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7:1 

Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de
mí en esta generación.

Bien, comenzamos ahora, el estudio del capitulo 7 de Génesis y consideraremos a Noé, su familia y los animales que
entraron en el arca, según las instrucciones de Dios.
Ahora, ¿por qué era justo Noé? Era justo por la fe, igual como más adelante en la historia Abraham sería justo por la fe.
Allá en el capitulo 15, versículo 6 de Génesis, leemos: «y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia». Esto es,
refiriéndose a Abraham. El escritor a los hebreos nos dice que Noé preparó el arca por la fe. Esa es la razón por la cual
Dios les salvo.
¿se ha fijado usted alguna vez cuán bondadoso es Dios con este hombre en el tiempo de un juicio tan terrible? «entra
tu», le dijo. Es el mismo tipo de invitación que nuestro Señor Jesús da hoy a todos los miembros de la raza humana. En
el evangelio según Mateo 11:28 el Señor Jesús pronuncio estas palabras: 28 Venid a mí todos los que estáis trabajados
y cargados, y yo os haré descansar. Ahora, en la última parte del versículo 16 de este capitulo 7 de Génesis, notamos
que el Señor le cerro la puerta. Luego en el capítulo 8 de Génesis comienza así: «y se acordó Dios de Noé».¿ no es
todo esto muy bello? ¡que maravillosos! Dios bien pudo haberse olvidado de Noé. Años después, pudo haber dicho
«¡ay De mi! Se me olvido por completo aquel hombre por allá. Lo metí en el arca, y me olvidé de él». Y eso sí que
hubiera sido malo. Pero Dios no olvido a Noé. Se acordó de él. Dios nunca olvida. Dios se acuerda de usted y se
acuerda de mí. Lo único que Él no recuerda, es el pecado. El profeta Jeremías, en el capitulo 31:34 de su libro, dice: « y
no me acordará más de su pecado.» ?que promesa más bella!
ahora., Noé y su familia entran en el arca. Y ¿sabía usted que esta historia de Noé, igual como la historia de la creación,
ha recorrido por la faz de toda la tierra? Se la lee como la historia de la creación. Sería agradable que se interesara por
leer el relato babilónico de la creación, el caso es que cuando uno compara ese relato con el de la Biblia, encuentra
una gran diferencia. Y mucho de lo que se encuentra en los otros relatos, es hasta absurdo. Pero, es un hecho que la
mayoría de las naciones y las gentes, tiene un relato tanto de la creación, como del diluvio. ¿ no le dice algo a usted?.
Debería decirle que hay una base para la verdad de la creación y del diluvio. No saldrían todos con el mismo relato si
hubieran estado fabricando los eventos. Por supuesto, el relato babilónico da las razones que no son, declarando que
los Dioses tuvieron algún tipo de guerra entre ellos, y que estaban luchando el uno contra el otro, y eso es lo que
ocasiono el diluvio. La Biblia dice que Dios lo envió como juicio sobre el hombre por haber pecado.
Génesis 7:2AReina-Valera 1960 (RVR1960)
2a De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra;

Esto fue la base de un pleito hace año, el Dr. Geraldo Rimmer ofreció mil
dólares a cualquier persona que pudiera mostrar una contradicción en la
Biblia, y este versículo fue usado en un tribunal de la ley. Había algunos
teólogos liberales que testificaron que este versículo contenía una
contradicción. ¿Por qué diría que debe llevar dos de una clase cuando
aquí dice que llevó siete de cada clase? Bueno, todo lo que falta hacer es
continuar la lectura, y podremos notar que, cuando Noé salió del arca,
ofreció los animales limpios como sacrificio a Dios. ¿ donde pudiera haber
encontrado Noé los animales limpios, si no hubiera llevado más de dos
animales con él? Fue solo de entre los animales limpios que llevo 7, y
ahora ya sabemos cuál fue la razón. De los que no eran limpios levo 2, un
macho y una hembra. De las aves limpias de los cielos, llevo 7 parejas.
Se unieron a Noé en el arca parejas de todos los animales; se tomaron 7
parejas de «animales limpios» de los cuales se utilizaban en los sacrificios.
Se calcula que en el arca entraron aproximadamente 45.000 animales.
5 E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová.

