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BENEMÉRITA UNIVERSIDAD

AUTÓNOMA DE PUEBLA

FACULTAD DE ADMINISTRACIÓN
 
COMISIÓN DE ACCESO A LA INFORMACIÓN
PÚBLICA DEL ESTADO DE PUEBLA

Diplomado: Transparencia y acceso a la


información pública
Módulo I: El Estado

TEMA: LA VISIÓN JURÍDICO-POLÍTICA DEL ESTADO:


I. KANT
El Estado de Derecho
La comunidad social en el pensamiento de
Kant se encuentra determinada por la
propiedad, ya que a fin de cuentas el ser
racional completo es aquel que no sufre
limitación alguna en su libertad.

El hombre que no pasa de ser


homophaenomenum (los trabajadores, las
mujeres, los menores de edad), que
dependen de manera efectiva de la voluntad
de otro, no pueden corresponder
absolutamente a la idea del ser racional
puro o de la voluntad pura ni tampoco de la
idea del ciudadano activo del Estado.
El Estado de Derecho
La comunidad social de Kant es simplemente la comunidad de los propietarios
y el Estado no puede ser más que el Estado de los propietarios.

El hombre debe salir del estado de naturaleza, en el cual cada uno


obedece a los caprichos de su propia fantasía, y unirse a los demás
(con los cuales no puede evitar el encontrarse en relaciones
recíprocas), sometiéndose a una constricción exterior públicamente
legal; es necesario, por tanto, entrar en un estado [Zustand] en el
que se determine legalmente lo que debe ser reconocido a cada
quien como lo suyo y se le asigne como parte por una potencia
suficiente (que no es la potencia de un individuo, sino una potencia
exterior); vale decir antes que nada uno debe entrar en un estado
civil.
El Estado de Derecho
El acto por medio del cual el pueblo mismo se constituye en un Estado o
mas bien, la simple idea de este acto, es la única que permite concebir
la legitimidad del mismo, es el contrato originario [das ursprünliche
Kontrart], según el cual todos (omnes et singuli) en el pueblo deponen
su libertad exterior, para recobrarla inmediatamente después como
miembros de un cuerpo común, esto es, como miembros de pueblo en
cuanto Estado (universi). No se puede decir, por tanto, que en el Estado
el hombre haya sacrificado en aras de un fin determinado, una parte de
su libertad exterior innata en él, sino mas bien abandonado la libertad
salvaje y desenfrenada para recobrar nuevamente su libertad en general
no disminuida, en una dependencia legal, vale decir en un Estado
jurídico, porque esta dependencia surge de su propia voluntad
legisladora.
El Estado de Derecho
En el mejor de los casos, la propiedad y la convivencia entre los
individuos tiene un carácter provisorio en el estado de naturaleza. Para
Kant puede ser que ni siquiera con ese carácter se den. De cualquier
manera la propiedad deja de ser provisoria desde el momento en que
el Estado la garantiza, para convertirse en perentoria, es decir
impuesta al respecto de los demás. Kant no acepta que el Estado
pueda constituir la propiedad, como sucedía en Hobbes o en Rousseau;
para él:

La constitución civil no es más que un Estado jurídico [rechtliche


Zustand] que asegura a cada quien lo suyo, pero que no lo constituye
no lo determina propiamente. Toda garantía presupone, por tanto el
que cada uno pueda tener algo como suyo. Por consecuencia es
preciso admitir como posible antes de la constitución civil (o hecha
abstracción de esa constitución) un mío y un tuyo exteriores y, al
mismo tiempo, un derecho de constreñir a todos
El Estado de Derecho
aquellos con los que de cualquier modo podemos entablar relaciones, a
entrar con nosotros en un Estado constituido en el que los referidos
mío y tuyo puedan quedar garantizados.

Rousseau en la introducción al Discurso sobre el origen y fundamento


de la desigualdad entre los hombres, había sostenido por primera vez
la idea de que ni el estado natural y el contrato fuesen “hechos”
realmente ocurridos, sino simples principios de la coexistencia social.
Kant hace hincapié en el hecho, escribiendo que:

Es inútil buscar los orígenes históricos de este mecanismo, es decir,


resulta imposible remontarse hasta el punto de partida de la sociedad
civil (pues los salvajes no estipulan acto alguno de su sumisión a la
ley, y al contrario, la naturaleza misma de estos hombres violentos
deja pensar que ellos fueron sometidos por la fuerza).
El Estado de Derecho
Kant concibe a la multitud que se transforma en un pueblo gobernado
como un conjunto de seres racionales para los que se impone una
exigencia de vivir en el Estado; en segundo lugar, esa multitud, antes
de transformarse en pueblo gobernado aparece como “voluntad
general” y en cuanto voluntad general se somete a un legislador
supremo que se sustituye a esa voluntad general y aparece de
inmediato como voluntad “jurídica”.

