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Friedrich
Cloister Cemetery
In the Snow, 1817-19
Una ruina, una montaña, un atardecer o un huracán deben evocar y por tanto reflejar
plásticamente no fenómenos orográficos o climatológicos sino estados de la subjetividad.
La aceptación de esta premisa separa radicalmente a la estética romántica tanto del
realismo como el impresionismo posteriores.
La pintura romántica, al "destruir" la imagen física de la naturaleza, no sólo sienta las bases de
las tendencias pictóricas contemporáneas, sino que expone, en todo su dramatismo, la
enajenación recíproca del hombre y el medio natural; muestra el sentimiento de desamparo
frente a este medio y la impresión de su alejamiento definitivo respecto del hombre.
Apartado de la naturaleza, a la cual intenta dominar intelectualmente, el hombre moderno se
halla sometido a nuevos dioses: la Razón científica, el Estado, la Utopía social.
Obnubilado por aumentar el conocimiento-poder no hace más que reproducir su miseria y
ensanchar el abismo que lo separa de las "cosas divinas".
Herder- Shakespeare
En las letras y en el pensamiento filosófico surgen las primeras manifestaciones donde se
desarrolla el Romanticismo.
Goethe-
Goethe- Torquato Tasso-1790
Las desventuras del joven Werther-1774
Wilhelm HEINSE- Ardinghello- 1789
Wackenroder y Tieck-
Efluvios cordiales de un monje
amante del arte-1773
Athenaeum,
1798-1800
Chateaubriand
El genio del cristianismo
Macpherson - Ossian
Milton – El paraíso perdido- 1667
Strawberry Hill
Junto al orden, a la claridad a la tranquila grandeza que interpretan los neoclásicos, los
románticos descubren la asimetría, la oscuridad, la desbordada convulsión. la belleza
del día y la sublimidad de la noche se alimentan mutuamente, de la tensión entre lo
apolíneo y lo dionisíaco, como lo pensó Nietzsche respecto al origen de la tragedia, surge
la esplendidez del arte griego.
CAMERA SEPOLCRALE
Acquaforte, 39,5 x 28,0 cm.
Piranesi demuestra un
desprecio por las normas
y las medidas que
hubiera resultado
intolerable para los
neoclásicos. Como es
propio de toda mente
romántica no es la
mímesis, sino la
imaginación, el único
conducto cognoscitivo
para acceder a la verdad.
La recreación mágica de
un universo que parece
extenderse
ilimitadamente en el
desequilibro de los
espacios oníricos …
<Carceri d’invenzione>. Y
este es verdaderamente
un elemento definidor Carceri d´invenzione- grabado publicado en 1761
de la actitud del
Romanticismo ante la
Antigüedad
Piranesi busca en los grabados
de las Carceri reflejar el paisaje
interior del hombre moderno.
las leyes de la perspectiva
renacentista, e incluso de la
manierista, son sustituidas por
otras nuevas. El ojo deja de
tener un lugar central y pierde
su percepción
omnicomprensiva. Los
espacios euclídeos dejan de
ser la realidad objetiva. El reino
de la luz se sumerge en el reino
de la sombra y el claroscuro.
Sujeto y objeto luchan entre sí
distanciándose y
confundiéndose.
Ésta nueva concepción
espacial y ésta nueva
concepción iconológica
concede el primado absoluto a Piranesi, Carceri, aguafuerte, 1761
la subjetividad
Piranesi
Veduta interna della Camera sepolcrale nella
Vigna Casali
ca. 1756, aguafuerte, 38 x 50.2 cm
Los grabados de las Carceri sitúan al observador al lado del mundo aparente, sitúa un
mundo más importante, en el que tienen cabida las potencias demoníacas, las ambiguas
criaturas del sueño, en los grabados de las Carceri el espectador se encuentra ante un
mundo en el que las sombras y las piedras se interpenetran. La acumulación caótica de
ruinas y esfigies gigantescas contrastan con los minúsculos grupos de humanos.
El paisaje interior piranesiano es la pesadilla del hombre escindido: fantásticas escaleras sin
principio ni fin, sin objeto aparente, columnas, bóvedas y arcos sostenidas inverosímilmente
, rejas e instrumentos de tormento, un universo en el que la luz se hunde en las tinieblas y
en el que la recta es dominada por la curva. Piranesi escenifica el cruel juego en el que el
hombre moderno, como sombra errante y sin rumbo, se consume en el laberinto de su
propia impotencia.
