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Baco

Jose Manuel Arango Jaramillo


La
educación
de Baco
(1635),
Nicolás
Poussin.
DIOMENEDES -…Poco vivió el fuerte Licurgo, hijo de Driante,
que contendía con las celestes deidades: persiguió en los sacros
montes de Nisa a las nodrizas de Dioniso, que estaba agitado por
el delirio báquico, las cuales tiraron al suelo los tirsos al ver que
el homicida Licurgo las acometía con la aguijada; el dios,

Baco en espantado, se arrojó al mar, y Tetis le recibió en su regazo,


despavorido y agitado por fuerte temblor por la amenaza de aquel

Homero hombre; pero los felices dioses se irritaron contra Licurgo, cególe
el hijo de Crono y su vida no fue larga, porque se había hecho
odioso a los inmortales todos… (Ilíada, VI).

Odisea: X y XXIV.
También con Zeus la Atlántide Maya pario al ilustre Hermes,
heraldo de los Inmortales, subiendo a su sagrado lecho. Y la

Baco en cadmea Sémele, igualmente en trato amoroso con el, dio a luz a
un ilustre hijo, el muy risueño Dioniso, un inmortal siendo ella

Hesíodo mortal. Ahora ambos son dioses… Dioniso, el de dorados


cabellos, a la rubia Ariadna hija de Minos la hizo su floreciente
esposa; y la convirtió en inmortal y exenta de vejez el Cronión.
“De modo que Sémele persuadió a Zeus para que le concediera el deseo que
ella quisiera (o tomó la palabra de una promesa que él ya había hecho en
este sentido) y pidió que apareciera ante ella igual que lo hacía ante Hera.
Accedió reticente, y se deslizó en su dormitorio montado en un carro con
acompañamiento de truenos y relámpagos, pero la fragilidad humana de
Sémele no pudo soportar esta gloría olímpica por lo que murió aterrorizada
y ardió hasta quedar reducida a cenizas. Sin embargo, antes de consumirse

Orígenes
por completo, Zeus extrajo al hijo que ella llevaba en su vientre, ya de seis o
siete meses, y lo cosió en su propio muslo, por donde fue dado a luz una vez
que se cumplió el tiempo normal de gestación. Algunos afirman que el niño
ya se deificó por el contacto con el fuego divino” (Robin Hard, El gran
libro de la mitología griega, p. 233). “Pero Hermes salvó a su hijo
seismesino: lo cosió dentro del muslo de Zeus para que madurara allí tres
meses más, y a su debido tiempo asistió al parto. Por eso a Dioniso se le
llama «nacido dos veces» o «el hijo de la puerta doble»” (Graves, Mitos
griegos, 14, C).
“Zeus violó a su madre Rea, a la que se identifica con Deméter, y
de esa violación nació Perséfone. A continuación mantuvo
relaciones sexuales con Perséfone, para lo que el dios adoptó la
forma de una serpiente, y de éstas nació Dioniso, al que se le da el
nombre de Zagreo. Zeus intentó lograr que Dioniso se hiciera con
el poder sobre el mundo, pero la celosa Hera incitó a los Titanes
para que lo atacaran. Atrajeron su atención mediante distintas

Orígenes clases de juguetes, especialmente un espejo; lo arrojaron de su


trono y le asesinaron. A continuación lo desmembraron y se lo
comieron. Atenea logró poner el corazón de Dioniso a salvo y se
lo dio a Zeus, lo que hizo posible que Dioniso renaciera de
Sémele. Zeus castigó a los Titanes arrojándoles su rayo y la raza
humana surgió de los restos calcinados de los cuerpos de los
Titanes” Robin Hard, El gran libro de la mitología griega, p.
277).
“Según la teoría tradicional, entró en Grecia desde Tracia, después
quizá de que se hubiera originado en Asia Menor, y su posterior
irrupción en la escena griega se refleja en algunos de sus mitos
más característicos que cuentan cómo tiene que superar cierta
resistencia en varios lugares de Grecia” (Robin Hard, El gran

Orígenes libro de la mitología griega, p. 232).


“Evidencias arqueológicas bastante recientes parecen apuntar en
en la cultura otra dirección y sugieren que el nombre y el culto de Dioniso

griega podrían tener un origen micénico. Su nombre ha sido encontrado


en las tablillas de Lineal B de Pilos (Peloponeso) y parece que fue
venerado sin interrupción en el santuario de Ayia Irini en Ceos
(isla egea al sureste de Ática) desde comienzos del período
micénico hasta la época griega” (Robin Hard, El gran libro de la
mitología griega, p. 232).
 “En cuanto al nombre de Dioniso, su primera sílaba se refiere claramente al
dios del cielo (Zeus, cuyo genitivo es Dios), pero el significado del resto no
está claro. Se ha sugerido que podría haber habido una palabra nysos
(semejante al nurus latino o al griego nyos) que significaba «niño» o
«hijo», o que este componente del nombre estaba relacionado con la
legendaria Nisa, en la que se decía que el dios se había criado” (Robin
Hard, El gran libro de la mitología griega, p. 232).
 “La lista canónica de los Doce, tal como se estableció en Atenas y fue
Rasgos posteriormente transmitida a Roma es la siguiente:… Hestia. Debe
mencionarse que Hestia, que disfrutó de cierta preferencia en el culto, pero
que no es importante para el mito (cf. p. 197), está incluida en la lista
mientras que Dioniso está ausente” (Robin Hard, El gran libro de la
mitología griega, p. 127).
 “Dioniso se hizo más joven según evolucionó la tradición…” (Robin Hard,
El gran libro de la mitología griega, p. 128).
“Sus adoradores buscaban, a través de la danza extática y también quizá
del vino, llegar a estar poseídos por su dios; se les llamaba entonces por
uno de sus numerosos nombres: Bakchai, a partir de Baco (Bakchos). Se
han encontrado también relatos en los que abren y devoran una víctima
animal (o incluso humana). Esos sacrificios salvajes eran fruto del deseo
de asimilar al mismo dios, que en algunos casos era concebido como

Ritos
humano en forma, a veces como bestia y cuyas manifestaciones más
comunes eran el toro y la cabra, aunque a menudo aparece como una
serpiente… Aunque es muy posible que los ritos de Dioniso encontraran
una oposición real allá donde fueron, no sería acertado interpretar estos
enfrentamientos con el dios en un sentido simplemente histórico: expresan
algo esencial sobre su naturaleza permanente como dios cuya epifanía
subvierte las normas de la moralidad cotidiana y la sociedad cívica”
(Robin Hard, El gran libro de la mitología griega, p. 238-239).
Baco aparece en el relato “Clave para un amor”,
del volumen Historia prodigiosa (1956), de
Adolfo Bioy Casares.

Recreación
de Baco
El triunfo
de Baco
(1630),
Nicolás
Poussin.

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