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El estreñimiento (del latín stringĕre, apretar, comprimir) es una condición

que consiste en la falta de movimiento regular de los intestinos, lo que


produce una defecación infrecuente o con esfuerzo, generalmente de
heces escasas y duras. La frecuencia defecatoria normal varía entre
personas, desde un par de veces al día hasta tres veces a la semana.
Puede considerarse un trastorno según altere o no la calidad de vida.
El estreñimiento no es una enfermedad, sino un síntoma con muchas causas. A
menudo se produce por ingerir alimentos con poca cantidad de fibra, falta de ejercicio
físico, ingesta de poco líquido (sobre todo agua) o demorar la defecación. También es
frecuente durante el embarazo. Algunos medicamentos pueden causar estreñimiento,
como la codeína, ciertos antidepresivos que pueden suprimir la acetilcolina y los
opiáceos que pueden retardar el movimiento de alimentos en el intestino. El
estreñimiento como resultado de una escasa deambulación o la inmovilidad debe ser
considerado especialmente en los ancianos.
Diversas enfermedades pueden provocar estreñimiento, tales como:
 El síndrome del intestino irritable.
 La enfermedad celíaca. En ocasiones, puede ser muy llamativo y constituir el
síntoma principal.
 La sensibilidad al gluten no celíaca.
 El hipotiroidismo.
 Ciertos trastornos neurológicos.
 El cáncer de colon.
DIAGNOSTICO