EL GRAN VIAJE
Antecedentes: El pensamiento estético sobre lo “sublime” y lo “pintoresco”
A mediados del siglo XVIII surge la Estético como una disciplina filosófica abocada a las
reflexiones sobre las experiencias sensibles. La belleza tendrá un lugar muy importante
como categoría central del arte europeo. Pero no será la única, distintas experiencias
de la naturaleza por el hombre moderno no podrán ser comprendidas como bellas.
Surgen dos nuevas categorías: lo “Sublime” y lo “pintoresco”
Edmund Burke escribe su ”Una investigación filosófica sobre el origen de nuestras ideas
de lo sublime y lo bello" en 1756. Allí define el concepto de sublime como categoría
estética distinta a la belleza.
Burke describió lo sublime como un temor controlado que atrae al alma, presente en
cualidades como la inmensidad, el infinito, el vacío, la soledad, el silencio, etc. Calificó
la belleza como “amor sin deseo”, y lo sublime como “asombro sin peligro”. Así, creó
una estética fisiológica, ya que para Burke la belleza provoca amor y lo sublime temor,
que pueden sentirse como reales.
Price describió los placeres derivados de lo pintoresco, que son producidos por fenómenos
como la irregularidad, la variación o la rudeza. Aplicado generalmente a la naturaleza, al
paisaje, es cualquier visión natural que seduce a los sentidos por cualquiera de las cualidades
descritas, por ser irregular, por su variedad o por ser una naturaleza agreste, salvaje. Estos
autores vincularon la percepción de la naturaleza con el sentimiento admirativo y
casi panteísta que de la naturaleza tenían los románticos, para los cuales era fuente de
evocación y estímulo intelectual, elaborando una concepción idealizada de la naturaleza, que
perciben de forma mística, llena de leyendas y recuerdos, como se percibe en su predilección
por las ruinas.
Así pues, se puede definir lo pintoresco como un tipo de representación artística basada en
unas determinadas cualidades como serían la singularidad, irregularidad, extravagancia,
originalidad o la forma graciosa o caprichosa de determinados objetos, paisajes o cosas
susceptibles de ser representadas pictóricamente.
.
Lo pintoresco provoca asociaciones de ideas de índole caprichoso y evocador, produciendo
un sentimiento estético entre la relajada y armoniosa visión de la belleza y la sobrecogedora
grandeza de lo sublime. La estética de lo pintoresco influenció la pintura paisajista, que
mostraría predilección por la naturaleza agreste, por las ruinas, los ambientes nocturnos o
tormentosos, las cascadas, los puentes sobre ríos, cabañas en el bosque, etc. La composición
pintoresca suele tener un plano profundo con contrastes efectistas, mostrando paisajes o
grupos de personas revestidas de un notable interés plástico.
Lo pintoresco será una categoría aplicable al análisis de muchas obras del romanticismo
inglés y, en menor medida, a algunas pinturas alemanas.
Lo sublime en sus distintas variantes es el gran aporte de la estética romántica y como tal
Se puede aplicar a pinturas de los principales países donde estudiaremos el movimiento:
Inglaterra, Alemania y Francia.
LA PINTURA ROMÁNTICA EN INGLATERRA
La precocidad del romanticismo inglés hace que se pueda diferenciar dos fases:
-Prerromanticismo: con Fuseli y Blake como artistas destacados
-Romanticismo: con Turner y Constable como dos propuestas muy diferentes del
romanticismo
Los románticos ingleses del siglo XIX podían recurrir a una tradición realmente densa de
tendencias románticas en el siglo precedente. El jardín inglés era un arsenal de lo
pictórico y del sentimiento; con sus decoraciones exóticas correspondía a la añoranza de
lo lejano. Con los edificios y las ruinas neogóticas asociaba, en muchas ocasiones, los
escenarios de las novelas de terror, cuya tradición del gothic romance llegaría plenamente
al siglo siguiente.
El Ossian, el Paraíso perdido de Milton y Los pensamientos nocturnos de Young; Inglaterra
había producido ejemplares literarios que, con su mitificación y demonización de
materias cristianas, con su sondear en las profundidades anímicas y melancólicas, se
convirtieron en modelos indispensables para todo el Romanticismo europeo.
Shakespeare, al que tenían gran estima muchos románticos, formaba parte de la herencia
nunca cuestionable de Gran Bretaña, la nación que podía presentar al propagador más
importante de lo sublime: Burke. La filosofía inglesa de comienzos de siglo XVIII, con el
llamado sensualismo, abrió camino a la penetración psicológica del arte y la cultura
humana.
