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PECADO EN LA

TEOLOGÍA
FEMINISTA
Teología Sistemática I
Prof. Dra. Elizabeth Salazar
El cuestionamiento del concepto de pecado
◦ La discusión sobre el concepto del pecado en la Teología Feminista comienza en
la década del 60 a raíz de un artículo publicado por la americana Valerie Saiving
Goldstein con el significativo título: The Human Situation: A Feminine View (La
situación humana: un punto de vista femenino).
◦ “Su tesis fundamental venía a decir que en la tradición teológica, de manera
especial remitiéndose a Pablo, la idea predominante de pecado como engreimiento
y sus afines “soberbia”, “autoafirmación” y “autojustificación”, no reflejan más
que la experiencia de una mitad de la humanidad: la masculina”.
La teóloga judía Judith Plaskow en 1975 desarrolla su tesis en oposición a los conceptos pecado y gracia de
Reinhold Niebuhr y Paul Tillich. Plaskow critica que sus propuestas se basan en la experiencia exclusivamente
masculina y no, femenina.
La autora utiliza para su propuesta no solo la psicología individual considerando el concepto de identidad, sino
también la estructura sociológica en la construcción de esta identidad a razón de los roles asignados socialmente
a cada uno de los géneros.

El pecado masculino: El pecado femenino:


Arrogancia y Abnegación y el
autoafirmación desprendimiento
(Zimmermann, 2004)
Ampliando el concepto

◦ El aporte de la Teología Feminista a la


concepción del pecado tradicional es que no
solo realiza una diferenciación de género, sino
que también que amplía este concepto a las
relaciones sociales, subrayando la dimensión
político-social del pecado.
El pecado estructural: Sexismo
◦ La Teóloga Rosemary Radfort Ruether plantea una
definición de pecado basado en el análisis de la sociedad y del
patriarcado: experiencias dolorosas de mujeres, como violencia
sexual, postergación profesional o necesidad material son el
punto de partida.
◦ El pecado estructural del sexismo resulta patente en los
sistemas de opresión e injusticia, se manifiesta en el dominio y
explotación de mujeres de parte de varones. Este pecado se
hace sentir en la realidad social que perjudican las formas de
vida y sustento.
El pecado estructural
◦ La teóloga Elisabeth Schüssler Fiorenza se refiere al pecado como
un “pecado estructural del patriarcado sexista-racista” a la teología
cristiana, la tradición bíblica y las iglesias cristianas, ya que
legitimaron la explotación sexual de la mujer, consolidando la
violencia contra ella.
◦ Schüssler Fiorenza se opone enérgicamente a equiparar una tradición
y práctica hostil a la mujer con la tradición y teología cristiana, al
mostrar que la misma tradición de Jesús contiene en sí misma las
fuerzas críticas contra el patriarcado y el sexismo.
◦ La teóloga también hace énfasis en los múltiples intereses
compartidos de hombres y mujeres, su resistencia y su complicidad.
Fenomenología del mal
◦ La teóloga Latinoamérica Ivonne Gevara, se refiere al concepto de pecado de las
teólogas antes mencionadas, Ruether y Schüssler Fiorenza pero en su fenomenología
del mal desde el punto de vista femenino evita hablar del concepto de pecado.
◦ En esta fenomenología se debe hablar de lo que las mujeres experimentan como
mal, cosa que las reflexiones teológicas sobre el tema del mal, debido a su punto de
vista machista, no han tomado en consideración. Este mal se representa en las
vivencias de las mujeres: penuria material, impotencia, ignorancia, minusvalía
propia y violencias no solo físicas o verbales, sino también institucional. El mal
también acosa a mujeres de forma difusa, como sentido de culpabilidad existencial,
la propia imagen versus el rol social”
◦ “El mal es la superioridad establecida de un género sobre el otro, una superioridad
que penetra las estructuras sociales, políticas, culturales y religiosas”
Conclusión
Podemos concluir entonces que el concepto de pecado según
la Teología Feminista es más amplio que el concepto
tradicional. Si no que inicia diferenciando el pecado según el
género, no considerando que se comparta la misma visión
considerando que se deben asumir dos perspectivas para su
análisis: la psicológica a través del concepto de identidad,
como también la sociológica a partir de los roles que les han
sido asignados tanto a hombres como mujeres. Dentro de ello
entramos al pecado del sexismo y también a tener que
considerar el pecado estructural, en donde la Iglesia también
juega un rol fundamental.
Bibliografía
◦ Ress M. y Seibert U. (1994) “Del cielo a la tierra: una antología de teología feminista” Editorial sello azul, Chile.
◦ Zimmermann, Beatrice (2004) “El pecado desde una perspectiva Teológica Feminista”. Selecciones de teología, ISSN
0037-119X, Nº 172, 2004, págs. 313-321.

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