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Arte Gótico

Arquitectura gótica
Introducción

• Se llama “Gótico” al ciclo artístico que, como evolución del románico, se


desarrolla en la Europa occidental a partir del siglo XII, y que perdura hasta el
XVI.
• Se la dio este nombre porque, en sus comienzos, al compararlo con el
románico, se le considero como arte bárbaro o “godo”, nombre de uno de los
pueblos invasores del Imperio romano.
• Otra denominación, mucho menos usada, es la de estilo ojival por el uso que
hizo de la “ojiva” o arco apuntado como elemento arquitectónico.
• Las primeras experiencias y manifestaciones del estilo tuvieron lugar, durante
el siglo XII, en un paraje francés conocido como Isla de Francia. De ahí
irradia y se extiende por toda Europa occidental: Italia, España, Países Bajos,
Alemania e Inglaterra, llegando incluso hasta Escandinavia.
• Durante los siglos XIII y XIV sus formas toman carácter (predominando la
línea vertical) y cristalizan en un estilo inconfundible.
• Sin embargo, su larga duración hace que en él se den cambios muy
importantes y una evolución de notables diferencias entre una obra del siglo
XII y otra del XV.
Secciones de arcos góticos
A, B, C y D: arcos apuntados.
E: conopial.
F: carpanel.
Catedral de Reims, interior.
Estrasburgo. Fachada Catedral. Viena. Vista de la Catedral de San Esteban.
• En el siglo XV, por ejemplo, se producen cambios fundamentales. En Italia y
los Países Bajos surge un carácter nuevo con rasgos manifiestamente ajenos a
las notas góticas tradicionales, como la cúpula lombarda de algunas catedrales
italianas, elemento extraño que contrasta poderosamente con las líneas del
gótico.
• El arte gótico viene a ser la evolución natural del románico en busca de
resolver los problemas constructivos que presentaban el abovedamiento y la
iluminación de los templos.
• En este sentido, el arte gótico introduce dos novedades al mismo tiempo: una
de índole técnica y otra de carácter estético.
• Novedad técnica:
• La bóveda con nervaduras. A diferencia del románico que lo distribuía –el
peso- por igual sobre los muros, la bóveda de crucería permite concentrar el
empuje por ella ejercido en sólo cuatro puntos del edificio. Por otra parte, la
bóveda gótica se complementa con un sistema de contrafuertes, arbotantes y
pináculos a los que se trasladan los empujes.
• Novedad estética:
• Al quedar libres de su misión de sostén, los muros disminuyen de espesor y
ganan considerablemente en altura. Esto permite aumentar el número y
tamaño de los ventanales -cosa imposible en el románico-, hasta convertir la
Iglesia en una vidriera casi continua. De ahí que al gótico se le conozca como
la arquitectura de la luz.
Esquema de una bóveda de crucería: Esquema de una bóveda sexpartita.
AC, BD: arcos cruceros.
AD, BC: arcos fajones.
AB, DC: arcos formeros.
Diferentes tipos de bóvedas:
1 y 2: de nervios.
3: de terceletes.
4, 5 y 6: estrelladas.
• El estilo gótico aparece en la Baja Edad Media. Coincide con la formación de
la clase burguesa, el desarrollo del comercio y el auge industrial.

• Por eso el gótico deja de ser simplemente religioso y monacal, como el


románico, y se convierte en un arte civil y burgués.

• Esto explica el que, a pesar de ser la catedral su expresión más genuina y


lograda, construya también palacios, lujosas casas consistoriales, lonjas,
hospitales y atrevidas torres-campanarios.

• En todas sus manifestaciones, la armonía y el equilibrio de los elementos


constructivos comunican al estilo ese ansia de alturas y divinidad, tan propio
de él.

• Hay una analogía entre la filosofía escolástica -que surge en los monasterios
medievales- y las formas estructurales del gótico: Fe (espacio interior) y
razón (estructura exterior).