Como en ningún otro país en esa época, en Inglaterra se produjo la transición del trabajo
manual a la producción en masa, con la división del trabajo. Pese a que en 1763 Adam
Smith se quejaba de que los trabajadores se embrutecían cada vez más, la revolución
industrial ya no podía detenerse; como consecuencia las ciudades crecieron
enormemente, y en ellas barrios de chabolas y un proletariado que aumentaba a gran
velocidad. Cuanto más se embrutecía en mundo del trabajo y más inhumanas eran las
condiciones de vida, tanto más vehementemente se formaron en la literatura y el arte las
fuerzas que, a la miseria y a lo prosaico, oponían el poder de la fantasía y de la creatividad
individual.
La trayectoria del suizo vino marcada por sus conexiones con el Romanticismo alemán, su
acercamiento a la cultura medieval, tan propia de los pintores del área germánica, y
también por sus estudios de teología: en buena parte de su obra nos queda claro que sus
inclinaciones filosóficas tuvieron un peso equivalente o mayor al de sus pretensiones
estéticas. Muchos lo asocian a William Blake (Füssli se instaló en Londres) como transmisor
de lo sublime en la pintura: allí donde su producción puede resultarnos clásica
observaremos, en un análisis más detenido, que el clasicismo queda en él convertido en
una herencia inasible y monstruosa y sus pinturas de historia o sus ruinas sugieren
irracionalidad, y manierismo sus figuras. Pesadillas y seres más o menos diabólicos son
frecuentes en su obra, en la que lo nórdico conecta con lo mediterráneo.
La literatura atravesó los intereses de este autor desde sus comienzos, desde sus años de
aprendizaje en Zürich. En su obra tomó motivos de la mitología antigua, pero también se
inspiró en el célebre Paraíso perdido de John Milton y en las obras de Shakespeare,
subrayando, como decimos, su carácter más dramático y negro. Sus héroes presentan
cuerpos tan esbeltos que parecen a punto de romperse, luces verdes iluminan a sus
vírgenes; ángeles caídos, hadas y seres espectrales nos sumergen en visiones
fantasmagóricas de las que no podemos despegar los ojos…en un mundo oscuro hacia el
que podemos experimentar temor o sentimiento de pertenencia.
Las obras de Füssli más estrechamente ligadas a Shakespeare triunfaron desde 1780 en
Inglaterra, donde, como decíamos, el artista recaló tras viajar por Italia y pasar varios
años en Roma.
Además de como ”Shakespeare de los lienzos” y en parte por voluntad propia, Füssli fue
apodado en Gran Bretaña -donde moriría- como ”suizo salvaje”, sobre todo tras realizar la
célebre La pesadilla. Se le consideró precursor del Romanticismo más negro, del
llamado Horror gótico, pero también, y esta es la visión que quizá se ha impuesto con
más fuerza, como un cultísimo autor dotado de una imaginación prodigiosa, como un
maestro trasladando lo épico y lo monstruoso de los dramas literarios a las telas.
Pero también hay imágenes más personales, invenciones propias que no proceden de
fuentes literarias definidas pero que representan esos sentimientos hechos carne que el
artista introduce en contextos narrativos de su propia imaginación cuando no lo hace en
relatos ajenos.
Recibió entonces la influencia de Miguel Ángel, al que consideraba el mayor genio del
arte, al igual que Shakespeare lo era en la literatura. Sus figuras pasaron a ser alargadas,
estilizadas, destacándolas sobre el conjunto, sin apenas espacio ni perspectiva, con
horizontes bajos y pronunciados contrastes de luz y sombra. También se inspiró en los
manieristas italianos, como Baccio Bandinelli, Rosso Fiorentino, Parmigianino, Luca
Cambiaso o Battista Franco. De Parmigianino tomó especialmente su sentido estilizado
del erotismo, con figuras de formas curvadas y alargadas, que sería su prototipo femenino
en adelante, por lo general recreando una figura cercana a la femme fatale, altiva y
sensual, con insistencia en la expresividad del rostro, donde destacan unos ojos muy
abiertos.
En cambio, para los desnudos masculinos se solía inspirar en los frescos del Juicio
Final de Luca Signorelli, con figuras musculosas en actitudes tensas y dramáticas, que
usaba generalmente en figuras de carácter violento, como verdugos y gladiadores.
Fussli- Lady Macbeth- óleo-1784
Henry Fuseli, Titania y Bottom -1790
Titania y Botón,
basado en Sueño de una noche
de verano de Shakespeare
Fuseli
Thor golpeando a la serpiente Midgard,
1790.
Describe uno de los mitos más populares en la
mitología germánica, el viaje de pesca de Thor.
