. El mismo editor le encargó una colaboración
regular para la revista Magazine d'éducation et de récréation, y en poco tiempo alcanzó una gran celebridad.
Inmediatamente se enfrascó en la redacción de Viaje al centro de la Tierra (1864), para lo cual se aplicó a la geología, la mineralogía y
la paleontología. Las detalladas descripciones de animales antediluvianos maravillaron a los expertos, poniendo de manifiesto su
extraordinaria intuición científica. Su tercer gran libro fue De la Tierra a la Luna (1865), cuya publicación despertó tal entusiasmo por
los viajes espaciales que su despacho se inundó de cartas solicitando reservas para el próximo viaje lunar.
A estas obras iniciales siguieron pronto muchos libros memorables. Las aventuras del capitán Hatteras (1866) narra la desventurada
expedición de este tenaz y singular personaje al Polo Norte, en cuyo transcurso encuentra al capitán Altmont, superviviente de una
expedición americana con el mismo objetivo. Los hijos del capitán Grant (1868) emprenden un dilatado viaje que los lleva hasta
Australia en busca de su padre, cuyo paradero sólo conocen parcialmente por un mensaje suyo hallado en una botella.
De la Tierra a la Luna

Cuando ya empezaba a materializarse el proyecto, el francés Michel Arden, un tipo "mejor elaborado que fundido", que todo lo veía
en grande excepto "a los hombres y las dificultades", se presentó con una propuesta sorprendente: viajar a la Luna en el proyectil, que
fue entonces rediseñado para acoger pasajeros en su seno. Impey Barbicane (presidente del Gun-Club) y el capitán Nichols deciden
acompañarle, pese al convencimiento de este último de que la empresa no puede triunfar. Según los cálculos, de ser lanzado en el día
y hora prevista (el primero de diciembre a las once menos trece minutos), el proyectil llegaría a la Luna cuatro días después de su
partida.
Preparado con todos los adelantos científicos y con las comodidades de un coche-cama, el proyectil es lanzado en presencia de
numeroso público. Durante cuatro días, los tres atrevidos pasajeros ven recompensado su valor con la experiencia de un cómodo y
singularísimo viaje, interrumpido sólo por acontecimientos extraordinarios, como la ceremonia en la que, suspendidos en medio del
aire por hallarse ya fuera del influjo de la gravitación terrestre, brindan con botellas y vasos igualmente suspendidos para festejar el
paso de la atmósfera de la Tierra a la de la Luna.
La trayectoria del proyectil sufre una desviación imprevista, pero llega lo suficientemente cerca de la Luna como para ser atraído por
su gravedad y rodearla como si fuese un satélite, ofreciendo así a los viajeros la ocasión de verla y describirla sin caer en ella. Tras
rodear la Luna siguiendo una órbita elíptica, logran escapar de su gravedad accionando los cohetes que iban a servir para el alunizaje;
la nave regresa a la Tierra y cae en el Pacífico.
Allí son recogidos por la corbeta Susquehann, que había partido para su rescate. En ella viajan el director del observatorio de
Cambridge, Belfost, y el secretario del Gun-Club, Maston, que habían seguido el viaje interplanetario con un enorme telescopio
colocado en Longs Peak, en las Montañas Rocosas. Tanto esta novela como su continuación están animadas, más que otras
producciones de Verne, por el vívido carácter de sus personajes y por un humorismo fácil pero agradable, que pone un sentido de
verdad en la por aquel entonces increíble aventura.
Homero
La iconografía grecorromana ha consagrado el noble rostro barbado de un anciano ciego como el de Homero. Esta es la imagen
que ha atribuido la tradición al poeta que escribió la Ilíada y la Odisea, los dos poemas épicos con que se inaugura la literatura
griega y la occidental y cuyo vigor lírico y narrativo permanece fresco desde hace miles de años. Su nombre y sus obras han
alcanzado la gloria y alimentado mitos, narraciones y leyendas a través de los siglos, sin que hayan perdido su fuerza original.
La mayor parte de la literatura griega se nutrió del inmenso caudal de leyendas y tradiciones que desde tiempos remotos se
transmitía oralmente de generación en generación. También la poesía épica se transmitía oralmente en sus orígenes: un aedo o un
rapsoda la cantaba o recitaba de memoria ante un público que desconocía la escritura. Los aedos eran músicos ambulantes que
cantaban poemas épicos acompañándose con instrumentos de cuerda; los rapsodas recitaban sin cantar, llevando el ritmo con los
golpes de un bastón.
La perfección y la calidad de la Ilíada y la Odisea, considerados obras maestras de la literatura occidental, sólo se explica por la
existencia de toda una tradición previa sobre la Guerra de Troya que aedos y rapsodas fueron elaborando y refinando durante
siglos y que culmina en los grandiosos poemas homéricos. A pesar de que Homero se sirve de los procedimientos de la tradición
oral, es indudable que en ambos poemas hay un propósito poético, un plan y una estructura que revela la actividad de un poeta
consciente de su arte.
En sus poemas, Homero no trazó una historia completa de la Guerra de Troya (que conocemos por otros fuentes), sino que escogió
dos episodios de la leyenda troyana para recrearlos. Así, en la Ilíada se narra el último año de la Guerra de Troya, aunque el
episodio central sea la disputa entre dos héroes griegos: Aquiles y Agamenón. La Odisea, que parece ser la más moderna de las
dos composiciones atribuidas a Homero, relata las aventuras y penalidades de Ulises (héroe que desempeña un papel secundario
en la Ilíada) en el viaje de regreso desde Troya hasta su patria, Ítaca, y el castigo que inflige a los pretendientes de su esposa,
