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EL

HOMBR
Capítulo I

E QUE
Esta historia comienza con el narrador en el desierto Badali viajando en su camello de regreso hacia Bagdad, de pronto ve un viajero
solitario sentado en una piedra, este viajero repetía cantidades dos millones novecientos diez y nueve mil, dos millones novecientos
veinte mil, etc.

CALCUL
Luego de verlo durante un rato el narrador se le acerca para preguntarle qué significaban aquellas cantidades. Así entra en la historia
el protagonista, a quien no le gustó mucho haber sufrido esa interrupción. Pero tomando en cuenta que había sido cortés, decide
dirigirse a él y narrarle su historia.

ABA
Capítulo II

Así conocemos a nuestro protagonista Beremiz Samir quien se presenta al viajero y le cuenta que provenía de la ciudad de Khoy,
donde trabajaba como pastor y día a día se angustiaba con la idea de no perder a las ovejas de su patrón, por lo que aprendió a
contarlas en un solo instante. Al paso del tiempo hacia esto con las aves, con las hormigas y las abejas que se encontraban volando
en un panal al mismo tiempo.

Debido a esta habilidad su patrón decide enviarlo a trabajar a la plantación de dátiles para controlar su venta. Ya teniendo diez años
trabajando en las plantaciones el patrono decide darle en reconocimiento y agradecimiento por su trabajo unos meses de descanso.
Por lo que se encuentra viajando hacia Bagdad para visitar a unos familiares y hacer un poco de turismo.

En el camino cuenta las hojas de las palmeras para no perder la habilidad, los pétalos de las flores y las aves que van pasando. Y le
explica al viajero un breve ejemplo que lo deja boquiabierto ya que es increíble que un hombre pueda contar de aquella manera con
tan solo 26 años. Malba le explica a Beremiz que una habilidad como esta es realmente algo valioso y que puede conseguir un
empleo en una ciudad grande como Bagdad. Terminan la plática y continúan el viaje juntos.

Capítulo III

Pocas horas después se consiguen a tres caballeros discutiendo un conflicto junto a una posada, estaban junto a un grupo de
camellos. Beremiz les pregunta ¿Qué ocurre? Y el mayor de ellos le contesta: somos tres hermanos y recibimos como herencia estos
35 camellos. Según el último deseo de mi padre yo por ser el mayor debo recibir la mitad, mi hermano Hammet 1/3 y el Jarim el
menor debe recibir una 1/9.

Pero cómo vamos a resolver este problema si a cada propuesta de uno de los otros dos hay una protesta. Si las divisiones no son
exactas ¿qué vamos a hacer?. Beremiz les contesta: es muy simple, los voy ayudar para poder resolver este problema
equitativamente. Si me permiten agregar un camello a sus 35. Malba se inquieta porque no se podían quedar sin camello. Lo
interrumpe, pero Beremiz lo tranquiliza diciéndole que él se encargará de esto.

Añaden el camello a los 35 para que sumen 36 le explica cómo distribuir los camellos cumpliendo la voluntad de su padre: al primer
hermano cede 17.5 camellos por ser la mitad de 35, ahora le tocan 18 camellos. Al segundo hermano que le tocaban 11.66 que es
1/3 de 35 le dan 12 camellos. Al tercer hermano con 1/9 de 35 eran 3.88 ahora recibe 4 camellos. Con esta solución todos salen
ganando y sobran dos camellos de la cuenta. Beremiz le pide que le devuelvan el camello de Malba, y le den el otro por haberlos
ayudado a resolver el problema.

Capítulo IV

Tres días más tarde se encuentran en el camino a un hombre herido de nombre Salem Nasair. Este era el jefe de una caravana, que
fue atacada por nómadas, quienes asesinaron a todos menos a él porque logró esconderse en medio de los cadáveres de sus
hombres.

Con mucha hambre el nombre le pregunta si tienen algo de comer, Malba tiene 3 panes y Beremiz 5, el hombre le ofrece que le
puede pagar con 8 monedas por cada pan que coma, al día siguiente terminan de llegar a la ciudad de Bagdad, donde lo recibe un
Visir del gobierno quien es el que le va a hacer el pago ofrecido a los hombres.
Este le pretende pagar 5 monedas a Beremiz y 3 monedas a Malba, Beremiz le dice si yo di 5 panes debo recibir 7 monedas y el
solamente 1. Durante el viaje cuando tenían hambre cogían un pan y lo dividían en 3 partes una para cada uno. Como tenían 8
panes cada uno tomo 8 pedazos, por este motivo yo que tenía 5 panes tenía un total de 15 trozos, de estos trozos me comí 8 y di 7
trozos.