Johann Heinrich Füssli, Soledad en el ocaso -1795
William Blake.-Satan exulting over Eve-1795-53 x 40 cm. grafito, tinta y acuarela
W. Blake, Adán y Eva encuentran el cuerpo de Abel, 1826, acuarela,
32x43 cm.
William Blake nació el 28 de noviembre de 1757 en Londres. Como poeta y pintor, grabador e
inventor del grabado en relieve, William Blake poseía un regalo que se convirtió en una carga
para él. Incluso como un niño pequeño, tuvo visiones místicas de Dios y los ángeles.
Sus padres desconfiaban de sus historias y se dieron cuenta de que su hijo era diferente de los
otros niños, por lo que él le enseñó en casa. A la edad de 10 años, William Blake sabía que
quería ser artista. Sin embargo, la escuela de dibujo era demasiado cara y los padres lo
enviaron al grabador James Basire, donde comenzó como aprendiz. Dibujó las trincheras en la
abadía de Westminster. El estilo gótico lo inspiró y fue siempre evidente en sus obras. Después
de completar su aprendizaje, Blake trabajó como grabador independiente.
En 1779, Blake ingresó en la Royal Academy of Arts donde su director, Sir Joshua Reynolds, le
profesó una auténtica aberración. Quería ser un pintor de historia. Pero el presidente de la
Academia desaprobó su trabajo y no lo promovió, por lo que pronto terminó sus estudios. Los
trabajos de Blake son espirituales y están moldeados por sus visiones. Se inspiró en la Biblia y
siempre estuvo en la búsqueda religiosa. Blake también escribió poesía, que también ilustró
después.
No obstante, forjaría una sólida amistad con el escultor e ilustrador John Flaxman. También,
entre sus pocas amistades se encontraba Henry Fuseli. Estos dos artistas mostraron una
notable predilección por los temas de la imaginación en lugar de por el retrato o el paisaje,
que por entonces dominaba el arte inglés. Especialmente, este segundo se acercó al arte que
realizó Blake, ya que también este se sintió inspirado por el poeta inglés John Milton,
realizando unas obras pictóricas marcadas por una visión terrorífica y fantástica.
En 1818, conoce al mecenas, retratista y paisajista John Linnell, que le presentó a un
círculo de jóvenes pintores idealistas que habían mitificado su figura y lo consideraban
el único practicante de un arte espiritual. Parece que conocedor y consciente de la
cercanía de su partida final, los últimos años se dedica con esmero a finalizar dos de
sus obras literarias fundamentales de carácter espiritual “Milton” y “Jerusalén”.
Igualmente, en 1821, comienza a elaborar dos de sus últimos grandes proyectos:
veintidós grabados para ilustrar el “Libro de Job”, publicado en 1826 y unas
ilustraciones para la Divina Comedia, de Dante, quedando incompleto al sorprenderle
la muerte el 12 de agosto de 1827 tras sufrir de ictericia. Sus obras incluyen: "El
Anciano de los Días", "El Dragón Rojo y la Mujer Vestida con el Sol", "El Cuerpo de Abel
Encontrado por Adán y Eva".
William Blake rompe todos los cánones y convencionalismos de la época, intentando hacer
trizas los planteamientos religiosos de la Iglesia Anglicana, así como las posturas políticas más
conservadoras. El objetivo de todo cambio político y religiosos consiste en la búsqueda de un
nuevo mundo basado en la felicidad universal, cósmica y mística. De hecho, participó en un
círculo de políticos radicales, entre los que figuraban William Godwin, Tom Paine y la primera
. feminista Mary Wollstonecraft.
escritora
Igualmente, en sus cuadros y grabados aparecen numerosas figuras de inspiración
cristiana, pero extraídos de sus visiones personales y totalmente alejadas de la habitual
iconografía tradicional, ya que el artista consideraba que arte, religión e imaginación eran
inseparables. Igualmente, muchas de las escenas giraban en torno a leyendas, mitos de la
Antigüedad y otras fuentes de naturaleza moral. El significado de sus escenas es
observado como hermético, oculto y muy difícil de descifrar.
Tuvo una gran predilección por las formas góticas; la fuerza plástica de Miguel Ángel,
caracterizada por la extrema limpieza de su trazo y la fuerza expresiva; y el encendido
esplendor de los colores, que reflejaban la intensidad de sus visiones. Ante todo, rechazó
las escenas difuminadas y borrosas que caracterizaban la obra de Sir Joshua Reynolds.