Penélope, que le creían muerto.
Homero fue el poeta más admirado de la Antigüedad. Sus obras transmitían conocimientos y enseñanzas relativas a variados
aspectos (estratégicos y militares; los astros y el firmamento; cuestiones morales y comportamientos de los seres humanos; las
relaciones de los dioses con los hombres) y dieron la forma considerada canónica de la genealogía de los héroes y dioses griegos.
Por todo ello sirvió de referencia cultural y religiosa para las generaciones posteriores.
La Ilíada
La acción se sitúa en el último de los diez años que duró la guerra. Una terrible peste invade el campamento aqueo: es el dios Apolo quien, bajando del Olimpo, con
los dardos invisibles y mortales de la peste hiere a hombres y animales. El dios Apolo venga así a su sacerdote Crises, a quien el jefe supremo del ejército aliado,
Agamenón, no ha querido restituir su hija Criseida. Agamenón finalmente la devuelve, pero quiere una compensación, y se apodera de Briseida, la esclava de Aquiles.
De ahí nace la ira de Aquiles, que se retira a orillas del mar, en su tienda, y se niega a seguir luchando.
El ejército aqueo estaba constituido por numerosas mesnadas venidas cada una con su jefe de las distintas regiones de la Grecia continental y de las islas; en total,
unos ciento veinte mil hombres. Naturalmente, como no combate Aquiles, no combaten tampoco sus soldados, los mirmidones, tesaliotas fortísimos venidos a
Tesalia, con Peleo, desde la isla de Egina.
Las grandes batallas de la Ilíada son cuatro: la primera ocurre el día veintidós, y ocupa los cantos III-VII (el primero es el planteamiento del poema, mientras en el
segundo se pasa revista a los dos ejércitos). Después de la promesa de Zeus a la madre de Aquiles, Tetis, de que Aquiles será vengado con una grave derrota de los
aqueos, sería natural que esperáramos esta derrota.
Pero los aqueos no son derrotados, aunque tampoco resultan vencedores: de hecho, la preocupación de la derrota está en el aire de toda la batalla, a pesar del valor
de Diomedes (canto quinto); tanto es así que, terminada la batalla, y solicitada una tregua para enterrar a los muertos, los aqueos construyen un muro y un foso para
protección de sus naves. ¿Por qué precisamente tienen que construir este muro y esta fosa en el último año de la guerra y no antes? Porque ahora no está Aquiles;
mientras él estuvo presente y combatió, nadie pensó jamás en la necesidad de murallas de defensa.
La segunda batalla tiene efecto el día veinticinco (canto octavo). Tampoco en ésta los aqueos son derrotados, pero tampoco resultan vencedores; y tanto persiste y se
acentúa la preocupación de la derrota, que el mismo Agamenón propone enviar una embajada a Aquiles, con presentes, excusas y promesas, para que desista de su
ira y vuelva a la lucha. La embajada llena el bellísimo canto noveno.
La verdadera y estrepitosa derrota tiene lugar en la tercera batalla, el día 26, que ocupa una tercera parte de la totalidad del poema, desde el canto XI al XVIII.
Empezando por Agamenón, todos los mejores guerreros aqueos dan grandes pruebas de valor; pero tanto Agamenón como Ulises y Diomedes son heridos. El héroe
troyano Héctor (hijo de Príamo, el rey de Troya) ha hundido las puertas del muro defensivo; detrás de él se arrojan furiosos los troyanos, salvan el foso y llegan junto a
las naves de los aqueos; en éstas, saltando de una a otra, enorme, férreo, detrás de la protección de su invencible escudo, Áyax intenta rechazar el asalto. Pero ni Áyax
lo logra. La nave de Protesilao es incendiada.
Desde un ángulo del campamento, Aquiles ve el resplandor del incendio. Pero Aquiles, en su tienda o junto a la orilla del mar, ya no es indiferente a lo que sucede a su
alrededor. En un determinado momento ve a Néstor que pasa junto a él en su carro para salvar a un herido. Y le asalta la curiosidad de saber quién es, y envía a su
fraternal amigo Patroclo a enterarse. La ira de Aquiles está a punto de ceder. Estamos en la mitad del canto undécimo, en la mitad del poema. Patroclo va y regresa;
pide a Aquiles que por lo menos le permita vestir sus armas y participar en la batalla. Aquiles lo consiente. Acompañado de los mirmidones, los soldados de Aquiles,
Patroclo entra en batalla y se encuentra con Héctor, que le da muerte. Héctor, en el ímpetu glorioso de la victoria, despoja a Patroclo de sus armas y se reviste él
mismo con las armas de Aquiles.
Antonie de Saint-  Exupéry
Novelista y aviador francés; sus experiencias como piloto fueron a menudo su fuente de inspiración. Tercero de los cinco hijos de una
familia de la aristocracia (su padre tenía el título de vizconde), Antoine de Saint-Exupéry vivió una infancia feliz en las propiedades
familiares, aunque perdió a su progenitor a la edad de cuatro años. Estuvo muy ligado a su madre, cuya sensibilidad y cultura lo
marcaron profundamente, y con la que mantuvo una voluminosa correspondencia durante toda su vida.
El año 1926 marcó un giro decisivo en su vida: publicó su narración breve El aviador en la prestigiosa revista literaria Le Navire d'Argent,
dirigida por Jean Prévost, y consiguió un contrato como piloto de línea para una sociedad de aviación. A partir de entonces, a cada
escala del piloto correspondió una etapa de su producción literaria, alimentada con la experiencia. Mientras se desempeñaba como jefe
de estación aérea en el Sahara español, escribió su primera novela, Correo del Sur (1928).
En los años treinta multiplicó sus actividades: cuadernos de invención, adaptaciones cinematográficas de Correo del Sur en 1937 y
de Vuelo nocturno en 1939, numerosos viajes (a Moscú, a la España en guerra), reportajes y artículos para diversas revistas. Durante su
