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SEMANA SANTA

En Familia

DIÓCESIS DE CULIACÁN

“Hoy me quedo en tu casa” Lc,19,5


La Iglesia nos ofrece la oportunidad de celebrar los misterios de
la salvación realizados por Cristo en los últimos días de su vida

Excelente oportunidad, además,


para que todos los cristianos
celebremos con fe y devoción la
muerte y resurrección de Jesús,
hechos centrales de nuestra fe
que, una vez más, se reactualizan
en el largo recorrido de estos
años de historia

LO IMPORTANTE DE ESTE TIEMPO

No es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino


entender por qué murió y resucitó.

Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a


nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de
la nuestra
Porqué es tan importante
el misterio pascual de Jesús?

El misterio pascual de Jesús, que comprende su


Pasión, Muerte, Resurrección y Glorificación, está en
el centro de la fe cristiana, porque el designio
salvador de Dios se ha cumplido de una vez por
todas con la muerte redentora de su Hijo Jesucristo

¿Por qué murió Jesucristo? Para salvarnos, es decir,


para obtener el perdón de nuestros pecados y
devolvernos la gracia y la amistad con Dios,
manifestando su amor y mostrando la malicia del
pecado.

Entre los grandes misterios del amor de Jesucristo


que nos narran los Evangelios, lo que más sobrecoge
es su Pasión, su Muerte y Resurrección.
JUEVES SANTO
Propósito: En familia reflexionar y celebrar el Jueves Santo para
agradecer a Jesús su ejemplo de servicio, su amor porque es nuestro
Pan de Vida.
Oración: en el Nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo.
Padre  nos has reunido hoy en familia para celebrar aquel día de la Cena en
la que tu Hijo, antes de entregarse a la muerte, nos dejó el banquete de su
amor, nos enseño a servirnos unos a otros y nos regalo a los sacerdotes; al
celebrar como familia te pedimos que aumentes nuestra fe en ti y nos ayudes
a vivir el amor y el servicio entre nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén

Lectura del Evangelio (Jn 13, 2-17)


“Durante la cena, cuando ya el Diablo había movido el corazón de
Judas, el hijo de Simón Iscariote, para entregarlo, sabiendo Jesús que el
Padre lo había puesto todo en sus manos, que había salido de Dios y que
volvía a Dios, se levantó de la mesa, se quitó el manto y, tomando una
toalla, se la ató a la cintura. Luego echó agua en una palangana y
comenzó a lavar los pies a sus discípulos y a secárselos con la toalla
que tenía a la cintura. Cuando llegó a Simón Pedro, este le dijo: Señor,
¿tú me vas a lavar los pies a mí?. Jesús le respondió: Lo que yo hago tú
no lo entiendes ahora, pero lo entenderás después. Pedro le contestó:
¡Tú jamás me lavarás los pies a mí!. Jesús le dijo: Si no te lavo, no
participarás de lo mío. Pedro le dijo: ¡Entonces, Señor, no solo los pies,
sino también las manos y la cabeza!. Jesús le contestó: El que se ha
bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente
limpio y ustedes están limpios, aunque no todos. Jesús dijo: No todos
están limpios porque sabía bien quién lo iba a entregar. Después de
lavarles los pies, Jesús se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo:
¿Entienden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman
Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, que soy su
maestro les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies
unos a otros. Les he dado ejemplo para que hagan lo mismo que yo hice
con ustedes. Les aseguro que el servidor no es más grande que su amo ni
el mensajero es más grande que quien lo envió. ¡Felices serán si
entienden esto y lo practican!
JUEVES SANTO
Reflexión