• Mientras el exterior de la iglesia paleocristiana era una envolvente continua, y


la iglesia románica había conservado el carácter de fortaleza (aunque sugiere
la vertical –con torres y ascenciones de las naves-), la iglesia gótica se vuelve
un hito vertical, transparente e interactúa con el ambiente.
Notre-Dame de París. Planta y vista interior.
Notre-Dame de París. Fachada frontal y
Vista exterior desde el Sena.
Paisaje y asentamiento
• A partir del siglo XI se produjo un proceso general de urbanización en Europa
occidental y central, debido a un fuerte incremento demográfico. Antiguos
centros que databan de la época romana recobran su vitalidad: pequeñas aldeas
se convirtieron en verdaderas ciudades y surgieron centros nuevos. Algunos de
ellos alcanzaron la importancia de centros regionales, debido a la interacción
de factores culturales (religiosos) y económicos. Este proceso nació al norte de
Italia (Lombardía y Toscana), de allí pasó a Provenza y al norte de Francia y a
Flandes, donde se hallaba una concentración densa de ciudades medievales.
Fue precisamente en esta región –Isla de Francia- donde nació el estilo gótico.
• Planta cuatripartita con concepto cristiano de interioridad, daba como
resultado un ambiente urbano estructurado e íntimo.
• En general, eran amuralladas, poseían una gran densidad y estaban íntima y
funcionalmente diferenciadas. Así, la ciudad se convirtió en un lugar donde
podía desarrollarse una auténtica vida comunal. En otras palabras, la
fraternidad del monasterio se extendió a una unidad social más vasta.
• Entre caparazón y núcleo estaban las viviendas, que representaban un carácter
intermedio. En el centro (cosmos organizado), cerca del cruce principal,
estaban el mercado, la iglesia y el ayuntamiento. En muchos núcleos urbanos
el ayuntamiento “equilibraba” a la iglesia, como expresión de la libertad de los
burgueses.
Nuevos asentamientos en Europa central
en la edad media.
San Germiniano (Italia).

Aigues-Mortes . Vista aérea.


Carcasona, Francia. Con las ciudades góticas, la muralla, más que un medio de protección –que lo era-
pasa a ser el símbolo de la “civitas”, una zona regida por la ley, el orden y la seguridad.
Catedral de Ulm (Alemania), vista desde el Danubio .
Siena. Ciudad gótica.

Las tres calles principales de Siena (Toscana), que dividen la ciudad en tercios.
1. Cittá,
2. Camollia,
3. San Martino.
Vinculan a la ciudad con el norte (Florencia), con el sur (Roma) y con el oeste (el mar).
Plano del centro de Siena y Vista aérea de la Plaza del Campo.

Donde se encuentran las calles, en el centro mismo, está la plaza pública, el gran cuenco
natural de la Plaza de Campo. La Catedral está situada en las proximidades, en el punto más
alto del entorno.
Ambas situaciones tienen un significado que se capta de inmediato: la plaza está en el punto de
máximo movimiento, pero separada de las calles como un lugar cerrado y, cerca de ella, la
Catedral que domina todo, pero que comparte su carácter de hito con las torres de los edificios
civiles.
Catedral de Siena y Vista de la torre de San Martino.
Calle típica de Siena.
Todo el entorno está unificado mediante el uso
general del ladillo y del particular color tierra,
bautizado color “siena”.
Arquitectura gótica
características
• Arte burgués y urbano; simbólico y religioso.
• Predominio triunfal de las verticales.
• Introduce el arco apuntado y la bóveda de crucería.
• Empujes localizados y trasladados a los arbotantes.
• Muros estrechos y considerablemente altos.
• Contrastes dimensionales y continuidad espacial.
• Vitrales de gran policromía en vez de paredes (que transformaban la luz
natural en un instrumento misterioso que demostraba la presencia de Dios).
• Ornamentaciones realistas: flora y fauna.
• En las fachadas, escultura subordinada a la arquitectura.
• La iglesia gótica, concretaba una imagen celestial que, a través de su
estructura abierta, se transmitía a todo el asentamiento urbano.
• Aunque mantenga, a su manera, la planta longitudinal, la catedral gótica
representa un verdadero “centro”. Los asentamientos urbanos amurallados son
ahora el recorrido y la iglesia su centro –como en los monasterios-, y ese
centro destaca por la verticalidad general del edificio –torres, pináculos,
agujas, etc-.
Chartres. Catedral. Planta y sección.

La arquitectura gótica clásica separa el espacio interior del volumen exterior, pero quiere que aquél
se proyecte, por así decir, a través de la estructura envolvente (arbotantes y contrafuertes).
Chatres. Interior.
Amiens. Planta y nave central.

