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ESCUELA CONTINUA

DE FORMACION LEGIONARIA
NIVELES DE FORMACION

I NIVEL BASICO II NIVEL MEDIO III NIVEL AVANZADO


ORACIONES Y JUNTA TEORIA (MANUAL) ESTATUTOS. PRACTICA,
OFICIALES, CUADERNOS. EJERCICIO DEL TRABAJO LEGIONARIO
ESCUELA CONTINUA
DE FORMACION LEGIONARIA
II nivel MEDIO
TEORIA (MANUAL) ESTATUTOS.
OFICIALES, CUADERNOS
Manual Oficial de la Legion de Maria
CAPITULO XVIII
Orden de la junta del Praesidium

4. A continuación se rezan cinco decenas del rosario, Pág. 121.

Iniciando el director espiritual el primero, tercero y quinto, y los demás socios el


segundo y cuarto. Todos rezarán en voz alta, pues es una oración pública, y lo harán
con la misma gravedad y respeto que si, en lugar de su efigie, estuviera la Reina allí
mismo en persona. Puesto que el rosario desempeña -como norma y como
recomendación- un papel tan importante en la vida de los legionarios, exhortamos a
todos encarecidamente a que se inscriban en la cofradía del santísimo rosario (véase
apéndice 7). El Papa Pablo VI insiste en que se conserve el rosario. Es pura oración. Su
contenido es bíblico. Es un resumen de la historia de la salvación, y muestra a María en
las principales etapas de esa historia.
CAPITULO XVIII
Orden de la junta del Praesidium

5. Después del rosario sigue inmediatamente la lectura espiritual, Pág. 122.

La hará el director espiritual, o, en su ausencia, el presidente. La duración de la


lectura no pasará de unos cinco minutos. La selección de la lectura es libre,
pero se recomienda encarecidamente que se lea el Manual, por lo menos
durante los primeros años de existencia del praesidium, a fin de que los
socios se familiaricen con el contenido de este Manual, y para estimularlos
a hacer de él un estudio serio. Es costumbre que, al concluir la lectura, los
socios hagan todos juntos la señal de la cruz.
CAPITULO XVIII
Orden de la junta del Praesidium

13. La colecta secreta, Pág. 130.

Después de la allocutio, se pasará inmediatamente la bolsa para la colecta secreta, contribuyendo cada cual según su
posibilidad. El fin de esta colecta es sufragar los diversos gastos del praesidium y mandar el superávit a la curia y
consejos superiores, para sostenimiento de los mismos. Reiteramos que estos consejos no tienen para desempeñar
sus funciones administrativas otros medios de subsistencia que los suministrados por los praesidia (véase el capítulo 35
Fondos). La colecta no debe interrumpir las gestiones de la junta. Vaya pasando la bolsa de uno a otro sin llamar la
atención y, aunque no se deposite nada, introduzcan todos la mano. Para estos donativos de los socios dispóngase de una
bolsa decente: un guante o una bolsita de papel no es lo propio. La razón por la que se hace la colecta secretamente, es
que en el praesidium no debe haber la menor distinción entre socios adinerados o económicamente débiles. Respétese,
pues, este carácter secreto de la colecta, y no diga uno a otro con cuánto ha contribuido. Por otra parte, todos deben darse
cuenta de que no sólo el praesidium, sino la Legión entera dependen para su funcionamiento de la contribución de cada
individuo. Por eso, no se considere este asunto como de pura fórmula. La obligación de contribuir no se cumple dando
una suma tan pequeña que para el mismo socio no signifique casi nada. El hecho es que se le está concediendo el
privilegio de participar en la misión general de la Legión. Sobre esta base es donde tiene que actuar la conciencia de
la responsabilidad y la generosidad. Lo único secreto en esta colecta es la contribución individual. La suma total puede ser
anunciada al praesidium; y, por supuesto, debe ser anotada debidamente en las cuentas, para dar después razón de ella.
CAPITULO XIX
La junta y el socio

14. Las oraciones son parte integral de la junta, Pág. 138.

Alguna vez se ha sugerido la conveniencia de que los miembros de la junta recen el rosario
delante del Santísimo, yendo después a la sala. Eso no puede admitirse, por este principio
general: la unidad de la junta es esencial a todo el sistema legionario. Con esa unidad de la
junta, todo queda en ella impregnado del espíritu de piedad, tan fecundo en heroísmo y
esfuerzo; pero el desarrollo de la junta carecería de ese espíritu si se dijeran fuera de ella la
mayor parte de las oraciones prescritas. Semejante cambio alteraría por complemento el
aspecto de la junta, y, en consecuencia, el de la Legión entera, cimentada como está sobre
la junta. Ya no sería la Legión de María, por grandes que fueran los méritos de la nueva
organización. Y aún estaría menos permitido omitir el rosario o cualquier otra de las
oraciones de la téssera, no importa qué circunstancias aconsejen lo contrario. El rezo del
rosario es para la junta de la Legión lo que la respiración para el organismo humano.
CAPITULO XIX
La junta y el socio

15. El culto y la junta, Pág. 138.

Si, por alguna razón, un praesidium ha rezado antes de la

junta las oraciones legionarias en una iglesia o en

cualquier otro lugar, tiene el deber de repetir en la junta

todas las oraciones.

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