convalescencia en Nueva York, después del accidente de Guatemala, reunió por consejo de André Gide los textos (en su mayor parte
artículos ya publicados) que se convirtieron en Tierra de hombres (1939).
En El principito, el autor afirma haber conocido al singular personaje que da título al libro seis años atrás, en el desierto del Sahara,
después de haber sufrido un accidente de avión, y nos cuenta su historia. El principito procedía de un asteroide tan pequeño que
bastaba con desplazar un poco la silla hacia atrás para ver continuamente la puesta de sol. Un día brotó del suelo una rosa; el principito
se enamoró de ella, pero no pudiendo soportar su orgullo y presunción, decidió abandonar el asteroide y emprendió un viaje que lo
llevó a otros pequeños planetas. En cada uno de ellos vivía un único personaje que, como en seguida aprecia el lector, encarna algún
defecto humano: la vanidad, el egoísmo, la ambición.
La prosa de Saint-Éxupery impresiona por un rigor en el que la desnudez retórica asegura la eficacia del relato de acción. Cercano a 
André Malraux por su conciencia de la aventura humana, a Jean Giono por su lirismo cósmico, a Georges Bernanos por su búsqueda del
absoluto, Saint-Exupéry mostró siempre que el hombre no es más que lo que hace.
El Principito
Tras un accidente en el desierto de Sahara, un piloto intenta reparar su avión averiado. Un niño aparece como de la nada con una demanda muy peculiar: quiere que
el piloto dibuje un cordero. Tras discutir si es más urgente el dibujo o la reparación, y ante la insistencia del chico, el piloto accede.
Este chico, el principito, viene de un asteroide lejano, el B-612, donde ha dejado todas sus pertenencias. De todas ellas, la más valiosa es una rosa a la que el
principito atiende y cuida diligentemente. Sin embargo, la rosa es caprichosa y su actitud llega a exasperarlo a tal punto que decide dejar su planeta y empezar a
viajar.
Antes de llegar al lugar donde se encuentra con el piloto, el principito visita otros planetas, donde conoce personajes muy particulares: un rey, un vanidoso, un
hombre aficionado a la bebida, un farolero y un geógrafo. De hecho, es este último quien le sugiere visitar el planeta Tierra, aunque no esperaba caer en medio del
desierto.
En su visita a este planeta, el principito no consigue hacer amigos, pero conoce a una serpiente que se ofrece a ayudarlo cuando quiera volver a casa y a un zorro, con
quien habla extensamente sobre la domesticación. Cuando alguien domestica a otro, consigue hacerlo único ante sus ojos.
Si bien al principio el narrador se exaspera con el niño porque este no sabe apreciar el apuro en el que se encuentra, poco a poco se establece un vínculo afectivo
entre los dos. Al narrador le resulta encantador que el principito sea tan serio al hablar de asuntos importantes a pesar de su corta edad y aparente fragilidad. Hacia
el final, el piloto sentirá genuino amor y aprecio por el chico.
En un momento dado, él y el chico encuentran un pozo del que beber. Ese sorbo salva la vida del piloto, que ha conseguido reparar su motor. Pero la alegría de
saberse a salvo dura poco, pues encuentra al principito hablando con una serpiente. El principito quiere volver a su asteroide y, sobre todo, ver otra vez a su rosa.
Para ello, le permite a la serpiente inyectar su veneno. Este plan es devastador para el piloto, quien no puede imaginar la ausencia de su amigo. A la mañana
siguiente, el piloto no puede encontrar el cuerpo del chico; lo único que puede hacer es desear que esté a salvo.
Una vez de regreso a casa, el narrador piensa con frecuencia en el niño que conoció en el desierto y desea volver a verlo. Hace un pedido al público para que lo dejen
saber si alguna vez se encuentran con él
Miguel de Cervantes Saavedra
Cuarto de los siete hijos del matrimonio de Rodrigo de Cervantes Saavedra y Leonor de Cortinas, Miguel de Cervantes
Saavedra nació en Alcalá (dinámica sede de la segunda universidad española, fundada en 1508 por el cardenal Cisneros) entre
el 29 de septiembre (día de San Miguel) y el 9 de octubre de 1547, fecha en que fue bautizado en la parroquia de Santa María
la Mayor.
La familia de su padre conocía la prosperidad, pero su abuelo Juan, graduado en leyes por Salamanca y juez de la Santa
Inquisición, abandonó el hogar y comenzó una errática y disipada vida, dejando a su mujer y al resto de sus hijos en la
indigencia, por lo que el padre de Cervantes se vio obligado a ejercer su oficio de cirujano barbero, lo cual convirtió la infancia
del pequeño Miguel en una incansable peregrinación por las más populosas ciudades castellanas. Por parte materna,
Cervantes tenía un abuelo magistrado que llegó a ser efímero propietario de tierras en Castilla.
Estos pocos datos acerca de las profesiones de los ascendientes de Cervantes fueron la base de la teoría de Américo Castro
 sobre el origen converso (judíos obligados a convertirse en cristianos desde 1495) de ambos progenitores del escritor.
El destino de Miguel parecía prefigurarse en parte en el de su padre, quien, acosado por las deudas, abandonó Alcalá para
buscar nuevos horizontes en el próspero Valladolid, pero sufrió siete meses de cárcel por impagos en 1552, y se asentó en
Córdoba en 1553. Dos años más tarde, en esa ciudad, Miguel ingresó en el flamante colegio de los jesuitas. Aunque no fuera
persona de gran cultura, Rodrigo se preocupaba por la educación de sus hijos; el futuro escritor fue un lector precocísimo y
sus dos hermanas sabían leer, cosa muy poco usual en la época, aun en las clases altas. Por lo demás, la situación de la familia
era precaria.