Constable trabaja siempre en los parajes donde se crio en el condado de Suffolk, sobre
todo en los de la propiedad familiar. Sus cuadros no están exentos de la presencia
humana: segadores, jardineros, labriegos . Pero éstos han sido reducidos a toques de luz
o acentos cromáticos dentro del paisaje.
Constable - Construcción de la barca-1814-15
Constable- Caballo blanco- 1819
Constable - El carro de heno, “Un maravilloso trabajo de atención perceptiva,
1821, óleo, 130 x 185 cm. muestra el trabajo rural como realizado casi perezosa e
inconscientemente”
Constable, Valle de Dedham, 1828, 145 x 122 cm.
Alexander Cozens –
Estudio de Meteorología, s.XVIII
Constable-
Cirros- estudio de nubes-
1821
Constable- Estudio de nubes-
23 de octubre 1821
El personaje en primer término es el obispo de Salisbury , John Fisher con su esposa . El fue
el comitente de la pintura.
La elección de conceder tan amplio espacio a la iglesia no fue casual ya que con ello quiso
ofrecer un homenaje a la espiritualidad del obispo Fisher. De hecho, la pintura representa
simbólicamente la grandiosidad de la iglesia misma, vista como elemento que completa la
obra de Dios . Al mismo tiempo su amor por la naturaleza y el paisaje le lleva a conceder
una gran importancia a la vegetación y a poner en primer término las vacas que abrevan
tranquilas.
Constable incluyó al obispo y a su esposa en el lienzo. Sus figuras pueden verse en la parte
inferior izquierda de la pintura, detrás de una valla y bajo las sombras de los árboles.
Constable reconoció que es el cuadro que le resultó más difícil, pues tuvo que atenerse a
las instrucciones del comitente. Los dos árboles que forman un marco natural para la
iglesia, detrás de ellos e iluminada por el sol, forman una composición artificiosa. Se
pretende así transmitir armonía entre la naturaleza y la obra humana.
Constable- The Leaping-1825
Constable-
Salisbury Cathedral from the Meadows
-1830
Joseph Mallord WilliamTurner, The Fifth Plague of Egypt-óleo-1800
Pero el pintor más sobresaliente es William Turner; sus cuadros descompuestos en color y luz
fueron defendidos apasionadamente contra sus detractores por John Ruskin (1819-1900), el
teórico más importante del Romanticismo inglés, en su libro Modern Painters (1843). Turner,
miembro y profesor de la Royal Academy, se orientó en un primer momento por la pintura
paisajística clásica de Claudio de Lorena y por las reflexiones de Burke sobre lo sublime y lo
bello. En 1802 viaja por primera vez a Europa continental, a Suiza; dos años más tarde, abre
una galería propia y comienza a pintar óleos, acuarelas y dibujos cada vez más
experimentales, hasta el virtuoso refinamiento de su obra tardía. Siguiendo la Teoría de los
colores de Goethe, desarrolló una reproducción revolucionaria de la luz y un colorido que se
intensificaron hasta llegar a estructuras impresionistas e incluso de carácter abstracto, como
muestran sus cuadros de Venecia de los años cuarenta. Turner consideraba la naturaleza
ilimitada como enigma irresoluble, que concibió como destino cósmico en una serie de
escenas paisajísticas míticas. Partiendo de los polos de la luz y la oscuridad, creó una
equivalencia pictórica del devenir y del desvanecerse que- en su efecto visionario- superó en
mucho toda la poetización del paisaje en el Romanticismo.
Elevar y hacer más complejas la significación y las posibilidades narrativas de la pintura
paisajista , y a la vez, una nueva plasticidad artística que transmitiera la intensificada
Experiencia sensorial del flujo de la naturaleza: estos dos impulsos aparentemente
contradictorios se desafían en el arte de Turner.
La ambigüedad de la percepción y la imaginación es abiertamente registrada y
experimentada en sus paisajes, una ambigüedad que simultáneamente hace visible y
oscurece la instrumentación a que el hombre somete el mundo natural
El cuadro de Turner también muestra cómo este empañamiento de la vista, esta animación
del espacio y del tiempo, es el resultado de un modo de percepción facilitado por la fuerza
motriz y propulsora del tren. L a metáfora plástica del medio artístico de Turner crea una
extraña analogía entre naturaleza y máquina.
En el cuadro aparecen, casi de modo pictográfico, algunos elementos que recuerdan el
mundo preindustrial: un bote de remos sobre el río, un labrador a la derecha del puente,
una liebre sobre el puente.
La modernidad romántica del cuadro reside en su contradictoria combinación de en su
contradictoria combinación de progreso y decadencia, que iba a ser el aspecto
representativo del esfuerzo cultural del siglo XIX por historizar la naturaleza y socializar
el paisaje.
