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AMOR A DIOS Y AL PRÓJIMO.

Oh Santa Madre! que experimentaste en tu vida la presencia del amor misericordioso de Dios y te hiciste
don de misericordia con los más necesitados. Alcánzame del Espíritu Santo, tener "un corazón nuevo y un
espíritu nuevo" para que , dócil a la acción de la gracia sea como el buen samaritano sensible a las
necesidades de mis hermanos más carenados en el alma y en el cuerpo, y sea una discípula de la
misericordia, con un corazón generoso, con la alegría de una vida hecha servicio, con la paz del que perdona
y con la generosidad del que lo da todo en el silencio de María. Amén.
VIDA DE TRABAJO
¡Oh Santa Madre, que supiste trabajar hasta el último aliento de la vida, perdona mis perezas y aliéntame
en la jornada! Tú, que olvidada de ti misma pensaste sólo en sacrificarte y orar, para enriquecer el rebaño
de Cristo, enséñame esta ciencia casi desconocida en la tierra, y alcánzame del Señor la gracia de poder
llamarme, con verdad, Hija de la Misericordia, Hija de tu amor, imitadora de tu abnegación y sacrificio,
continuadora de tu obra en mi y en los demás. Así sea.
CELO APOSTOLICO,
¡Oh Santa Madre! que durante tu vida nos diste el ejemplo de
verdadero celo apostólico, con las manos en el trabajo y el
corazón puesto en Dios. Concédeme la gracia de sembrar la
Palabra de Dios con renovado entusiasmo por la extensión
del Reino, corno fruto de mi encuentro con tl y sea consciente
de que en sus manos soy solo un instrumento de su
misericordia.

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