importantes de una persona. Poseer inteligencia emocional favorece las relaciones con los demás y con uno mismo, mejora el aprendizaje, facilita la resolución de problemas y favorece el bienestar personal y social. La inteligencia emocional la forma un conjunto de competencias relacionadas con la capacidad para gestionar de forma adecuada las propias emociones, y también las ajenas. Poseer inteligencia emocional significa poner en práctica un conjunto de competencias (una competencia es una serie de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para hacer las cosas de manera efectiva). • Los padres y los educadores profesionales pueden contribuir en gran medida al desarrollo de las competencias emocionales de los niños. Lo que se necesita, en primer lugar es tomar conciencia de la importancia que esto pueda tener en sus vidas. Hay que aceptar que es difícil desarrollar la inteligencia emocional: se necesita mucho tiempo años de esfuerzo y de entretenimiento. Se necesita paciencia, repetición, insistencia y entrenamiento diario. Para ello hay que estar dispuestos a invertir tiempo, esfuerzo y atención para ayudar a los niños a regular sus emociones. Si los padres y los educadores ayudan a los niños a que gestionen mejor sus emociones será bien empleado. Fomentar en los niños la capacidad de controlar el impulso de sus emociones es la base de la voluntad y el carácter. Es importante que la inteligencia emocional en los jóvenes y en los niños se desarrolle con actividades de formación y seguimiento en padres de familia para que puedan fortalecer en cada hogar el carácter y la voluntad. El carácter es el resultado del proceso de construcción de una persona equilibrada sólida y confiada. El carácter es un elemento de supervivencia, pero sobre todo un rasgo de fuerza interior. • El carácter se refiere a cierta invariabilidad psicológica a una afirmación de lo que yo considero que soy. El carácter se revela en las acciones es moldeado por la voluntad, conocer bien cada uno de nosotros nuestro carácter es saber que capacidades podemos tener para lograr cosas nuevas en el futuro partiendo de lo que somos ahora. • Todos sabemos lo que significa ser una persona de carácter bien definido: es tener convicciones y seguridad de lo que podemos hacer. También sabemos cuales son las consecuencias de la falta de carácter. Formar un carácter firme es tarea de años y de desarrollo de otros valores, como la valentía y la fortaleza. Nuestro carácter se une con nuestra voluntad, con mi libertad y con mi proyecto de vida. Por eso no debemos dejar que predomine la tendencia fatalista de concebir el carácter como lo inmodificable, sino la asertiva que lo que como la capacidad de proyectarme, la posibilidad que está en mis manos de ser diferente. La formación del carácter cumple un papel fundamental en la educación. Hacer de los hijos y de los alumnos personas de carácter es un gran reto en el mundo. Padres y educadores muchas veces menosprecian el carácter, al descuidar el hondo contenido de los valores morales. Lo que los padres y los maestros son y hacen, el ejemplo que dan, lo que dicen a los hijos y la lucha constante de estos para sacar adelante sus objetivos y planes y por ser personas de bien constituye una poderosa fuerza “configuradora” de carácter. Un hombre o una mujer de carácter piensan, ante todo, en lo que quiere hacer de su vida, examina como ha marchado hasta ahora y pone por delante el proyecto de vida para ver que más debe hacer. • Una persona de carácter es equilibrada, sabe manejar sus emociones. Es justa, analiza objetivamente, es cabal. Su voz interior la guía, reacciona adecuadamente en diferentes situaciones de la vida y es integra hace lo que dice y dice lo que piensa. • También la tenacidad, valentía, firmeza, comprensión y serenidad suelen ser valores propios de la persona de carácter. • La voluntad es una virtud fundamental para la formación del carácter, es una actitud interna de la persona. Es una combinación de la potencia de la mente con la del alma o sentimiento. Es un poder interior que permite alcanzar poder exterior sobre las limitaciones y las tentaciones. • La voluntad es un valor importante en la educación de la persona (tanto en la familia como en los centros escolares). La persona debe tener una meta