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Profesor. Adán cruzado Valdés.

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Tel. 2299365021

MATERIA. HOMILÉTICA 1
12 CLASES
HOMILÉTICA 1
DESCRIPCIÓN DE LA MATERIA.
Es un estudio introductorio 1. La importancia de la obra divina en la predicación.
2. Los requisitos del predicador, 3. La estructura del sermón 4. Su preparación
a. Ver la importancia de la oración para buscar la dirección del
Espíritu santo en la selección del tema o el texto en la preparación
del mensaje.
b. Reconocer que es el Espíritu Santo quien convence al oyente de la
necesidad de un cambio y la importancia de depender de Él.
OBJETIVOS c. Ver la importancia de la preparación del tema central y de tener un
GENERALES propósito específico en la preparación del sermón.
d. Familiarizarse con la estructura general del sermón.
e. Poder escoger el tipo de sermón apropiado basado en la
circunstancia.
f. Preparar eficazmente un sermón bien estructurado bajo la
inspiración e iluminación del espíritu santo.
Criterios de evaluación

Examen: 60% (Sólo en la fecha programada)

Tareas: 40% (Sólo las entregadas en tiempo y forma)

Nota: sólo podrán tener dos faltas en la materia, de tres en adelante no


tendrá derecho a examen.

En esta materia es obligatorio estar presente en el culto práctico y participar


en la dirección o predicación (Cuando se le designe)
Tres preguntas interesantes:

1. ¿Qué características de los días actuales se van a ver en la


época de la segunda venida de nuestro Señor?

2. ¿Qué indicaciones ve usted en la actualidad de los


preparativos para el gobierno del anticristo?

3. ¿Quiénes son los que van a llevar a cabo la misión de “ir


por todo el mundo y predicar el
evangelio a toda criatura”?
La expansión fenomenal del evangelio durante el primer siglo no se
puede atribuir a un solo
hombre. Inmensas cantidades de creyentes aportaron lo que podían.
Veamos el caso del capítulo ocho de Hechos. En el primer versículo
dice que “todos fueron esparcidos … salvo los apóstoles.”
Luego en el versículo cuatro vemos que “los que fueron esparcidos iban
por todas partes anunciando el evangelio”. Sigue la narración hablando
de un diácono que predicaba en la ciudad de Samaría. En la versión
Dios Llega al Hombre se emplea la palabra “predicaban” en vez del
vocablo “anunciando” que se usa en la versión Reina Valera. El plan
divino y normal es que todos seamos predicadores para que el
evangelio sea esparcido por todas partes.
¿Por qué no encomendó Dios esta tarea de la predicación a los ángeles?
Ellos son más fieles y mucho más capacitados. La pregunta no tiene
respuesta. Lo único que vemos en la Biblia es que la misión fue
encargada a los hombres. No cabe duda de que el Padre ama al mundo
y desea que cada habitante oiga las buenas nuevas. Pero en sus
decretos eternos Dios designó que el barro se encargara de esta misión.
Diremos que eso no tiene sentido, pero así es. ¡Ay de nosotros si no
predicáramos el evangelio!
(1 Corintios 9:16)
El que predica necesita dirección. Debe buscar una dotación especial
del Espíritu Santo. Pero a la vez tiene que recordar que la tercera
persona de la Trinidad no lo hace todo. En este plan misterioso hay
lugar para que el hombre ponga algo de sí mismo.
El Omnipotente se vale de instrumentos que tienen voluntad propia. Estos instrumentos
pueden hacer algo para acondicionarse a sí mismos.
Es con ese fin de acondicionarnos, de afilarnos, es que estudiamos la homilética. Este
vocablo significa el arte de preparar y predicar un mensaje bíblico. Es el análisis de lo que
puede hacer el mismo hombre para presentar mejor el santo y eterno evangelio de salvación.

Aunque vamos a dedicar mucho tiempo hablando de los esfuerzos humanos en la


predicación, no podemos olvidar que es una obra espiritual. Es una cooperación entre Dios y
el predicador. Sería absurdo que una hoz, después de quedar bien afilada, dijera que ya no
necesitaba de la mano del agricultor para trabajar en la cosecha. Vamos a pensar en este
estudio, cómo se puede organizar la preparación de los mensajes y qué esfuerzos humanos
serán de valor en el proceso. Pero a la vez hemos de tener presente que sin Cristo no
podemos hacer nada. Hay que hacer una determinación de aprovechar el estudio hasta el
máximo, pero también de acercarnos a Dios para que recibamos la unción divina en nuestra
predicación.
I. LA NECESIDAD DE QUE CADA CREYENTE SEA
OBRERO EN LA COSECHA

A. La urgencia del momento

B. Todo creyente predicaba en el siglo primero

C. La tarea de predicar no fue encomendada a los ángeles

D. Los dos recursos para el que predica

1. La dotación del Espíritu Santo

a. La preparación humana

b. Importante, pero inútil sin la obra del Espíritu Santo


Recordando lo aprendido
1. ¿Qué indicaciones ve usted en la actualidad de los preparativos para el gobierno del
anticristo?

2. ¿Quiénes son los que van a llevar a cabo la misión de “ir por todo el mundo y predicar el
evangelio a toda criatura”?

3. ¿Quiénes eran los que predicaban en el primer siglo?

4. ¿Por qué encomendó Dios la tarea de la predicación a los hombres y no a los ángeles.

5. ¿Por qué un creyente dispuesto a predicar debe recordar que el Espíritu santo no lo va hacer
todo?
HOMILÉTICA
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