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TALLER 5 URBANISMO

SHARON BIVIANA RODRIGUEZ ROA


La arquitectura y el diseño urbano pueden combatir los efectos del clima en la ciudad si se tienen
en cuenta las condiciones de cada lugar. Como resultado, las viviendas aprovecharán mejor los
rayos de sol y se evitarán las fuertes corrientes de aire. Igualmente las personas pasarán más
tiempo en las calles, incluso en días de lluvia y frío. Una planeación adecuada favorece la calidad
urbana y de vida en la ciudad.
Los factores climáticos influyen sobre el confort y la posibilidad de estar
al aire libre en las ciudades. Son un elemento decisivo que ni la
arquitectura ni la planeación urbanística deben obviar. Construir altos
edificios, por ejemplo, genera extensiones de sombra y fuertes vientos
en calles y plazas, por lo que no son recomendables en lugares donde
hace poco sol o mucho viento.

El clima entre edificios y cómo este afecta al interior de los mismos influye en la
calidad de vida. Hacer una planificación cuidadosa del clima debería ser una labor
obligatoria para toda edificación nueva. Las ciudades tienen la posibilidad de crear
oportunidades para disfrutar del sol y la sombra, de la lluvia y del viento.
EFECTOS DEL SOL/ APROVECHAR EL SOL -
CALOR
La presencia o ausencia de sol influye en el paisaje urbanístico. En ciudades con
alta incidencia solar y altas temperaturas, la estructura urbana debería contar
con árboles frondosos y edificios con paredes más bien opacas con aberturas
pequeñas.

En los climas más fríos, como los países escandinavos, donde los rayos del sol entran
a un ángulo más bajo, los edificios se encuentran por lo general agrupados y no se
elevan más que dos o tres pisos con techos inclinados. Por su parte, las calles, las
plazas y los jardines son pequeños.

Gracias a esta estructura, el viento es redirigido por encima de las ciudades,


liberando a las calles y a los jardines de sus efectos. Los volúmenes bajos y las
cubiertas inclinadas permiten que los rayos del sol se metan entre las
construcciones, calentando la mampostería y los pavimentos.
LLUVIA VERTICAL Y HORIZONTAL

La lluvia en las ciudades puede caer de dos maneras: en posición vertical u


horizontal. La segunda se corresponde con las ciudades dominadas por edificios
altos. Así sucede en la ciudad holandesa de Rotterdam, en cuya área central,
dominada por las torres, los fuertes vientos que corren entre las calles cuando
llueve desvían el agua en esta dirección.

Otras ciudades, a partir de este caso, han optado por edificios de menor
altura, lo que permite que el viento pase sobre ellos sin afectar a la
lluvia.
Lo más natural sería que todos los edificios del mundo estén en sintonía
con las condicionantes climáticas locales para así evitar un impacto
negativo sobre el ambiente urbano.
Los vientos fuertes son considerados causa de desastre. Para frenarlos o
disminuir su velocidad en las ciudades, la arquitectura puede recurrir a
edificios bajos y árboles agrupados en mayor o menor medida.

Los edificios altos producen el efecto contrario. A una altura de entre


30 y 40 metros, las corrientes de aire que se generan en los niveles
inferiores pueden alcanzar velocidades hasta cuatro veces mayor que en
campo abierto. Esto hace que las condiciones climáticas en torno a estas
torres sean considerablemente más frías. Las construcciones de menor
altura permiten que las corrientes de aire frío pasen por encima,
reduciendo al mínimo el viento entre ellas. La fricción que se genera
sobre el terreno es clave.
ÁRBOLES PARA DISMINUIR LA TEMPERATURA

Los árboles urbanos purifican el aire, ofrecen protección y con su sombra,


favorecen que disminuya la temperatura en las ciudades.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO), colocar los árboles de manera
estratégica puede bajar entre 2°C y 8°C la temperatura del aire.
Además, si se colocan de forma adecuada en torno a los edificios, reducen
las necesidades de aire acondicionado en un 30% y ahorran entre un 20%
y un 50% de calefacción

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