6  .
Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra

Noé obedeció no solamente construyendo el arca,


sino también haciéndola, en todos los detalles,
conforme a lo que Dios le mando (6:22). Ahora
obedece para entrar en el momento en que la orden
le es dada(v5). En la obediencia a Dios reside nuestra
seguridad. Noé, hombre piadoso, va a hacer
literalmente la experiencia del salmo 32:6
Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que
puedas ser hallado;
Ciertamente en la inundación de muchas aguas no
llegarán éstas a él.
Génesis 7:2b-3: mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra.
3 También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz

de la tierra.

Después del sacrificio de Noé, todavía había macho y


hembra de todo animal y de toda ave para conservar
la especie sobre la faz de la tierra.
Génesis 7:4: Porque pasados aún siete días, yo haré
llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta
noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser
viviente que hice. Ahora durante 7 días, todo el
mundo todavía podía haber llamado a la puerta del
arca, y creo francamente, que bien pudieron haber
conseguido su entrada. Dios los habría salvado. Todo
lo que tenían que hacer era creer en Dios.
Génesis 7:7-9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos.

De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre la tierra,

de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé

En ningún lugar dice que Noé buscaba y arreaba los animales al arca. No le fue necesario. Los animales
vinieron a él.
Génesis 7:10 Reina-Valera 1960 10 Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra.
Y esto nos conduce ahora a la consideración del diluvio mismo. Consideremos en primer lugar, la destrucción
de toda carne y la salvación de Noé y aquellos que estaban con él en el arca.
El versículo 10 nos dice que las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. Ahora, el versículo 11 dice:
Génesis 7:11 Reina-Valera 1960  El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete
días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo, y las cataratas de los cielos
fueron abiertas,
Este versículo es muy diciente, y como hemos estado viendo el arca como tipo de la cruz, en el calvario
vemos en verdad como «fueron rotas todas las fuentes del gran abismo, y las cataratas de los cielos fueron
abiertas». «Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas» (salmo 42:7).
Cristo apuro la copa y soportó aquella ira desatada con toda su furia. Se puso, judicialmente, bajo todo el
peso de las demandas contra su pueblo, y gloriosamente extinguió cada pena y demanda que se le presento.
Es la creencia en esta obra perfecta de él la que trae paz al alma. Si el Señor Jesús ha sufrido y ha satisfecho
todas las demandas planteadas en nuestra contra, si él ha removido todo estorbo, si ha deshecho todo
pecado, si ha vaciado la copa de la ira y ha puesto fin a sus juicios, si él ha borrado toda nube y ha permitido
la entrada de la clara luz de la justificación absoluta, ¿Por qué no hemos de estar en paz? No hay ninguna
razón en contra.
La paz es nuestra herencia ; nos toca el goce de una bienaventuranza indeciblemente grande, a una
invencible posición de seguridad, como el vasto fruto de esa obra que vino a demostrar el infinito amor de
Dios y que fue ampliamente consumado en la perfecta expiación hecha una vez para siempre en la cruz.
Génesis 7:12-15 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
12 y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.

13 En este mismo día entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos, con él en el arca;

14 ellos, y todos los animales silvestres según sus especies, y todos los animales domesticados según sus especies, y todo reptil que se

arrastra sobre la tierra según su especie, y toda ave según su especie, y todo pájaro de toda especie.
15 Vinieron, pues, con Noé al arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida.

