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EL HOMBRE QUE

CALCULABA
RESUMEN CAPÍTULOS 11 Y 12
CAPÍTULO 11
Se describe el aula donde Beremis desarrollará su curso de Matemática.
Su alumna, Telassim, hija del sheik Iezid, escucha la clase oculta entre las sombras.
La primera lección consiste en describir la idea de NÚMERO y su importancia en la formulación de todo tipo
de pensamientos.
De la noción de NÚMERO, deriva la noción de MEDIDA y la necesidad de abordar las áreas de Aritmética,
ÁLGEBRA, GEOMETRÍA (CIENCIAS MATEMÁTICAS)
También a través de un relato, que tiene como protagonistas a Moisés y al gran sabio El-Quider, Beremis
explica cómo la Matemática es fundamental para el desarrollo de otras ciencias y artes, como son, PINTURA,
MÚSICA, ESCULTURA, ARQUITECTURA, RETÓRICA, DIALÉCTICA Y FILOSOFÍA.
También describe a través de un relato cómo un monarca llamado Aldebazán, que era un intelectual, lleva a
su reino al progreso y crecimiento material y espiritual a través del desarrollo de la ciencia y las artes; en
contraparte a su sucesor, un príncipe vanidoso de limitadas “dotes intelectuales” que condujo al pueblo al
desorden y la perdición.
CAPÍTULO 12
Beremís observa a un grupo de niños jugar “saltar la cuerda” e inmediatamente se siente
atraído por estudiar el comportamiento de la curva que la cuerda describe la cual es comparada
con la joroba de un dromediario (baq-taque). Relaciona esa curva con la parábola.
Se hace alusión a otras curvas, como son el CÍRCULO, considerado por Pitágoras como la “curva
perfecta”
Beremís e encuentra con Harim, joven a quien ya conocía de antes que le pide le ayude con un
problema matemático sobre la “cuenta de 60 melones”. En la solución de este problema se
explica la problemática de la diferencia inicial de precios. También al haber una cantidad distinta
de lotes de cada tipo de melón, se había llegado a una solución incorrecta con diferencia de 1
denario. Beremís explica el error usando este esquema:
CAPITULO 26
Se da inicio al primer desafío y el primero de los sabios le hace una pregunta al calculista que
dijera 15 referencias o menciones numéricas notables y exactas que estén en el Corán, pero el
hombre que calculaba respondió sin equivocarse 16 referencias. El sabio Mohadebe, confirma
cada una de las referencias dadas por el hombre que calculaba hasta dijo el número de letras del
libro de Alah, y expresó que fue dicho por el calculista sin la menor equivocación.
De esta manera, había alcanzado superar la primera prueba.
CAPITULO 27
En esta oportunidad la segunda prueba quedó a cargo de un sabio historiador, éste le preguntó al
hombre que calculaba “¿Qué celebre geómetra se suicidó al no poder ver el cielo?”. Beremiz ni
titubear ni pensarlo contestó: fue Eratóstenes, matemático originario de Cirenaica, donde estudió en
un comienzo en Alejandría y posteriormente en la escuela de Atenas, donde aprendió las doctrinas de
Platón.
Y continuando su respuesta prosiguió: Eratóstenes fue elegido para dirigir la biblioteca de la
Universidad de Alejandría, puesto que ostentó hasta los últimos días de su vida. Además de tener
inmensurable conocimiento científico y literario, lo que lo hizo sobresalir entre los mayores pensadores
de su tiempo; fue Eratóstenes, poeta, orador, filósofo y deportista consagrado.
Fue Eratóstenes el gran sabio que se suicidó al adquirir una fatal enfermedad que lo dejó ciego y por lo
cual estuvo incapacitado para continuar apreciando el hermoso e infinito firmamento ya que dentro de
su habilidad también está la astronomía.
Con esta maravillosa respuesta, el calculista había alcanzado pasar con éxito la segunda prueba.
CAPITULO 28
El tercer desafío le correspondía a un astrónomo, el cual preguntó ¿es posible extraer en matemática una regla falsa de
una propiedad verdadera? A lo que el calculista, meditándolo un buen rato, respondió: imaginemos que un algebrista
desea determinar la raíz cuadrada de un número de cuatro cifras. Sabiendo que la raíz cuadrada de un número es otro
número que, multiplicado por su mismo, da como resultado el número dado.
Prosiguió: tomemos los números 2025, 3025 y 9801. Iniciemos con el 2025, la raíz cuadrada es 45. De hecho 45 por 45
es 2025. Ahora bien, como se puede verificar, 45 es la suma de 20 + 25, que son parte del número 2025,
descomponiéndolo por medio de un punto 20.25.
Lo mismo seria para el número 3025, cuya raíz cuadrada es 55 y la suma de 30 + 25 es 55, partes del número 30.25.
Al ver estos casos, el confiado algebrista podría crear la siguiente norma: “para calcular la raíz cuadrada de un numero
de cuatro cifras se divide ese número por un punto, en dos grupos de dos cifras, sumándose los grupos formados”. La
suma obtenida será la raíz cuadrado del número dado.
El astrónomo Abulhasan, se mostró maravillado con la respuesta del calculista, y exclamó que nunca había oído sobre
la importancia de la falsa inducción matemática con una explicación tan interesante pero sencilla.
Beremiz había alcanzado también responder maravillosamente a la tercera prueba.