ALEMANIA
Friedrich dijo “el pintor no debe pintar únicamente lo que ve ante él, sino lo que ve en él.
Si no ve nada en él, que renuncia a pintar lo que fuera. De lo contrario, sus cuadros se
parecerán a los biombos tras los cuales no sé no podemos encontrar más que la
enfermedad o la muerte”. El propósito de Frederick está claro: el verdadero arte provoca
un ciclo que parte del inconsciente del artista para, traspasando las esferas de la
conciencia, alojarse en el inconsciente del espectador. El arte crea imágenes desde el
sueño y sueño desde las imágenes.
orgánicas acerca de los orígenes del estilo gótico promovidas por Goethe y Hegel, el cuadro
Friedrich traza un paralelismo entre el edificio religioso y la arquitectura natural del
robledal, ambos tipos de monumentos enraizados en el suelo germánico. La tracería
rotoade la ventana gótica también se hace eco de la luna creciente apenas visible arriba en
el cielo. Los restos de fe religiosa se reflejan así en las formas de la naturaleza ofreciendo
consuelo espiritual de los estragos de la decadencia histórica que por demás determinan
en el enajenado humor del cuadro. Este paisaje de entierro tipifica la estética de la
lamentación en Friedrich. Lo que se encierra, y se lamenta, no es solamente el cadáver de
un hermano monje, sino la religión misma y también la esperanza de la nación alemana
redimida. La sepultura del espíritu, sea del alma individual o de la colectiva de la patria,
resuena en toda la naturaleza.
Una parte considerable de la obra de Friedrich
pone de relieve que la mirada del hombre
sobre la naturaleza es siempre contemplación
de la contemplación. En estos cuadros la
estructura iconográfica es común. El
espectador se halla ante dos planos sucesivos:
en primer lugar alguna o algunas figuras
humanas, siempre dándole la espalda,
permanecen estáticas y abstraídas, oteando el
horizonte; luego, la mayor parte de las veces
suspendidos en el gravidez crepuscular,
aparecen las abiertas coordenadas de un
espacio que se aleja hacia la infinitud. La
superposición de ambos planos introduce al
espectador en un mundo cuya realidad se
confunde con la subrealidad del sueño. El
espectador tiende a identificarse con los
absortos contempladores, un estado de
ensoñación se superpone al estado de vigilia.
La contemplación deja de ser meramente física
para convertirse en contemplación abstracta,
es decir, en una contemplación que permite
Caspar David Friedrich_
percibir la imagen integral de la nostalgia
El caminante sobre el mar de nubes
romántica.
(1817–1818)
Caspar_David_Friedrich
Acantilados blancos en Rügen, 1818.
En la Mujer en la ventana de Caspar David
Friedrich (1822) -según se ha interpretado-, el
oscuro interior simboliza la estrechez del
mundo terreno, al que llega la luz a través de la
apertura a lo supraterrenal. La otra orilla del
río que fluye por debajo de la ventana significa
el más allá, en un sentido religioso; mientras
que los mástiles del barco que pueden verse
en la ventana reinterpretan de un modo
cristiano el motivo antiguo del río que separa
el mundo de los infiernos y que cruza Caronte
en su balsa. Al margen de que se hayan
planteado serias objeciones contra esta
interpretación puramente teológica, no se
puede dudar de que aquí se representa el
aislamiento del ser humano frente a la
naturaleza. En el espartano aposento la figura
que aparece de espaldas -la mujer del artista-
parece como si estuviera encerrada. Sólo está
abierto el elemento central de la ventana
inferior; la luz que penetra por él y por el
acristalamiento de la ventana superior resalta
vigorosamente la clara amplitud del cielo y de
Caspar David Friedrich
la naturaleza.
Mujer asomada a la ventana, 1822
En Las estaciones de la vida
Friedrich relaciona el ciclo
biológico de la vida humana con
el ciclo de la fuga-retorno
simbolizado por el buque. Ambos
ciclos son simétricos: por un lado
el grupo humano, al borde de la
casa, acoge, en sus cinco
componentes, el entero
desarrollo generacional, desde la
niñez a la ancianidad; por otro
lado el grupo de los cinco barcos,
en la actitud aparentemente
estática, se corresponde
exactamente con la anterior.
Entre ambos grupos hay una
correspondencia perfecta, pero
Friedrich, Las estaciones (edades) de la vida, 1834, también una perfecta
72 x 94 cm. incompatibilidad, como
demostración de que la fugacidad
del tiempo escapa al control
humano.