Las fuentes del arte de Cervantes como novelista son complejas: por un lado, don Quijote y Sancho son parodia de los
caballeros andantes y sus escuderos; por otro, en ellos mismos se exalta la fidelidad al honor y a la lucha por los débiles. En
el Quijote confluyen, pues, realismo y fantasía, meditación y reflexión sobre la literatura: los personajes discuten sobre su
propia entidad de personajes mientras las fronteras entre delirio y razón y entre ficción y realidad se borran una y otra vez.
Pero el derrotero de Cervantes, que asistió tanto a las glorias imperiales de Lepanto como a las derrotas de la Invencible ante
las costas de Inglaterra, sólo conoció los sinsabores de la pobreza y las zozobras ante el poder. Al revés que su personaje, no
pudo escapar nunca de su destino de hidalgo, soldado y pobre.
Don Quijote de la Mancha
Esta es la historia de un hidalgo de la Mancha de unos 50 años de edad que tras leer muchos libros de caballería, un género popular en siglo XVI, decide
disfrazarse de caballero andante y embarcarse en una serie de aventuras al lado de su viejo caballo Rocinante. Tiene como fin "irse por todo el mundo
con sus armas y caballo a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo
todo género de agravio y poniéndose en ocasiones y peligro donde, acabándolos, cobrase eterno nombre y fama" 
Siguiendo la tradición caballeresca, don Quijote se encomienda a Dulcinea del Toboso, una figura imaginada por el protagonista, a quien él ve como una
hermosa y elegante dama, pero que en realidad es una simple campesina llamada Aldonza Lorenzo. En el mundo del Quijote, nada es lo que aparenta
ser. Los molinos de viento son gigantes, las ventas son castillos, las plebeyas son princesas, y los títeres son moros. Durante sus andanzas los caminos de
don Quijote y Sancho Panza, su escudero, se cruzan con otros personajes que cuentan sus historias. No todas las aventuras son divertidas ni graciosas: en
algunas, especialmente en la segunda parte, don Quijote y Sancho Panza se convierten en los blancos de burlas y engaños. Al final, don Quijote ya no es
el personaje cómico y burlesco. Vencido por el desengaño, el protagonista recupera la cordura poco antes de morir en su casa. 