El diagnóstico se basa principalmente en la descripción de los síntomas por parte del paciente. Las evacuaciones son difíciles, muy firmes o compuestas por pequeñas bolitas duras (como las excretadas por los conejos) se consideran estreñimiento, aunque se produzcan todos los días. Otros síntomas relacionados con el estreñimiento pueden incluir hinchazón, distensión, dolor abdominal, dolores de cabeza, sensación de fatiga y agotamiento
nervioso, o una sensación de vaciamiento incompleto. [5]​
En la exploración física, se pueden detectar escíbalos o estercolitos (grumos de materia fecal endurecidos en el intestino, manualmente palpables) en la palpación del abdomen. Si la exploración rectal da una impresión de tono del esfínter anal y si la parte inferior del recto contiene heces, se puede considerar el uso de supositorios o enemas. De lo contrario, se optaría por medicación oral.
DEFINICION
• Constipación o estreñimiento es un término que define un síntoma subjetivo, no es
un diagnóstico ni una enfermedad y se vuelve un problema médico sólo cuando
motiva la consulta. Se caracteriza por defecaciones infrecuentes, dificultad en la
evacuación o ambos. Esta dificultad en la evacuación a su vez puede significar,
esfuerzo defecatorio, sensación de dificultad en el pasaje de las heces, heces de
consistencia dura, evacuación escasa o incompleta, tiempo de evacuación
prolongado, necesidad de realizar maniobras para poder evacuar, o varias de ellas
simultáneamente. Estos síntomas deben ser permanentes o recurrentes en el tiempo
para separar lo que es un trastorno crónico, como es la constipación funcional, de lo
que son síntomas intestinales transitorios, por ejemplo la que ocurre durante un
cambio de hábito, viaje, enfermedad intercurrente entre otras. En la constipación
funcional por lo general no hay anomalías estructurales o fisiológicas. Sin embargo, el
avance en la tecnología ha puesto de manifiesto que los trastornos digestivos
funcionales pueden presentar alteraciones en la interacción sistema nervioso
intestinal y el sistema nervioso central, y tener múltiples etiologías.
• El tacto rectal también da información sobre la consistencia de las heces, presencia de
hemorroides, mezcla de sangre y si algún tipo de tumores, pólipos o anormalidades están
presentes. El examen físico se puede hacer de forma manual por el médico, o mediante una
colonoscopia.
Las radiografías del abdomen, por lo general solo se realizan si se sospecha obstrucción
intestinal que puede revelar materia fecal retenida en el colon, y confirmar o descartar otras
causas de síntomas similares.
El estreñimiento crónico (síntomas presentes por lo menos tres días por mes durante más de
tres meses) asociado con molestias abdominales con frecuencia se diagnostica como
síndrome del intestino irritable (SII) cuando no hay una causa obvia.[6]​Los síntomas del
síndrome del intestino irritable son indistinguibles de los síntomas digestivos que pueden
aparecer en la enfermedad celíaca o la sensibilidad al gluten no celíaca, por lo que una gran
parte de las personas afectadas por estas enfermedades pasan muchos años diagnosticadas y
tratadas por error como si tuvieran el síndrome del intestino irritable. [3][​7]​Especialmente, las
personas con sensibilidad al gluten no celíaca permanecen habitualmente en una "tierra de
nadie", sin reconocer ni diagnosticar por los especialistas, "huérfanas" de la atención médica y
el tratamiento adecuados.[8]
CAUSAS
TRATAMIENTO
•El tratamiento se debe centrar en la enfermedad causante, cuya identificación requiere una
correcta evaluación previa del paciente.
•Cuando el estreñimiento crónico no tiene una causa conocida, ciertas medidas pueden
proporcionar alivio:
•Dieta rica en fibra vegetal: Se recomienda comer fruta y verdura unas cinco veces al día. La
dieta pobre en fibra es la principal causa de estreñimiento en la población sana.
•Ingesta abundante de líquidos, al menos 1,5 litros al día.
•Comidas a la misma hora, comiendo despacio y masticando bien.
•No reprimir el deseo defecatorio.
•Defecar tranquilamente sin prisas, procurando que sea en un determinado horario y lugar.
•No forzar la defecación si no hay deseo.
•Realización de ejercicio físico de forma regular.
•Evitar los laxantes, utilizándolos como último recurso.
•Comer comidas fermentadas; comidas con bacterias beneficiosas como yogur, tempeh,
sauerkraut y miso, entre otras
CONDICIONES DE MANEJO
• Posición
• El tiempo necesario para el vaciado del intestino como la sensación satisfactoria y el grado de esfuerzo en posición de
cuclillas se reduce en comparación con la posición sentada (26).
• En nuestros países donde el uso del inodoro esta impuesto, se puede colocar un banquito en los pies para facilitar la
defecación. En nuestra experiencia esto es de mayor utilidad en los trastornos por alteración de los mecanismos
defecatorios.
• Ingesta de líquidos: es una recomendación habitual, pero la efectividad de esta medida no ha sido estudiada
adecuadamente. Hasta el momento actual no hay estudios en adultos que sugieran que esta recomendación pueda ser
útil; sí es importante acompañar la fibra con abundante cantidad de líquido para que esta tenga el efecto deseado (24).
• Ejercicio: si bien los datos son conflictivos, se ha observado un aumento de la motilidad, de la secreción de péptidos y
hormonas, así como del flujo sanguíneo en relación con el ejercicio (27). Es recomendable en sujetos inactivos incorporar un
ejercicio regular.
• Dieta: en el clásico estudio de Burkitt(28) y colaboradores se evidenció que las poblaciones con alto consumo de fibra tenían
un aumento del volumen de las heces, lo que llevó a postular la suplementación en la dieta de 25 a 30 g de fibra por día,
como primera medida en el tratamiento de la constipación funcional. Los resultados de revisiones sistemáticas han
demostrado que esta medida es útil en pacientes con menores ingestas de fibra diaria y en los pacientes con constipación
funcional simple. Sin embargo, en los que presentan inercia colónica o disfunción del piso pélvico, el aumento de la fibra
no mejora e incluso puede empeorar los síntomas (29).
• Tipos de fibra: la fibra natural procede de alimentos de origen vegetal poco procesados como cereales, frutas, verduras y
legumbres. Está formada por compuestos heterogéneos de la pared celular de las plantas, que resisten la digestión y
absorción en el intestino delgado por lo que alcanza el colon, donde por acción bacteriana se digiere en forma parcial o
total.
COMPLICACIONES

• Dolor abdominal.
• Problemas anales: Hemorroides, fisura anal.
• Diverticulosis.

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