Está en la página 1de 37

EL MIO CID

LA EDAD MEDIA
LA EDAD MEDIA
constituye el período histórico que se extiende desde la caída del
imperio romano (476 d.J.C.) hasta la toma de Constantinopla por los
turcos (29 de mayo de 1453).
EL MEDIEVO/MEDIOEVO
es un momento histórico euroasiático, mientras que las otras culturas
se mantenían aisladas, a su propio ritmo, hasta la llegada de
descubridores y conquistadores.
JUGLARES EL MESTER DE JUGLARÍA
• 1. m. y f. En la Edad Media, persona que • Mester significa oficio, por lo
iba de unos lugares a otros y recitaba, tanto Mester de Juglaría es el nombre
cantaba o bailaba o hacía juegos ante el que recibe el oficio propio de los
pueblo o ante los nobles y los reyes. juglares. También se llama Mester de
• 2. m. y f. Trovador, poeta. Juglaría a la forma de componer y
narrar historias los juglares, así como al
• 3. adj. desus. Chistoso, picaresco.
conjunto de las obras que crearon.
TROVADORES TROVA
• 1. adj. p. us. Que trova. Apl. a pers., u. t. c. s. • 1. m. Composición métrica popular,
• 2. m. y f. Poeta de la Edad Media que generalmente de asunto amoroso.
escribía y trovaba en lengua de oc.
• 3. m. y f. poeta.
• 4 m. y f. p. us. trovero (‖ persona que
improvisa o canta trovos).
CANTAR DE GESTA

 m. T.
lit. Poema medieval extenso en que se refieren hechos de personajes históricos
 o legendarios.
CANTARES DE GESTA

• Las historias que contaban los juglares solían tratar de hazañas o gestas que había
realizado algún héroe o guerrero popular. Estas historias están hechas en verso y se
conocen como cantares de gesta.
• Los cantares de gesta son, pues, poesías populares en que se referían hechos de
personajes históricos, legendarios o tradicionales. En ellos se narran las hazañas de un
héroe que representa las virtudes consideradas modélicas durante la Edad Media.
CARACTERÍSTICAS:

• No tienen autor conocido, son anónimos.


• Son obras escritas en verso.
• Estaban destinados a ser cantados o recitados.
• Se transmitían oralmente de padres a hijos.
EL CID HISTÓRICO: VIDA DE
RODRIGO DÍAZ DE VIVAR

Infancia y juventud de Rodrigo: sus servicios a Sancho II


• Rodrigo Díaz nació, según afirma una
tradición constante, aunque sin
corroboración documental, en Vivar,
hoy Vivar del Cid, un lugar
perteneciente al ayuntamiento
de Quintanilla de Vivar y situado en el
valle del río Ubierna, a diez kilómetros
al norte de Burgos.
• Su padre, Diego Laínez (o Flaínez), era,
según todos los indicios, uno de los hijos del
magnate Flaín Muñoz, conde de León en
torno al año 1000. Como era habitual en los
segundones, Diego se alejó del núcleo
familiar para buscar fortuna. En su caso, la
halló en el citado valle del Ubierna, en el que
se destacó durante la guerra con Navarra
librada en 1054, reinando Fernando I de
Castilla y León.
• Rodrigo fue pronto acogido en ella,
pues se crió como miembro del séquito
del infante don Sancho, el primogénito
del rey. Fue éste quien lo nombró
caballero y con el que acudió al que
posiblemente sería su primer combate,
la batalla de Graus (cerca de Huesca),
en 1063.
EL CAMPEADOR

• El joven Rodrigo (que a la sazón andaría por los


veintitrés años) se destacó en estas luchas y, según una
vieja tradición, documentada ya a fines del siglo
XII, fue el alférez o abanderado de don Sancho en
dichas lides, aunque en los documentos de la época
nunca consta con ese cargo.
• En cambio, es bastante probable que ganase
entonces el sobrenombre de Campeador, es decir,
«el Batallador», que le acompañaría toda su vida, hasta
el punto de ser habitualmente conocido, tanto entre
cristianos como entre musulmanes, por Rodrigo el
Campeador.
LAS CAUSAS DEL DESTIERRO
El Cid al servicio de Alfonso VI
• Por las fechas de 1074 (seguramente), el rey lo casó con una pariente suya, su
prima tercera doña Jimena Díaz, una noble dama leonesa que, según las
investigaciones más recientes, era además sobrina segunda del propio Rodrigo por
parte de padre.
• Un matrimonio de semejante alcurnia era una de las aspiraciones de todo noble que no
fuese de primera fila, lo cual revela que el Campeador estaba cada vez mejor situado
en la corte.
EL HECHO QUE ORIGINA TODO

