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DEMOSTRACION

DE LA
LIBERTAD
Obstáculos y limitaciones de la libertad
La libertad humana no es absoluta. Existe una serie de obstáculos
que disminuyen y, a veces, hasta nulifican el carácter de libre en un
acto humano.
En la medida en que falta libertad, el acto humano pierde su calidad
de humano y puede convertirse en un simple acto del hombre que,
por lo mismo, es amoral, carente de valor moral.
Existe la libertad humana, pero no todos los actos ejecutados por el
hombre son libres, ni, entre los libres, todos tienen el mismo grado
de libertad.
Efectivamente, sólo unos cuantos actos durante el día pueden
llamarse verdaderamente libres. La gran mayoría es producto del
automatismo, y sólo en unas cuantas ocasiones hacemos una
auténtica decisión
Pero esto varía mucho de una persona a otra. El extremo es el de los
que apenas emergen al mundo de la conciencia en ocasiones
especiales, para luego volverse a sumergir en la modorra del
ensueño, la fantasía, el proyecto fácil, la envidia y el resentimiento,
mientras, externamente, todo el movimiento se encarga a una
especie de piloto automático que los lleva al trabajo, a su casa, a la
diversión, a la conversación con el amigo. Termina el día, y la
corriente ordinaria de la vida ha arrastrado consigo a una cosa que se
dice hombre.
La libertad no es ilimitada; pero debe vivirse y conquistarse dentro
de un nivel adecuado a la naturaleza humana.
El hombre, materia y espíritu, debe aprender a aprovechar los
automatismos propios del cuerpo, y regir con su inteligencia y su
voluntad la dirección que efectivamente quiere seguir.
No debe ser un cuerpo más en la masa, ni tampoco un espíritu a
quien le estorba el cuerpo.
1. La ignorancia.
Consiste en la ausencia de conocimientos.
Es un obstáculo a la libertad, porque para elegir algo hay que conocer.
Ya hemos dicho que el mejor consejo consiste en abrir horizontes,
ilustrar acerca de nuevas posibilidades.
Fracasos en las carreras profesionales.
Igualmente, el matrimonio "al vapor“.
Hay un tipo de ignorancia culpable, cuando no se sabe lo que se
debería saber, por ejemplo: el médico que, en el momento preciso y
por falta de estudio, no sabe diagnosticar y recetar una enfermedad
corriente. A esto se le llama ignorancia positiva.
En cambio, la ignorancia negativa no es culpable. Consiste en no
saber lo que no es necesario saber. El ingeniero no tiene obligación
de conocer los síntomas de todas las enfermedades; es ignorancia,
pero ignorancia negativa.
2. El miedo. Consiste en una perturbación emocional producida por
la amenaza de un peligro inminente.
El miedo, en casos extremos (pavor), puede producir una ofuscación
completa de las facultades superiores; y todo lo que se ejecuta en
esos momentos pierde el carácter de acto humano, y el sujeto no
puede responder de ello.
Hay casos, en los que es obligatorio resistir a los impulsos del miedo,
como correr despavorido en franca huida, caso típico del soldado en
la trinchera. En tales ocasiones, gracias al esfuerzo de la voluntad,
puede llegarse hasta el heroísmo.
La valentía no consiste en no tener miedo, sino en saber controlarse
a pesar de él.
3. Las pasiones. Nos referimos principalmente al enamoramiento, el
odio, la cólera, la tristeza, los celos, etc. Que son inclinaciones o
tendencias de los apetitos sensibles del hombre.
Pueden arrastran por completo a la persona, quien pierde todo
control de sí misma, como es un momento de cólera.
El sujeto, advertido de la fuerza de sus pasiones, debe estar prevenido
para controlarlas en el momento preciso.
Las pasiones, como elemento integrante de la naturaleza humana,
son buenas.
Lo negativo sería la pasión desbordada, la que funciona en sentido
contrario al que manda la razón.
Tema básico en la educación del niño y del adolescente es el control
de las propias pasiones.
Un hombre sin pasiones poco trecho puede recorrer; un hombre con
pasiones desordenadas está en o al borde del vicio. Un hombre con
pasiones ordenadas avanza con rapidez por el camino adecuado a su
propia naturaleza.
4. La violencia. La violencia es una fuerza externa a la que no se
puede resistir. Según sea el grado de ella, puede debilitar la libertad
del sujeto y hacerlo irresponsable en lo que ejecute en esos
momentos.
Estas situaciones son bastantes complejas y van acompañadas de
otros obstáculos, como el miedo, las pasiones, etc. En todo caso, debe
saber presentarse una resistencia adecuada a las circunstancias.
5. Las enfermedades psíquicas. Las enfermedades psíquicas (como,
por ejemplo, la neurosis), entre las que se encuentra principalmente
la histeria. Las neurosis presentan síntomas, como angustias, fobias,
abulias, deseo de eludir toda responsabilidad.
La neurosis es objeto de estudio de la Psicología. Aquí solamente
advertimos el síntoma que afecta principalmente al punto de vista de
la Ética: el debilitamiento de la libertad psíquica. Una persona en
estas condiciones debe ser tratada de acuerdo con su calidad de
enfermo.