La novela se divide en dos tomos, de 52 y 74 capítulos respectivamente. Estos narran la historia de un hidalgo manchego al estilo de las novelas
caballerescas. Se reconocen también tres "salidas" en busca de aventuras: la primera abarca del capítulo 1 al 8, la segunda el resto del primer (del
capítulo 8 al 52), y la tercera ocupa todo el segundo tomo.

Esta obra se narra en primera persona, aunque aparece la tercera persona en la mayor parte de la novela. Una de las pocas instancias en las que se
percibe la narración en primera persona es la famosísima primera línea de la novela: "En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme

Es una obra renacentista por su humanismo, pero con rasgos barrocos (el desengaño, el ambiente teatral y las apariencias falsas). Si bien es una parodia
de libros de caballería en la que predomina el diálogo, también hay lugar para las historias intercaladas, que llegan gracias a otros personajes con
quienes don Quijote se encuentra en sus andanzas. Estas nuevas historias se prestan al empleo de diferentes estilos narrativos: el relato pastoril, la
novela sentimental, la novela picaresca y la novela italiana son algunos ejemplos. Además aparece la tradición popular en los cuentos y refranes
 (“sabiduría popular”) de Sancho Panza. También incluye formas poéticas, como viejos romances caballerescos, canciones y sonetos.
Stephenie Meyer
Aunque nacida en Connecticut, la pequeña Stephenie creció en Phoenix, Arizona, junto a sus padres, Stephen y Candy, y sus cinco
hermanos. Cursó estudios de secundaria en el Instituto Chaparral de Scottsdale, Arizona, y se licenció en literatura inglesa en Provo, Utah,
en 1997, por la Universidad Brigham Young (BYU), frecuentada por los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos
Días, conocidos como mormones, corriente religiosa a la que pertenece. En 1994 se casó con un amigo de la infancia, Christian Meyer, al
que llama cariñosamente Pancho. El matrimonio tuvo tres hijos, Cabe, Seth y Eli, y desde que Stephenie vive las mieles del éxito, es Pancho
quien se queda en casa para cuidarlos.
Twilight (Crepúsculo), una historia romántica de vampiros adolescentes y modernos, se publicó en 2005 y el éxito fue inmediato. En pocas
semanas se situó en el número 5 de los libros más vendidos del The New York Times y en el Top Ten de los libros dirigidos al público juvenil.
Ese mismo año el semanario Publisher's Weekly incluyó a su autora en la lista de autores más prometedores del año. Pero el fenómeno no
había hecho más que empezar. En los años siguientes, Meyer dio a la imprenta tres secuelas de Crepúsculo: New Moon (Luna nueva,
2006), Eclipse (Eclipse, 2007) y Breaking Dawn (Amanecer, 2008), que conformarían la tetralogía más exitosa del mundo editorial de los
últimos tiempos, equiparable a lo que ocurriera en su momento con Harry Potter, y pondrían de nuevo en el primer plano de la actualidad
el género vampírico y derivados.
El éxito de las novelas radicaba en que Meyer se aproximaba al clásico mito del vampiro desde la modernidad, urdiendo unos personajes
con los que los adolescentes se identificaban y que sentían próximos (de estética oscura, no convencionales, enfrentados a un entorno
hostil, torturados por amores imposibles...), todo ello pergeñado por unos diálogos ágiles y nada complicados. El público juvenil (y no tan
juvenil) tomó como iconos a Bella Swan y Edward Cullen, los protagonistas de la saga, y, como no podía ser de otra manera, las aventuras
de los dos enamorados fueron llevadas al cine, generando un auténtico delirio entre los fans, primero lectores y luego ya del celuloide, o a
la inversa, que también los hubo.

