Dios, en falso, pues el Señor no dejará impune al que tome su nombre en falso” (cfr. Dt 5, 11).
Mt 5, 33-34: “Habéis oído que se dijo a los an-
tepasados: No perjurarás, antes cumplirás al Señor tus juramentos. Pues yo os digo que no juréis en modo alguno”.
Designar el “nombre” es referirse a la persona que lo ostenta, por lo
que el nombre de “Dios” evoca la misma persona divina. CCE 2143: “El nombre de Dios es santo. Por eso el hombre no puede usar mal de él. Lo debe guardar en la memoria en un silencio de adoración amorosa”. ME 27 de 141 SEGUNDO MANDAMIENTO, 2
Dios es sagrado e introduce al hombre en el ámbi-
to de lo “sacro” o “sagrado”. Lo “sacro” caracteri- za aquellas realidades que participan de algún modo de la santidad de Dios, en razón de que se dedican a Él “consagrándose” a su culto o servicio.
al culto divino,...) y personas sagradas porque se consagran al servicio de Dios y de la Iglesia.
Pero la categoría de “sagrado” corresponde más
directamente a los sacramentos y de forma singu- lar a la Eucaristía. ME 28 de 141 SEGUNDO MANDAMIENTO, 3
Lo opuesto a “sagrado” es lo “profano”
Hubo épocas en las que se
“sacralizaron” realidades que Hay épocas en las que parece en sí mismas son profanas. que se quiere borrar todo ám- Con rigor el mundo, la ciencia, bito de lo sagrado, hasta pre- la técnica y las diversas insti- tender “desacralizar” todo. tuciones sociales son profanas.
La “secularización” es pertinente cuando se refiere a realidades en
sí mismas “profanas”. En cambio si se defiende una secularización absoluta, se corre el riesgo de acabar en el “secularismo”, el cual rechaza toda referencia a Dios. Jean Guitton: “Una de las cosas importantes hoy es trabajar por la regeneración del sentido de lo sagrado” (Memoria de un siglo). ME 29 de 141 SEGUNDO MANDAMIENTO, 4
Jurar es tomar a Dios por testigo de la verdad. San Agustín: “jurar
es devolver a Dios el derecho que tiene a toda verdad” (Sermón 180). Santo Tomás: “el hombre, al jurar poniendo a Dios por testi- go, confiesa la excelencia superior de Dios cuya verdad es infalible y su conocimiento universal. Por lo que tributa a Dios de alguna manera reverencia” (II-II, q. 89, a. 4).
Jesús condenó la práctica abusiva del pueblo judío
de su tiempo (jurar sin necesidad y sin cumplir).
Juramento asertorio y juramento promisorio.
Válido: intención y fórmula debida. Licitud: con
justicia, con necesidad y con verdad. ME 30 de 141 SEGUNDO MANDAMIENTO, 5
Voto es la promesa deliberada y libre hecha a Dios de un bien
posible y mejor que su contrario.
El voto se emite en honor a Dios (se puede hacer bajo la inter-
cesión de la Virgen o de tal santo). Validez: que se delibere con libertad plena acerca de lo que se promete; es necesario que el que lo emite pueda cumplirlo a su tiempo. Se hace voto de rea- lizar algo que en sí es óptimo.
El voto supone un compromiso serio con Dios, lo
cual origina la obligación grave de cumplirlo. Las promesas son algo que se promete hacer en honor de Dios por haber obtenido o para alcanzar de Él alguna gracia especial. “En algunos casos, la Iglesia puede, por razones proporcionadas, dispensar de los votos y las promesas” (CCE 2103). ME 31 de 141 SEGUNDO MANDAMIENTO, 6
Pecados contra el segundo mandamiento
1. Abusar del nombre de Dios; 2. Blasfemia: injuria directa de pensamiento, palabra u obra contra Dios y los santos; 3. Sacrilegio: profanación o lesión de una persona, cosa o lugar sagrado (especialmente grave la recepción de la Eu- caristía en pecado mortal); 4. Perjurio; 5. Incumplimiento de los votos.