El que tenía 3 panes tenía 9 trozos de los que comió 8 y solo dio uno. Por esta razón a mí me deben dar 7 monedas y solo una para
Malba. Beremiz reflexionó y dijo, aunque matemáticamente esta división es exacta, pero a los ojos de Dios no es perfecta por lo que
tomo 3 monedas de oro y se las dio a Malba para tener la mitad de la recompensa cada uno. El Visir sorprendido con la habilidad
para calcular, pero sobre todo por su generosidad lo contrató como su secretario.

Capítulo V

Se marchan en búsqueda de una posada y consiguen una que tenía por nombre el “Ánade Dorado”, donde lograron vender sus
camellos a un chamir, el dueño de la posada al enterarse que Beremiz era calculista le pidió ayuda para resolver un problema que
tuvo con un joyero.

Ofreció pagar por el hospedaje 20 dinares si lograba vender las joyas en 100 dinares. Pagando 35 monedas si las vendía en 200. El
joyero terminó vendiéndolas a 140. Viendo la discusión Bereniz hace una interrupción a la exposición que hacía el posadero y el
joyero sobre los razonamientos que decía acerca de pagar.

Hizo la comparación entre los precios de la venta que habían mencionado y los precios del hospedaje. Elegantemente como es su
estilo Beremiz le hizo el cálculo aplicando una regla de tres. Para que ambos entendieran que estaban equivocados y que el valor
que tiene que pagar el joyero es de 26 dinares. Salim el dueño de la posada estaba muy agradecido y le regaló al calculador un
anillo.

Capítulo VI

Beremíz, acompañado por su amigo Malba, llegó al palacio del visir Ibraim Maluf, al entrar a éste, el hombre que calculaba se quedó
abismado con los detalles del lugar. Se vieron con el visir y su acompañante, el poeta de nombre Lezid, ambos pusieron a prueba al
calculista. Lo llevan hacia una ventana que da al patio.

Le dicen que cuente los camellos que hay en el patio. Después de unos segundos Beremiz le responde que contó 257 camellos, y el
resultado era correcto, todos se preguntaron cómo lo hizo. El respondió que contó las extremidades y las orejas de los camellos
llegando a un total de 1541 y al dividirlo entre 6 da 257, el calculista preguntó la edad de la novia y como ella tenía 16 años le
recomienda que le obsequie 256 camellos. Ya que este número es el cuadrado de 16 que es la edad de la novia, al visir le gustó la
idea y se felicitó a sí mismo por haberlo contratado para ser su secretario.

Capítulo VII

Días más tarde ven llegar unas caravanas, Beremiz al ver un turbante azul que tenía en venta un sirio y tenía un costo de 4 dinares,
pero el letrero de la tienda que decía los cuatro cuatros. El calculador le dice al dueño del local que si él sabe que utilizando los
cuatro cuatros puede sacar los números del 0 al 10 sin utilizar otros números. Después de descifrar este acertijo, queda asombrado
el vendedor quien le plantea otro problema y le dice que si lo resuelve se gana el turbante.

Le plantea así un caso en el que le presta a dos personas la misma cantidad de dinero: Le cuenta que el primero le abonó primero
20, luego 15, luego 15 y luego 5 dracmas, este completó el monto de 50 dracmas y este monto es igual al de su deuda. El segundo
hombre abonó 50 dracmas y no coincidía, el calculador dijo que la cuenta acumulada podía salir de 75, 80, 99, 100, 260, 800, o más
y que nada tenía que ver, el comerciante luego le regaló el turbante y se retiraron.

Capítulo VIII

En el camino estos dos amigos, el calculista y Malba, van conversando sobre la geometría, el primero le explica que la podemos ver
en todas partes. No obstante, no lo hacemos, hay geometría en las mariposas, en las aves, en todos lados. Tenemos que tener ojos
para verla, alma para admirarla. Dios es el gran geómetra. Llegan a una posada nombrada Las Siete Penas. El dueño de la posada
conocía a Beremiz al verlo llegar le plantea uno de los problemas más curiosos.

A tres amigos le dieron como pago una partida de vino. En 21 vasijas iguales distribuidas de la siguiente manera: 7 llenas, 7 medio
llenas y 7 vacías. Necesitan repartirlas en partes iguales. Beremiz contesta que sí se puede hacer con cálculos muy sencillos, explica
la solución y el dueño de la posada salta de alegría, ¡por Allah, eres prodigioso calculador!
Capítulo IX

El poeta Lezid va a visitar en la posada al calculador, para pedirle ayuda para su hija. Le pide que le enseñe matemáticas ya que si
no lo hace según el pronóstico de un adivino le pasarían todo tipo de cosas malas a menos que aprendiese matemáticas antes de
cumplir los 18 años. El gran Beremiz le fue enseñando el camino de los números, las operaciones y todo lo que tenga que ver con la
ciencia de las matemáticas.