Génesis 7:16 Reina-Valera 1960  Y los que vinieron, macho y hembra de toda


carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta.
Muchos se preguntan como pudieron capturar tantos animales. ¿acaso Noé y
sus hijos pasaron años recogiéndolos? En realidad la creación, junto con Noé,
actuaron conforme Dios lo había mandado. Parece que no hubo ningún
problema en reunir a los animales. Dios se hizo cargo de los detalles de esta
tarea mientras que Noé hacia su parte: construir el arca. A menudo hacemos
exactamente lo opuesto a Noé. Nos preocupamos por detalles en la vida sobre
los que no tenemos ningún control, mientras que descuidamos las cosas que si
están bajo nuestro control (actitudes, relaciones, responsabilidades). Trate a
parecerse más a Noé, y concéntrese en las cosas que Dios le ha encomendado y
déjele el resto a Él.
Este versículo nos recuerda que otra puerta-la de la gracia- está abierta
todavía hoy, pero ¿Por cuánto tiempo? Y se cerro la puerta, anuncia
solemnemente, Mateo 25:10. ¿de que lado de la puerta estaremos?
¿Dentro, con Jesús y los suyos? ¿o fuera, con todos los que llamarán en
vano y a los cuales el Señor deberá responder: « no sé de donde sois»
(Lucas 13:27).
Observemos que Dios mismo cierra la puerta del arca tras Noé, los suyos
y todos los animales. Aunque lo hubiera querido, Noé ya no podía abrirla
más, a quien quiera que fuese.
Ahora que Dios ha proporcionado un medio de salvación, puesto a los
suyos al abrigo y cerrando la puerta del arca, puede abrir las ventanas de
los cielos Malaquías 3:10 B: si no os abriré las ventanas de los cielos, y
derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
Bajo el aspecto profético, Noé y su familia representan el residuo de
Israel que, después del arrebatamiento de la iglesia (simbolizado por el
de Enoc), atravesara sano y salvo la gran tribulación final y será
introducido en el mundo nuevo del milenio.
Dios cerró la puerta del arca: perfecta seguridad para Noé
¿se sentía Noé ansioso a causa de esas ondas de la justicia venidera? De ninguna manera, pues cuando
llegaron a derramarse sobre el mundo, él fue alzado por esas mismas ondas y llevado hasta una región de
paz. Flotaba tranquilamente sobre las aguas que habían venido a ejecutar juicio sobre «toda carne». Su
posición es tal que el juicio no le puede tocar, pero es una posición en la que Dios mismo le puso.
Bien podría haber dicho en el lenguaje triunfal de Romanos 8:31:  ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es
por nosotros, ¿quién contra nosotros? Había recibido la invitación de Dios mismo, como lo vimos en este
capitulo en el verso 1: «entra tu y toda tu casa en el arca»; y cuando hubo obedecido ese mandamiento
del Señor, « Dios le cerró la puerta».
No puede haber mayor motivo de seguridad. Es Dios quien cuida la puerta, y nadie puede entrar ni salir sin
que Él lo disponga.
Dios mismo con mano omnipotente había afianzado esa puerta, dejándole a Noé solo una ventana que se
abría hacia el lugar de donde provenía todo ese juicio, para que a su debido tiempo pudiese ver que no