Al lavar los pies a sus discípulos, Jesús se pone en el lugar del


último esclavo, dándonos así una lección de humildad; con
este gesto quiso mostrar su cercanía para los más débiles y
humildes, actitud que los discípulos debían continuar
siempre: ser en el mundo signos del servicio y la caridad que
Jesús tuvo para con ellos lavándoles los pies. En algunos
pasajes de la Escritura escuchamos cómo el Señor recomienda
la sencillez del corazón, no buscar los primeros lugares, y
llama a que si se quiere ser el primero, que se busque ser el
último y el servidor de todos. El quiere que sus discípulos
continúen con esta obra de lavar los pies, es decir dar
limpieza, frescura y descanso a la vida del ser humano. El
gesto de Jesús de inclinarse para lavar los pies a sus discípulos
muestra de manera representativa la humildad y el amor de
Cristo a ellos y el mandato que hizo a los mismos para vivir la
caridad fraternal según su propio ejemplo. Al lavar los pies a
sus discípulos, el Señor manda que ellos hagan lo mismo, pide
que ellos sean quienes se laven los pies los unos a los otros.
Aparece el deseo de Jesús de tener en sus seguidores y en ellos
la Iglesia, signos de su amor en el mundo, signos de su deseo
de salvación.
¿De qué se han ensuciado mis pies?, ¿qué camino han
recorrido para estar cansados? (Pensemos e nuestra propia
vida, aquello que es nuestro pecado, nuestras faltas, nuestras
traiciones hacia el Señor y que Él puede lavar).con el
sacramento de la confesión, cuando lo podamos hacer.
Jesús limpia mi pecado

Materiales a utilizar:
• Un recipiente profundo.
• Una jarra con agua.
• Toalla.

Nota: En la celebración se
propone lavarse cada uno los
pies o bien las manos como
signo de arrepentimiento

En mi familia ¿qué pies debo lavar? Puede ser que debamos pedir perdón, o
que debamos perdonar. Cuando perdono al que me ha ofendido, como Jesús,
estoy lavando los pies a mi hermano; cuando soy comprensivo con los que me
desesperan, estoy lavando los pies, cuando doy amor a los que Dios ha puesto
en mi camino, mis hijos, mi esposa, mi esposo, mis padres, estoy lavando los
pies; cuando sé escuchar y soy cercano al enfermo, al que sufre, al que nada
tiene, al que se encuentra triste o abandonado, estoy lavando los pies.
(Dejamos unos minutos para piensen sobre lo que se les ha preguntado).
En está ocasión no nos podemos lavar físicamente los pies unos a otros, por lo
que se propone lo siguiente, para hacerlo en la celebración
Se presenta el recipiente y una jarra con agua para que cada uno se lave
así mismo sus pies o (bien lavarse las manos) como signo de estar
dispuestos a dejarse lavar por Jesús, como signo de arrepentimiento

Mientras tanto se puede cantar o poner audio, se sugiere el canto:


Un mandamiento nuevo.

Un mandamiento nuevo nos da el Señor:


que nos amemos todos como nos ama Dios.

• La señal de los cristianos es amarnos como hermanos.


• Quien a sus hermanos no ama, miente si a Dios dice que ama
• Perdonemos al hermano como Cristo nos perdona
• Lo que hacemos al hermano, a Dios mismo se lo hacemos
• En la vida y en la muerte Dios nos ama para siempre
• Es cristiano aquel que sirve con amor y en alegría

Oración final:
Señor Jesús, que en el ejemplo que nos diste de lavar los pies los unos a los
otros, nos has enseñado el amor a todo aquel que nos encontramos en el
camino, concédenos ser serviciales y vivir el amor en nuestras familias, en
cada uno de nuestros hermanos que más nos necesitan.

Padre Nuestro…
“YO SOY EL PAN DE
VIDA” Jueves Santo opción 2
Jueves santo en familia

Propósito del tema:


Adentrarse en la experiencia de compartir el alimento como signo de comunión y
aceptación para comprender mejor la Eucaristía, que es el don del Jueves Santo.

Oración inicial:
El Señor es mi Pastor (Salmo 23).
El Señor es mi pastor nada me falta.
En prados de hierba fresca me hace descansar,
me conduce junto a aguas tranquilas, y
renueva mis fuerzas. Me guía por la senda del
bien, haciendo honor a su nombre. Aunque
pase por un valle tenebroso, ningún mal
temeré, porque tú estas conmigo; tu vara y tu
bastón me dan seguridad.

Me preparas un banquete para envidia de


mis adversarios, perfumas con ungüento mi
cabeza y mi copa esta llena.
Tu amor y tu bondad me acompañan todos los
días de mi vida; y habitaré por siempre en la
casa del Señor.

