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Lo dejé ir.
Me había equivocado en mi elección y todo era un fracaso.
Ya iba a dar una vuelta sobre mis patas cuando lo escuché balbucear algo sobre su mochila.
- Está detrás del tronco seco del árbol
- dije -. La agarré antes de que resbalaras.
-Yo no resbalé susurró con la voz entrecortada y me miró.
--Sí resbalaste le sostuve la mirada -. Estabas jugando con la idea de lanzarte al río y resbalaste.
Arturo quería hacerse el fuerte, pero era tan frágil como un cachorro. Le expliqué que a los diez
años todavía no se sabe la maravilla que es la vida, que tenía el mundo por delante y que estaba
en la edad de creer que se lo sabía todo. Entonces arrancó furioso unas cuantas yerbas, pateó la
tierra, lanzó piedras, no paraba de decir bobadas y yo decidí alejarme y dejarlo solo con su ataque
de malcriadez.
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Arturo no respondió y yo no dije una palabra más. Me sentía agotado, triste y sin
esperanzas de lograr mi carta.
Y de pronto:
- ¡Caracoles de humo! Se supone que escribo lo que me dictas y luego lo envío por correo
a Santiago de Chile soltó de un tirón.
- ¡Exacto! respondí.
Yo estaba impaciente. Hacía más de un mes que había recibido la carta de Ana María y de
Hummm y no sabía qué hacer para contestarles. Me contaban cosas.
- Como quieras, socio, pero que nadie vea que me dictas. Pensarán que estoy tostado de
la cabezona -dijo sacando un cuaderno y un bolígrafo de su mochila.
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- Bien… -dije un poco agitado y sin saber cómo empezar -. Mis queridos Ana María y
Hummm... Arturo hizo como para escribir y con la misma se detuvo.
- ¿Jun? -preguntó, haciendo una mueca.
- ¡Hummm! ¡Ache, u, eme, eme, eme!
- rectifiqué molesto.
- ¡No grites de esa forma que podrían escucharte! --dijo, agitando las manos.
¿Qué caracol de humo, de nombre, es ese?
¿Qué es Hummm? -agregó cerrando el cuademo de un tirón-. Hummm ¿es un perro
chileno?
Solté una carcajada.
- Caracoles de humo! ¡¿También puedes reírte?! -Preguntó sorprendido.
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-Creo que estás en un enredo, socio, y yo te debo mi vida. Dedicaré todo el día a
escuchar tu cuento y luego escribiremos la carta de tus amigos y se acomodó.