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UNIVERSIDAD AZTLÁN

MATERIA: AGRARISMO EN MÉXICO

TEMA:»TENENCIA DE LA TIERRA ENTRE LOS AZTECAS»

NOMBRE DEL CATEDRATICO: LIC. ROBERTO RAMÍREZ


MEDRANO

NOMBRE DE LA ALUMNA: ALEJANDRA RUEDA DEAGÜEROS

FECHA: 10/07/2015
ORGANIZACIÓN SOCIAL

• La sociedad mexica era altamente jerarquizada. El


estrato dominante era el de los pipiltin, del que formaba
parte el tlatoani; los señores subordinados a él, los pilli o
nobles. El estrato inferior recibía el nombre genérico de
macehualtin y lo constituía el común del pueblo; eran
gobernados y tributarios de los pilli y se agrupaban en
calpullis, es decir, barrios.
ORGANIZACIÓN POLITICA
• La autoridad suprema en la ciudad de México-Tenochtitlan era un
tlatoani (en náhuatl tlahtoani 'orador').

• El "imperio mexica" llamado por sus súbditos Triple Alianza fue


inicialmente una alianza militar de tres ciudades: Texcoco,
Tlacopan y Tenochtitlan. Al frente de cada una de estas había un
tlatoani que era la máxima autoridad en esa ciudad. Con el paso
del tiempo la ciudad de Tenochtitlan fue prominente y de hecho
las otras dos pasaron a estar sometidas de facto a las órdenes
del tlatoani de Tenochtitlan que por eso se denominó huēy
tlahtoani ('gran orador') para señalar su posición por encima de
los otros dos. Este es el cargo al cual la historiografía europea
llama "emperador mexica".

• Todos los puestos de tlatoanis (náhuatl tlahtoqueh o tlahtoanih)


eran cargos hereditarios. Además de los tlatoanis existían los
"nobles" (náhuatl pīpiltin) con muchos de los cuales el tlatoani
tenía relaciones de parentesco. A esa clase pertenecía
frecuentemente la esposa del "emperador". El resto de la
sociedad estaba formada por guerreros, sacerdotes y los
plebeyos (náhuatl macehualtin).
• En el consejo asesor o tlatocan del tlatoani se encontraban 4
funcionarios: dos de los cuales eran familiares del tlatoani y
quienes eran candidatos directos para sucederlo; un
encargado de los tributos petlacalcatl (cuidador del cofre o
petlacalco) y el huey calpixque, el encargado de dar
instrucciones a los jefes de los calpulli (los calpixque) y
dirigente del cobre de impuestos.

• En términos de justicia existía dos tribunales: el tlacxitlan y el


teccali. En el primero los funcionarios juzgaban a los pipiltin y
macehualtin en cuestiones criminales y sentenciaban castigos
ejemplares desde el destierro, la expulsión del templo, la
muerte o la pérdida del estatus social (perder el derecho de
vestirse o peinarse como pilli por ejemplo). En el segundo, los
ancianos juzgaban sobre problemas de los macehuales, se
recurría a testigos y sentenciaban castigos menores.
Distribución de tierras Aztecas

• En cuanto a la distribución de tierras, podemos decir que se


dividían en 4 grupos:

• - Las tierras que pertenecían a la Corona, es decir, a la familia


real;

• - Las tierras que pertenecían a la nobleza, en segundo lugar;


• - En tercer término las tierras que pertenecían a guerreros;
• - En cuarto lugar las pertenecientes a los sacerdotes y templos
y, por último,

• - Las tierras que pertenecían a la comunidad, a los plebeyos.


Tierras que pertenecían a la Corona «familia real»

