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En Familia
DIÓCESIS DE CULIACÁN
Materiales a utilizar:
• Un recipiente profundo.
• Una jarra con agua.
• Toalla.
Nota: En la celebración se
propone lavarse cada uno los
pies o bien las manos como
signo de arrepentimiento
En mi familia ¿qué pies debo lavar? Puede ser que debamos pedir perdón, o
que debamos perdonar. Cuando perdono al que me ha ofendido, como Jesús,
estoy lavando los pies a mi hermano; cuando soy comprensivo con los que me
desesperan, estoy lavando los pies, cuando doy amor a los que Dios ha puesto
en mi camino, mis hijos, mi esposa, mi esposo, mis padres, estoy lavando los
pies; cuando sé escuchar y soy cercano al enfermo, al que sufre, al que nada
tiene, al que se encuentra triste o abandonado, estoy lavando los pies.
(Dejamos unos minutos para piensen sobre lo que se les ha preguntado).
En está ocasión no nos podemos lavar físicamente los pies unos a otros, por lo
que se propone lo siguiente, para hacerlo en la celebración
Se presenta el recipiente y una jarra con agua para que cada uno se lave
así mismo sus pies o (bien lavarse las manos) como signo de estar
dispuestos a dejarse lavar por Jesús, como signo de arrepentimiento
Oración final:
Señor Jesús, que en el ejemplo que nos diste de lavar los pies los unos a los
otros, nos has enseñado el amor a todo aquel que nos encontramos en el
camino, concédenos ser serviciales y vivir el amor en nuestras familias, en
cada uno de nuestros hermanos que más nos necesitan.
Padre Nuestro…
“YO SOY EL PAN DE
VIDA” Jueves Santo opción 2
Jueves santo en familia
Oración inicial:
El Señor es mi Pastor (Salmo 23).
El Señor es mi pastor nada me falta.
En prados de hierba fresca me hace descansar,
me conduce junto a aguas tranquilas, y
renueva mis fuerzas. Me guía por la senda del
bien, haciendo honor a su nombre. Aunque
pase por un valle tenebroso, ningún mal
temeré, porque tú estas conmigo; tu vara y tu
bastón me dan seguridad.
“Llegada la hora Jesús se sentó a la mesa con sus discípulos. Y les dijo:
¡Cómo he deseado celebrar esta Pascua con ustedes antes de morir! Porque
les digo que no la volveré a celebrar hasta que tenga su cumplimiento en el
Reino de Dios. Tomó entonces un cáliz dio gracias y dijo: Tomen esto y repartan
entre ustedes pues les digo que ya no beberé del fruto de la vid hasta que
llegue el reino de Dios. Después tomó pan y dio gracias, lo partió y lo dio a sus
discípulos diciendo: Esto es mi cuerpo que será entregado por ustedes hagan
esto en memoria mía y después hizo lo mismo con el cáliz diciendo :Este es el
cáliz de la nueva alianza sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes”
Reflexionamos
En los evangelios encontramos muchos momentos en los
que Jesús comparte los alimentos. De manera significativa, Jesús
es juzgado por comer y compartir con pecadores. A los fariseos,
la gente más religiosa de su tiempo, les escandaliza porque
comprenden que comer con alguien significa ser amigo y
compartir, aceptar al otro, unirse a él. Como del mismo pan, bebo
de la misma copa y así me uno con el otro. Sin embargo,
aquellos que comieron con Él, como Leví (Mateo) y Zaqueo,
dieron un vuelco a su vida al sentirse aceptados por Jesús
abandonando el pecado.
Jesús mío,
Creo que Tú estás en el Santísimo Sacramento;
te amo sobre todas las cosas
y deseo recibirte ahora dentro de mi alma; ya que no te puedo recibirte
sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. Oh Jesús, no
permitas que jamás me separe de tí.