Evangelio según San Lucas 22, 14-20

“Llegada la hora Jesús se sentó a la mesa con sus discípulos. Y les dijo:
¡Cómo he deseado celebrar esta Pascua con ustedes antes de morir! Porque
les digo que no la volveré a celebrar hasta que tenga su cumplimiento en el
Reino de Dios. Tomó entonces un cáliz dio gracias y dijo: Tomen esto y repartan
entre ustedes pues les digo que ya no beberé del fruto de la vid hasta que
llegue el reino de Dios. Después tomó pan y dio gracias, lo partió y lo dio a sus
discípulos diciendo: Esto es mi cuerpo que será entregado por ustedes hagan
esto en memoria mía y después hizo lo mismo con el cáliz diciendo :Este es el
cáliz de la nueva alianza sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes”
Reflexionamos
En los evangelios encontramos muchos momentos en los
que Jesús comparte los alimentos. De manera significativa, Jesús
es juzgado por comer y compartir con pecadores. A los fariseos,
la gente más religiosa de su tiempo, les escandaliza porque
comprenden que comer con alguien significa ser amigo y
compartir, aceptar al otro, unirse a él. Como del mismo pan, bebo
de la misma copa y así me uno con el otro. Sin embargo,
aquellos que comieron con Él, como Leví (Mateo) y Zaqueo,
dieron un vuelco a su vida al sentirse aceptados por Jesús
abandonando el pecado.

Para los discípulos la cena la última cena fue especial,


recordaban cada detalle y palabra de Jesús, cada gesto y signo.
Es Jesús mismo quien se da en el pan y en el vino. Por eso el pan
es uno de los mejores símbolos para comprender a Jesús, incluso
Él mismo se definió de esta manera “Yo soy el pan de vida.”

Los Discípulos son los primeros en recibir tal don y desde


ese momento en cada Eucaristía a lo largo del tiempo y del
espacio, Cristo se hace presente para entregarse a nosotros como
alimento, al que somos aceptados a pesar de nuestras debilidades
y pequeñeces.

Jesús Pan de Vida


Compartimos el Pan en familia
Materiales a utilizar:
• Un Pan, o bien, algún alimento hecho de
harina que será compartido entre los miembros
de la familia ( se puede suplir por otro
alimento como signo de compartir el alimento)
• Mesa con un mantel.

En este momento el que dirige el momento sostendrá


varias rebanadas de pan; miembro de la familia pasa a tomar un pedazo de pan
y lo mantienen en sus manos.

Mientras se reparte el pan, se entona el canto Eucaristía milagro de amor o algún


otro canto eucarístico o bien en audio.

Eucaristía milagro de amor


Eucaristía presencia del Señor. (2)

Cristo nos dice tomen y coman


este es mi cuerpo que ha sido entregado.

Cristo en persona nos viene a liberar


de nuestro egoísmo y la división fatal.

¡Oh gran invento de Cristo sabio y bueno


para alimentarnos con su Sangre y con su Cuerpo!

Con este Pan tenemos vida eterna


Cristo nos invita a la gran resurrección.

Este alimento renueva nuestras fuerzas


para caminar a la gran liberación.

Cuando comulgamos nos unimos al Señor,


formamos todos juntos la familia del amor.
En la medida de lo posible cada uno elegiremos una persona a quién le
compartiremos nuestro pan de está manera simbolizamos el signo de
necesitar alimentarnos con Jesús: el Pan de Vida.

(se puede ir dirigiendo este momento, los miembros de la familia lo hace


uno por uno). Ya que todos tengan su pedazo de pan se come y mientras
se puede repetir el mismo canto de el principio

Al terminar este momento, se hace la oración final de la comunión espiritual

Jesús mío,
Creo que Tú estás en el Santísimo Sacramento;
 te amo sobre todas las cosas 
y deseo recibirte ahora dentro de mi alma;  ya que no te puedo recibirte
sacramentalmente, 
ven al menos espiritualmente a mi corazón. 
Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. Oh Jesús, no
permitas que jamás me separe de tí. 

Padre Nuestro y Ave María ...

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