• Alfonso VI luego del matrimonio lo puso al frente de la embajada enviada a


Sevilla en 1079 para recaudar las parias que le adeudaba el rey Almutamid.
• Mientras Rodrigo desempeñaba su delegación, el rey Abdalá de Granada, secundado
por los embajadores castellanos, atacó al rey de Sevilla. Como éste se hallaba bajo la
protección de Alfonso VI, precisamente por el pago de las parias que había ido a
recaudar el Campeador, éste tuvo que salir en defensa de Almutamid y derrotó a los
invasores junto a la localidad de Cabra (en la actual provincia de Córdoba), capturando
a García Ordóñez y a otros magnates castellanos.
• La versión tradicional es que en los altos círculos cortesanos sentó muy mal que
Rodrigo venciera a uno de los suyos, por lo que empezaron a murmurar de él ante el
rey. 
• Sin embargo, no hay seguridad de que esto provocase hostilidad contra el
Campeador, entre otras cosas porque a Alfonso VI le interesaba, por razones
políticas, apoyar al rey de Sevilla frente al de Badajoz, de modo que la participación
de sus nobles en el ataque granadino no debió de gustarle gran cosa.
EL AUTOR, O AUTORES, DEL CANTAR DE MÍO
CID
EL Cantar de mio Cid ofrece una versión de los años finales del Cid que arranca del
primer destierro, pero es bastante más fiel en líneas generales a lo sucedido a partir de
1089, siempre con mucha libertad de detalle. Además, todo lo relativo a los matrimonios
entre las hijas del Cid y los infantes de Carrión (que seguramente nunca existieron) es
claramente ficticio.
DEBATES SOBRE LA IDENTIDAD

RAMÓN MENÉNDEZ PIDAL  COLIN SMITH


• consideraba que el Cantar era obra de un • defendía que el colofón del manuscrito del Cantar de mio
juglar de Medinaceli (localidad castellana Cid transmitía tanto su fecha de composición, 1207, como el
entonces cercana a la frontera con los reinos nombre de su autor, Per Abbat, al que identificó con un abogado
musulmanes), realizada en estilo tradicional, burgalés en ejercicio a principios del siglo XIII.
de tipo básicamente popular, muy fiel a los • En sus últimos trabajos, Smith matizó algo estas posturas,
hechos históricos y compuesta alrededor de reconociendo que Per Abbat era probablemente el copista y no el
1140, menos de medio siglo después de la autor del poema, el cual sería, de todos modos, un hombre culto y
muerte del Cid.  entendido en leyes, que compuso su obra cerca de 1207 y que
posiblemente no inventó el género épico castellano, aunque sí lo
renovó profundamente.
• Ninguna de las propuestas para localizar al autor realizadas hasta ahora posee
fundamentos sólidos.
• El colofón del códice único es una típica suscripción de copista, no de autor, por lo
cual resulta infundado considerar a Per Abbat como el creador del texto, mientras que
la fecha de su copia (mayo de 1207) sólo sirve como límite más reciente para la
redacción del Cantar de mio Cid.
• Lo único que apunta en una dirección concreta a este respecto es la sujeción de
diversos aspectos del Cantar de mio Cid  dada la relevancia de Álvar Fáñez en
el Cantar, podría pensarse en la comarca de La Alcarria (en la actual provincia de
Guadalajara), donde se asienta la localidad de Zorita de los Canes, de la que dicho
personaje fue gobernador entre 1097 y 1117, como se recuerda anacrónicamente en el
verso 735 del poema, y que además se regía (aunque en fechas posteriores) por una
adaptación del Fuero de Cuenca.
• En cuanto a la existencia de sucesivas refundiciones o reelaboraciones del texto, ha sido
defendida también por otros estudiosos (como Horrent).
• Sin embargo, el poema conservado no da la impresión de un texto formado por la
adición de sucesivas partes ni por la agrupación más o menos habilidosa de varios textos
preexistentes. Antes bien, el Cantar de mio Cid posee una esencial homogeneidad de
argumento, de estilo y de propósito que no apoya dicha hipótesis.
• En suma, todo apunta a una unidad de creación por parte de un solo autor, conocedor sin
duda del estilo épico tradicional, pero también del de la épica francesa del momento. El
poeta parece poseer, además, un buen conocimiento de las leyes coetáneas y, al menos,
cierta cultura latina.
LA FECHA DE COMPOSICIÓN DEL
CANTAR
http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000036451&page=7
• Respecto de la datación, el único argumento de cierto peso que permite pensar en los
alrededores de 1140, como pensaba Menéndez Pidal, es la alusión contenida en un
texto en latín de 1147-1149, el Poema de Almería, quien se refiere así al héroe:
“Ipse Rodericus, Meo Cidi sepe vocatus,
de quo cantatur quod ab hostibus haud superatur”
(“El mismísimo Rodrigo, llamado usualmente Mio Cid,
de quien se canta que no fue vencido por los enemigos”, vv. 233-234).
• Hay, en efecto, abundantes aspectos que permiten retrasar la composición del Cantar de mio Cid a
finales del siglo XII. Una parte de ellos se vinculan a la recepción de la nueva cultura caballeresca
que llega de Francia a fines de siglo, y que abarca tanto aspectos de cultura material como de
mentalidad.
• A la primera categoría corresponde el uso de las galas caballerescas, cuya finalidad, no obstante,
desborda lo suntuario para adquirir una plena dimensión emblemática y simbólica.
• Sucede así con las sobrevestes o sobreseñales que los caballeros llevaban sobre la loriga de cota de
malla y con las coberturas o gualdrapas con que revestían a sus caballos. Ambas innovaciones de
la indumentaria caballeresca se documenta por primera vez en un sello de 1186 de Alfonso II de
Aragón.
LAS FUENTES DEL POETA QUE ESCRIBIÓ EL CANTAR

