Está en la página 1de 13

TEXTO “Él saca y cuenta su

BÍBLICO ejército de estrellas; a


BASE todas las llama por su
nombre, y ninguna de
ellas falta” (Isaías
40:26b).
INTRODUCCIÓN
I.
COMPRENDIENDO
DE DÓNDE VIENE
LA SALVACIÓN

La astrología, que se
encarga del estudio de
los astros, sostiene la
idea de que las
posiciones de los
cuerpos celestes tienen
relación con los rasgos
de la personalidad de
un individuo y con los
sucesos importantes de
su vida
I. COMPRENDIENDO DE
DÓNDE VIENE LA SALVACIÓN
La astrología a través de la
observación de la luna, el sol, los
planetas y los fenómenos
meteorológicos, se convirtió en
fuente de adivinación de los
imperios, y los reyes pasaron a
tener “observadores de los cielos”
en todos los rincones de sus reinos,
tal como lo podemos ver en la
historia de Daniel y sus amigos.
I. COMPRENDIENDO DE
DÓNDE VIENE LA
SALVACIÓN
La astrología enseña que es necesario levantar
los ojos al cielo, pero para quedarse
simplemente observando a los cuerpos celestes
y no al Creador de los astros. Cuando Babilonia
estaba próxima a ser derrotada por el poder
Medo-Persa, el profeta Isaías la desafió diciendo
que ni los astros ni los astrólogos serían capaces
de ayudarla delante del enemigo que se
avecinaba: “Te has fatigado con la multitud de tus
consejeros. Que se pongan de pie, ahora, y te
salven, los que adoraban el cielo, los
contempladores de las estrellas, y te
pronostiquen lo que vendrá sobre ti” (Isaías
47:13).
I. COMPRENDIENDO DE DÓNDE
VIENE LA SALVACIÓN
Isaías deseaba que el pueblo de Israel
comprenda de dónde viene realmente la
salvación. Era necesario recordarles que los
pequeños dioses de fabricación humana a
quienes ellos adoraban, o los astros en
quienes ellos tanto confiaban, ni los
vaticinios de los astrólogos que ellos
consideraban infalibles, podrían salvarlos
en la hora de la angustia.
I. COMPRENDIENDO DE DÓNDE
VIENE LA SALVACIÓN

Dios nunca apoyó la idea de que el


destino de una persona estuviera
escrito en las estrellas. La Biblia
enfatiza el papel de la responsabilidad
humana y nos recuerda que somos
responsables de nuestras decisiones,
y lo que vendrá en el futuro no
depende de la posición de los astros,
sino de las elecciones que tomas en el
presente.
II. RECONOCIENDO A AQUEL
QUE ESTÁ MÁS ALLÁ DE
LAS ESTRELLAS
El pueblo judío había vivido en Babilonia
por setenta años y se había contagiado
de la cultura de los babilonios.
Entonces surge el profeta Isaías y los
arenga a levantar los ojos al cielo, no
para ver solo los astros, sino a Dios:
“levantad en alto vuestros ojos, y mirad
quién creó estas cosas; él saca y cuenta
su ejército; a todas llama por sus
nombres; ninguna faltará” (Isaías
40:26a).
III. ACEPTANDO EL
PODER Y LA GRANDEZA
DE DIOS (Isaías 40:26b)

Lo impresionante del texto de Isaías es


que “Dios saca y cuenta su ejército; a
todas llama por su nombre; ninguna
faltará”. Las estrellas, aunque tienen un
periodo de existencia, no tienen vida.
No poseen emociones ni ansiedades
como tú o yo; tampoco lloran, ni sufren
ni se alegran; sin embargo, Dios sabe
el nombre de cada estrella.
III. ACEPTANDO EL PODER Y LA
GRANDEZA DE DIOS (Isaías 40:26b)

Dios tiene el poder suficiente para


controlar el universo y conocer las
estrellas. Si Dios tiene todo el poder y
puede controlar su creación, también
puede seguir protegiendo a sus hijos y
concederles la fuerza para hacer frente
a las adversidades.
III. ACEPTANDO EL
PODER Y LA GRANDEZA
DE DIOS (Isaías 40:26b)

El salmista exclamó: “Cuando


veo tus cielos, obra de tus
dedos, la luna y las estrellas
que tú formaste, digo: ¿qué es
el hombre, para que tengas de
él memoria, y el hijo del
hombre, para que lo visites?”
(Salmos 8:3-4).
IV. CONCLUSIÓN
•El profeta Isaías nos invita a levantar
nuestra cabeza y mirar el cielo, a las
estrellas, pero no solo a quedarnos
allí admirando su belleza, sino
averiguar ¿quién es Dios y qué ha
hecho?
•Mientras miramos a Dios más allá de
las estrellas podemos entender lo
mucho que también significamos
para él. Somos sus hijos, su creación.
•Tú y yo somos hijos de Dios y
valemos la sangre que derramó Cristo
en la cruz del Calvario.

También podría gustarte