La integración formal y espacial implica la relativa


pérdida de independencia de las diversas partes
de la iglesia románica.
Las torres absorbidas por la verticalidad general, el
crucero casi en el centro, la nave central se acorta,
mayor iluminación, integración visual por las
bóvedas nervadas, etc.
La bóveda nervada o de crucería y el muro diáfano,
llevan, a partir de St. Denis, a una nueva interpretación
de la luz y de la arquitectura como símbolo espiritual.
Cuando el abad Suger construyó el nuevo ábside de
St. Denis, después de 1140, se refirió explícitamente a la
“lux continua” y “la lux mirabilis” que debían determinar
el carácter de la nueva construcción. Marca el comienzo
del gótico.

St. Denis. Iglesia Abacial. Planta y ábside.


Praga. Catedral. Nave central.

St. Denis. Iglesia Abacial.


Nave central.
Los grandes ventanales producían una
irreal luz celestial.
Elementos arquitectónicos

• Dos son los elementos esenciales y característicos del gótico: el arco


apuntado, u ojiva, y la bóveda de crucería.
• El arco apuntado u ojival no es una invención del estilo gótico, puesto
que ya existía en el arte árabe. Sin embargo, el gótico lo adopto como
una solución total y enteramente de acuerdo con su pensamiento.
• La bóveda de crucería – transformación de la bóveda románica – es
el elemento principal. Está formada por dos arcos apuntados que se
cruzan en diagonal.
• Los nervios diagonales (cruceros), sueltos y con elasticidad propia,
juntamente con los formeros y dobleros, constituyen el esqueleto de
la bóveda.
• Sobre ellos descansan los cuatros plementos que forman la cubierta
de la bóveda.
• Sus aristas, sostenidas por nervios, forman un faz que desciende y se
apoya sobre los cuatro pilares de las esquinas.
Catedral de Laon (Francia).
Las nervaduras diagonales implicaban
también nuevas direccionales espaciales.
De aquí que las unidades espaciales
pierdan su relativa independencia,
lográndose una integración general.
Secciones de nervios góticos.
Pilares de la nave central y
crucero de la
Catedral de Toledo.
Se ven las finas y esbeltas
columnillas que se adosan al
cuerpo del pilar.

Basa y sección de un pilar


gótico.
• El peso de la bóveda, casi nulo, carga sobre los nervios y éstos lo concentran
en los pilares.
• De esa forma, en contraposición al románico, los muros se liberan de su
antigua función de sostén. Lo que les permite aligerar su grosor, ganar altura y
poblarse de grandes ventanales.
• Durante el siglo XIII, el arco transversal se divide en dos ojivas, lo que origina
la bóveda de seis elementos o sexpartita.
• Durante el siglo XV se imponen las bóvedas estrelladas, angevinas y
reticuladas. Estas últimas son el resultado de calar caprichosamente los
elementos que cubren la bóveda.
• Otros elementos arquitectónicos son: los pilares, los arcos y los arbotantes.
• El éxito de la bóveda de ojivas -o de crucerías- se explica, en parte, por su mayor facilidad de
construcción con respecto a la bóveda románica.
• La bóveda angevina apareció como un arco especial, pues se trataba de un compromiso entre la
bóveda de ojivas y la cúpula, de la que tomó el peraltado.
Ábside Catedral de Le Mans (Francia). El exterior gótico, aunque parece un juego independiente
de líneas, está, pues, realmente determinado por el interior.
Pilares

• La función primordial de los pilares es aguantar el peso de la bóveda.


• Al iniciarse el estilo, en el siglo XII, los pilares fueron cilíndricos y/o
cruciformes. Con el tiempo, debido a las columnas que se le adosan,
presentan una sección florida irradiante.
• Durante el periodo flamígero (siglos XV y XVI) el pilar se transforma en un
haz de finas columnillas que arranca del suelo y, sin ninguna interrupción,
llega hasta el arco.
Secciones de pilares (s. XIII, XIV y XV)
Con el tiempo, los pilares se
convierten en un haz de finas
columnillas que definen su compleja sección.
Arcos

• El arco generalmente usado es el


de forma apuntada u ojival.
• Sin embargo los constructores
góticos del siglo XV no se
contentaron con la simple ojiva.
Los arcos apuntados de puertas y
ventanas experimentan numerosas
variaciones: arcos conopiales,
lanceolados, lobulados, etc.
Arbotantes

