Está en la página 1de 29

Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

Capítulo
1
Hijo Mío, Te
Necesito
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

“Hay un sentir,
de que hoy no
todo es como era
antes.”
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

La Iglesia como un
cuerpo
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

1 Corintios 12:13-14
“Porque por un espíritu
fuimos todos bautizados
en un cuerpo […]
Además, el cuerpo no es
un solo miembro, sino
muchos.”
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

1 Corintios 12:27
“Vosotros pues, sois
el cuerpo de Cristo,
y cada uno de
vosotros es parte de
él.”
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

1 Corintios 12:21-22
“Ni el ojo puede decir a la
mano: ‘No te necesito’. Ni
la cabeza a los pies ‘No os
necesito’. Antes, los
miembros del cuerpo que
parecen más débiles son
más necesarios.”
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

“Uno de los mayores


engaños contemporáneos de
Satanás es afirmar que el
evangelismo y la ganancia de
almas son actividades
exclusivamente de la
incumbencia del pastor.”
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

“Soy un simple laico. No me he graduado en un


seminario teológico. No tengo el conocimiento o la
destreza para testificar.”

La Joven Nigeriana Analfabeta


Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

El engaño de
Satanás
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

Un engaño medieval

Los laicos pertenecen a un posición subordinada y el


clero tiene una llamado especial
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

UNA DIVISIÓN EQUIVOCADA


MINISTROS LAICOS

Espiritualmente Espiritualmente
fuertes débiles

Llamado Llamado secular


espiritual
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

¡Un descubrimiento
revolucionario!
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

1 Pedro 2:9
“Pero vosotros sois
linaje elegido, real
sacerdocio, nación
santa, pueblo
adquirido para Dios.”
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

Muchos siguen creyendo el


engaño medieval

“Yo realizo un trabajo


secular, percibo un
salario, y pago para
que el pastor testifique
por mi.”
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

2 Corintios 5:18
“Y todo esto proviene de
Dios, quien nos
reconcilió consigo por
medio de Cristo, y nos
dio el ministerio de la
reconciliación.”
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

“Cualesquiera que
sean nuestros dones,
somos llamados a
ser embajadores de
Cristo.”
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

2 Corintios 5:20
“Así somos embajadores en
Nombre de Cristo. Como si
Dios rogase por medio de
nosotros, os rogamos en
Nombre de Cristo:
Reconciliaos con Dios.”
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

William Carey

Trabajo con zapatos


para cubrir mis
gastos. Mi
verdadera
ocupación es ganar
almas
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

1 Corintios 4:1
Todos aquellos que
pertenecen a Cristo son
llamados
“administradores [o
ministros] de los secretos
de Dios”
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

Un extraordinario
crecimiento
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

CRECIMIENTO DE LA IGLESIA
Región del Mundo Proporción Tasa de
Pastor-Miembros Crecimiento
División del África Oriental-Central 1197.45 8.70%
División Euroafricana 151.71 3.02%
División Euroasiática 118.10 6.05%
División Interamericana 973.61 6.51%
División Norteamericana 247.19 3.72%
División Asia-Pacífico del Norte 453.26 3.79%
División Sudamericana 876.75 9.57%
División del Pacífico Sur 399.45 4.67%
División Sudafricana y del Océano Índico 1497.10 10.83%
División Sudasiática 1167.24 16.92%
División Sudasiática y del Océano Pacífico 544.16 5.13%
División Transeuropea 142.04 3.12%
División del África Occidental-Central 791.15 6.82%
Datos obtenidos del informe estadístico anual de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, 2004
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

“Los laicos han de


ser la pieza clave en
la tarea de cumplir
la gran comisión.”
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

“Dios reúne laicos


alrededor del mundo
para efectuar un último
esfuerzo, en un
momento cumbre de la
historia”
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

1 Pedro 2:9
“Pero vosotros sois linaje
elegido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo
adquirido para Dios, para que
anunciéis las virtudes de aquel
que os llamó de las tinieblas a
su luz admirable.”
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

Para Meditar
¿Qué descubrieron los Reformadores sobre
el papel de los laicos en la iglesia?
¿Qué “ministerio” tiene cada uno de
nosotros?
¿Cómo han evolucionado en los últimos años
sus ideas del papel que usted tiene que
desempeñar como miembro de la iglesia?
¿Por qué decidió asistir a este programa de
entrenamiento?
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

Interactuando con la Palabra de Dios

En efesios 6, Pablo describe la armadura que le permite al


creyente resistir las “artimañas del diablo”. ¿Qué parte de la
armadura parece relacionarse con nuestra agilidad, con la
capacidad para avanzar en la vida cristiana? (vers. 15)
Juan comienza su primera carta con una declaración sobre
lo que él ha visto, oído y tocado (vers. 1-4). Nos explica por
qué puede testificar de la vida eterna. ¿Qué nos dice él, que
lo motivaba a comunicar las buenas nuevas de salvación?
En Apocalipsis 12 tenemos una visión resumida de la historia
de Cristo y de su iglesia; de su gran lucha en contra de
Satanás, el dragón, y del triunfo final. El versículo 11 revela
los recursos que el pueblo de Dios utiliza para vencer al
maligno. ¿Cuáles son esos recursos?
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

Interactuando con la Palabra de Dios


Lucas 5:1-11 nos relata el incidente que le permitió a Simón
Pedro visualizar lo que significa ser “pescadores de
hombres”. Pedro asimiló la lección. Jesús lo había
encontrado en su lugar de trabajo: un mundo de botes
pescadores, velas, redes y montones de relucientes peces.
En ese mundo Jesús demostró ser un experto, capaz de
realizar milagros. Fue allí donde hizo su histórica
declaración: “Desde ahora pescarás hombres”. Intente
imaginar que Jesús llega al lugar donde usted trabaja, no
importa cuál sea. Piense cómo él podría demostrar su
reconocimiento pleno de esa labor. ¿Qué términos y
conceptos utilizaría el Señor para llamarlo a su servicio, de
una forma tan real como lo hizo en el caso de los
pescadores?
Capítulo 1 – Hijo mío, te necesito

También podría gustarte