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Bodegón

publicitario
Willie Moegle 1954
Modotti – Typewritter

El discurso publicitario habla sobre los


objetos; un gran porcentaje de sus
mensajes trata sobre eso que llamamos
los objetos de consumo.
Pero esa representación de los objetos
ha constituido, en el campo del arte, un
territorio de nombre preciso:
“naturaleza muerta” o, entre otros
“bodegón”.

Paul Strand AKELEY camera 1922


Conocemos la existencia
de los bodegones, de
motivos de frutas y
utensilios, en la pintura
pompeyana.
Pero en el nacimiento del bodegón,
durante el siglo XVI, lo que se
intentaba realmente emular eran
modelos clásicos que solo se
conocían por la literatura.

Willem Heda. Bodegón (1637)


De forma inconsciente el
publicitario, recurre a
codificaciones y soluciones
estereotipadas bajo la
ilusión de que está
creando nuevas
configuraciones visuales,
una de esta soluciones es
la de los bodegones.
En el mundo publicitario
se mantiene la
denominación bodegón
para referirse a un tipo
de publicidad y una clase
de especialidad centrado
en el tema de objetos.
El bodegón publicitario se produce en un plano de
simbolización muy bajo y de comprensibilidad muy
alto. La imagen debe ser autosuficiente y
omnicomprensiva.
Actualmente la palabra
bodegón define un campo
de la pintura que se
aproxima a Naturaleza
muerta, nature morte o al
still life, pero en su origen
se reducía a los temas de
cocina, alimentos y vajilla.
Con Cézanne el bodegón
se libra de toda
referencia moral o
gastronómica y alcanza
su mayor nivel pictórico
y estético.
Con el bodegón cubista se
destruye su función simbólica y
su valoración como objeto de
deseo, porque son
incomestibles.
En los años 60 los artistas pop,
Warhol y Wesselmann,
recuperan el género del
bodegón, lo hacen desde una
tradición publicitaria,
retratando un mundo optimista
repletos de objetos de
consumo.
Tom Wesselmann - Still life n°49 (1964) 152 x 122 cm
El bodegón es una disciplina compleja,
exige un alto conocimiento de la
iluminación de estudio y, generalmente,
requiere de un equipo de luces
bastante costoso.
Es decir que un bodegón hecho con el flash integrado de la cámara no será, con toda
probabilidad y salvando honrosas excepciones, una obra de arte.
Lo primero a pensar es el "qué" de la foto.
Los bodegones los podemos entender de múltiples maneras. Podemos
hacer bodegones de comida, de complementos de moda, de material de
oficina.
Cada uno tendrá en mente una idea diferente sobre iluminación, el punto de vista a tomar , el encuadre,
etc. Hemos de tenerlo todo previsto, antes siquiera de desenfundar la cámara, ya que en este tipo de
fotografías la improvisación no es una buena aliada.
Luego viene el "cómo". No es lo
mismo un frasco de perfume para
el catálogo de un gran almacén
que el mismo frasco para la
página dos de la revista Vogue.
Todo depende de lo que queramos
transmitir y de los recursos que
tengamos para hacerlo.

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