• Los arbotantes son elementos que transmiten, el empuje localizado que ejercen
las bóvedas, al exterior.
• El arbotante va adosado al muro en el punto vulnerable donde se concentra el
empuje ejercido por la bóveda y lo transmite a un contrafuerte exterior
conocido como botarel o estribo.
• Los contrafuertes góticos, a diferencia de los románicos, no se presentan
directamente empotrados en el muro, sino visibles.
• Los maestros góticos hicieron de él un elemento decorativo. Por eso forman
un conjunto peculiar que rodea la fábrica del templo.
• El contrafuerte gótico consta, por tanto, de un arco rampante (arbotante) que
recibe y transmite el empuje al botarel o estribo, es decir, el contrafuerte
propiamente dicho.
• Suelen ir coronados por torrecillas o pináculos que, además de darles mayor
peso y consistencia, afirman el impulso de ascensión y verticalidad tan
característico de la arquitectura gótica.
Catedral de Sevilla.
Sistema de botareles o estribos y
Pináculos. Catedral de Salamanca.
arbotantes. Encima de cada arbotante
se alza un pináculo.
Los arquitectos medievales estudiaron afanosamente los empujes de las bóvedas. La dificultad surge
al proyectar un arbotante por encima de un edificio con varias naves laterales. Se tuvo que prever
descansos intermedios para el arbotante proyectado desde la nave central y un arbotante para actuar
como contrafuerte de la nave lateral interior.
Arbotantes Catedral de Chartres (Francia).
Hileras de contrafuertes y arbotantes de la unión del transepto con la cabecera.
Contrafuertes Catedral de Chartres.
Los arbotantes y contrafuertes
forman un esqueleto externo que
soporta las cargas y tensiones del
interior y aligera el muro hasta
convertirlo en una simple
membrana de cerramiento.

En conjunto, recuerdan las


articulaciones de un inmenso
crustáceo y su función primaria de
sustentación fue derivando
estéticamente hacia la suntuosidad
y la complicación.
Elementos ornamentales
• La catedral gótica, esencialmente, mantiene la planta del templo románico:
tres naves – a veces cinco – crucero, girola y capillas radiales de planta
poligonal. Aunque, suele presentar también varias formas de plantas:
• Cruz latina, con tres naves. La central es más ancha, y las laterales rodean el
ábside formando la girola. Además, suelen tener un crucero.
• Rectangular, sin crucero. Suele dividirse en tres o cinco naves. En la parte
posterior se encuentra el ábside con varias capillas absidiales o, en su lugar,
gigantescos vitrales.
• Nave con doble crucero y cabecera cuadrada.
• Crucero tan grande como la nave central.
• Las dos últimas variantes son propias del gótico inglés.
• Algunas catedrales italianas admiten un elemento extraño que contrasta
poderosamente con las líneas góticas: la cúpula lombarda.
• La nave central descuella siempre sobre las laterales, y en su interior es fácil
advertir cuatro zonas o pisos : Arcadas, tribunas, triforio y altos ventanales.
• El triforio es una galería que corre a lo largo de la nave central por encima de
las arcadas. Por encima del triforio se abren y alinean los ventanales.
Planta típica de Templo Gótico.
Flechas de piedras caladas. “El pensador”, Quimera en Notre-Dame de París (Francia).
Catedral de Colonia (Alemania).
Fachadas
• La fachada es la parte más importante del templo.
• Suele presentar tantas puertas como naves. En ellas se concentran los
elementos ornamentales.
• Su disposición general es la misma que en el románico:
• Tímpano enmarcado por riquísima y profunda arquivolta.
• Jambas
• Parteluz.
• En ocasiones, un triángulo muy agudo llamado piñón enmarca y remata la
arquivolta. Según las épocas suele terminar con una hoja o flor estilizada,
denominada florón. Portadas y ventanales suelen coronarse son un remate
triangular, el gablete, que acentúa más la impresión de elevación. Sobre la
puerta principal suele abrirse un ventanal de forma circular llamado rosetón.
Este conjunto suele ir flanqueado por dos torres prismáticas, de esbeltez
vertiginosa, previstas para terminar en elevadísimas flechas de piedras calada.
Portada de la Catedral de Toledo.
Se ven los tres elementos característicos: arquivoltas, jambas y parteluz.
Fachada de la Catedral de Reims.
Se ven las portadas –una por cada nave-
coronadas por un esbelto gablete.
• Tejados y botareles suelen presentar gárgolas para evitar que el agua resbale
por los muros.
• Las gárgolas constan de un canalículo disfrazado con figuras caprichosas y
fantásmicas: monstruos, demonios y grotescas figuras humanas.
• Cuando no realizan ninguna función fuera de la de adorno se las conoce como
quimeras.
• Otro elemento decorativo de gran riqueza son las tracerías de los ventanales.
El triunfo de la bóveda gótica es el permitir prescindir casi por completo del
muro, que se sustituye por una teoría de frágiles y esbeltas vidrieras.
• Para contrarrestar el peso de los vidrios policromos son necesarios resistentes
bastidores. De ahí las tracerías de piedra formadas por delgadas columnillas
terminadas en primorosos calados de formas geométricas.
• Estos vitrales, con su luminosa policromía, llenan el interior de una luz difusa
y tamizada. Por otro lado, su altura y esbeltez proporcionan a la fábrica ese
aire de ingravidez, tan peculiar del estilo gótico.
• Las fachadas laterales, correspondientes al crucero, presentan igual
disposición y riqueza que las del frente.
Quimeras. Notre-Dame de París.
Esquemas y partes representativas de una
catedral gótica