El supremo legislador del Estado unas veces llamado “el pueblo”, otras
veces es el princepts, o sea el monarca, que se supone que no tiene
facultades para legislar sino para ejercer las leyes; otras veces se llama
“el soberano” y en fin, se le confunde con la “república”.
El Estado de Derecho
La voluntad general, que en Rosseau era permanente y activa, en Kant
se transforma en un simple acto a través del cual se elige a los
representantes del pueblo. Inmediatamente después se disuelve y el
pueblo deja de ser soberano para retornar a su condición natural de
mera multitud. El soberano deviene entonces el jefe del Estado.

Escribe Kant: Toda verdadera república no es ni puede ser más que un


sistema representativo del pueblo, instruido para la protección de sus
derechos, en su nombre, es decir, en nombre de todos los ciudadanos
reunidos y a través de sus delegados (de sus diputados). Pero desde el
momento en que un jefe de Estado en persona (bien sea el rey, la
nobleza o todo el pueblo en su conjunto, la unión democrática) se hace
representar, entonces el pueblo reunido ya no representa solamente al
soberano, es el mismo soberano; porque en él (en el pueblo) reside
originalmente el poder supremo, del que deben emanar todos los
derechos de los individuos como simples súbditos o en todo caso como
El Estado de Derecho
servidores del Estado), y la república una vez que ha sido establecida,
no tiene ya la necesidad de dejarse escapar de las manos de las
riendas del gobierno y deponerlas en quienes las tuvieron antes [es
decir el pueblo] y que ahora podrían destruir de nuevo, con su arbitrio
absoluto, todas las nuevas instituciones.

Para Kant no todos los ciudadanos constituyen el pueblo; para ser


miembros del pueblo es necesario, además de ser propietario, vale
decir, ser ciudadano activo.

Esto lo expresa de la siguiente manera:

En esta constitución… no todos pueden reivindicar con la misma


legitimidad el derecho de votar, esto es, el derecho de ser ciudadanos
y no soóo compañeros. Porque del hecho que puedan exigir ser
tratados por los demás, según las leyes de la libertad y de la igualdad
El Estado de Derecho
naturales, como partes pasivas del Estado, no deriva para ellos el
derecho de actuar como miembros activos del Estado mismo, de
organizarlo o de cooperar en la introducción de ciertas leyes, sino
únicamente el derecho, cualquiera que sea la naturaleza de las leyes
positivas votadas por quienes tienen el derecho al voto, de que tales
no sean contrarias a las leyes naturales de la libertad, y el derecho a
la consecuente igualdad de todos los miembros del pueblo de poderse
elevar de su estado pasivo a un estado activo.

La voluntad del pueblo y del legislador es formalmente la misma,


universal, como tal se expresa y se fija en la ley. En el fondo, sólo la
ley es soberana, sólo ella queda, a fin de cuentas, y a ella se somete
todo mundo.

La única constitución permanente es aquella en la que la ley es


soberana y no depende de ninguna persona particular: es éste el fin
El Estado de Derecho
último de todo derecho público, el único Estado en que se puede
atribuir perentoriamente a cada quién lo suyo.

Contra el supremo legislador del Estado no puede darse… ninguna


oposición legítima por parte del pueblo, ya que solamente gracias a la
sumisión de todos a su voluntad, universalmente legisladora, es
posible un Estado jurídico; por lo tanto no puede admitirse derecho
alguno de insurrección (seditio), menos aún rebelión (rebellio), y
absolutamente en ningún caso los atentados en contra de él como
individuo (como monarca [aquí el supremo legislador del Estado es
transformado por Kant en el monarca]), bajo el pretexto de abuso de
poder, en su persona o en su vida. Intentarlo mínimamente constituye
una alta traición y en ese caso como en el de quién ha querido
traicionar a la patria, en traidor puede ser punido por lo menos con la
muerte.
El Estado de Derecho
Se puede decir del señor de un país: él no posee nada (como propio),
salvo a sí mismo; porque, si el tuviera algo como propio, junto a otro
cualquiera, sería posible un conflicto con éste, para cuya solución no
habría que haber ningún juez. Pero se puede decir también: él lo posee
todo, porque tiene derecho a mandar sobre todo el pueblo, al que
pertenecen (divisim) todas las cosas exteriores (o sea, el derecho de
atribuir a cada quien lo suyo).

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