Las tierras que pertenecían al reino y a la familia real, eran indudablemente de la mejor calidad; grandes
extensiones de terrenos fértiles y de fácil cultivo, los más privilegiados por la naturaleza, y tenía que ser así, puesto
que la fastuosidad de la monarquía azteca exigía grandes tributos e incontables elementos para sostenerse y para
derrochar el lujo de que nos habla la historia. Tierras pintadas de púrpura.
Las tierras que pertenecían a la nobleza A l lado de las tierras de la
monarquía estaban las tierras de la nobleza, las de los favoritos del Rey, que
eran de la mejor calidad, puesto que pertenecían a la gente más influyente, y
la misma exigencia de lujo y de derroche que hacía la monarquía tenía que
hacer la nobleza para hacerse acreedora a aquella influencia de que se
disfrutaba. Tierras pintadas de encarnado. Nobles (pipiltin), entre los
cuales estaban los caballeros águila y los caballeros ocelote.
Las tierras que pertenecían a guerreros.
Las tierras de los guerreros eran también de magnífica calidad. Tierras
pintadas de encarnado.
Las tierras pertenecientes a los sacerdotes y templos La clase sacerdotal
llegó a ser una verdadera casta que pesó en los destinos del pueblo azteca, no
sólo en el aspecto espiritual, sino muy fundamentalmente en el económico.
Tierras pintadas de encarnado. Sacerdotes, los cuales podían proceder tanto
de una familia humilde como de una noble.
Las tierras que pertenecían a la comunidad, a los plebeyos Las tierras de
esta cuarta categoría estaban alejadas del centro de la región y eran tierras de
ínfima categoría. Los vecinos las cultivaban en comunidad y pagaban
numerosos y pesados tributos a las otras clases sociales. Estas tierras
constituyeron lo que se llamó el calpulli. Plebeyos o campesinos libres
(macehualtin).
• En un nivel inferior del estado la antigua organización de calpullis
era la base de toda la sociedad mexica. Esta institución tuvo una
delimitación territorial específica. Sus miembros, los macehuales,
compartían lazos de sangre; trabajaban comunalmente en el
campo, en obras públicas y además servían al Estado recaudando
tributo y participando en la guerra y el culto religioso. Cada calpulli
tenía sus propios jefes o calpixque y éstos tomaban sus decisiones
con la ayuda de un consejo de ancianos. Las reuniones del consejo
se efectuaban en una casa comunal. Los cargos y las cargas dentro
del calpulli se rotaban entre sus miembros. También organizaban la
vida sociocultural dentro de los barrios, organizaban festividades y
rendían culto a sus dioses.
La división más general y la más grande que encontramos es el calpulli.

Ninguna de ellas tenían propiedad privada o individual, y es más que


probable que cada año en el tiempo adecuado, se hiciesen algunos
cambios y variaciones en la distribución de los terrenos. El que
abandonaba el calpulli perdía todo derecho a participar de esa
propiedad comunal, y los individuos pertenecientes a un calpulli no
tenían derecho de ser admitidos ni considerados en otro, aunque sí el
de tomar tierras en arrendamiento. La sorprendente prontitud y destreza
con que los aztecas cambiaban y trastornaban los linderos, daba origen
a reñidas disputas y largos pleitos entre los calpullis, que se dirimían por
los medios que establecía la justicia, bastando decir que los jefes de los
calpullis tenían un mapa exacto de la posesión, que ellos repartían las
tierras y las arrendaban, dirimiendo y terminando de una manera
patriarcal las cuestiones que sobre la propiedad territorial se suscitaban
entre los miembros del calpulli.
• Las familias donadoras de las tierras del calpulli eran usufructuarias; pasaban
sin contradicción de padres a hijos, mas no podían enajenarlas bajo ninguna
condición, ni disponer de ellas sino en herencia legítima.

Si el vecino pasaba a vivir a otro calpulli del mismo pueblo, perdía su lote y con
mayor razón, si se trasladaba a otra vecindad; si dejaba de labrar dos años
seguidos y reconvenido hacía lo mismo al siguiente año, perdía igualmente la
propiedad.

En estos casos y en el de la extinción de la familia, las tierras volvían al calpulli


y el principal, con acuerdo de los ancianos, las daba a las nuevas familias
formadas. Quien había recibido un mal lote podía pedir se lo cambiaran por
alguno que estuviera vacante, y si había lotes de sobra se daban en
arrendamiento a los del calpulli vecino, mas nunca en donación o venta .

Cerca de los calpulli y con obligación a los vecinos de labrarlas, había tierras
destinadas al cultivo, cuyos productos estaban exclusivamente dedicados al
mantenimiento del ejército en tiempo de guerra. Llamadas Milchimalli, tierras de
guerra.
BIBLIOGRAFÍA
• Caso, Alfonso (1956). Los barrios antiguos de
Tenochtitlán y Tlatelolco". Memorias de la
Academia Mexicana de la Historia. Ciudad de
México. Tomo XV, no. 1. p. 7-63.
• Soustelle, Jacques (1982). El Universo de los
Aztecas. México: Fondo de Cultura Económica.
• http://portalacademico.cch.unam.mx/alumno
/historiademexico1/unidad2/culturamexica/es
tado.

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