Meyer fue la autora más vendida en 2008 (29 millones de libros) y 2009 (26,5 millones de libros). En 2008 la revista Time la situó en el
número 49 de sus "100 personalidades más influyentes", y en 2009 otra publicación, la revista Forbes, la incluyó en la lista de las "100
celebridades más poderosas del mundo" con el número 26. En 2010, según Forbes, era la segunda escritora mejor pagada del mundo (sus
ingresos anuales superaban los cincuenta millones de dólares), por detrás de James Patterson, autor de las exitosas series Alex Cross y Club
de las Mujeres contra el Crimen y por delante de Stephen King y Danielle Steel.
Además de la tetralogía que la ha hecho famosa, Meyer ha escrito el relato Prom Nights from Hell (El infierno en la tierra, 2007), la novela
de ciencia ficción The Host (La huésped, 2008) y dos libros paralelos a la saga: The Short Second Life Of Bree Tanner (La segunda vida de
Bree Tanner, 2010), que probablemente también tendrá su versión cinematográfica, y La saga Crepúsculo: Guía oficial (2010). Dejó además
inconclusa Midnight Sun (Sol de medianoche), una novela que narra los sucesos de Crepúsculo desde el punto de vista de Edward Cullen.
Crepúsculo
Crepúsculo cuenta la historia de Bella Swan y el vampiro del que se enamora, Edward Cullen. Bella se muda a la pequeña y lluviosa ciudad de Forks, Washington, para
vivir con su padre después de que su madre se vuelva a casar. Odia la lluvia, pero al menos encaja mejor en Forks que en su enorme escuela secundaria en Phoenix,
Arizona.
En su primer día de clases, ve a Edward Cullen, uno de un grupo de cinco estudiantes, todos los cuales parecen inhumanamente hermosos y distantes hacia el resto de
la escuela. Bella está hipnotizada por la buena apariencia de Edward, pero por alguna razón, su primera respuesta hacia ella es increíblemente negativa, e incluso lo
escucha tratando de dejar la clase de biología que tienen juntos. Poco a poco comienza a volverse menos hostil, aunque le advierte que sería mejor que ella se
mantuviera alejada.
Un día, cuando Bella casi es aplastada por una minivan fuera de control, él le salva la vida. Sin embargo, ella no puede entender cómo lo hizo. Justo antes del
accidente, lo vio al otro lado del estacionamiento.
Cuando algunos de los estudiantes hacen un viaje a la playa, Bella conoce a Jacob Black, el hijo del buen amigo de su padre, Billy Black, y miembro de la reserva de La
Push. Ella consigue que Jacob le explique por qué los Cullen no vendrán a La Push, y él le dice que es debido a algunas viejas leyendas que tiene su gente de que los
Cullen son vampiros, y aunque no se alimentan de humanos, todavía no lo son. bienvenido a la reserva.
Bella sospecha que esto puede ser cierto, pero decide que incluso si lo es, no le importa. Cuando se enfrenta a Edward por eso, él le dice la verdad. Él explica que esta
es la razón por la que ella debería mantenerse alejada de él, aunque él elige no cazar humanos, se siente especialmente atraído por su olor y es posible que no pueda
resistirse a ella. Sin embargo, no puede mantenerse alejada porque se ha enamorado de él. Del mismo modo, está demasiado enamorado para alejarla, incluso por su
propio bien.
Él la lleva a mirar mientras él y su familia juegan béisbol de vampiros, y mientras están allí, aparece otro aquelarre de vampiros más violento. El líder, un vampiro muy
viejo y muy letal llamado James, capta el olor de Bella, y cuando Edward la defiende, ve la oportunidad de participar en una cacería desafiante. Edward sabe, porque
puede leer la mente, que James no se rendirá hasta que la haya matado.
Bella y todos los Cullen idean un plan para tratar de llevarla a un lugar seguro y al mismo tiempo proteger a su familia, llevándola a Phoenix, pero James es inteligente
y logra engañar a Bella para que venga a verlo a solas (ella cree que es para salvar la vida de su madre). Allí casi la mata, pero los otros vampiros llegan a tiempo y
Edward la salva. Sin embargo, la ha mordido, y Edward debe usar todo su autocontrol para chupar la sangre suficiente para sacar el veneno de vampiro sin matarla. Lo
logra, y Bella se queda con solo algunos huesos rotos y un corte en la frente.
Bella se cura y regresa a Forks, donde Edward la sorprende llevándola al baile de graduación. Ella le dice que también quiere que él la convierta en vampiro para poder
estar con él para siempre, pero él está firmemente en contra, no quiere quitarle la vida mientras todavía tiene otra opción, y mientras todavía tiene su familia.
Fernández de Lizardi
Periodista por vocación y liberal influido por los enciclopedistas, aunque limitado por el ambiente de la colonia, José Joaquín
Fernández de Lizardi es considerado no sólo como el escritor más importante de su país durante el primer tercio del siglo XIX, sino
también como el autor de la primera novela, en el sentido moderno del término, que se escribió en América. Nacido hacia el final
de la época colonial, la infancia de José Joaquín transcurrió en Tepozotlán, donde su padre ejercía la medicina en el Seminario de
los Jesuitas. Hizo en esta población sus primeros estudios, que amplió después en el Colegio de San Ildefonso; pero no pudo
terminarlos por falta de recursos.
Con sus artículos y escritos luchó por la libertad de expresión y contribuyó a consolidar el ideario independentista. Escribió
también versos desaliñados, de los que lo más interesante son las Fábulas (1817); intentó el teatro, sin resultado, en piezas
como El negro sensible, Auto Mariano y otras. Pero se le recuerda más por sus artículos políticos y, sobre todo, por sus tres
novelas, que inauguraron el género en el continente: El Periquillo Sarniento (1816), La Quijotita y su prima (1818) y Don Catrín de
la Fachenda (1832).

De ellas, El Periquillo Sarniento es sin duda la mejor y más famosa. Pintura satírica y colorida de las postrimerías del virreinato,
está inspirada en la picaresca española y cuenta la vida de un truhán de buen corazón que sirve a varios amos y tiene diversas
aventuras. Es una obra de carácter edificante, a través de la cual el autor busca combatir vicios, criticar la hipocresía de la sociedad
y ridiculizar los malos hábitos. A pesar de su trasfondo moralizante, la novela alcanza un indudable valor literario gracias a sus
elementos costumbristas, a su humor y a la vivacidad de muchos de sus episodios.

