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3.

nos habla de cómo la vida conlleva tanto dolor como placer, tanto
satisfacción como sufrimiento, los cuales no se dan por igual ni en la
vida de cada persona ni en las distintas generaciones.

A pesar de que actualmente, en los países desarrollados, los progresos


tanto en medicina como socioeconómicos hayan logrado mejorar las
condiciones de vida de las personas, esto no ha supuesto ni por asomo
encontrar la manera de suprimir el dolor y sufrimiento inherentes al ser
humano.
Según D. Callahan se definen cinco contextos del dolor y sufrimiento
humano relacionados con:

- Los problemas de salud y enfermedades:


- La violencia social,
- Las catástrofes naturales,
- Los accidentes
- Las repercusiones de las decisiones tomadas en la vida
cotidiana del sujeto

Estableciendo desde su parecer una posible jerarquía respecto al peor tipo de dolor o
sufrimiento y considerando a la violencia social como la que mayor sufrimiento
acarrea debido al significado que la víctima atribuye a esta, ya que por ejemplo, si
una persona sufre una herida tras una caída fortuita, esa misma lesión sufrida en otra
persona pero cuya causa se deba a una caída ocurrida durante la huida por la
persecución de un grupo de fanáticos raciales, no tendrán la misma representación,
pues para éste último se superará casi con toda seguridad el dolor meramente físico y
se entrará en la dimensión del sufrimiento.
- Tras reflexionar apoyándose en distintas definiciones existentes de
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provocar la enfermedad.
El autor hace hincapié en la siguiente idea:

“Al igual que un médico debe poseer la capacidad para establecer un


diagnóstico diferencial de una enfermedad, también debe poseer la
habilidad para observar y discernir las manifestaciones tanto de
dolor como de sufrimiento en el paciente, si bien reconoce lo
complicado que esto último puede resultar, pues al igual que los pacientes, los
médicos también pueden responder de diferentes maneras ante el dolor y
sufrimiento.

En general los profesionales de la salud se sienten seguros realizando aquellas


acciones para las cuales han recibido conocimiento e instrucción durante su
formación, mientras que para esta otra cuestión o bien no han tenido la
formación adecuada o esta ha resultado insuficiente y como bien refiere el
autor, a esta falta de formación se suma el significado particular, que
como persona que sustenta a todo profesional, se otorgue al dolor
y el sufrimiento.
Ante la búsqueda de significado del sufrimiento, cita el autor que:

“El médico debe hablar de tú a tú con el paciente, pues en ese momento


ambos se encuentran en la misma posición en cuanto a personas que
intentan comprender la razón de por qué en la vida existe el dolor y
sufrimiento, sin importar que el médico carezca de respuestas mejores que
la del paciente ante este interrogante, pues lo realmente importante en
medicina humanitaria es prestar ayuda, lo cual
la se logra
simplemente hablando de ello, independientemente de que se le
proporcioneo no
respuesta unaa la pregunta sobre el significado del sufrimiento, pues en
definitiva se trata de una "respuesta empática de un individuo a otro".
Reflexionando sobre las cuestiones planteadas por el autor, parece correcto
admitir que hoy en día la mayoría de las personas manifiestan gran temor ante
la presencia de dolor y sufrimiento, sin embargo si echamos la vista atrás,
baste retroceder tan solo unos cuantos siglos en la historia de la humanidad,
el miedo a estos era menor, ya que posiblemente entonces, la vida y la muerte
estaban a la orden del día y por ende el dolor y el sufrimiento formaban parte
de la vida cotidiana.
Parece muy oportuno considerar al dolor y sufrimiento como personales, es
decir, se relacionan con la biografía personal del sujeto:

con su pasado,
Malpica (2003) plantea squuceutl erla, dolorcomo experiencia
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comportamiento similar en las distintas personas, pues mientras que unos individuos
demuestran una excesiva
susfiutussensibilidad
roe. al dolor y sufrimiento, otros en cambio,
presentan un alto grado de tolerancia a los mismos, siendo capaces de afrontarlos
con verdadero estoicismo.
El auge cada vez más acelerado de la ciencia y la tecnología lejos de
disminuir, ha hecho que en el hombre actual, se incremente la
necesidad de que el abordaje de sus dolencias se realice
desde un punto de vista holístico, como se hacía en las épocas
antiguas, cuando a pesar de lo empírico, teúrgico y hasta lo
sobrenatural, el médico aunque no disponía de los grandes avances
actuales, si que comprendía mejor el dolor simplemente porque
empatizaba con la persona, actitud está que se aleja de centrarse
únicamente en el órgano afecto de cualquier dolencia (Risquez 2004).
Particularmente, como seres humanos vulnerables, todos hemos
experimentado o experimentaremos el dolor tanto físico como espiritual
(entendido como sufrimiento), ambos son complejos, pero con la
salvedad que:

 para el primero existe la analgesia que logrará erradicarlo o


cuando menos aliviarlo,

 mientras que para el sufrimiento no tenemos ningún fármaco que lo


contrarreste, máxime cuando se trata de ese tipo de dolor que nos deja
sin palabras, nos aísla, nos entristece, nos anula...

Sin embargo, es este y ningún otro dolor el que nos


permite crecer y madurar, pues nos obliga a mirar
hacia nuestro interior y ser más reflexivos.
Por todo ello, y a modo de conclusión , pienso que toda persona que
además haya decidido dedicarse profesionalmente al servicio de los otros en
materia de salud, debe:

 Permitirse vivir y compartir el dolor y sufrimiento de sus


semejantes, tanto con sus seres queridos, como con sus pacientes, pues a
pesar de resultar una ardua tarea, llena de complejidad, en la que
generalmente no se disponga de soluciones que ofrecer o las respuestas que la
persona que sufre esté buscando, si que se puede brindar apoyo y acompañar,
muchas veces desde el simple silencio, al que sufre, estableciendo lo que se
denomina "relación de ayuda con el enfermo y su familia".

 Siempre mantengo y trasmito a mis colegas de profesión que no podemos


afirmar que ofertamos cuidados integrales si no abordamos la
esfera espiritual del paciente, pues es precisamente esa esfera la
que alberga el sufrimiento humano.
Fue un neurólogo y psiquiatra austriaco, fundador de la logoterapia. Sobrevivió desde 1942 hasta
1945 en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz Y Dachao. A partir de esa
experiencia, escribió el libro El hombre en busca de sentido.

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