Arbotante

Arco rampante

Botarel o estribo

Arcos ojivales
Rosetón

Ventanas
Nave central de la Abadía de Westminster.
Columnas, arcos ojivales, vitrales y rosetón.
Bóveda de crucería. Catedral de Albí (Francia).
Vitrales. Catedral de León (España).
Capitel. Claustro de la Catedral de Barcelona.
Notre-Dame de París.
Arbotantes del ábside.
Resaltan los arcos rampantes.
Pináculos sobre el crucero de Gárgola. Catedral de Salamanca (España).
la Catedral de Burgos (España)
Evolución del estilo gótico
arquitectura/catedral
• Desde el siglo XII en que se inicia el estilo, hasta su fin, el arte gótico está en
continua evolución. En ella se distinguen tres épocas bien definidas, con
características propias:
• Durante los siglos XII y XIII – periodo clásico del gótico – impera el
llamado gótico robusto.
• Algunas de sus características son las siguientes:
• Arcos muy apuntados, en forma de punta de lanza.
• Bóvedas de crucería sencillas.
• Pilares de gran robustez, con columnillas adosadas que responden a los
nervios de las bóvedas.
• Tracerías sencillas en lo ventanales.
• Decoración escasa y sobria.
• Se utiliza el arbotante como contrarresto.
Salisbury. Catedral, al sur de Inglaterra.
Planta larga, edifico relativamente bajo.
Coronado con una alta torre sobre el cruce, pero
que no representa al centro
(sino que surge como una vertical emblemática
que el hombre lleva consigo).
La fachada parece una pantalla de motivos
góticos aplicada sobre un muro macizo.
Catedral de Salisbury.
A pesar de la abundancia de
detalles góticos, el interior
carece de auténtico verticalismo
(comparando con los interiores
franceses).
• Los siglos XIII y XIV – el gótico está en pleno apogeo – nos muestran el
gótico gentil o radiante. Se caracteriza por:
• El arco apuntado se hace equilátero.
• Se complican las bóvedas, aumentando el número de nervios.
• Aumenta el número de columnillas adosadas lo que hace que el pilar sea
fasciculado.
• Las tracerías de los ventanales aumentan el número de rosetones.
• Las fachadas se enriquecen con soberbios rosetones y estatuas realistas.
• Profusión de arbotantes al elevarse la nave central.
Catedral de Reims. Planta y corte transversal.
La nave central es relativamente larga, pero las naves laterales del
crucero son más anchas que las otras crujías.
El dominio de las proporciones le hacen merecedora de su título de
Reina entre las Catedrales Francesas.
Catedral de Reims. Bóveda de crucería de la nave principal.
Catedral de Reims. Exteriores.
Gracias a los tres portales profundamente
retirados y al gran rosetón, posee una vigorosa
cualidad espacial.
Toda su estructura se manifiesta como una
serena victoria del espíritu. Se puede decir que Dios
está más cerca. Cuando entramos en la Catedral de
Reims nos recibe, en efecto, la Virgen con el niño, y los
ángeles rodean todo el edificio.
Fachada principal de
Catedral de Reims.