Otto RUNGE- Descanso en la huída a Egipto -90 x 129 cm-óleo sobre tela-1806
Philipp Otto Runge, pintor que trabajaba en Hamburgo, proporcionó la fundamentación
teórica más amplia de la nueva pintura, la romántica, y declaró que el paisaje es su objeto
más noble. Para Runge, el paisaje no era sólo la composición en un cuadro en una escena
natural, sino la revelación del sentimiento. Por tanto, el rostro de una persona, o una
escena de figuras, también podían convertirse en un “paisaje de sentimientos”. Por esto,
los colores puros eran para él símbolos de una ilimitada inspiración divina del universo,
que se extiende entre la luz y las tinieblas. Runge desarrolló imágenes alegóricas, cuyo
panteísmo se refleja especialmente en Los momentos del día, concebido en 1802-03. Este
ciclo fundía motivos cristianos y mitológicos, plantas y paisajes en una composición
ornamental, símil de la vida humana. Obviamente, el arte intelectual de Runge,
frecuentemente místico, no creará escuela, a diferencia del simbolismo más sencillo de
Friedrich
runge
Para él Dios se manifiesta, de una forma viva y activa, en cada uno de los rincones del
Universo. Consecuentemente el paisaje es la clave visual en la que se contienen los
elementos religiosos que articulan el mundo. La búsqueda de una paisaje espiritual en el
que se sintetizan todos los valores metafísicos que se hayan dispersión en el mundo
moderno
la recuperación de un mundo divino de la Edad de Oro requiere la integración de todas las
artes en una sola que las reconcilie y trascienda. Más tarde esta idea será llevada lejos en
la idea de la obra de arte total del compositor del siglo XIX Richard Wagner.
Runge de acuerdo con su visión idealista y hermética del mundo, defiende que la
Naturaleza es una maraña de símbolos indescifrados.
La misión del arte es construir una nueva representación simbólica capaz de conectar
con la reinante en la naturaleza , y develar su áureo enigma.
Philipp Otto Runge- Los niños Hunselbeck, óleo sobre lienzo, 1805-1810
En el gran proyecto de Runge, la serie
pictórica Los momentos del día, debía ser
la materialización de la obra de arte total
capaz de descifrar simbólicamente los
signos ocultos de la Edad de Oro y la
nostalgia ilimitada que ella produce en el
artista.
“La mañana es la iluminación infinita del
Universo. El mediodía es la configuración
infinita de las criaturas que pueblan el
Universo. El atardecer es la aniquilación
infinita de la existencia para volver al
origen del Universo. La noche es la infinita
profundidad de conocimiento de la
indestructible existencia de Dios.
CONFRATERNIDAD DE SAN LUCAS- LOS NAZARENOS- VIENA (1809)/ROMA (1810)
Esta obra es
una exaltación
de lo
napoleónico y
con un claro
gusto por el
exotismo
oriental
GERICAULT-
Estudios anatómicos realizados en la morgue-
c.1818
JEAN LOUIS THÉODORE GÉRICAULT- La Balsa de la Medusa,óleo, 417 x 712 cm.
(Museo del Louvre,1818-19)
Finalmente decidió exaltar la moral de los supervivientes de la balsa, los hechos y
acontecimientos comprometedores se sacrifican a los intereses de una depurada condensación
de la humanidad común. Redimidos por el sufrimiento y salvados sus propios y exclusivos
poderes escogió el momento que por primera vez se avisa el barco de rescate, cuando nadie
sabía si ellos habían sido vistos a su vez el grupo se galvaniza en una única acción colectiva a fin
de atraer su atención.
No se puede dejar de reconocer que el cuadro comunicó un asunto como idea más que como
reportaje verosímil.
El cuadro acabado es una combinación de lo tradicional (el ordenamiento de las figuras
desnudas en pirámide centralizada) y lo inesperado (su construcción sobre un mar embravecido
con un montón de víctimas contemporáneas y semi anónimas)
En el Salón de 1822 presentó la obra La barca de Dante y Virgilio, allí representa el paso de
los dos poetas por los pantanos que rodean el quinto círculo del infierno. su elección del
tema apunta a demostrar el cultivo del gusto literario más avanzado de la época por encima
del legado del clasicismo francés. Durante la década de 1820 Delacroix prefirió ilustrar al
Dante, Shakespeare, Byron o Goethe sobre Racine o Voltarire. Por primera vez Delacroix usó
como referencia a la Balsa de la Medusa de su amigo Gericault. Las almas condenadas que
se agarran a la barca. Sobre esa plataforma de cuerpos el artista ha construido una pirámide
compositiva coronada por el gesto del poeta que señala a un distante horizonte. La carencia
de un seguro dominio del dibujo trata de compensarse poniendo el acento en la textura y
multiplicando los efectos llamativos en la superficie. A partir de estas características poco
académicas Delacroix forjaría un idioma pictórico coherente y capaz de organizar las más
complejas estructuras narrativas.