• La primera posibilidad tiene en su contra la • La segunda opción plantea un problema


falta de testimonios de ese tipo de cantares parecido, pues los diplomas conservados
noticieros, a falta de los cuales cabe pensar en y, en general, la documentación medieval
que el propio Cantar de mio Cid se formase carece del tipo de datos necesarios para
por la evolución de un poema primitivo más
elaborar el argumento de un poema épico.
cercano a los hechos; pero, como ya se ha
visto, el texto conservado no apoya tal opción. • No obstante, la inclusión como
• Aun así, no puede negarse de plano la posible
personajes de algunas figuras históricas
existencia de algún cantar previo sobre el Cid, coetáneas del Cid, pero que nada tuvieron
como el que parece citarse en el ya que ver con éste, hace sospechar que, al
mencionado Poema de Almería. menos como fuente secundaria, el poeta
se valió de documentos históricos.
LA TERCERA ALTERNATIVA RESULTA MUCHO
MÁS VIABLE
•  hay notables coincidencias entre la Historia Roderici y el Cantar de mio Cid, sobre
todo en la parte relativa a la conquista de Valencia. La principal objeción a esta hipótesis
es que el poema silencia por completo el período que el Cid pasó a las órdenes de los
reyes moros de Zaragoza, que, en cambio, es tratado en detalle por la biografía latina.
• Ahora bien, sucede lo mismo en otros dos textos que se basan también en la Historia
Roderici y que seleccionan de modo parecido la información que ésta contiene. Se trata
del Linaje de Rodrigo Díaz, una genealogía navarra del Cid acompañada de un resumen
biográfico, y del Carmen Campidoctoris, un panegírico latino que enumera las
principales batallas del héroe.
MODELO HEROICO CASTELLANO
• Este modelo heroico, pese a ser de raigambre clásica, singulariza al Cantar de mio
Cid dentro del género épico castellano de la Edad Media.
• La mayoría de las obras que lo integran se muestran más propensas a los excesos de la
venganza sangrienta que al comedimiento del Cid y, paradójicamente, se ocupan más
de conflictos internos de poder dentro de los reinos cristianos que de la lucha contra
los musulmanes, sea o no bajo los presupuestos de la Reconquista.
LA MÉTRICA
• El componente en el que el Cantar de mio Cid parece acomodarse mejor a las
convenciones genéricas de la épica medieval castellana es el de su sistema métrico.
• Éste se basa en versos largos con dos pausas, una final, que determina la frontera entre
los distintos versos, y una interna o cesura, que separa las dos partes internas de cada
verso o hemistiquios.
• Tanto los versos como sus hemistiquios carecen de una longitud regular, oscilando
entre las nueve y las veinte sílabas, salvo muy raras excepciones (que suelen
corresponder a problemas de transmisión textual), mientras que la mayoría de los
versos se sitúa entre las catorce y las dieciséis sílabas.
• Por otra parte, tanta variabilidad indica que el verdadero fundamento de la prosodia
épica no radica en el cómputo silábico, sino en el ritmo acentual, basado en la
presencia de determinados acentos tónicos que actúan como apoyos rítmicos.
• El otro elemento esencial del sistema métrico épico es la rima asonante, que es la
proporcionada por la coincidencia  (a partir de la última sílaba acentuada) entre las vocales
de las palabras con las que acaba el verso, independientemente de las consonantes.
• Más concretamente, en el Cantar de mio Cid el elemento fundamental para la rima es la
última vocal tónica. En cuanto a la vocal final, sólo es pertinente si no es -e, de modo que,
por ejemplo, pinar rima con mensaje. Es una excepción el caso de la ó, que rima con ú y ué
y que puede ir seguida indistintamente por -e y por -o, así que Campeador, nombre, Alfonso,
fuert y suyo riman entre sí.
• Sirvan de ejemplo los versos 23-24:
“Antes de la noche, en Burgos d’él entró su  carta
con grand recabdo e fuertemientre  sellada”
• Cuando varios versos seguidos comparten la misma rima constituyen una tirada o
estrofa. La estrofa es de extensión irregular y no cumple una función homogénea.
• Del mismo modo que los versos épicos suelen ser una unidad de sentido, y apenas
existe el encabalgamiento, la estrofa épica suele poseer unidad temática y presentar
cierta autonomía.

También podría gustarte