había quedado juicio pendiente contra él. La familia salvada podía mirar afuera solamente mirando hacia
arriba, puesto que la ventana se haba puesto en lo alto (6:16).
No pudieron ver las aguas del juicio ni la muerte y desolación que ellas habían causado. La salvación, en la
forma de esa arca de madera, se interponía entre una y otra cosa. No les quedo más que hacer que mirar
hacia un cielo limpio, la morada eterna de aquel que había condenado al mundo pero que, al mismo
tiempo, les había salvado.
Es difícil hallar una expresión más significativa es esta coyuntura que la frase «y Jehová le cerro la puerta»,
pues es un tipo de la seguridad perfecta de que gozamos en Cristo. ¿Quién ve a abrir cuando Dios ha
cerrado? ¿Quién? La familia de Noé se hallaba segura porque Dios les había asegurado. No hubo poder en
todo el universo, ni celestial, ni terrenal, ni infernal, que pudiera abrir la puerta de esa arca o hundir en las
aguas esa embarcación.
Fue la misma mano que cerró la puerta la que abrió las cataratas del cielo y rompió las fuentes
del abismo. De la misma manera se habla de Cristo, en apocalipsis 3:7 como el que tiene la «llave
de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre». Es el mismo que tiene «las
llaves de la muerte y del Hades» (apocalipsis 1:18). Nadie puede abrir los portales de la tumba
para entrar ni para salir sin Él, pues a Él se le ha dado toda potestad « en los cielos y en la tierra»
(Mateo 28:18). Él es la cabeza «lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia»,(efesios
1.22)y en Él el creyente se encuentra seguro.
¿Qué hubo que pudiese haber amedrantado a Noé, y qué ola podría haber penetrado en esa arca
calafateada « con brea por dentro y por fuera» (6:14). Con la misma confianza podemos
preguntar ahora ¿ que hay en el mundo que pueda alcanzar a aquellos que se han refugiado a la
sombra de la cruz? Todo enemigo ha sido vencido, y para siempre. La muerte de Cristo es la
amplia respuesta a toda demanda, mientras que, al mismo tiempo , su resurrección es la
declaración inequívoca de la complacencia de Dios en Él y en esa obra que sirve de base para
establecer su justicia, al mismo tiempo que nos extiende su invitación a que nos acerquemos a
ÉL con toda confianza en su amor.
Concluimos pues que, habiendo sido cerrada la puerta de nuestra arca por la misma mano de
Dios, nada nos queda por hacer sino gozar de nuestra «ventana». En otras palabras, nos toca
andar en la feliz y bendita comunión con el que nos ha salvado de la ira venidera y nos ha hecho
herederos de su gloriosa casa celestial. Pedro habla de aquellos que están ciegos, que tienen «la
vista muy corta... habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados» (2 Pedro 1:19).
Esta es la condición lamentable para cualquiera, pero es sin duda el resultado de cierta desidia en
el cultivo de una comunión con Dios por medio de la oración con Aquel que nos ha encerrado
eternamente en Cristo.
Génesis 7:17-24 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
17 Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el