CAPITULO 29
Era el turno del cuarto desafío, la pregunta fue realizada por un filósofo, el cual dio inicio a la prueba
relatando una historia. Un rey, le da 2 dinares a tres sabios y les dio 3 salas y les indicó que con la austera
cantidad otorgada debían llenar los salones. El primer sabio, invirtió los 2 dinares comprando heno y así
lleno todo el salón de heno. El segundo, tomó medio dinario y compró una vela y de esta manera el salón
quedo completamente lleno de luz. El tercer sabio, no gastó el dinero dado sino que tomó una pequeña
cantidad de heno y lo encendió con la vela y así su salón quedo completamente lleno de humo.
La prueba para Beremiz era que contará una historia de una multiplicación con un solo factor. Luego de
pensarlo muy bien por un largo rato, que solo existía una multiplicación con un solo factor y fue la
multiplicación de los panes realizada por Jesús. En esa multiplicación exclamó solo figura un factor: el
poder milagroso de la voluntad de Dios.
El quinto sabio se levantó de su silla y le solicitó al calculista que narrará una historia de una división de 3
por 3 y una de 3 por 2 pero que den resultados exactos. Beremiz se quedó pensativo, era necesario tener
la memoria para recordar, una historia que encerrase dos divisiones numéricas. Después de algún
momento de incansable rememorar el calculista inicia su narración.
CAPITULO 30
Beremiz, el hombre que calculaba narra la siguiente historia, se trata de un tigre, un león y un
chacal, los tres se encontraban con hambre y ascendieron por una montaña desde donde podría
observar todo a su alrededor, entonces visualizaron a la distancia una oveja, un cerdo y un
conejo. El león le dice al tigre ya que el poseía una gran inteligencia que dividiera los tres
animales de manera justa para cada uno
El tigre le explica que como es el rey de la selva se quedaría con la oveja, el tigre se quedaría con
el cerdo y el chacal le tocaría el conejo. El león enfurecido mata al tigre. Luego se aproximó al
chacal y le comenta que como él es más inteligente que él realice la partición justa entre los 2. El
chacal contestó que él se merecía los tres animales y se comería lo que sobrará de lo que dejase
el león. Satisfecho con esta respuesta aceptó pero a la semana siguiente se comió al chacal,
todos quedaron maravillados con la historia.
Con esto ha logrado superar con éxito al quinto sabio.
CAPTULO 31
El sexto sabio se levantó y narró la siguiente fabula. Una hermosa princesa tenía tres
pretendientes y debía elegir el más inteligente de los tres. Les realizó varias pruebas y los tres
aprobaron todas, de manera que para desempatar hizo una última prueba, la cual constaba de 5
discos, 3 discos de color blanco y 2 de color negro, colocados sobre la espalda de cada uno.
El tercer pretendiente logró adivinar el color del disco que tenía en la espalda y logró casarse
con la princesa.
El hombre que calculaba dijo la respuesta correctamente por sexta vez consecutiva y alcanzó
pasar al último sabio.
CAPITULO 32
El ultimo y séptimo sabio pregunta al hombre que calculaba, el simbolismo del número
cuarenta, que iniciará con Ali Baba. Beremiz respondió de la siguiente manera: el numero
cuarenta se consigue en todos lados, es conocido que con los números 1, 3, 9 y 27 se puede
obtener todos los números que van desde el 1 al 40 y señaló que el cuarenta se consigue hasta
en los más importantes libros de los judíos, como en el diluvio que tuvo una duración de 40 días
y 40 noches, 40 años les tomo a los judíos encontrar la tierra prometida, además Jesús estuvo
40 días en el desierto.
Culminando afirmando que, cree haber logrado explicar de manera suficiente la significación
simbólica del numero cuarenta con una de las leyendas más famosa del inmenso tesoro literario.
CAPITULO 33
El sultán le dice al hombre que calculaba que se ha hecho merecedor de un premio y lo hace
decidir qué es lo que quiere de premio entre las joyas, o algún palacio, o ser visir o ser
gobernador, no obstante, el calculista solo solicita poder casarse con Telassim. Así que el poeta
Lezid le pregunta a su hija y ésta acepta. Sin embargo, para poder llevar a cabo el sagrado
matrimonio debería hacer una última prueba.
Beremiz debía adivinar el color de ojos de 5 sirvientas solo con observar el color de sus ojos.
Dos de las sirvientas tenían ojos negros y estaban diciendo la verdad, mientras que 3 de ellas
tenían los ojos color azul ellas estaban mintiendo. Solo tenían la oportunidad de hacer 3
preguntas y el desafío era descubrir el color de ojos de cada una de las sirvientas sin equivocarse
ninguna vez.
El hombre que calculaba logra pasar la prueba y finalmente casarse con Telassim, su estudiante
de matemáticas.
CAPITULO 34
La ciudad de Bagdad fue sacudida por un ataque e invasión de los mongoles, el poeta Lezid y el
califa murieron defendiendo a su patria, pero en el caso de los amigos el bagdadí y Beremiz con
su amada esposa Telassim logran huir a Constantinopla. La hija de Lezid, Telassim era cristiana y
convenció de convertirse al cristianismo al calculista y de esta manera lo que mucho le estaba
costando al maravilloso calculista conseguir la felicidad la logro obtener sin muchos números y
así fue como termina la impresionante historia de nuestro hombre que calculaba, Beremiz.

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