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CÓMO INTRODUCIRSE EN LA COMPRENSIÓN DE LA IGLESIA

Un presupuesto fundamental

La Iglesia no es solo expresión de vida,


sino que es una vida que nos llega desde
muchos siglos anteriores a nosotros y la
convivencia es una condición sin la cual
es imposible conocer una vida.

Pero para llegar a un juicio verdadero se


requiere de especial sencillez o lealtad, lo que
nos permite evitar la tentación de poner en
peligro un plazo establecido. De lo contrario se
obstaculiza la posibilidad de obtener un juicio
crítico sobre esa forma de vida y se hace
imposible alcanzar un mínimo de objetividad.
Sintonía con el fenómeno
Sea cual sea la postura de quien quiera abordarla, la
Iglesia es una realidad que hay que catalogar entre
los fenómenos religiosos. Algunos pueden juzgarla
como un fenómeno religioso de escaso interés, y
otros pueden dar por descontada su validez, pero
creo que en ningún caso se puede escapar al hecho
de tener que catalogar a la Iglesia como una
realidad religiosa.

Dado que la Iglesia es una realidad


religiosa, en la medida que el aspecto
religioso no esté activado en mi o se
haya quedado en la infancia, en esa
medida será mas difícil que pueda juzgar
objetiva y críticamente ese hecho
religioso.
Para que haya comprensión tiene que
haber correspondencia conmigo. Sin
embargo, esto es difícil porque en la
actualidad hay una ausencia de
educación del sentido religioso lo que
nos lleva a sentir muy lejos de nosotros
realidades que residen en nuestro ser.

Por el contrario, la presencia viva


del espíritu religioso hace más fácil
e inmediata la comprensión de los
términos de una realidad como la
Iglesia.
Pero, ¿A que se debe esta falta de
educación del sentido religioso? Esta
radica en la repugnancia que sentimos
debido a que el sentido religioso domine
y determine nuestros actos.

Aquí está precisamente el síntoma de


la atrofia y la parcialidad en el
desarrollo de nuestro sentido
religioso: esa dificultad grave y muy
extendida, esa extrañeza que
advertimos cuando sentimos decir
que el «dios» es el determinante de
todo

Pese a esto la educación en el sentido religioso favorece la toma de conciencia de


la inevitable dependencia entre el hombre y lo que da sentido a su vida, al igual
que lo ayuda a vencer el vértigo que sufre frente a su condición original.

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