arca, y se elevó sobre la tierra.


18 Y subieron las aguas y crecieron en gran manera sobre la tierra; y flotaba el arca

sobre la superficie de las aguas.


19 Y las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había

debajo de todos los cielos, fueron cubiertos.


20 Quince codos más alto subieron las aguas, después que fueron cubiertos los

montes.
21 Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y

de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre.


22 Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había

en la tierra, murió.
23 Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre

hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y
quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca.
24 Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.
La larga paciencia de Dios ha llegado a su término. El raudal de su juicio se vierte sobre la
tierra. Si no fuera por el arca que se construía, nada lo dejaba prever. Todo parece ir bien.
El mundo continuaba su curso feliz. Comían y bebían, se casaban y daban en casamiento.
No entendieron nada- dice el Señor- hasta que vino el diluvio y se llevo a todos.
Mateo 24:37-39 Reina-Valera 1960 Mas como en los días de Noé, así será la venida del
Hijo del Hombre.38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y
bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el
arca,39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también
la venida del Hijo del Hombre.
Un destino tan terrible que alcanzó súbitamente a todos aquellos que no respondieron a
los llamamientos de la gracia. Y este relato consignado en la Palabra de Dios constituye, de
la misma boca del Señor, la solemne de todas las advertencias para ponerse en regla con
Dios.
Hoy cada uno esta invitado a tomar lugar en el arca o, dicho de otra forma, a encontrar en
Cristo un refugio contra la ira de Dios. Pero, si poseemos en Él este lugar de perfecta
seguridad, jamás olvidemos que Él atravesó, en nuestro lugar, las terribles aguas del juicio
divino.
En medio de ese cataclismo que jamás tuvo igual, Noé y los suyos gozan de una perfecta
paz. Así las aguas crezcan o disminuyan, el arca no naufragará…como tampoco el creyente
que permanece en Cristo.
Ahora, hay una pregunta que surge en cuanto al diluvio y es: ¿Cuál es la evidencia
histórica y científica del diluvio? No pienso en entrar en esa materia, pero si quiero
recomendar un libro que es sumamente bueno en relación con este tema « el diluvio de
Génesis» escrito por Henry M Morris y Jhohn C. Whitcomb. Autores calificados
(whitcomb: doctorado en teología, profesor del antiguo testamento en el Seminario
teológico de Gracia en EEUU- H. Morris doctorado en filosofía, profesor de ingeniería
hidráulica, jefe del departamento de ingeniería civil del instituto politécnico de Virginia
EEUU) para escribir sobre el tema. Así mismo hay libros de seudo intelectuales o sea
intelectuales falsos con teorías como diluvio local, etc. etc..
La familia humana había poblado la tierra. Los hombres y los animales habían llegado
ya a los demás continentes del mundo. Pero el hecho según la Biblia, es que la familia
humana comenzó de nuevo con Noé. Eso es lo que dice la palabra de Dios. Y uno
acepta la Biblia, o la rechaza . Concluir por hipótesis que los eventos pudieran haber
sucedido de otra manera , es en esencia, rechazar lo que dice Dios. La Biblia expresa
con claridad que hubo un diluvio universal.
El diluvio universal es ciertamente posible aun hoy día, hay suficiente agua en el
planeta para cubrir toda la tierra seca, aunque más adelante encontraremos que Dios
prometió que nunca más la destruiría con un diluvio. Así que debió haber cubierto toda
la tierra o destruido toda las partes habitadas de ella. Recuerde que Dios mandó el
diluvio para destruir la maldad que había en la tierra. Se necesitaba un gran diluvio para
lograr eso.
Aplicación del diluvio al día de la venida del Señor
Nos caben aquí las palabras de amonestación del Señor Jesús, quien dijo «como fue en los días de Noé,
así también será en los días del Hijo del Hombre» (Lucas 17:26). Existen maestros que nos quieren
hacer creer que, antes de que vuelva a aparecer el Hijo del Hombre en las nubes del cielo, esta tierra se
cubrirá, desde el Ecuador hasta los polos, de un manto de justicia. Nos enseñan a esperar un reino de
justicia y de paz como resultado de la operación de fuerzas que ahora existen y operan en el mundo.
Pero el breve pasaje que acabamos de citar corta de raíz, en un instante , todas estas vanas y engañosas
esperanzas ¿ que hubo en la tierra en los días de Noé? ¿la tierra se cubría de justicia como las aguas
cubren el mar? ¿había llegado a dominar la verdad de Dios, y conocían los hombres a su creador? Las
Escrituras nos dicen que «estaba la tierra llena de violencia», « que toda carne había corrompido su
camino» y que « se corrompió la tierra delante de Dios» ( V11-12).
Entonces, lo mismo tiene que suceder en los días del Hijo del Hombre. Es imposible confundir la
«justicia» con la «violencia», ni hay semejanza entre una impiedad universal y una paz mundial. Solo es
necesario un corazón sometido a la Palabra y liberado de las influencias de las opiniones preconcebidas
para entender el verdadero carácter de los días que inmediatamente preceden a la venida del Hijo del
Hombre. No se extravíe. Sométase reverentemente a las Escrituras. Fíjese en las condiciones que
