Está en la página 1de 20

SILENCIA

DA: LA
TRATA DE
PERSONA
S
Análisis e interpretación desde
la categoría de la banalidad del
mal, para una responsabilidad
colectiva
● Institución: Universidad Católica Salta;

● Unidad Académica: Facultad de Artes y Ciencias;

● Carrera: Profesorado y Licenciatura de Filosofía;

● Cátedra: Historia de la Filosofía Contemporánea;

● Profesora: Dra. Lic. Milralpeix, Mercedes;

● Alumno: Ponferrada, Bruno Leandro;

● Año lectivo: 4° año de Prof. y Lic. En Filosofía, 2020;

● Trabajo: Monografía Argumentativa.


Introducción
Análisis e interpretación filosófica de la problemática social de
la trata de personas.

“Audibilizar” el daño ejercido sobre la acción y discurso de


las víctimas

Reconocer, interpretar y exponer las características de la


problemática de la trata de personas desde la categoría de la
banalidad del mal abordada por Arendt

Proponer una responsabilidad colectiva dirigida a actuar sobre


la problemática en cuestión.

Proceso inductivo-deductivo, formado por tres momentos:


ver, juzgar e interpretar y actuar.

Se aplican las técnicas de recopilación, resumen y síntesis de


textos, sobre las fuentes primarias y secundarias.
Fuentes primarias:
1. Arendt H. (2003); Eichmann en Jerusalén. Un estudio acerca de la banalidad del mal; Ed.
Lumen; España, Barcelona; pp. 260-275.
2. Arendt H. (2003); La condición humana; Ed. Paidós; 1° ed.; Argentina, Buenos Aires; pp.51-
52,142, 202.
3. Arendt H. (2007); Responsabilidad y Juicio; Ed. Paidós; 1° ed.; España, Barcelona; pp. 96,
97, 110, 113,159.
4. Di Pego A.; Comprensión, narración y juicio en la obra de Hannah Arendt. Una
reinterpretación a partir de los escritos de Walter Benjamin y Martin Heidegger; Memoria
Académica, el repositorio institucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación de la Universidad Nacional de La Plata; pp. 252-277;
5. Oficinas de las Naciones Unidas contra la droga y el delito; Informe Mundial sobre la Trata
de Personas, Resumen Ejecutivo; pp. 1-15.
6. Organización Internacional para las Migraciones (2011); Manual de e Perfiles aplicados a la
detección de víctimas y victimarios del delito de trata de personas; pp.- 29-69.

Fuente secundaria:
1. Arendt H. (2015); Los orígenes del totalitarismo; Ed. Titivillus; pp. 280-463;
La trata de
personas como
pandemia
silenciada
“Pandemia”
El aspecto
“social” de la
problemática de
trata de
personas
Es decisivo que la sociedad, en todos sus niveles, excluya la posibilidad de acción, como anteriormente lo fue de la
esfera familiar. En su lugar, la sociedad espera de cada uno de sus miembros una cierta clase de conducta, mediante la
imposición de innumerables y variadas normas, todas las cuales tienden a «normalizar». Arendt H.; La condición
Humana; pp. 51
El resultado de esto es la perturbación del equilibrio entre la labor y el consumo, lo que conduce hacia a una
sociedad de consumidores que no tienen más preocupación que divertirse y su actitud central hacia todos los
objetos, la actitud del consumo, lleva la ruina a todo lo que toca

El peligro radica en que tal sociedad, deslumbrada por la abundancia de su


creciente fertilidad y atrapada en el suave funcionamiento de un proceso
interminable, no sea capaz de reconocer su propia futilidad, la futilidad de una
vida que «no se fija o realiza en una circunstancia permanente que perdure una vez
transcurrida la [su] labor».Idem, pp.142
Este proceso interminable, de necesidad-satisfacción-necesidad, lleva a la sociedad de masa a silenciar el
carácter problemático de la trata de personas, para presentarlo como un “servicio” que debe ser generado a
través de una cadena de producción.

La cual está integrada por sus propios “componentes”: los victimarios, la víctima, el víctimizante y
el público.
La banalidad del mal
en la trata de
personas
la tesis de la banalidad del mal sostiene que “los actos fueron monstruosos, pero el agente –al menos el
responsable que estaba siendo juzgado en aquel momento [Eichmann] – era totalmente corriente, común, ni
demoníaco ni monstruoso.Comprensión, narración y juicio en la obra de Hannah Arendt; pp. 267
No, Eichmann no era estúpido. Únicamente la pura y simple irreflexión ―que en modo alguno podemos equiparar a la
estupidez― fue lo que le predispuso a convertirse en el mayor criminal de su tiempo. Eichmann en Jerusalén. Un
estudio acerca de la banalidad del mal; 260

La vertiente añadida es, pues, que este hombre no piensa. Y es que pensar consiste, antes que nada, en
detenerse sobre la experiencia vivida y en atender al sentido de lo que ocurre, de lo que uno hace y de lo
que ve hacer.
Responsabilidad
colectiva
Esta responsabilidad vicaria por cosas que no hemos hecho, esta asunción de las consecuencias de actos de los que
somos totalmente inocentes, es el precio que pagamos por el hecho de no vivimos nuestra vida encerrados en nosotros
mismos, sino entre nuestros semejantes, y que la facultad de actuar, que es, al fin y al cabo, la facultad política por
excelencia, sólo puede actualizarse en una de las muchas y variadas formas de comunidad humana.
Arendt;Responsabilidad y Juicio; pp. 159
Conclusión

También podría gustarte