Universidad libre 2019 Historia • Las primeras descripciones contemporáneas de MCH en 1958 fueron las de Brock (en el laboratorio de cateterismo cardíaco) y Teare, quien, en autopsias, describió la «hipertrofia asimétrica del corazón» como responsable de la muerte súbita de unos cuantos jóvenes.
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Epidemiologia • estudios epidemiológicos han descrito que la prevalencia del fenotipo de MCH en la población general es aproximadamente del 0,2%, lo que significa una prevalencia de 1 de cada 500 personas, equivalente a cerca de 700.000 individuos afectados en EE. UU. • La MCH es una enfermedad global descrita en más de 50 países de todos los continentes, aunque la mayoría de los casos proviene de EE. UU. y Canadá, Europa occidental, Israel y Asia (Japón y China).
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Sexo y raza • Como enfermedad autosómica dominante, la MCH es igual de frecuente en hombres y mujeres. • Este cuadro se ha descrito en muchas razas, pero parece estar infra detectado en afroamericanos, y muchos deportistas de competición que fallecen súbitamente por MCH son hombres negros previamente no diagnosticados. • La expresión clínica, presentación y evolución de la MCH, así como su expresión genética fenotípica, son similares en todo el mundo, aunque la forma morfológica caracterizada por hipertrofia limitada a la punta del VI es más prevalente en Japón.
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Bases genéticas y pruebas de laboratorio • La MCH se transmite como rasgo mendeliano con patrón autosómico dominante . • Actualmente sabemos que la MCH está causada por mutaciones en 11 genes o más que codifican proteínas de los miofilamentos contráctiles delgados y gruesos del sarcómero cardíaco o el disco Z adyacente. • Dos genes del sarcómero, los que codifican la cadena pesada de la β-miosina (MYH7) y la proteína C de unión a miosina (MYBPC3), son los más frecuentes, representando el 30% de los pacientes con MCH • El gen de la troponina T (TNNT2) y otros más son responsables cada uno de hasta el 5% de los casos
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Braunwald. Tratado de cardiología, 66, 1574-1588 Definicion • La MCH se caracteriza por un aumento del espesor del ventrículo izquierdo (VI) sin dilatación del mismo en ausencia de otro trastorno cardíaco o sistémico capaz de producir hipertrofia del VI de magnitud evidente en esta enfermedad
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Fisiopatología Obstrucción en el tracto de salida del ventrículo izquierdo • La MCH es una enfermedad obstructiva en la que hasta el 70% de los pacientes muestran propensión a desarrollar gradientes dinámicos en el tracto de salida del VI de 30 mmHg o más, en reposo o durante el ejercicio. • La obstrucción en el tracto de salida de larga evolución es un determinante sólido de los síntomas de insuficiencia cardíaca progresiva y muerte cardiovascular asociados a la MCH . • Obstrucción dinámica del flujo de salida del VI. A-E. Obstrucción subaórtica debida a movimiento anterior sistólico (MAS) de la válvula mitral. A y B. Vista apical de cuatro cámaras ecocardiográfica al final de la diástole y al final de la sístole, respectivamente, mientras la valva mitral anterior se flexiona en un ángulo agudo contactando con el tabique (flecha). C. Estudio mediante Doppler de ondas continuas del tracto de salida del VI que muestra la típica onda de máximo tardío con velocidad de 4,2 m/s en la mesosístole, estimando un gradiente de 70 mmHg (flecha). D y E. Plano de ecocardiograma transesofágico que presenta una coaptación incompleta de las valvas mitrales durante el MAS (flecha), produciendo un chorro de insuficiencia mitral (IMi) de dirección posterior. F-I. Obstrucción en la parte media del ventrículo. F y G. Vista apical de cuatro cámaras ecocardiográfica al final de la diástole y al final de la sístole, respectivamente, con un músculo papilar anterolateral hipertrofiado que parece insertarse en la valva mitral anterior, creando una obstrucción muscular en la zona media del ventrículo (flecha). H. Estudio mediante Doppler con ondas continuas del tracto de salida del VI que muestra una onda de máximo tardío con velocidad de 3,3 m/s, estimando un gradiente de 45 mmHg (flecha). I. Ventriculografía del VI con un contorno en reloj de arena de la cavidad asociado a obstrucción de la zona media (flecha). AD, aurícula derecha; AI, aurícula izquierda; Ao, aorta; TV, tabique ventricular; VD, ventrículo derecho; VI, ventrículo izquierdo. Disfunción microvascular
• La isquemia miocárdica debida a disfunción microvascular parece ser un
componente fisiopatológico importante del proceso morboso de la MCH, promoviendo un remodelado desfavorable del VI y afectando, en último término, a la evolución clínica En pacientes con MCH, la tomografía por emisión de positrones (PET) pone de manifiesto una reducción notable de la reserva coronaria en fases tempranas de la evolución clínica (en regiones del VI con y sin hipertrofia) y es un determinante importante del pronóstico, incluido insuficiencia cardíaca progresiva, disfunción sistólica y mortalidad cardiovascular a largo plazo.