Capítulo X

Salieron de la posada los amigos para ir al palacio del poeta donde vive la joven a la que va instruir Beremiz. Donde lo recibe el primo
de Lezid llamado Hadj Tara Tir, personaje que no fue muy amable ya que sentía desconfianza del calculador. Poniéndolo a prueba
para demostrar que es un farsante le pide contar la cantidad de pájaros que hay en la jaula del jardín.

El calculador ni se inmutó, quedó en silencio por unos segundos y solicitó que soltasen tres de las aves. Luego contestó hay
cuatrocientos noventa y seis aves. El retador ve este acierto como una casualidad de Beremiz, preguntando por qué hay esta
cantidad de aves. El calculador finaliza comentando que en el momento que se libera un ave se ponen en práctica tres actos de
caridad. El poeta al quedar maravillado con la explicación toma la decisión de soltar todas las aves.

Capítulo XI

Beremiz empezó las lecciones con la joven Telassim. Comienza enseñándole que los números gobiernan el mundo, que Dios es un
matemático y que su número es la unidad. Lo que llamamos matemáticas no es más que la noción de los números que es la medida
a comparar. Si estudia los números, sus propiedades y comparaciones le llamamos Aritmética.

La Geometría la encontramos en todos lados, son los valores en que se miden los cuerpos materiales y símbolos. Acota que las
matemáticas también están a cargo de estudiar las leyes que rigen el movimiento y la fuerza, esta ciencia es llamada mecánica.
Todas estas ciencias tienen una relación y se ayudan entre sí. De esta forma concluye la primera lección de la joven.

Capítulo XII

Al salir con el Bagdalí, se encontraron con Harim, recuerdan los hermanos de la herencia en el desierto de los camellos y que él
solucionó, lo saludaron y el hombre le dijo a Beremiz que ahora tenía un problema con 60 melones.

En ese momento lo llevó hasta una casita donde su otro hermano (Hamed) y el problema se da en que ambos hermanos le dieron a
un vendedor para que vendiera dos partidas de melones cada una de 30. siendo que los hermanos cada uno le dijo un precio
diferente para comenzar el conflicto. Al final de la venta debía tener 25 denarios, pero sólo ganó 24.

Beremiz les indica que la pérdida viene en los melones de Harim que puso a vender en 3 por un denario: Se debieron terminar
primero, que los segundos se venderían a menos precio y que allí es donde nace la pérdida y esta vez el hombre pidió al sabio
resolver un problema de cuenta de 60 melones así después de analizar el problema Beremiz resolvió una vez más el problema tanto
de la naturaleza como cuestiones de números.

Capítulo XIII

Unos días más tarde le informan a Beremiz que desea conocerlo abul-aabas. Esta era una invitación muy grata para cualquier
musulman. Quien se deslumbra al llegar al palacio del emir. Antes de hablar de otros temas el Califa solicita una evidencia de todas
las proezas que ha escuchado del calculista.

El hombre que calculaba hace su intervención diciéndole a la audiencia esta frase: “Solo es útil el conocimiento que nos hace
mejores” y para que entendieran que las matemáticas están en todas partes les ofreció una muestra. Tomó el 220 y el 284 y les
explicó la relación que existe entre los números y las letras.

Al descomponer el 220 la suma de los divisores de esta cifra suma 284. Si sumamos los divisores de 284 suman 220. La suma de
estas dos cifras da 504 que es la cantidad de palabras que usaron para escribir el poema en el palacio. Agregó que estas forman 32
leyendas y que si se duplican da 64 ya que ese es un número perfecto y que no solo eran simples coincidencias, sino que eran
enseñanzas del profeta Mahoma.

Capítulo XIV

Poco después que el rey pidió buscar al poeta que hizo los poemas en sus paredes, se hicieron presentes unos 5 músicos para
deleitar a los invitados con algunas composiciones, encima de una tarima circular con los músicos están unas bailarinas, para el
asombro de muchos son gemelas Iclinia y Tabessan.
El rey dijo a Beremiz que pocas personas, por no decir nadie, puede diferenciar a una de otra, el calculador dijo que casi nadie las
diferencia. Por la hechura de su traje, el rey le contesta que les mando a hacer vestuarios completamente iguales. Beremiz le
responde que no tan iguales ya que el traje de una tenía 312 franjas en el borde y el otro tenía solamente 309. El rey manda a parar
el baile para contar las franjas teniendo razón una vez más Beremiz, el rey asombrado felicitó a Beremiz.

