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Desarrollo Humano

Cultura, Raza y Etnia.


Oscar Rodriguez Naranjo - 1748036
La cultura se refiere a la
forma de vida total de una
sociedad o grupo, con sus
costumbres, tradiciones,
ideas, valores, idioma y
productos materiales, desde
las herramientas hasta las
obras de arte, así como a
todas las conductas y
actitudes que son aprendidas,
compartidas y transmitidas
entre los miembros de un
grupo social.
La cultura cambia de manera constante, muchas veces por el contacto con
otras culturas. Por ejemplo, los europeos que llegaron a costas americanas
aprendieron de los indígenas a cultivar el maíz. En nuestros días, las
computadoras y telecomunicaciones fomentan los contactos culturales. El
correo instantáneo y los sistemas de mensajes instantáneos ofre­cen una
comunicación inmediata en todo el planeta, y servicios digitales como
iTunes permiten el acceso a personas de todo el mundo a todo tipo de
música y películas.
En la actualidad, muchos
estudiosos coinciden en que el
término raza, que histórica y
popularmente se ha visto
como una categoría biológica
identificable, es un constructo
social. No hay un consenso
científico claro sobre su
definición y es imposible
medirla en forma confiable.
De cualquier manera, la raza como categoría social aún es un factor en las
inves­tigaciones, puesto que marca una diferencia en “el trato que reciben
las personas, dónde viven, cuáles son sus oportunidades de trabajo, de qué
calidad es la atención médica que reciben y si tienen una participación
plena” en su sociedad.
Un grupo étnico consta de
personas unidas por una
cultura, antepasados, religión,
idioma u origen nacional que
las distingue y les aporta un
sentimiento de identidad
común y actitudes, ideas y
valores compartidos. En
general, los grupos étnicos
remontan sus raíces a un país
originario en el que ellos o sus
ancestros tienen una cultura
propia que da forma y
contenido a su estilo de vida.
Los sistemas étnicos y culturales afectan el desarro­llo porque ejercen
influencia sobre la composición de un hogar, en sus recursos socioeco­
nómicos, en el comportamiento y relación entre sus miembros, lo que
comen, lo que juegan los niños, cómo aprenden, cuánto aprovechan en la
escuela, los trabajos que des­empeñan de adultos y las ideas y visión del
mundo de quienes integran las familias. Por ejemplo, en Estados Unidos los
hijos de inmigrantes tienen dos veces más pro­babilidades que los niños
nacidos en el país de vivir en familias extensas y es menos pro­bable que su
madre trabaje fuera del hogar.
Estados Unidos siempre ha sido un país de inmigrantes y grupos étnicos,
pero los principales países expulsores de población ya no se localizan en
Europa y Canadá sino en Asia y Latinoamérica. En 2007, más de 20% de la
población esta­ba compuesta por inmigrantes o hijos de éstos. Llegaron más
inmigrantes de México (40%) que de cualquier otro país. El restante 60%
llegó de naciones caribeñas, del este y el oeste de Asia, Australia,
Centroamérica, Sudamérica, Indochina, la exUnión Soviética.
Las categorías de cultura, raza y etnia son inestables “modificadas y
redefinidas de manera continua por las fuerzas sociales y polí­ticas”. La
dispersión geográfica y la endogamia, junto con la adaptación a las
variaciones de las condiciones locales produjeron mayor heterogeneidad de
las características físicas y culturales de las poblaciones.

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