El Periquillo Sarniento se publicó íntegramente por primera vez en 1830-1831, y ha sido objeto de incontables reimpresiones. El
éxito de esta novela, que refleja de modo realista la vida mexicana en tiempos de su autor, fue grande, y disfrutó de envidiable
popularidad porque en ella cobran vida los diversos niveles sociales, con el lenguaje peculiar de cada uno, sobre todo el de los
oficios y profesiones (el estudiantil, el de los abogados, los médicos, los jugadores profesionales, los ladrones, etc.). Las escenas
de la vida privada están descritas con minuciosidad y riqueza de datos, así como las leyendas y supersticiones de carácter popular.
Es indudable que muchos de los incidentes que forman la trama de esta novela están tomados de la vida misma de Lizardi. Se
relata la niñez del protagonista, y por las páginas dedicadas a ella desfilan sus progenitores, sus primeras escuelas y maestros, sus
cursos universitarios y sus observaciones de la vida estudiantil. En busca de una profesión que exigiese la menor preparación
posible, Periquillo se fija en el sacerdocio, pero malas compañías acaban por apartarlo de él.

El héroe de El Periquillo Sarniento no difiere de sus congéneres de la novela picaresca española sino en que al final, arrepentido de
sus extravíos, se pone a trabajar y a ganarse la vida honradamente, y muere por fin convertido en un ciudadano respetable.
El Periquillo Sarniento

Esta obra de José Joaquín Fernández de Lizardi, comienza narrando cómo un hombre se encuentra en su habitación, a puno de fallecer y rodeado de sus hijos, por lo
que este personaje, que no es otro que el Periquillo Sarniento comienza a contar la que ha sido su vida, a fin de poder colocarse como ejemplo para advertirles a sus
hijos los peligros que rondan en el mundo.
De esta forma, el narrador en primera persona comienza a contar cómo su nacimiento se produjo alrededor del año 1771 ó 1773, en el seno de una familia,
compuesta por un padre, a quien el Periquillo recuerda como un hombre bastante sensato, y su madre, mujer que recuerda como una mamá sobre protectora.

En su vida escolar, Periquillo comienza a conocer varios prototipos de maestros: el primero de ellos, resultó ser un hombre bueno, que sin embargo tuvo que cerrar la
escuela, lo que hizo que el Periquillo tuviese que ser inscrito en otra escuela en donde el maestro no era muy bueno, siendo por el contrario un maestro tirano y cruel. 
Igualmente, el Periquillo le contará a sus hijos cómo un poco mayor comenzó a estudiar Filosofía en el colegio San Idelfonso.
Sin embargo -tal como confiesa el Periquillo- su principal motivación era conseguir una profesión donde tuviese que invertir el menor esfuerzo posible, por lo que
convencido por un amigo, decide ingresar a estudiar para clérigo. Sin embargo, encuentra malas compañías que lo inducen al juego y la apuesta, dejando incluso de ir
a clases.
Cuando su padre lo descubre, lo insta entonces a buscar un oficio, por lo que el Periquillo entra en un convento. No obstante, no es buena la vida que el Periquillo
encuentra ahí, por lo que quiere fingir una enfermedad para poder librarse. En esas anda cuando llega la noticia de la muerte del padre.
Regresa entonces al lado de su madre, donde la pobreza comienza a azotar la vida del Periquillo, después de que dilapida la herencia que le dejó su padre. Así mismo
tiempo después, su madre fallece también.
El Periquillo sufre entonces el desgarramiento definitivo, y queda solo frente al mundo. Las malas amistades comienzan a rondar el día a día la vida del periquillo,
quien incluso haciendo trampas con un amigo consigue una paliza que lo envía dos meses a un hospital. En otro momento también se involucra con un robo, asunto
por el que va a parar a la cárcel. Al salir, decide entonces buscarse un amo, para orientar sus pasos y poder ganarse la vida.

Así el Periquillo consigue primero un escribano, luego un barbero, después un boticario, un médico charlatán, un subdelegado de dudosa mora, un coronel y
finalmente un chino, quien serpa el que cambiará su vida para siempre, al nombrarlo su heredero antes de morir. Cada episodio con estos amos planteará situaciones
bastante cómicas, que revelará los vicios de cada uno de ellos, quienes a su vez representan un sector de la sociedad.
Ya maduro, y ahora con el dinero que le ha otorgado el chino, el Periquillo Sarniento contrae matrimonio en segundas nupcias, y forma un hogar, tiene hijos, y se
dedica a corregir su vida de excesos y mala conducta. De esta forma, consigue convertirse en un ser honrado y un hombre de bien, forma en la que termina su vida.
Charles Perrault
Educado en el colegio de Beauvais, Charles Perrault se aficionó grandemente a la literatura desde su mocedad. Compuso durante sus
años de colegio una Enéide travestie agradable, juntamente con su amigo Baurin y con sus hermanos (Claude Perrault, que sería médico
y arquitecto, y Nicolás Perrault, futuro teólogo). Abogado del foro de París en 1651, obtuvo luego diversos cargos administrativos y
gubernativos. De 1654 a 1664 estuvo empleado en la administración de la Recaudación General de Hacienda, dirigida por su hermano
Pierre bajo la supervisión del ministro Jean-Baptiste Colbert, protector de la familia.