Interior de la nave central de la


Catedral de Reims. Vista hacia el rosetón de la entrada.
Reims. Fachada, vista aérea.
Interior. Vista hacia el ábside.
Catedral de Reims. Vista exterior del lateral sur.
• Los siglos XV y XVI representan la última etapa del gótico, denominado
florido o flamígero. En este periodo la complicación llega al máximo y el
estilo entra en decadencia.
• Surgen los arcos de carpanel, conopial, lobulado, etc.
• Gran variedad de bóvedas: sexpartita, reticulada, estrellada, angevina, etc.
• Las columnillas adosadas a los pilares se convierten en delgados
baquetones sin relación con los nervios de las bóvedas.
• Las tracerías adoptan formas sinuosas, imitando el flamear de las hogueras.
• Abundan los rosetones, las flechas caladas y los más variados adornos en
gabletes y ventanales de tal forma que las líneas arquitectónicas quedan
cubiertas por una decoración profusa.
En 1388, se inicia la construcción de Santa Bárbara en Kutná Hora (Chequia).
La intención era realzar un diáfano “sagrario espiritualizado” dentro de un espacio relativamente
cerrado y más austero.
Una interpretación gótica tardía, en la que exteriormente, el deseo de materializar la parte superior
del edificio hizo que el arquitecto abandonara el techo longitudinal tradicional. Hallamos, en cambio,
tres techos cóncavos piramidales coronados por agujas, que le confieren un sabor exótico (propio de
la Bohemia –cerca de Austria y Alemania-) y representa la última variación creadora en el tema
del verticalismo gótico.
Kutná Hora. Santa Bárbara.
Detalle del ábside.
Kutná Hora. Santa Bárbara. Bóveda. La red de nervaduras de doble curvatura introduce un complejo
movimiento continuo (floreando el techo), que crea un interior unificado cubierto por una bóveda que
parece flotar en el espacio.
Interior de Santa Bárbara (Kutenberg). Las tracerías adoptan formas sinuosas, que al
desembocar en las columnillas continuas aceleran la continuidad espacial.
Praga. Castillo de Hradzani, Salón de Vladislav.
Su cubierta es otro ejemplo del gótico flamígero o florido.
Dos ejemplos de arcos góticos. Conopial y equilátero.
Arquitectura civil y militar

• Durante el siglo XV la arquitectura civil alcanza un auge inusitado.


Municipios, gremios y corporaciones – especialmente en las ciudades donde
se concentra el tráfico comercial – levantan para su uso hermosos edificios
góticos de carácter civil: ayuntamiento, palacios municipales y privados,
lonjas, o centros de contratación mercantil, universidades y hospitales.
• Por otro lado, la arquitectura militar se centra particularmente en la
construcción de castillos.
• Son famosos los ayuntamientos de Bruselas, Gante, Loviana y Brujas, en
Bélgica.
• Los palacios de Siena, Florencia y Venecia, en Italia. Otros, españoles, son
los del Condestable de Castilla (Burgos) y del Infantado (Guadalajara); y los
de la Diputación y el Municipal, de Barcelona.
• Las universidades de Cambridge y Oxfor, en Inglaterra.
• El hospital de Lübeck, en Alemania.
• Algunos castillos: el Alcázar de Segovia, los Coca y La Mota, Bellver
(Mallorca) y Olite, en Navarra.
Vista general del Alcázar de Segovia.
Palau de la Diputació, Barcelona.
Palazzo Vecchio, Florencia, Italia (1299 – 1314). Aún siendo un palacio comunal urbano,
tiene aspecto de castillo, rematado por un matacán en voladizo y sobresaliendo por su
elevada torre (que presidía la plaza principal de la ciudad –de la señoría-).
Palacio Ducal, Venecia, Italia (1309-1424). El edificio se articula en tres pisos: las arcadas inferiores;
la logia intermedia –de complejos y suntuiosos arcos combinados con círculos-; y el piso inferior. Este
último está ricamente revestido de mármoles policromos que forman rombos y cruces.
Catedrales reconocidas
• En Francia: Nuestra Señora de París (Notre-Dame), Chartres, Reims,
Bourges, Amiens, Estrasburgo (Alsacia), la Sainthe Chapelle de Paris.
• En Alemania: Colonia, Friburgo, Ulm.
• En Chequia: Santa Bárbara en Kutná Hora (Bohemia), Catedral de
Praga.
• En Inglaterra: Salisbury, Wells, Exeter, Lincoln, Abadía de
Wesminster, Cork y Canterbury.
• En Italia: Siena, Orvieto, Milán.
• En Austria: San Esteban de Viena.
• En Bélgica: Santa Gúdula (Bruselas).
• En España: Monasterios de Poblet, Santas Creus (en Cataluña) y Las
Huelgas (Burgos). Catedrales de Tarragona, Lérida, Ávila y Zamora,
que pertenecen al período de transición.
• También en España: Burgos, León, Toledo, Barcelona, Palma de
Mallorca, Sevilla, La Seo (Zaragoza), Salamanca, Gerona, Segovia,
Plasencia y Oviedo.
Notre-Dame de París (Francia), sus dos torres y rosetón de la fachada principal.
Catedral de Siena (Italia), influencias bizantinas.
Catedral de Toledo (España), torre principal.
Catedral de Gloucester (Ingalterra). “Christ Church”, Oxford (Inglaterra).
Fachada principal de la
Catedral de Barcelona.
Catedral de Colonia. Vista del ábside. La gran profusión de agujas y pináculos sobre los
contrafuertes genera una fuerte sensación de verticalidad.
Interior de la Catedral de Colonia. Vista del coro.
Las columnillas adosadas al pilar van del suelo hasta
el arranque de los arcos. Éstas, más los arcos peraltados
del ábside y la unión formal del triforio y los ventanales,
contribuyen a generar la sensación de ascensión.
Catedral de Colonia (Alemania).
Vista desde el Rin. Postal años 70.
Ayuntamiento de Gante, Bélgica.

