levadura, cuando se sacrificaba el cordero de la Pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos y hagamos los preparativos para que comas la Pascua? • Mar 14:13 Y envió a dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y allí os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle; • Mar 14:14 y donde él entre, decid al dueño de la casa: "El Maestro dice: '¿Dónde está mi habitación en la que pueda comer la Pascua con mis discípulos?'" • Mar 14:15 Y él os mostrará un gran aposento alto, amue- blado y preparado; haced los prepara- tivos para nosotros allí. EL APOSENTO ALTO LA SEÑAL PARA ENCONTRAR EL APOSENTO ALTO • Jue 7:16 Y dividió los trescientos hombres en tres compañías, y puso trompetas y cántaros vacíos en las manos de todos ellos, con antorchas dentro de los cántaros. • 1 Re 18:34 Y dijo: Llenad cuatro cántaros de agua y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña. Después dijo: Hacedlo por segunda vez; y lo hicieron por segunda vez. Y añadió: Hacedlo por tercera vez; y lo hicieron por tercera vez. EL MISTERIO DEL APOSENTO • G508 anógeon de G507 y G1093; sobre la tierra, i.e. (propiamente) según- do piso de un edificio; usado para domo o balcón en el piso superior: aposento alto. • 1 Re 6:16 Asimismo hizo al final de la Casa un edificio de veinte codos, y lo recubrió de tablas de cedro desde el suelo hasta lo más alto; así hizo en la Casa un aposento para que fuera el Lugar santísimo. EL APOSENTO DE ELÍAS • 1 Re 17:19 MN Elías respondió: "Dame a tu hijo". Lo tomó del regazo de la viuda, lo subió al aposento superior, donde él dormía, y lo acostó sobre su lecho. • 1 Re 17:20 Clamó al SEÑOR y dijo: Oh SEÑOR, Dios mío, ¿has traído también mal a la viuda con quien estoy hospedado haciendo morir a su hijo? • 1 Re 17:21 Entonces se tendió tres veces sobre el niño, clamó al SEÑOR y dijo: Oh SEÑOR, Dios mío, te ruego que el alma de este niño vuelva a él. • 1 Re 17:22 El SEÑOR escuchó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él y revivió. EL APOSENTO DE ELISEO • 2 Re 4:8 Y aconteció que un día pasaba Eliseo por Sunem, donde había una mujer distinguida, y ella le persuadió a que comiera. Y así fue que siempre que pasaba, entraba allí a comer. • 2 Re 4:9 Y ella dijo a su marido: He aquí, ahora entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es un hombre santo de Dios. • 2 Re 4:10 Te ruego que hagamos un pequeño aposento alto, con paredes, y pongamos allí para él una cama, una mesa, una silla y un candelero; y será que cuando venga a nosotros, se podrá retirar allí. • 2 Re 4:11 Y aconteció que un día vino él por allí, se retiró al aposen- to alto y allí se acostó. • 2 Re 4:12 Entonces dijo a Giezi su criado: Llama a esta suna- mita. Y cuando la lla- mó, ella se presentó delante de él. • 2 Re 4:13 Y él le dijo a Giezi: Dile ahora: "He aquí, te has preocupado por nosotros con todo este cuidado; ¿qué puedo hacer por ti? ¿Quieres que hable por ti al rey o al jefe del ejército?" Y ella respondió: Yo vivo en medio de mi pueblo. • 2 Re 4:14 El entonces dijo: ¿Qué, pues, se puede hacer por ella? Y Giezi respondió: En verdad ella no tiene ningún hijo y su marido es viejo. •2 Re 4:15 Y él dijo: Llámala. Cuando él la llamó, ella se de- tuvo a la entrada. • 2 Re 4:16 Entonces él le dijo: Por este tiempo, el año que viene, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, hombre de Dios, no engañes a tu sierva. • 2 Re 4:17 Pero la mujer concibió y dio a luz un hijo al año siguiente en el tiempo que Eliseo le había dicho. EL APOSENTO DE DANIEL • Dan 6:10 Cuando Daniel supo que había sido firmado el documento, entró en su casa (en su aposento superior tenía ventanas abiertas en dirección a Jerusalén), y como lo solía hacer antes, continuó arrodillándose tres veces al día, orando y dando gracias delante de su Dios. • Dan 6:11 Entonces estos hombres, de común acuerdo, fueron y encontraron a Daniel orando y suplicando delante de su Dios; •Dan 6:21 En- tonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. • Dan 6:22 Mi Dios envió su ángel, que