Entre las personas presentes se haya Nahun un hombre malo y quiso ridiculizar a Beremiz diciendo que las matemáticas eran un
desperdicio si solo servían para contar cosas o seres, Beremiz se defendió diciendo que las matemáticas solo se habían creado para
entender el universo. Dijo que él aplicaba fórmulas para lograr saber cosas que deseaba saber, y dijo para concluir “Sin los sueños y
las fantasías, la ciencia se empequeñecería; sería una ciencia muerta”, al escuchar esto el rey se acercó a Beremiz y le estrecho la
mano, Nahun se retiró.

Capítulo XV

El Califa que mando a buscar el calígrafo, pero no obtuvo respuesta de donde estaba. Le indicaron que se había ido con unos
vendedores y no había regresado, mandó ir hasta su casa. La casa del hombre se mostraba pobre y abandonada, solo poseía un
cuadro en la pared con algunos números y un tablero de ajedrez en una mesa.

El Sultán pide a Beremiz que revise las cosas que hallaron en casa del calígrafo, este le informó que el cuadro con varios números
era un “Cuadro Mágico” porque tenía una serie de números en hileras y columnas, entonces esos números al sumarlos daba como
resultado 15 y así fuera en el orden Vertical, Horizontal o diagonal. Que este resultado se conoce como constante.

Capítulo XVI

Luego de dar la explicación del cuadro el Califa le solicita a Beremiz que narre la historia del ajedrez. Este tablero, como lo ven está
dividido en 64 pequeños cuadrados unos negros y los otros blancos, que se usan en el interesante juego que un hindú de nombre
Lahur Sessa ingenió varios siglos atrás para entretener a un rey de la India que estaba de luto. Por la muerte de su hijo se
encontraba sumido en la tristeza el rey.

El hallazgo del juego de ajedrez se encuentra ligado a una leyenda que envuelve cálculos, números y notables enseñanzas. Para
abrirle también el corazón al rey. Luego de que el joven explicara cómo se juega en el tablero quedó atónito al darse cuenta que se
trataba de una batalla y que era la Reina la que tenía el poder. Sessa le hace saber que la Reina es la representación del pueblo y
que para la victoria se necesita el sacrificio de alguien. El rey quiso recompensar al joven a lo cual se negó, pero para no despreciarlo
le dijo que le podía dar granos de trigo.

Un grano de trigo por la primera casilla del juego e ir así, doblando sucesivamente hasta la sexagésima y última casilla del tablero. Al
llamar a los sabios de la corte para que calcularan la cantidad de granos de trigo que le correspondía al joven hindú, estos se dirigen
al rey para indicarle que esa cifra es inimaginable a la mente humana.

El Califa AlMotasen quedó admirado con el relato de esta historia y ordenó que le diesen a Beremiz un manto de honor y 100 sequíes
de oro. “Dios habla al mundo por mano de los generosos”. A todos causó gran alegría el acto de grandeza de alma del soberano de
Bagdad.

Capítulo XVII

La fama del calculista comenzó a crecer. Todos los días se veía obligado el calculista a atender decenas de consultas, que buscaban
a Beremiz para que resolviera diversos problemas a los que se enfrentaban. Entre estas personas llegó uno a la posada donde se
encontraban Beremiz y Malba. Este hombre se llamaba Aziz y estaba muy molesto porque sospechaba que su socio lo engañaba.

Beremiz lo escuchó y luego le aclaro que las cosas no eran como él las estaba viendo. En recompensa con Beremiz por haberlo
hecho caer en cuenta que estaba errado con lo que pensaba de su socio, Aziz lo invita a un café.

Una vez en el café se encuentran con que estaba el Scheick El-Medah, narrando historias, al ver a Beremiz le dirige la siguiente
historia planteando un problema. sobre tres hijas que se dieron la tarea de vender unas 90 manzanas, la mayor logró vender 50, la
mediana 30 y la más pequeña 10, las tres tenían que lograr el mismo provecho de la venta.