inmediata o una visión de largo alcance que le impulse como lo es el proyecto de vida de cada persona teniendo un motor central que es la voluntad. La persona se construye a si misma constantemente, y el camino de la vida se abre con los propios pasos, es decir los de la voluntad que se afirma en cada experiencia. • En la educación hay, muchas veces, más preocupación por formar la inteligencia que la voluntad. Y, al menos aparentemente los resultados de la voluntad son menos cuantificables que los de la inteligencia pero en realidad son tan importantes, o más, que los de la inteligencia, porque comprometen a la persona entera. Y en la educación los padres y profesores deben alabar más el esfuerzo y elogiar menos los dotes intelectuales, pues lo primero produce estimulo, pero lo segundo solo vanidad. • Además, muchas veces las grandes cabezas, esas que apenas tuvieron que hacer nada para superar holgadamente sus primeros estudios, acaban luego fracasando porque no aprendieron a esforzarse. Y quizá aquel otro, menos brillante, que se llevaba tantos reproches y que era objeto de tantas comparaciones odiosas con su hermano, primo o vecino listo, gracias a su afán de superación acaba haciendo frente con mayor ventaja a las dificultades habituales de la vida. • Los obstáculos suelen surgir de diferente manera como cuando algo se interpone entre el sujeto y el objeto deseado, surge la urgencia de eliminar el problema o desarrollar otras estrategias. Es allí cuando el poder de la voluntad emerge. Esta envía estímulos al cerebro desde el ámbito volitivo al intelectivo y uniendo las fuerzas moviliza a la persona, redoblando sus deseos, sus fuerzas y su compromiso. • La voluntad se desarrolla desde la primera infancia, el padre necesita darle pequeños retos y motivaciones a su bebe, para alcanzar un juguete, para expresar una necesidad con palabras, para sostenerse sobre sus piernas, dar un paso, levantarse al caer etc. • Cada vez que inducimos al niño a contener sus impulsos o postergar la satisfacción estamos desarrollando el musculo volitivo. Postergar es aprender a ceder la urgencia de que algo se realice sabiendo que aún se dará pero en un tiempo menos inmediato. • Requiere mantener el entusiasmo y el esfuerzo en sus acciones para alcanzarlo. Renunciar es necesario en la vida, para ello debe aprenderse a aceptar la realidad, negociar interiormente y retomar otra meta. Para el desarrollo de la voluntad se debe fomentar el ahorro, darle el dinero para la semana y luego pedirle que ceda una parte para la alcancía personal, debe hacerlo inducido y motivado por el adulto. • Planificar una actividad recreativa a largo plazo, llevando el cronograma regresivo de la misma, poniendo meta cortas intermedias para que se pueda concretar. Para educar el carácter y la voluntad es necesario realizar las siguientes actividades. En el carácter fomentar un liderazgo positivo, lograr una productividad garantizada, poner de manifiesto la lealtad, tener responsabilidad profesional y social, ser generoso. • El docente de valores, el maestro guía, el consejero escolar y el padre de familia deben orientar y motivar a los niños para que aprendan a construirse a sí mismos. Los siete hábitos deben ser el manual básico para trabajar su carácter. A la par del carácter debemos educar la voluntad diseñando en casa y en el aula, juegos y dinámicas donde puedan ceder algo suyo a quien no tiene o reducir su parte para dársela a otros, esperar su turno o cederlo, esperar al final de la cola cuando reparten golosinas, ahorrar parte de su dinero para el fondo de la clase planificar un juego o salida y cambiar la fecha a propósito. Para concluir el presente ensayo todos los padres y educadores estamos llamados a cambiar y ayudar a nuestros hijos a tener mejor suerte en la vida creando las habilidades que incluyen el autodominio, el celo, la persistencia y la capacidad de motivarse uno mismo. • Pues al enseñarles les damos las mejores posibilidades de utilizar su potencial intelectual que la lotería genética les haya brindado. Construyendo y desarrollando valores, concretando planes de acción a nivel de la enseñanza cobrando vida por medio de las personas que lo viven. Los valores que pretendamos inculcar y construir se incorporan a la vida a través de los hábitos.