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Sembrando Voces

Creación de espacios ficcionales


¿Dónde ocurren las historias?
Antes de comenzar

 Se les invita a llenar el formulario de


asistencia que se comparte vía chat en la
plataforma Zoom. En nombre de la
actividad seleccionar “Taller de narrativa”
 Se sugiere mantener los micrófonos
apagados mientras no se hace uso de la
palabra, ya que algunos sonidos de fondo y
teclazos de la computadora pueden colarse.
 Sembrando voces es un proyecto de Taller
Maladrón apoyado por la Secretaría de
Cultura de la Ciudad de México a través del
programa Colectivos Culturales
Comunitarios.
OBJETIVOS
 Reflexionar acerca del ambiente y  La descripción como modo
la época en que se desarrollan las discursivo
obras narrativas.  Escenario
 Desarrollar habilidades para la  Atmosfera
descripción de ambiente
 Tiempo subjetivo y objetivo
La descripción como modo discursivo

 Presentar e inventar para que el


lector pueda imaginar
 5 sentidos
 Detalles
 Poco empleo de verbos, abundan
los adjetivos
 Es subjetiva
 "Por otra parte, la ostionería El Edén, nada paradisiaca por cierto, estaba en la calle de
Cedro esquina con la calle de Clavel, y por lo tanto no distaba unas cuantas cuadras del
Campamento oeste. Céntrica ubicación. Amplio local. Existe la certidumbre de que
tenía mucho de tasca clandestina, y olía no sólo a esa fabulosa mixtura aromática que
daban el pescado en escabeche, las especias, las angulas, el cilantro, la mostaza, las
panojas de boquerones, sino también a humo y bebidas espirituosas."
 Fernando del Paso, 1966
Escenario

 Espacio y época
 Clima
 Hora del día
 Condiciones sociales
 Telón de fondo para la acción.
 "Cuento los años y las cosas como muelle, como
patio de carga, garrotero, báscula de piso. Como
torres de vigilancia, como ménsulas de señales: todo
aquello que vio a José Trigo llegar en un tren de
carga a estos llanos olvidados que son los de
Nonoalco-Tlatelolco, en la Ciudad de México, que
un día de mayo de hace muchos años lo vio caminar
por los campamentos con una caja blanca al hombro,
que una tarde de difuntos lo vio correr bajo el Puente
y perder un zapato, que una noche de un mes de
diciembre de un año bisiesto lo vio de rodillas en
Santiago Tlatelolco. Lo vio una vieja gorda y bruja.
Lo vieron Todos los Santos. Los vieron tres
guardacruceros de las calles de Fresno, Naranjo y
Ciprés. Lo vio un carpintero de la calle del Pino.

Lo vio una mujer que viajó en una grúa. Lo vio un


carpintero de la calle del Pino. Lo vio una mujer que
viajó en una grúa. Lo vio un hombre que acicalaba
un puñal. Lo vio un alvino de piel de muévedo. Lo
vio un ferrocarrilero de uniforme azul y anteojos
ahumados. Lo vio la Virgen de Guadalupe. Y lo vi
yo."
 "Te sorprenderá imaginar que alguien vive en la calle de Donceles. Siempre has creído que
en el viejo centro de la ciudad no vive nadie. Caminas con lentitud, tratando de distinguir el
número 815 en este conglomerado de viejos palacios coloniales convertidos en talleres de
reparación, relojerías, tiendas de zapatos y expendios de aguas frescas. Las nomenclaturas
han sido revisadas, superpuestas, confundidas. El 13 junto al 200, el antiguo azulejo
numerado «47» encima de la nueva advertencia pintada con tiza: ahora 924. Levantarás la
mirada a los segundos pisos: allí nada cambia. Las sinfonolas no perturban, las luces de
mercurio no iluminan, las baratijas expuestas no adornan ese segundo rostro de los edificios.
Unidad del tezontle, los nichos con sus santos truncos coronados de palomas, la piedra
labrada de barroco mexicano, los balcones de celosía, las troneras y los canales de lamina,
las gárgolas de arenisca. Las ventanas ensombrecidas por largas cortinas verdosas: esa
ventana de la cual se retira
 alguien en cuanto tu la miras, miras la portada de vides caprichosas, bajas la mirada al
zaguán despintado y descubres 815, antes 69.”
Atmosfera

 ¿A qué huele? ¿Hace frio o hace calor? ¿Qué sensación provoca el espacio?
¿Qué se escucha? ¿Es un lugar abierto o cerrado? ¿Está oscuro o hay luz?
 "Héctor contempló el rostro enmascarado de un luchador de lucha libre por el que
corría una lágrima. Se sorprendió. Primero, los luchadores no lloran, éste es un axioma
indiscutible; segundo, existía un problema técnico: la máscara debería estorbar el
natural fluir de las lágrimas. Aun así, a pesar de las dos objeciones, el tipo sin duda
estaba llorando. Se acercó, desechando su anterior voluntad de verlo todo desde lejos. A
mitad de la calle, un grupo de luchadores enmascarados, con capas y uniformes de
colores festivos (naranjas, amarillos canario, negros con toques plateados) cargaban
sobre los hombros un gran féretro gris metálico. Tras ellos los mariachis la
emprendieron con el Son de la negra; un poco más atrás los deudos, justificada y
normalmente llorosos; una numerosa familia de origen popular enlutada, amigos,
vecinos, mirones. Héctor encendió un cigarro. Llovía."
“Durante todo un día de otoño, triste, oscuro,
silencioso, cuando las nubes se cernían bajas y
pesadas en el cielo, crucé solo, a caballo, una
región singularmente lúgubre del país; y, al fin, al
acercarse las sombras de la noche, me encontré a
la vista de la melancólica Casa Usher”.
Tiempo subjetivo y objetivo

 Pensamientos y recuerdos del personaje


 Tiempo exterior
¡Gracias por su atención!
alroflores@esimez.mx, sembrandovocesmx@gmail.com, 5527651797

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