Dejando la interrogante para Beremiz, este responde que la hija mayor vendió 7 manzanas por un dinar para lograr una venta de 49
manzanas. La mediana 28 manzanas por 4 dinares y la más pequeña vendió 7 manzanas por un dinar. Luego las manzanas que le
sobraron las vendieron en precios diferentes la mayor pone en 3 dinares las manzanas que le quedaron, la mediana en 6 dianares y
la más chica en 9 dinares 3 manzanas, así cada una obtuvo 10 dinares. Todos quedaron sorprendidos y al momento de Bremiz salir
lo alumbraron en símbolo de respeto.
Capítulo XVIII

Un egipcio trae una carta de parte del poeta Lezid, para invitarlos a una reunión quería que unos amigos suyos entre ellos un
extranjero conocieran a Beremiz. Luego empezaron a contar historias sobre las matemáticas de los hindúes y el calculador dijo 9 o
10 siglos antes del Mahoma, vivió en la India un braman ilustre que se llamaba Apastamba. Con el objetivo de informar a los
sacerdotes sobre los procedimientos para construir altares y orientar los templos.

Explicando en una caja de arena El teorema de Pitágoras, están citados en las matemáticas que puede demostrarse de muchas
maneras. Un astrólogo que se encontraba con la príncipe lanza una interrogante: Sí la geometría fue descubierta por un sabio que
conocía los secretos de los astros.

Beremiz contestó que Bhaskhara tenía una hija que llamó Lilavati después de que consultó a los astros que le mostraron que siempre
iba a ser soltera, buscó la forma de que su hija pudiera casarse siguiendo las instrucciones de un astrólogo.

A Lilavati se le calculó con un cilindro dentro de un vaso lleno de agua el momento para casarse, ella por curiosidad echó un vistazo y
una perla cayó en el vaso y el cilindro no se llenó y no hubo boda.

Capítulo XIX

Todos quedaron maravillados con las narraciones de Beremiz. No obstante, el príncipe y los presentes en la reunión querían que les
contara una historia sobre tres marineros, pero el calculista no se la sabía. El príncipe Clazir narró el problema que era parte del libro
de Lilavati y que hasta ese momento seguía sin respuesta. Un barco que volvía de Serendib, quedó atrapado en una tormenta.
Gracias a tres valientes marineros lograron salir airosos de la tempestad.

El capitán del barco en agradecimiento le dio unas monedas que sumaban más de 200, pero menos de 300. Esta recompensa fue
guardada en una caja. Ya entrada la noche uno de los marineros se levantó, reviso la caja y trato de dividir en partes iguales las
monedas para ver cuántas le tocaban a cada uno. Dándose cuenta que la división era inexacta y decidió tirar la moneda que
sobraba.

El segundo marinero se levantó también a contar las monedas las dividió en tres partes y se dio cuenta que sobraba una, tomó su
parte y la moneda sobrante la tiró al mar. Por último, el tercer marinero hizo la misma operación que los otros dos. Al amanecer
quedaba un puñado de monedas en la caja, las mandaron a repartir entre los tres héroes y como sobraba una la persona que
repartía la tomó. Las interrogantes de esta historia son ¿Cuántas monedas había en la caja? y ¿Cuántas le tocó a cada marinero?

La respuesta de Beremiz fue casi instantánea el comienzo había 241 monedas, el primer marinero tomo 103, el segundo 76 y el
tercero 58 la suma de estas tres cifras da 237. A esto le sumamos las 3 monedas que tiraron al mar y la que tomó el repartidor da
241 exactos.

Conclusión

Aunque pensemos que las matemáticas son inútiles, con este libro nos damos cuenta de que en realidad que las utilizamos a diario.
Además, si sabemos cómo utilizar las matemáticas en nuestra vida podemos ganar mucho. Por ejemplo, en el capítulo 16 se burlaron
porque el joven pidió de recompensa granos de trigo. Sin darse cuenta que con la cantidad que iba a ganar le alcanzaba para darse
lujos y comprar palacios.

No necesitamos ser el mejor calculador o geómetra sobre la tierra, basta con practicar y adiestrar nuestra mente en la resolución de
problemas comenzando por los menos complejos. Cosas de la vida diaria, en este libro hay muchísimas historias, unas más
complejas que otras, pero todas coinciden con ser de la vida cotidiana.

Opinión personal

La obra “El hombre que calculaba” del Malba Tahan me pareció sumamente interesante y constructivo, porque plantea principios
matemáticos de una forma claro y con ejemplos específicos que te hacen comprender muy bien lo que quiere explicar y sobre todo
que nos dejan asombrado como este personaje puede resolver todo con el simple hecho de saber matemática para todo le encuentra
una solución y da una lógica.

En cada uno de los relatos, Beremiz demuestra su dominio sobre los números, pero esa sabiduría va acompañada por una reflexión
que siempre tiene una razón ética que hace desaparecer el problema y el desacuerdo entre los hombres, que muchas veces se
deben a cuestiones insignificantes.

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