prevalecían en los días anteriores al diluvio y tenga en mente que, como fue entonces, así será al final de
la actual dispensación.
No dudamos de que aquellos hombres eran muy industriosos en sus esfuerzos para arreglar todas las
cosas y hacer muy habitable su mundo antediluviano. Pero no entró en sus designios el plan de
componer el mundo para que fuera un lugar en el que Dios pudiera morar. De la misma manera, en la
actualidad es fácil ver por doquier como los hombres se esfuerzan para quitar las piedras del camino de
la vida y destruir todas las asperezas, pero nada hacen para preparar «el camino del Señor» ni para
enderezar «sus sendas»(Lucas 3:4-5) o para allanar sus valles y bajar sus collados en preparación para la
manifestación de la gloria y la salvación de Dios.
No cabe duda que la civilización avanza, pero la civilización no es la justicia. Muchos se
dedican a «barrer la casa», pero el huésped al que esperan no es Cristo sino el Anticristo. Los
hombres emplean su sabiduría para cubrir con su ropaje brillante las asquerosas manchas de
la humanidad, más sus esfuerzos son en vano porque éstas, aunque cubiertas, no dejan de
ser evidentes, y tarde o temprano serán reveladas en toda su asquerosidad y hediondez.
Los diques con los que los hombres procuran contener las corrientes de las miserias humanas
tiene que ceder a la presión de las fuerzas que empujan, y el mundo tiene que reconocer que
han abortado todos sus planes para sujetar la degradación de la posteridad de Adán a los
limites angostos que la benevolencia humana ha procurado construir en derredor de ella.
«El fin de todo ser» (v13) esta ante mi. Ese fin no resulta todavía palpablemente presente
para los hombres, pero Dios tiene conocimiento de él. No importa que se oiga la voz de los
mofadores que preguntan: «¿Dónde está la promesa de su advenimiento?, porque desde
los días en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el
principio de la creación».
Sin embargo, los momentos vuelan y se acerca el tiempo en que estos mofadores recibirán su
respuesta: « Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos
pasaran con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las
obras que en ella hay serán quemadas»(2 Pedro 3:4-10). Esta es la respuesta a las burlas
intelectuales de los hijos de este mundo, pero no a los afectos espirituales y a las esperanzas
de los hijos de Dios. Estos últimos, gracias a Dios, tienen una perspectiva totalmente
diferente, o sea, la de encontrarse con el Esposo en el aire, antes que el mal haya alcanzado
su punto culminante, y , por lo tanto, antes de que el juicio divino sea derramado.
23 
Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el
hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la
tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca.
24 
Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.
Quienes argumentan en contra de un diluvio universal, por lo general, aceptan el
principio uniformitario, (se basa en la reproducción de los datos observables en
fenómenos geológicos actuales, para la interpretación de la ocurrencia de estos
fenómenos en el pasado)y sostienen el punto de vista de que no había tal cosa
como una gran convulsión o catástrofe como el diluvio. Pero ¡sabemos que el
Apóstol Pedro nos amonesta contra los que piensan de ese modo?
2 Pedro 3:3-6 : sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán
burladores, andando según sus propias concupiscencias,4 y diciendo: ¿Dónde está
la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres
durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la
creación.5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos
por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por
el agua subsiste,6 por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua.
Los burladores siempre han concordado con el principio uniformitariano, pero no
pueden mantenerse es ese punto de vista, y a la vez aceptar de la Palabra de Dios.
Es pues, muy importante que entendamos esto.
REFLEXIONEMOS
Romanos 8:1 Reina-Valera 1960   Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en
Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
¿Qué significa estar «en Cristo Jesús»? Piense en lo que significo para Noé estar en el arca. El
arca era a prueba de agua. ¿ como lo sabemos? Dios le dijó a Noé: « y la calafatearas con brea
por dentro y por fuera» (6:14). «calafatearas» en hebreo es la palabra «Kapar» y es
exactamente la palabra traducida «EXPIACIÓN». Vera, nosotros estamos en Cristo Jesús tal y
como Noé estuvo en el arca. Así como las tormentas de la ira de Dios golpearon el arca, las
tormentas de la ira de Dios abatieron al Señor Jesús. Por el contrario nosotros estamos adentro
y ninguna gota de juicio penetrará nuestras vidas.
Por favor leamos Romanos 8:35-39.
Romanos 8:35-39 Reina-Valera 1960 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o
angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?36 Como está escrito:  Por
causa de ti somos muertos todo el tiempo;  Somos contados como ovejas de matadero. 
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni

potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa
creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Reflexionemos en las cosas que Pablo menciona lo separarán del amor de Dios. Démosle gloria
a Dios que sus pecados han sido expiados por medio de la justa sangre del Salvador.

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