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 Arte Pop: Warhol, el habitante de la superficie:

El título que yo elegí que hablaba sobre Andy Warhol y el Arte Pop
Años después, a comienzos de los sesenta, y tras la vuelta al figurativismo con la
experiencia de neodadaístas como Jasper Johns, Andy Warhol plantea una serie de
presupuestos conceptuales que tomarán forma en el Arte Pop. Se vuelve así al
contenido figurativo del arte tras la experiencia del neo expresionismo abstracto, pero
su diferencia más destacada radica en la extracción de ese contenido de los objetos
más comunes pertenecientes a la cultura de masas imperante en la sociedad de su
tiempo. El ejemplo más paradigmático será el de Andy Warhol que, en su Campbell's
Soup Cans de 1962 consiguió resumir todo su imaginario sobre el que se sustentaba
el Arte pop, precisamente una obra vinculada a la alimentación.

Para Warhol, los productos comerciales, las estrellas de la farándula, los personajes


de los comics, todo lo que hasta entonces se consideraba kitsch y alejado de cualquier
finalidad estética, comenzaba a transfigurarse en objeto artístico, con lo cual se ponía
en tela de juicio lo que hasta entonces se había entendido por arte. Warhol poseía una
visión positiva de la cultura de masas y sentía que los expresionistas abstractos se
habían obstinado demasiado en ignorar el esplendor de la modernidad312. Lo más
revolucionario en el proceso que llevó a cabo Warhol no parece ser la conversión de lo
cotidiano en arte -que ya había realizado Marcel Duchamp 50 años antes con sus
ready-mades-, sino la trasmutación en artísticos de los objetos de la cultura de masas
estadounidenses. Huelga decir que Warhol inició su andadura en la publicidad, lo que
supuso un factor clave en su pensamiento estético y su posterior producción artística.

Como recoge Lourdes Cirlot en su monográfico sobre este autor313, la producción de


Warhol se puede enmarcar en diferentes temáticas, destacando la reproducción de
productos del mundo del consumo314. Una de las claves de la pintura de Warhol
radica en coger un elemento, una imagen que es conocida, aportando la sensación de
haber sido vista antes. Warhol utiliza este poder de la imagen publicitaria en el lienzo
para atrapar al espectador. Como en la comida, Warhol nos presenta el objeto
consumido y listo para convertirse en detritus.

Se nos presenta el triunfo del signomercancía, el arte que ha devenido en pura


sustancia. Ya imposible por el bombardeo mediático, Warhol plasmará la incapacidad
de crear imágenes que no estuvieran pre-diseñadas para ser consumidas
previamente, para ser digeridas por la maquinaria de la fagocitación instantánea. Sólo
situándose en el mismo corazón de la mercancía se puede comprender el impacto de
un nuevo régimen de producción/exhibición de imágenes. La única forma para situarse
en la producción de imágenes y no sucumbir con ellas es la ironía.

Para él, hay una línea que enlaza a Baudelaire con Warhol bajo el signo de la
mercancía absoluta.

Cuando el dominio de la imagen es total y lo embarga todo, la única estrategia que


posee el arte es la de falsear la propia realidad, hacerla nuestra por completo. En
cambio, Livingstone, sin llegar a considerarlo subversiva, nos traslada que esta obra
de Warhol era considerada al menos una crítica marxista de la cultura
popular322. Warhol romperá las pautas sociales de la comunicación en la mesa. El
reflejo más evidente se encuentra en su obra Restaurant for a lonely person , en la que
Warhol ha colocado a los clientes sentados en un rincón, cada uno con su bandeja
comer mientras miran la televisión.

El arte de Warhol se enfrenta a los resortes de la sociedad de consumo y eleva sus


rasgos consustanciales al rango de autoconciencia artística de la sociedad. Y su modo
de hacerlo fue desde el arte, de manera indirecta, metafórica, con
parábolas, buscando ingeniosamente que su propio arte rivalizara con los objetos-
estrellas de la sociedad de consumo. Warhol llevó este planteamiento a su propia
vida, haciendo coincidir el estrellato de su arte en tanto objeto-símbolo u objeto-
fetiche. Warhol.

El estrellato, los célebres «15 minutos de fama» que preconizó Warhol, son


conseguidos al devorar el objeto fetiche e incorporarlo a sí mismo. En efecto la
estrategia de Warhol ha sido llevada hasta su fin último. Se destina cínicamente la
obra de arte a ser moneda de cambio, mercancía absoluta, ya no contenedora de valor
de uso, sino sólo de valor de cambio. La multiplicación exponencial de su valor
económico, sólo por el hecho de ser presentada como arte, siendo materialmente
idéntica a su modelo, es el verdadero propósito del artista.

Pero la presencia de la comida no se circunscribe solamente a la figura de Andy

Warhol sino que artistas como Claes Oldenburg también trabajarán sobre lo
alimentario. Desde su llegada a Nueva York proveniente de su Chicago
natal, Oldenburg comenzará a realizar obras relacionadas con la comida, pero sobre
todo, alimentos y productos procesados, claro reflejo del sistema consumista y
capitalista. Nueva York donde venderá réplicas en escayola de alimentos de comida
rápida y otros objetos cotidianos, especialmente de consumo de masas. Oldenburg no
tardará en ejecutar esculturas blandas, que no son sino objetos presentes en nuestra
cotidianidad, pero otorgándoles una escala gigantesca y monumental.

Con este procedimiento no tardaremos en encontrar hamburguesas, trozos de


tarta, cerezas, helados en edificios, manzanas comidas y una larga variedad de
esculturas sobre comida. En sus esculturas trabajará con materiales sencillos, jugando
con el tamaño. En este juego de alteración de espacios, se percibe claramente como
no le interesan los espacios cerrados sino que, bien al contrario, sitúa sus esculturas
en espacios abiertos, parques o jardines accesibles para todos los públicos. La
finalidad de Oldenburg es clara, que su obra dialogue con el espacio circundante
y, especialmente, con el espectador, reclamando ser tocada gracias a sus colores
llamativos y materiales, buscando desdibujar los límites entre arte y vida.

Por último, hablar de arte pop y comida nos trae a un último artista, en cuyas pinturas
la comida aparece como parte integrante de bodegones o se entremezclan en
numerosas ocasiones con cuerpos desnudos femeninos. Esta inclusión de la realidad
tiene como objetivo evidenciar que los productos de la sociedad de consumo son
copias fabricadas en serie, incluso las personas acaban siendo copias unas de
otras. Los colores brillantes, separados en grandes superficies rectanculares como la
ventana, las paredes o el frigorífico buscan mostrar el universo de productos en
serie, copias y réplicas, que va desde la comida industrial hasta la obra de Picasso
colgada en la pared325. Será otra fruta, una naranja, la que nos lleve a su serie de
Grandes Desnudos americanos, realizados en la década de los setenta.

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