Podemos concluir que el hombre, en efecto, es libre; pero no
totalmente. Está limitado en su libertad legal, debido a las leyes
morales y civiles; en su libertad externa, debido a las leyes físicas; y
en su libertad psíquica, debido a su estructura psíquica, sometida
siempre al influjo de los obstáculos aquí detallados.
Éste es uno de los temas con mayor hondura humana. Es, tal vez, el
tema único del teatro, el cine y la novela, a saber: las limitaciones
propias de la libertad del hombre.
Es bueno reflexionar sobre la libertad, tal como se encarna realmente
en los hombres, es decir, imperfecto, limitado, pesado, y, para colmo,
constituyendo en muchos una especie de carga, al no poder dejar de
elegir, al no ser libres para dejar de serlo, y sentirse, más bien, como
"condenados” a la libertad.
La libertad, al fin y al cabo, es una cualidad que puede incrementarse.
El hombre en un principio está fuertemente ligado a sus mecanismos
fisiológicos. Pero, poco a poco, se va haciendo capaz de reaccionar
de un modo distinto, se va liberando del automatismo que le impone
la mala educación de sus pasiones, los hábitos torcidos y los instintos
prepotentes. Cada vez se va haciendo libre para mayores alturas, y
libre de ataduras materiales. Llega un momento en el que es
efectivamente la razón la que gobierna al hombre, y forma un todo
armonioso con el conjunto de energías fisiológicas que en él bullen.
LAS PRUEBAS DE LA LIBERTAD
Una vez que se ha estudiado la libertad en su esencia, en sus
diferentes tipos y en su realización limitada, es necesario todavía
reflexionar sobre el fenómeno y obtener en limpio cuáles son las
razones por las que afirmamos que el hombre es libre.
La importancia de la libertad para la Ética, radica en que sin libertad
no es posible hablar de moralidad, responsabilidad, obligación, si no
es sobre la base del libre albedrío como hecho innegable.
Existen tres tipos de pruebas o demostraciones de la libertad:
l. Pruebas de tipo psicológico
a) Cada persona tiene conciencia de su libre albedrío. En un
momento cualquiera, puede verificar experimentalmente que en
realidad posee, de un modo cierto y efectivo, la capacidad para
dirigirse hacia una dirección o hacia otra, y que de hecho escoge una
de ellas por propia determinación. Este hecho es innegable, y contra
los hechos no hay teorías que valgan.
b) Reflexionemos sobre los obstáculos al libre albedrío. Surge la
pregunta: ¿sería posible que se experimentaran obstáculos y
limitaciones al libre albedrío, si éste en realidad no existiera? O
dicho de otro modo: una persona experimenta que una cosa es su
actitud normal en la vida, y otra muy diferente es su actitud cuando
está bajo la influencia del miedo, o de la cólera, o del odio. En el
primer caso, experimenta un cierto poder de elección; y en el
segundo, no, sino que se siente dominado, determinado por fuerzas
que en ese momento son invencibles. Pues bien, esa diferencia, ese
poder, que es innegable, constatable, que no es producto de
ninguna teoría abstracta, es justamente lo que se llama libre
albedrío.
2. Pruebas de tipo moral
a) Se trata de hacer notar que si, efectivamente, el hombre estuviera
determinado por leyes físicas, psicológicas y sociológicas, quedaría
sin explicación la existencia de las leyes morales. O de otra manera:
¿con qué objeto se darían las leyes morales, si el hombre
efectivamente ya estuviera determinado por otro tipo de leyes?
Podemos afirmar, por tanto, que la existencia de las leyes morales
presupone, como un hecho cierto, la existencia de la libertad; sería
absurdo dictar ese tipo de leyes, si el hombre no fuera libre.
b) Otro hecho de tipo moral nos lleva a la comprobación de la
libertad. Se trata de las promesas y los compromisos. Un hombre,
ordinariamente, sólo promete algo cuando se siente capaz de
realizarlo y, además, existe la posibilidad de que no lo realice. Si me
comprometo a una determinada visita en tal fecha, es porque puedo
hacerla y también puedo no hacerla, es decir, soy libre de hacerla. Si
falta alguno de esos dos miembros de la disyunción, sería absurdo el
compromiso, porque no tendría objeto comprometerme, si es que
estoy determinado a realizarla o no realizarla.
3. Prueba de tipo metafísico
La voluntad está hecha para el bien. Su objeto formal es el bien. Si la
voluntad encontrara un bien absoluto, quedaría definitivamente
determinada o inclinada hacia él. Pero, en la vida ordinaria, la
voluntad del hombre no se encuentra con el bien absoluto, sino con
una serie de bienes particulares, que son relativos y limitados. Lo
que sucede ante ellos es que la voluntad queda inclinada hacia
dichos bienes; pero no queda "determinada” (o inclinada
definitivamente) por ninguno de ellos en particular. Eso que falta a
los bienes particulares para determinar definitivamente a la
voluntad lo pone ella misma, y así es como se autodetermina hacia
alguno de ellos.

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