Delacroix- La barca de Dante-1822
Delacroix- Las Matanzas de Quíos , 1824, 417 x 354 cm.
Para el salón de 1924 realiza un cuadro
monumental: Las matanzas de Quíos ,
el tema procede de los recientes
acontecimientos en la guerra de la
independencia griega de los turcos
otomanos.
Se trata de la famosa batalla en la que
participó lord Byron.
La obra funciona como un homenaje a
su reciente mentor fallecido Gericault.
Es una escena atestada de cuerpos
muertos ,sufrientes , contra el nítido
horizonte marino.
El cuadro tiene problemas: el grupo
principal se halla torpemente dispuesto
en el formato vertical. El cuadro carece
de un foco de acción efectiva, las
distintas viñetas derivadas de la
iconografía genéricas de plaga y
desastre no resultan muy
convincentes .
Delacroix- Turco fumando en un diván-1825
Delacroix- La muerte de sardanapalo-1827
Una de sus obras más impresionante es La muerte de Sardanápalo, inspirada en un
relato de Lord Byron, representa la matanza ordenada por un rey oriental de todos sus
sirvientes, las mujeres de su harem y sus caballos cuando se ve rodeado de sus
enemigos. Por lo que atañe a la capacidad del artista para convertir una escena de
muerte atestada de figuras en una declaración coherente, representó, sin embargo, un
gran avance con respecto a La matanza de Quíos de tres años antes. La historia del
último rey asirio que antes de rendirse a sus conquistadores decide suicidarse, es el tema
del famoso poema de 1821 del inglés Lord Byron (quien luchó y murió por la causa
independentista griega), traducido rápidamente y llevado al teatro. Delacroix muestra a
Sardanápalo observando indolentemente la ejecución de sus órdenes de que la
destrucción de sus posesiones y de las mujeres de su harén se haga ante sus ojos.
Compositivamente se representa en lo alto de una pirámide al monarca absoluto que
mira desde su superioridad la ejecución. La obra está atiborrada de incidentes que
atraen la mira, el color de manera harto artificial confunde sangre y fuego y refuerza una
agobiante sensación de claustrofobia.
DELACROIX- Libertad guiando al pueblo.-1830-óleo-260 x 325 cm.
Participante en la revolución del 1830, pinta el cuadro que se ha convertido en el
símbolo de todas las revoluciones decimonónicas, y que junto a alguno de los cuadros
de Goya, podríamos considerar la primera pintura política: La Libertad guiando al
pueblo, representa a la Libertad, alegoría de la Revolución Francesa como una matrona con
el pecho desnudo (la Marianne) conduciendo a los ciudadanos entre las barricadas, esos
personajes que aparecen detrás de ella también tienen un claro sentido simbólico ya que
están aludiendo a los distintos grupos sociales (la burguesía representada en el personaje
de sombrero de copa, acompañado de un obrero a su derecha y a las distintas edades,
destaca sobre el todo el adolescente con un par de pistolas). La composición, muy estudiada
y que debe mucho a la Balsa de Medusa de Gericault, concebida como una pirámide
ascensional, coloca en el vértice el brazo levantado con la bandera de la República en el
momento en que salta por encima de las barricadas. La barricada levantada en el primer
plano es la balsa misma girada noventa grados a la derecha de modo que los cuerpos caigan
sobre le borde posterior. La tirante pirámide de figuras ahora avanza hacia el espectador
más que hacia un distante horizonte como Balsa de la Medusa. Delacroix mantiene una
iluminación propia del romanticismo, con ese gusto por lo tenebroso y los fuertes
contrastes de luz., divisándose al fondo las torres de Notre Dame y el centro de París.
El cuadro fue adquirido por Luis Felipe de Orleáns, el rey que sube al trono después de
esta revolución, aunque decidió no mostrarlo al público por su incendiario mensaje.
DELACROIX- Mujeres de Argelia, 1934-óleo-180 x 229 cm
Delacroix, Cristo en el Mar de Galilea, 1854
En sus últimas obras realizadas en la
Iglesia de san Suplicio, Delacroix
realiza una investigación con el uso de
los contrastes de color.
Delacroix
Lucha entre Jacob y el ángel, fresco de
la iglesia de Saint Sulpice (París), 1861.