TEM 3: CONVIERTETE A DIOS DE TODO LO QUE TE SEPARA DE Él
"Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca" Mt 4,17.
"Llegó el tiempo oportuno y esperado: ¡El Reino de Dios ya está aquí: Conviértanse y crean en la Buena Nueva!" Mc 1,15.
La finalidad de la evangelización es este cambio interior,
conversión de la conciencia personal y colectiva de los hombres; y lo exterior: la actividad en la que están comprometidos, su vida y su ambiente concretos (EN 19).
Conversión es la exigencia inicial para entrar al Reino.
Cambio interior primero, hecho por Dios y en referencia a El. Para luego el cambio exterior: de vida, de actitudes y obras, con proyección y compromiso con los demás.
Mundo nuevo y nueva Cultura no se logrará nunca
sin hombres y creaturas nuevas, por la salvación de Jesús y la acción vivificadora del Espíritu. Es más importante hacia donde va y lo que uno adquiere; que de donde sale o lo que deja. Nadie deja nada sino por algo mejor. Convertirse es: volverse de ... para volverse a ... , salir de ... para ir hacia ... ; alejarse de ... habiendo dejado atrás y dado la espalda ... , para dirigirse hacia ... ; dar media vuelta y dirigirse a la dirección correcta. "Por el encuentro de Jesús, mi Señor, y la participación en la virtud de su muerte y de su resurrección, todo lo dejé. .. y me parece basura, estiércol': Fil. 3, 8-10. De las tinieblas a la luz. De los ídolos mudos al Dios vivo. De la perdición a la salvación. De la muerte a la vida:del individualismo al sentido comunitario y de servicio a los demás; de la entrega floja a una entrega plena y total. En el orden práctico y operativo debo primero abandonar, dejar, salir, volverse de: 1. DE TODO PECADO Pecado es un "no" a Dios y a su amor; es rechazar su luz y querer realizarse uno mismo sin Dios; construir el mundo, prescindiendo de su presencia y su acción.
Entendiendo "Gracia" como la comunión amorosa personal
con Dios, don de Él mismo. "Pecado" como el descuido, el rechazo o el rompimiento efectivo de esa comunión, y por consecuencia, la separación de Dios. En el fondo de todo pecado esta algo que ponemos en lugar de Dios: situaciones, cosas, personas, y en último término, nosotros mismos. No hacer presente conscientemente a Dios, y no interesarse en adecuar nuestra vida con su voluntad. Examinar y revisar primero nuestra orientación y dirección global al Dios vivo como persona, la opción fundamental de nuestra vida, lúcida y firmemente mantenida; y sólo después actos concretos, en congruencia o no con esa opción básica. En el orden práctico y operativo debo primero abandonar, dejar, salir, volverse de: 2. DE TODO RESENTIMIENTO. No se trata de olvidar, ni de no sentir, ni de que aceptemos como bueno o válido aquel hecho injusto o abuso cometido contra nosotros. Se nos pide un acto de la voluntad que quiere perdonar a la persona que nos ha lastimado o herido. Debemos rechazar todo resentimiento, odio o rencor en nuestra vida, porque impiden el perdón y la acción salvadera de Dios para nosotros. El resentimiento es frecuentemente el principal obstáculo para ser feliz, porque amarga la vida. Suele ser un trastorno muy común. Estudiarlo significa clarificar su naturaleza, analizar sus manifestaciones y encontrar soluciones que lo eliminen y lo eviten. Tales soluciones se han de apoyar en los recursos humanos y sobrenaturales con los que cualquier persona cuenta normalmente: la orientación de la propia inteligencia, la fuerza de la voluntad, el adecuado cauce de los sentimientos, las virtudes y la gracia de Dios. En el orden práctico y operativo debo primero abandonar, dejar, salir, volverse de: 3. DE LAS OBRAS DE SATANÁS. Definitivamente que un paso previo a la conversión cristiana es la renuncia a Satanás y sus obras, puesto que no se puede servir a dos amos y menos, estando tan extremos, puesto que mientras uno, Dios, es el Amor eterno, el Bien por excelencia; el otro es el mal en todas sus manifestaciones. Desde los primeros siglos de la iglesia, como parte integrante del rito del bautismo y de la conversión, se tiene la renuncia a Satanás y sus Obras como una práctica común. Andar caminando en las obras y los terrenos de Satanás son pecados contra el primer mandamiento.
Obras de Satanás son toda práctica o actividad de
idolatría, ocultismo y superstición, así como libros y objetos usados en este contexto. (Amuletos, talismanes, etc.) Pecados muy graves contra el primer mandamiento y a veces contra el segundo. OBRAS Y TERRENOS DE SATANÁS
. - Ocultismo: Conocimiento de lo procesos iniciáticos con ritualismos
oculto o futuro al margen de Dios por paganos donde se utiliza mucho, medio de: simbologías ocultas: rosacruces, - Astrología y horóscopos, lectura de masones, teosofía, illuminatis, las cartas, de la mano y del café o las - Gnosticismo, filosofías orientales galletas, ouija, espiritismo, como feng chui, yoga, reencarnación, espirtualismo. viajes astrales, meditación - invocación de muertos. trascendental. - Magias: Magia negra, blanca, verde, - Prácticas de poderes roja, hechicería, brujería, extrasensoriales. curanderismo, maleficios, santería. - Cienciología o dianética. - Esoterismo: Grupos y - New Age. - Hipnotismo. - Devoción a la “Santa” Muerte. - Fidencismo LOS PASOS DE LA CONVERSION 1.Reconocimiento de pecado Sólo el Espíritu Santo, con su luz, puede darnos conciencia de pecado, de otra manera se reduce a un mero sentimiento de culpabilidad, o a la simple confrontación de nuestras acciones con la lista de pecados En la época actual se ha perdido el sentido de pecado, se han perdido los valores morales, y hay un relativismo y subjetivismo en cuanto a los criterios de moralidad. 2. Arrepentimiento Pero, aunque la conversión es obra de Dios, el pecador libremente responde: 'Me levantaré, e iré a mi Padre" Lc 15, l8. Dolor y tristeza de haber lastimado y ofendido a quien se ama; pero tristeza no como la del mundo que produce muerte, sino tristeza según Dios que lleva a conversión 3. CONFESIÓN DE PECADO Necesitamos reconocer y confesar explícitamente nuestros pecados ante Dios (Esdras 9, 6-15, Daniel 9, 14-18. "Si confesamos nuestros pecados fiel y justo como es Él, nos perdonará nuestros pecados y nos purificará de toda iniquidad" Juan 1,9.
Necesitamos acudir al sacerdote y confesar
nuestros pecados, especialmente cada pecado grave, para recibir la expresión y ratificación del perdón de Dios por la absolución en el Sacramento de la reconciliación (St. 5, 16; Juan 20, 23).
Además recibiendo una oración de liberación,
se nos desate de toda atadura y opresión del Enemigo, y de cualquier forma de daño. 4. REPARACIÓN Y RECONCILIACIÓN El arrepentimiento para restaurar la unión de amar con Dios, exige resarcir los daños causados y reconciliarse con el hermano.
"Arrepentirse y volverse hacia
Dios, haciendo obras congruentes con la conversión“; Hch 26,20. (Lc 3, 10-14).