Catedral de San Esteban, Viena (Austria).

La “Ca D’Oro”, Venecia (s. XVI).


1 2 3 4 5 6

1. Casa del Gremio de Constructores (1526).


2. Primera casa de “Los medidores de trigo”.
3. El “Spiker” o casa de la época del trigo (alrededor de 1200).
4. Casita de los Toneleros (1682).
5. Segunda casa de “Los medidores de trigo” (1698).
6. Casa de los hoteleros franceses (1531).

Algunas casas góticas de las corporaciones o gremios, en Gante, Bélgica.


Significado y arquitectura
• En la historia de la cultura occidental la arquitectura gótica cierra una época
que puede denominarse “la edad de la fe”.
• La arquitectura románica creó los baluartes que necesitaba el hombre para
recibir a Dios. Con la Catedral gótica, Dios se acercó al hombre. Fe (contraste
dimensional interior) y razón (esqueleto exterior) comparten protagonismo.
Esferas celestiales y terrenales en un discurso complejo. La luz manifiesta la
presencia de Dios.
• La propia arquitectura representaba una manifestación del ordenado cosmos
cristiano medieval. Según Santo Tomás, “la doctrina sagrada hace uso de la
razón humana, no para demostrar la fe sino para dejar claro todo lo que se
expone en dicha doctrina. En la filosofía escolástica, la estructura del cosmos
se aclara mediante la articualción sistemática: el todo se dividía en partes que,
a su vez, se volvían a subdividir en innumerables categorías…” La arqitectura
gótica es el mejor ejemplo de la interrelación de las partes con el todo.
• De la Catedral, los significados existenciales del Cristianismo se trasmitieron
al medio humano en su totalidad, y la ciudad se convirtió en el lugar donde el
cosmos medieval se manifestaba como una realidad viva.
Sainthe Chapelle, París, Francia
(1239-1246).
Mandada a construir por Luis IX
para guardar en ella las reliquias
de la Pasión de Cristo que había
mandado traer de Tierra Santa.
Vacía de muro, la Sainte-Chapelle
es una especie de precioso relicario
de vidrio.
Sainthe Chapelle, París, Francia.
Otra vista interior.
La arquitectura gótica nos enseña que
Dios no sólo se ha acercado para iluminar
al hombre sino para dar a su existencia
el significado del amor y de la caridad.
El hombre era concebido como un
fragmento de la creación total, y para
encontrar la totalidad, que no poseía,
debía aceptar su puesto en el Reino de Dios.
La fe tenía debía preceder a la razón, y
se imponía una actitud de humildad.

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