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Estad siempre gozosos.

Orad sin cesar.


Dad gracias en todo,
porque esta es la voluntad de
Dios para con vosotros en
Cristo Jesús.
Toda buena dádiva y todo
don perfecto desciende de
lo alto, del Padre de las
luces, en el cual no hay
mudanza, ni sombra de
variación.
Bendice, alma mía, a Jehová,
Y bendiga todo mi ser su
santo nombre. Bendice, alma
mía, a Jehová, Y no olvides
ninguno de sus beneficios.
Salmos 103:1-2
DIEZ LEPROSOS SON LIMPIADOS
Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Y al
entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres
leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo:
¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio,
les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras
iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que
había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y
se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y este
era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los
que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo
quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le
dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
Pues habiendo conocido a Dios,
no le glorificaron como a Dios,
ni le dieron gracias, sino que se
envanecieron en sus
razonamientos, y su necio corazón
fue entenebrecido.
Romanos 1:21
JESÚS REPRENDE A LOS VIENTOS Y AL MAR
Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.
Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan
grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.
Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo:
¡Señor, sálvanos, que perecemos! Él les dijo: ¿Por
qué teméis, hombres de poca fe? Entonces,
levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se
hizo grande bonanza. Y los hombres se
maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es este, que
aun los vientos y el mar le obedecen?
JESÚS SANA A LA SUEGRA DE PEDRO
Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de
este postrada en cama, con fiebre. Y tocó su mano,
y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía. Y
cuando llegó la noche, trajeron a él muchos
endemoniados; y con la palabra echó fuera a los
demonios, y sanó a todos los enfermos; para que
se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando
dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y
llevó nuestras dolencias.
S. Mateo 8:14-17
JESÚS SANA A LA SUEGRA DE PEDRO
Entonces Jesús se levantó y salió de la
sinagoga, y entró en casa de Simón. La
suegra de Simón tenía una gran fiebre; y le
rogaron por ella. E inclinándose hacia ella,
reprendió a la fiebre; y la fiebre la dejó, y
levantándose ella al instante, les servía.
S. Lucas 4:38-39
Ciertamente llevó él nuestras enfermedades,
y sufrió nuestros dolores; y nosotros le
tuvimos por azotado, por herido de Dios y
abatido. Mas él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el
castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su
llaga fuimos nosotros curados.
Isaías 53:4-5
LA CURACIÓN DE UN COJO
Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la
oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían
cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que
pidiese limosna de los que entraban en el templo. Este, cuando vio a
Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le
diesen limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo:
Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos
algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te
doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y
tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le
afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y
anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y
alabando a Dios.
EL HIJO PRÓDIGO
Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y
contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor
vestido, y vestidle; y poned un anillo en su
mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro
gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;
porque este mi hijo muerto era, y ha revivido;
se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a
regocijarse.
Te alabaré, oh Jehová, con todo
mi corazón; Contaré todas tus
maravillas.
Me alegraré y me regocijaré en
ti; Cantaré a tu nombre, oh
Altísimo.
Salmos 9:1-2
No dejando de congregarnos,
como algunos tienen por
costumbre, sino exhortándonos; y
tanto más, cuanto veis que aquel día
se acerca.
Hebreos 10:25
Para exclamar con voz de acción
de gracias, Y para contar todas tus
maravillas.
Salmos 26:7
Enséñanos de tal modo
a contar nuestros días,
Que traigamos al
corazón sabiduría.
Salmos 90:12
Dad gracias en todo,
porque esta es la voluntad
de Dios para con vosotros
en Cristo Jesús.
1 Tesalonicenses 5:18
Leproso volvió, glorificando a
Dios a gran voz, y se
postró rostro en tierra a
sus pies, dándole gracias
Los discípulos en la se maravillaron
tempestad
La suegra de Pedro les servía

El cojo Andando, y saltando, y


alabando a Dios
EL PAPÁ DEL HIJO Hagamos fiesta.
PRÓDIGO comenzaron a
regocijarse

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