A partir de 1671, fecha de su ingreso en la Academia Francesa, tomó parte muy activa en sus deliberaciones. Colbert le había confiado
oficiosamente la misión de apoyar en el campo literario la política de prestigio con la que reforzaría y ampliaría la autoridad de la
monarquía; el poeta oficial Jean Chapelain le ayudó en aquella labor. Perrault propuso una reforma en la organización de la Academia y
en el nombramiento de sus miembros; a partir del 13 de enero de 1672, las sesiones fueron públicas. Pero, pese a sus muchos esfuerzos
y a los poderosos apoyos con que contaba, se atrajo la enemistad de otros grupos, en especial de Nicolas Boileau y sus seguidores.

En 1697 publicó Charles Perrault el libro al que debe su celebridad: Historias y relatos de antaño. Cuentos de mi tía Ansarona. Pensando
que era poco serio que la obra apareciera con su nombre, publicó con el de su hijo esta colección de cuentos en verso y en prosa, nacida
con la modesta pretensión de divertir a los muchachos, pero que, gracias a su feliz ingenuidad y su sabroso y sencillo estilo, estaba
destinada a conquistar al público europeo y a tener un número prodigioso de ediciones, así como a captar la atención y exaltar la
fantasía de escritores como los hermanos Grimm, Ludwig Tieck y Maurice Maeterlinck, que hicieron de ella transcripciones y arreglos.

Los cuentos más populares, y quizá también los más bellos, como Barba Azul, La bella durmiente del bosque o La Cenicienta, serían
objeto de versiones musicales a cargo de compositores de la talla de Gioachino Rossini, Jacques Offenbach, Paul Dukas y Bela Bartok.
Junto a los ya citados, merecen destacarse otros muchos también universalmente conocidos, como Caperucita roja, El gato con
botas, Pulgarcito, La princesa astuta, Las hadas, Piel de asno, Deseos ridículos y Ricardito, el del copete.
La elegancia de su estilo hace de cada uno de estos cuentos una pequeña obra maestra, fruto de un paciente trabajo de lima, como se
puede comprobar confrontando el volumen del año 1697 con la primera redacción de los cuentos, aparecida en revistas como el
Mercure de France. El literato no supo resistir a la tentación de añadir a los cuentos una moraleja, que siempre resulta la parte más
débil; al hacerlo, no sólo se inclinaba ante el gusto de la época, sino que con ello salía al paso de las posibles acusaciones de corromper a
la juventud.
La Cenicienta
“Érase una vez” una hermosa y bondadosa niña a quien su cruel madrastra y sus dos hermanastras obligaban a ocuparse de las labores más duras
del palacio, como si fuera la última de las criadas. Sucedió que el hijo del Rey celebró un gran baile.
Cenicienta ayudó a sus egoístas hermanastras a vestirse y peinarse para la fiesta. Cuando se hubieron marchado, la pobre niña se echó a llorar
amargamente porque también le hubiera gustado ir al baile del Príncipe. Pero he aquí que se le apareció su hada madrina, hizo una carroza con
una calabaza, convirtió seis ratoncitos en otros tantos caballos, una rata en un grueso cochero, y seis lagartos en elegantes lacayos. Después tocó
a Cenicienta con su varita mágica y sus harapos se convirtieron en vestidos resplandecientes, y sus alpargatas en preciosos zapatitos de cristal.
Pero le advirtió que, al filo de la medianoche, todo volvería a su realidad.
Cuando llegó a la fiesta, su radiante belleza causó asombro y admiración. El Príncipe no se apartó de ella ni un solo instante. Poco antes de la
doce, Cenicienta hizo una graciosa reverencia y se retiró. Al día siguiente seguían los festejos principescos y todo se repitió de igual manera que la
víspera. Pero la pobre Cenicienta, tan feliz con su Príncipe, casi olvida que a las doce terminaba el hechizo. Cuando oyó la primera campanada de
las doce, echó a correr y, con las prisas, perdió uno de sus zapatos de cristal.
El hijo del Rey hizo publicar un edicto anunciando que se casaría con la doncella cuyo pie se adaptara al zapato. Cuando Cenicienta se lo probaba,
apareció su hada madrina, la tocó con su varita mágica y, al instante, sus vestidos resplandecieron. Las hermanastras reconocieron en ella a la
hermosa de la fiesta, se arrodillaron y le pidieron perdón. Cenicienta y el Príncipe se casaron, perdonaron a las hermanas, las cuales se casaron
con dos grandes señores de la Corte, y todos fueron muy felices.
Referencias
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Referencias
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https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/perrault.htm

https://www.ecured.cu/La_cenicienta_(cuento)

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