• La PET es la técnica de elección para la valoración de la función microvascular en
pacientes con MCH, aunque su uso sistemático no se ha generalizado en la práctica clínica. • Cascada fisiopatológica propuesta de los factores que provocan isquemia miocárdica en la MCH. La disfunción microvascular reduce el flujo sanguíneo miocárdico, dando lugar a isquemia recidivante del miocardio, sustitución por fibrosis y posible remodelado adverso del VI. Manifestaciones clinicas • En pacientes con obstrucción en el tracto de salida del VI, es característico oír un soplo de eyección sistólico de tono intermedio en el reborde esternal izquierdo inferior y la punta, que varía en intensidad con la magnitud del gradiente subaórtico, aumenta con las maniobras de Valsalva, durante el ejercicio o inmediatamente después de este, y al ponerse de pie. • Esa variabilidad, junto con la típica ausencia de irradiación del soplo al cuello, ayuda a diferenciar la obstrucción subaórtica dinámica de la estenosis aórtica fija.
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Síntomas • Los síntomas de insuficiencia cardíaca pueden aparecer impredeciblemente a cualquier edad, con limitación funcional debida a disnea de esfuerzo o cansancio y, en estadios avanzados, acompañados de ortopnea o disnea paroxística nocturna. • La discapacidad se asocia a menudo con dolor torácico ,angina de pecho típica o atípica, posiblemente resultante de anomalías estructurales de la microvasculatura. • Los pacientes también sufren en ocasiones pérdida de conocimiento con síncope y presencie y sensación de mareo. • Las palpitaciones son frecuentes y en ocasiones se relacionan con taquiarritmias ventriculares o supraventriculares.
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Hallazgos electrocardiográficos • ECG de 12 derivaciones es anómalo en más del 90% de los probando con MCH y en cerca del 75% de los familiares asintomáticos. • Las anomalías más frecuentes son voltajes aumentados compatibles con hipertrofia del VI, alteraciones del ST-T (incluida inversión marcada de las ondas T en las derivaciones precordiales laterales), aumento de tamaño de la aurícula izquierda, ondas Q profundas y estrechas, y ondas R reducidas en las derivaciones precordiales laterales. • Los patrones normales del ECG se asocian con más frecuencia a fenotipos menos graves y pronóstico cardiovascular favorable, pero no descartan rotundamente posibles episodios futuros de muerte súbita. • Los voltajes aumentados (ondas R altas u ondas S profundas) solo se correlacionan débilmente con la magnitud de la hipertrofia del VI y no distinguen con fiabilidad las formas obstructivas de las no obstructivas. Diagnostico Tratamiento
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Tratamiento médico de la insuficiencia cardíaca
• Los síntomas limitantes de la insuficiencia cardíaca (es decir, disnea
de esfuerzo) son atribuibles a la disfunción diastólica, obstrucción al tracto de salida, isquemia microvascular o cualquier combinación de estas variables fisiopatológicas. • los β-bloqueantes se han usado extensamente para mejorar los síntomas de insuficiencia cardíaca en la MCH obstructiva y no obstructiva al reducir la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción del VI, aumentando así el llenado ventricular y disminuyendo el consumo miocárdico de oxígeno. • El verapamilo tiene el potencial de mejorar los síntomas y la capacidad de ejercicio, sobre todo en pacientes sin obstrucción notable en el tracto de salida del VI. • Es posible administrar diuréticos con cautela, en compañía de β- bloqueantes o verapamilo, para reducir la congestión pulmonar y las presiones de llenado del VI. • para pacientes con disfunción sistólica en fase terminal consisten en la administración de β-bloqueantes, IECA, y diuréticos, o posiblemente espironolactona, así como anticoagulación. Fibrilación auricular
• La fibrilación auricular es la arritmia sostenida más frecuente en la
MCH. • La fibrilación auricular, paroxística o crónica, aparece en cerca del 25% de los pacientes con MCH. • Debido al potencial de formación de coágulos y embolias, es prudente instaurar un tratamiento anticoagulante en los pacientes con fibrilación auricular. • Habitualmente se administran β-bloqueantes y verapamilo para controlar la frecuencia cardíaca en pacientes con fibrilación auricular persistente. Miectomía quirúrgica
• El objetivo primordial de la miectomía quirúrgica es reducir los síntomas de
insuficiencia cardíaca y mejorar la calidad de vida, mediante la mejora del MAS y la obstrucción del flujo de salida, y normalización de las presiones del VI. • Ciertamente, el 95% de los pacientes sometidos a esta intervención presentan una abolición permanente del gradiente del flujo de salida basal, sin compromiso de la función global del VI. • Como resultado, los estudios de seguimiento a largo plazo describen mejoría de los síntomas en el 85% de los pacientes durante períodos de hasta 25 años. • Además del alivio sintomático, la miectomía también modifica favorablemente la evolución clínica a largo plazo de la MCH en estudios no aleatorizados. • no se recomienda en pacientes asintomáticos (o con síntomas leves), porque no hay indicios concluyentes de que el alivio profiláctico de la obstrucción sea útil, y la mortalidad quirúrgica, aun siendo baja, podría superar el riesgo de muerte por la enfermedad en algunos pacientes. Marcapasos bicameral • Hace unos 20 años, los marcapasos bicamerales permanentes se promovieron, en primer lugar, como alternativa a la miectomía quirúrgica en pacientes con MCH obstructiva asociada a síntomas de insuficiencia cardíaca refractaria. • Hay que destacar que el uso de los marcapasos en la MCH ha quedado muy limitado en la última década. • Aunque los marcapasos pueden lograr una ligera reducción del gradiente subaórtico en algunos pacientes, este beneficio es mucho menos constante que el logrado por la miectomía o la ablación con alcohol. • Varios estudios aleatorizados demostraron que la utilidad sintomática subjetiva del marcapasos no se acompañaba de datos objetivos de mejora de la capacidad de ejercicio y, por tanto, parecía tratarse, en gran medida, de un efecto placebo.