cerró la boca de los leones, y no me han hecho daño alguno porque fui hallado inocente ante El; y tampoco ante ti, oh rey, he cometido crimen alguno. EL APOSENTO DE LOS APOSTOLES • Hch 1:13 Cuando hubieron entrado en la ciudad, subieron al aposento alto donde estaban hospedados, Pedro, Juan, Jacobo y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, hijo de Jacobo. • Hch 1:14 Todos éstos estaban unánimes, entregados de continuo a la oración junto con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con los hermanos de El. • Hch 1:15 Por aquel tiempo Pedro se puso de pie en medio de los hermanos (un grupo como de ciento veinte personas estaba reunido allí), y dijo: • Hch 2:1 Cuando llegó el día de Pentecostés, esta- ban todos juntos en un mismo lugar. • Hch 2:2 De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados, • Hch 2:3 y se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. • Hch 2:4 Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse. • Hch 2:12 Todos estaban atónitos y perplejos, y se decían unos a otros: — ¿Qué quiere decir esto? • Hch 2:13 Pero otros, burlándose, decían: — Están llenos de vino nuevo. EL APOSENTO DE PEDRO • Hch 9:36 Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita (que traducido al griego es Dorcas); esta mujer era rica en obras buenas y de caridad que hacía continuamente. • Hch 9:37 Y sucedió que en aquellos días se enfermó y murió; y lavado su cuerpo, lo pusieron en un aposento alto. • Hch 9:38 Como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, al oír que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: No tardes en venir a nosotros. • Hch 9:39 Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó, lo llevaron al aposento alto, y todas las viudas lo rodearon llorando, mostrando todas las túnicas y ropas que Dorcas solía hacer cuando estaba con ellas. • Hch 9:40 Mas Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oró, y volviéndose al cadáver, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. • Hch 9:41 Y él le dio la mano y la levantó; y llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. • Hch 9:42 Y esto se supo en todo Jope, y muchos creyeron en el Señor. EL APOSENTO DE PABLO • Hch 20:7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo que tenía que salir al día siguiente, les enseñaba, y alargó el discurso hasta la medianoche. • Hch 20:8 Había muchas lámparas en el aposento alto donde se hallaban reunidos. • Hch 20:9 Un joven llamado Eutico estaba sentado en la ventana, y rendido de un sueño profundo por cuanto Pablo disertaba largamen- te, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto. • Hch 20:10 Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándolo, dijo: --No os alarméis, pues está vivo. • Hch 20:11 Después de haber subido, partió el pan, lo comió y siguió hablando hasta el alba; y luego se fue. • Hch 20:12 Llevaron vivo al joven, y fueron grande- mente consolados. EL APOSENTO DE JESÚS • Mar 14:16 Salieron, pues, los discípulos y llegaron a la ciudad, y encontraron todo tal como El les había dicho; y prepararon la Pascua. • Mar 14:17 Al atardecer llegó El con los doce. • Mar 14:18 Y estando sen- tados a la mesa comiendo, Jesús dijo: En verdad os digo que uno de vosotros me entregará; el que come conmigo. • Mar 14:19 Ellos comen- zaron a entristecerse y a decirle uno por uno: ¿Acaso soy yo? • Mar 14:20 Y El les dijo: Es uno de los doce, el que moja conmigo en el plato. • Mar 14:21 Porque el Hijo del Hombre se va tal y como está escrito de El; pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Mejor le fuera a ese hombre no haber nacido. • Mar 14:22 Y mientras comían, tomó pan, y habiéndolo bendeci- do lo partió, se lo dio a ellos, y dijo: Tomad esto es mi cuerpo. • Mar 14:23 Y tomando una copa, después de dar gracias, se la dio a ellos, y todos bebieron de ella. • Mar 14:24 Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos. • Mar 14:25 En verdad os digo: Ya no bebe-ré más del fruto de la vid hasta aquel día cuando lo beba nue- vo en el reino de Dios.